Seether: si quieres paz, prepárate para la guerra
Seether, a estas alturas, no necesitan presentación. Es una de las pocas bandas de metal procedentes de Sudáfrica -de donde su vocalista y único miembro fundador, Shaun Morgan- y que se ha mantenido activa durante veinte años bajo una expectación cada vez mayor.
Dos décadas de un legado musical variado y polifacético que ha servido de influencia para otros grandes del sector (¿Acaso no hay similitud entre los videoclips de “Same Damn Life” y “Run”, de Foo Fighters?) que culmina ahora con su octavo trabajo de estudio, ‘Si Vis Pacem, Para Bellum’. Bajo este latinismo se reúnen algunos de los temas más atrevidos de su carrera. Ante tal situación, Cody Lowery, veterano y a su vez incorporación más reciente de Seether, hace un repaso de su carrera y de su experiencia con la formación hasta la fecha.
Mucha gente te asocia al bajo debido a tu carrera musical en bandas como Saint Asonia. ¿Cómo llegaste a ser guitarrista de Seether?
La música siempre ha estado presente en mi familia: mis padres también eran músicos y yo empecé a tocar la guitarra, el piano y, por supuesto, el bajo, a una temprana edad. Mi padre solía decir que para ser un buen compositor se tiene que saber tocar de todo.
Acerca de Seether, un día estaba con la banda y Shaun dijo que buscaba a un guitarrista, así que yo le sugerí a Clint, mi hermano. Eso fue en la época en que su banda, Sevendust, se estaba tomando un tiempo y Clint aceptó hasta que Sevendust volvió a las andadas. En ese momento él mismo me dijo: “oye, ¿por qué no tocas tú?”. Después de dar mis primeros conciertos con ellos me sentí a gusto enseguida. El cambio de instrumento fue divertido, simplemente tocar la música de Seether fluye de manera natural en mí.
Estrenáis ‘Si Vis Pacem, Para Bellum’. ¿Qué significa este título para vosotros?
La traducción literal es “si quieres paz, prepárate para la guerra”, y llegamos hasta este título al repasar las canciones y sus letras. Esta expresión es la que le da más sentido a su música. Trata de prepararse a uno mismo y de ser cauto porque, al fin y al cabo, todo es una locura en esta vida. ¿Quién sabe con qué nos vamos a encontrar? Canciones como “Dangerous” o “Bruised And Bloodied” tienen un rasgo oscuro, pero Shaun siempre les da un enfoque optimista.
«odio las etiquetas porque quiero pensar que todos hacemos rock».
Se os ha etiquetado bajo varios estilos: post-grunge, metal alternativo, hard rock, nu metal… Son todos géneros bastante diferentes entre sí. ¿Cómo catalogarías el nuevo álbum?
Personalmente odio las etiquetas porque quiero pensar que todos hacemos rock. Creo que en cierto modo, esta forma artística tan rebelde a la que nos dedicamos ya queda apartada, así que dividir todavía más este fenómeno en pequeñas categorías debilita aún más la escena. Prefiero verlo como una gran unidad que trabaja conjuntamente.
Es el primer disco que grabas con Seether. ¿Cómo ha sido el proceso de creación y la experiencia en el estudio?
Espectacular. Shaun compuso este disco y, al escuchar las demos por primera vez, recuerdo que pensé: “¡oh, Dios mío! Esto va a ser increíble”. Él pensó en nosotros como músicos y nos dio a todos un pedacito donde lucirnos y pasarlo bien. Esto nos permite poner nuestro espíritu en el álbum y tocar como nos gusta. Johnny a la batería hizo un trabajo sensacional, Dale también cuando grabó el bajo… yo me sentí muy emocionado cuando llegó el turno de grabar mis pistas… simplemente no podía esperar más. El estudio es mi segunda casa, a parte de los escenarios. Disfruté como un niño en una tienda de caramelos: quería ir allí y probar, experimentar…
¿Qué guitarras utilizaste?
Actualmente estoy con Dean y toco concretamente con las Dean Icon, que tengo afinadas en diferentes tonos. Al final terminamos grabando con ellas todas las canciones porque suenan fenomenal. Tenemos muchos tipos de guitarras donde escoger en el estudio, pero cuando algo suena bien… ¿para qué buscar más? No importa cómo sea en apariencia. Sobre la afinación y el tono, son los que alguna vez usaron Alice In Chains y Tool y pensé que si les funciona a ellos, también nos funcionaria a nosotros (risas).
¿Usas las mismas para los directos?
Sí, son las mismas. Te puedo asegurar que cuando todo esto pase estaré por ahí con mis Deans dándolo todo.
¿Hay algo sin lo que no puedas tocar?
Para los directos caí rendido a los pies de los amplificadores Kemper. Acerca de mi pedalera, solía usar un Phase 90 y algún Wah, pero descubrí que puedo tener casi todos estos efectos a través de Kemper. En los últimos años han ganado mucho, tienen más efectos… entre las Deans y los Kempers tengo todo lo que necesito para sentirme cómodo en el escenario.
«volver a casa y tocar fue una experiencia abrumadora».
De los conciertos que has hecho con Seether, ¿cuál te ha gustado más?
Creo que uno de mis conciertos preferidos es el que hicimos en la ciudad natal de la banda, en Sudáfrica. Tengo un recuerdo especial de ese día porque es donde los chicos empezaron con este proyecto. Para ellos, volver a casa y tocar fue una experiencia abrumadora. Visitamos algunos de los lugares donde crecieron y el garaje donde tocaban cuando eran unos chavales. Aparte, el show fue espectacular
gracias a un público magnífico. Uno de los mejores recuerdos que tengo con mis compañeros. En fin… podría hacerte una lista de los sitios donde me encanta ir de gira, pero ese en concreto es un recuerdo especial.
¿Con qué canciones disfrutas más?
Me encanta “Stoke The Fire”, como la mayoría del ‘Poison The Parish’, pero también otros clásicos como “Gasoline”. Algunas son mis favoritas simplemente por la reacción del público, depende de la energía que transmite la audiencia me gusta más una que la otra. Por ejemplo, en “Remedy”, cuando toda la gente canta a pleno pulmón, es increíble el compartir esa pasión, ese momento y, en definitiva, esa canción.
Tengo muchas ganas de interpretar en vivo los nuevos temas. “Dead And Done” es una de las heavies, así que probablemente explote de la emoción cuando la toque (risas). Tenemos muchas ganas volver a los directos.
¿Cómo son los minutos antes de salir al escenario?
Antes de cada concierto estoy extremadamente nervioso, me siento como si estuviera al borde de un infarto o algo parecido. Y es un sentimiento extraño porque ensayamos a todas horas, incluso antes del show. Pero llega ese momento en que vamos hacia el escenario, estoy metido en mis pensamientos y en dar lo mejor de mí mismo. Es entonces cuando siento mariposas en el estómago, nervios… lo que sea. Eso sí, a la primera nota ya se va todo, me centro en disfrutar de la experiencia.
¿Qué anécdota podrías destacar durante alguna gira?
Hay algunas historietas de buenas (risas). Por ejemplo, una parte graciosa de las giras es a la mañana siguiente de tocar en un festival. Ahora que lo pienso, esta historia puede ser un tanto embarazosa. Bueno… a la mañana siguiente todos necesitamos usar el baño y claro, ves entrar a la gente en el bus y cuando salen todos tenemos la misma pregunta: ¿Qué? ¿Cómo ha sido? ¿Ha ido bien? ¿Una buena experiencia? (risas)
Esas son las partes que ahora, al recordarlas me parecen graciosas. Hay veces en que tienes que ir en el bus, hace calor y todo apesta de una manera brutal. Así es la parte bonita de la vida del rockero (risas)
¿Hay alguna cosa que no hayas hecho todavía como músico? ¿Algún sueño por cumplir?
Uy, tengo muchos. Ya he vivido muchas cosas pero todavía me quedan asuntos pendientes. Cuando vas de gira ves cosas nuevas, tienes experiencias diferentes y, en resumen, descubres los países donde tocas. Personalmente no he tocado nunca en Japón y me encantaría ir allí. Básicamente eso, tocar en sitios donde nunca he estado y compartir mi música por el mundo.
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