Silverstein: «Hay cosas que me dan cierta vergüenza y que cambiaría»
Los canadienses Silverstein difícilmente han sido una banda que descansa sobre sus laureles a lo largo de veinte años de carrera. En el mismo año en que celebran tan señalado aniversario, el grupo edita el que es su noveno disco de estudio, titulado ‘A Beautiful Place To Drown’ y encara una extensa gira por todo el mundo que prueba que lejos de quedarse atados a su pasado de la primera década del siglo, el grupo sigue hiperactivo.
“Hemos sacado discos como si fuésemos un reloj cada dos años. Editamos discos en 2005, 2007, 2009, 2011, 2013, 2015…y en esta ocasión nos hemos tomado tres años”, se ríe el líder y vocalista de la banda, Shane Told en una llamada desde su Ontario natal. “No es un problema de encontrar tiempo o no conseguir ser creativos, sino que a veces hay que dejar pasar un tiempo antes de editar nada nuevo y en 2019 editamos dos discos. Por un lado editamos ‘Redux’ que eran regrabaciones de algunos de nuestros temas anteriores, y por otro lado editamos un disco en directo. No habría tenido sentido sacar también un nuevo disco de estudio. Teníamos otros compromisos en cuanto a giras y en el campo discográfico” resume. “Por otra parte ‘Dead Reflection’ era un buen disco y a la gente le gustó mucho así que tampoco queríamos acelerar el proceso sin motivo. La gira podía seguir sin problema y la gente quería escuchar esas canciones”.
Un alcance más global
En un momento en el que el mundo se ha vuelto un lugar mucho más grande a la hora de girar, bandas como Silverstein están sacando todo el partido posible. Si bien antiguamente un grupo podía visitar los principales mercados con una gira mundial de ocho meses, hoy en día se necesita un par de años para llegar a todos los territorios. “Cuando empezamos, éramos una pequeña banda de Ontario”, rememora Told. “No soñábamos ni con poder llegar a salir del área de Toronto. Girar por todo el mundo como hemos acabado haciendo era algo que no se nos pasaba por la cabeza. Pero llegados al punto en el que estamos como banda tenemos que visitar todos los países que podemos y tocar allá donde nos quieran. Eso es lo que nos ha mantenido hambrientos durante veinte años: visitar nuevos lugares y encontrar a fans de nuestra música”, explica.
“Hace veinte años nada de esto era siquiera posible porque internet no era lo que es ahora y los discos no se distribuían en determinados territorios. Ahora miro las estadísticas de Spotify o Apple Music y me encuentro con que la gente escucha a la banda desde países que nunca me habría llegado a imaginar”, prosigue el vocalista. “Hace un mes estuvimos tocando en las Filipinas y nos encontramos con un show gigante con todas las entradas agotadas. En un lugar donde solo habíamos tocado una vez antes en nuestra carrera y donde ni siquiera hay representación de nuestra compañía discográfica”, se ríe al otro lado del teléfono.
Si bien en 2005 la banda logró la popularidad masiva con su segundo disco, ‘Discovering The Waterfront’, las ventas fueron cayendo con subsiguientes trabajos. Si bien aquel trabajo vendió 232.000 copias en Estados Unidos y les llevó al puesto 34 de las listas, el siguiente disco de un par de años después apenas vendió una décima parte de esa cantidad. Ahora, con ventas incluso más modestas la banda es más popular que nunca. Claro que en Spotify tienen casi un millón y medio de oyentes mensuales y algunas de sus canciones acumulan de 15 a 20 millones de reproducciones. “La banda es más grande que nunca”, afirma Told. “Es una locura y no lo digo por decir. No es una cuestión de opiniones. Nuestros shows son más grandes que nunca, tenemos más alcance, más gente escucha nuestra música… Es una pasada. Cuando la gente habla de nosotros suele referirse a que nuestro punto álgido fue alrededor de 2005 o 2006 y si, tienen razón, ahí es donde todo empezó y donde nuestro estilo de música era mayúsculamente popular”, reflexiona. “Pero hemos seguido haciéndonos más grandes y en 2020 estamos a punto de salir en nuestra mayor gira hasta la fecha. Hemos vendido más tickets para ésta gira que para ninguna de las anteriores. Creo que, musicalmente, nuestros discos son mejores y nuestros fans están de acuerdo”, indica. “Estamos en una situación bastante única”.
Con la bajada de ventas pero la subida de alcance digital ¿es Silverstein una banda rentable para una discográfica o tan solo lo son para los promotores de sus giras? “Las ventas han bajado pero los sellos discográficos controlan Spotify”, cuenta. “Si tenemos, como dices, un millón y medio de oyentes mensuales, eso significa que se está generando un montón de dinero para la discográfica. Para los sellos eso es dinero gratis: ya no han de preocuparse de fabricar y distribuir. El tema digital es muy lucrativo hoy en día. Se habla de que las discográficas han estado desintegrándose durante la última década pero las cosas se han dado la vuelta. Lo que antes eran las ventas ahora es el streaming. Tengo claro, no obstante, que lo importante es que la gente siga viniendo a ver a Silverstein en directo. Nos podemos pasar meses agonizando sobre cada pequeño detalle de los discos que editamos pero todo lo que hacemos lo hacemos para salir posteriormente de gira. Que la gente quiera seguir viniendo a vernos es lo importante”, afirma.
Sobreviviendo al éxito
Quince años después de la edición de ‘Discovering The Waterfront’, ¿qué opinión tiene la banda de sus antiguos trabajos? “Me encantan”, asegura el vocalista. “Me gustan los dos primeros discos pero especialmente el segundo porque ya comenzábamos a tener cierta idea de lo que estábamos haciendo como banda en el estudio. Llevábamos una temporada girando y habíamos aprendido algunas cosas. Pero del primer disco sí que cambiaría cosas. Hay cosas que me dan cierta vergüenza y que cambiaría pero entiendo que ese disco fue el que marcó el camino para todo lo que he hecho después. Nunca me atrevería a hablar mal de ese disco porque, sin él, no estaría donde estoy ahora. En aquel momento a la gente le gustó así que ¿quién soy yo para quejarme?”.
La banda, haciendo honor a sus palabras, giró intensivamente en 2019 para celebrar los quince años de ‘Discovering The Waterfront’ y de su primer disco. “Cada noche salimos ahí a celebrar lo que hicimos hace tantos años y tocamos todas las canciones, incluso las que nos dan reparo”, se ríe Told. “Sabemos lo que ese disco significa para nuestros fans, fans que llevan veinte años apoyándonos. Nunca vamos a darle la espalda a nuestras viejas canciones. Somos una banda que abraza su pasado pero seguimos editando nuevas canciones que son relevantes y llegan a la gente” prosigue. “Hay gente que nos está descubriendo ahora, con los discos más recientes”.
Después de ayudar a popularizar la escena emo y core en cierta medida, esos géneros tomaron vida propia y dieron lugar a infinidad de bandas y artistas. “Es un honor que haya bandas hoy en día que están influenciadas por lo que hicimos en su momento”, reconoce. “Cuando comenzamos no obtuvimos todo el amor del mundo y, aunque teníamos muchos fans, nunca fuimos el tipo de banda a la que todos los grandes llamaban para girar y tampoco teníamos a grandes multinacionales discográficas peleando por contratarnos. Nadie nos puso en la portada de una revista. Todo fue muy de andar por casa: teníamos buenas canciones pero nadie se volcó completamente con nosotros. Muchas de esas bandas de emo y rap samplean nuestras canciones y nos reconocen como influencia. Eso es un gran reconocimiento para una banda que en su momento no tuvo todo el amor que necesitaba. Sigo orgulloso de la era de la música en la que aparecimos y a la que ayudamos a nutrir. Sigo en contacto con mucha gente de aquellos tiempos, como Underoath, cuyo vocalista aparece en una de las nuevas canciones como invitado. Miro atrás y me avergüenzo del corte de pelo pero no de haber grabado aquellos discos”, sonríe.
Gente como Pierre Bouvier de Simple Plan o Aaron Gillespie de Underoath participan en algunas de las canciones del nuevo ‘A Beautiful Place To Drown’ demostrando que la amistad no es fingida, que sigue ahí.
“Son todos amigos, incluso Princess Nokia que es la que más destaca”, explica. “Ella es una gran fan de nuestra banda y vino a nuestro show en New York la ultima vez. Le propusimos hacer una canción juntos y lo vio bien. En este disco tenemos una canción sobre una de esas relaciones que se te van de las manos y quería tener la perspectiva de una voz femenina. Se lo propusimos y no dudó ni un momento. Gente como Gillespie, Bouvier y Caleb de Beartooth son gente con la que me mensajeo con frecuencia”, cuenta. “No somos una banda que vaya mendigando invitados para sus discos. Tenemos una canción en mente, una voz en mente y si no podemos tener a quién queremos, no metemos a cualquiera. Si no hubiese colaborado Pierre habría cantado yo toda la canción”.
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