Desde Pittsburgh llega una multiinstrumentista decidida a dejar su marca en la escena del metal con un estilo a medio camino entre Arch Enemy y Evanescence. Su nuevo single digital, “A Clockwork Destiny”, es una patada en la cara.

Sarah Halter es una rara avis. Nacida en Pittsbugh, la ciudad de donde proceden fuerzas del nuevo metal como Code Orange o Lady Beast, la multiinstrumentista y compositora dejó la comodidad de tener una banda, Blue Clutch, para guisárselo y comérselo ella sola en un proyecto que, bajo su propio nombre, acaba de poner en circulación dos canciones en formato digital tituladas “A Clockwork Destiny” y “Frozen Magnolias”: dos temas de metal moderno que aúna las influencias del death metal y del metal sinfónico europeo.

Sarah Halter (Foto: Amanda Baker)

Halter comenzó a estar involucrada en la música “a la edad de diez años, cuando estaba en la banda de la escuela”, explica desde su ciudad. “Cuando era una niña no tenía muy claro lo que quería en la vida así que no practicaba mucho pero aprender y tocar música siempre fue fácil para mi porque tenía la capacidad de escuchar melodías en mi cabeza”. Cuando Halter se mudó a Pittsburgh, en 2016, su interés en la música pasó a otro nivel. “Aprendí a tocar la guitarra y a cantar y comencé a incorporar ambas cosas cuando tenía 15 años”, relata. “Siempre me gustó el metal, así que pasé a aprender técnicas de guitarra más avanzadas poco después. El interés en la composición no tardó en llegar. También pasé tiempo afianzándome en el arte de tocar en directo y desarrollar técnica en muchas noches de micro abierto y pequeños shows en directo después de formar Blue Clutch en 2016”.

Blue Clutch editaron ‘Silent Oblivion’, su único disco de estudio, en 2019. “No pudimos continuar debido a los problemas logísticos y al no estar todos en el mismo plano respecto a lo que era necesario para sacar adelante una banda independiente”, explica Halter. “Me gustaba colaborar con gente que tenía ideas similares a las mías pero encontrar a gente que además posea un enfoque similar en cuanto a la industria de la música puede ser difícil”. Aun así, Halter no descarta volver a estar en una situación de banda. “Estoy abierta a ello si una situación propicia tiene lugar, pero tengo muy claras mis expectativas profesionales y eso es mi máxima prioridad si vuelvo a estar en un grupo”. 

“En lo que se refiere a combinar voces limpias y guturales, bandas como Arch Enemy y Jinjer han sido grandes influencias”

En el single digital “A Clockwork Destiny”, Halter muestra un aperitivo de un curioso estilo que mezcla las voces más propias del death metal clásico con tonos limpios que recuerdan, por timbre, a Amy Lee de Evanescence. “Escucho muchas bandas y subgéneros”, revela Halter, “pero Arch Enemy y Evanescence son bandas de las que me declaro seguidora, aunque sus estilos hayan ido cambiando a lo largo de los años”.

“Amy Lee tiene una voz limpia que es mi favorita, así como también lo son las vocalistas que ha tenido Nightwish a lo largo de los años”, continúa. “No obstante, en lo que se refiere a combinar voces limpias y guturales, bandas como Arch Enemy y Jinjer han sido grandes influencias y puntos de referencia para mí que he ido aplicando en mi trabajo más reciente”. 

“Este estilo es muy relevante para mí porque puedo hacer muchas cosas con mi voz y permite que mi versatilidad vocal brille”, prosigue. “En lo que se refiere a las guitarras y la composición, tengo influencias de muchos estilos del metal. Una de las primeras bandas de metal que escuché cuando era más joven se llama Tristania. En sus primeros discos quedé impactada por su uso de la melodía frente a un estilo aplastante en las guitarras. Morte Veland es el líder por algún motivo”, cuenta. “También soy muy seguidora del trabajo de Adam Jones de Tool a la rítmica y de su manera de construir atmósferas. En lo que a solistas se refiere, Angel Vivaldi y John Petrucci, así como clásicos a lo Ritchie Blackmore, conforman mis puntos de referencia”.

Toda esa amalgama de influencias da lugar a canciones de corte bastante progresivos con muchos cambios de ritmo y partes que se entrelazan. “Frozen Magnolias”, por ejemplo, parece compuesta a partir de distintas partes de canciones. “Tenía algunos arreglos previos y no me acababan de gustar”, revela Halter. “Cuando me centré en hacer la canción mas contundente todo cambió. Es algo que se nota especialmente en los breakdowns que hay a lo largo del tema”, detalla. El estilo de Dan, el batería que ha colaborado con Halter en estos temas, “ha servido para remarcar este aspecto”. 

“Ya era parte de mi plan llevar a Blue Clutch hacia terrenos más técnicos y progresivos”, comenta la artista. “Yo quería ir en una dirección similar a la de éstas últimas dos canciones que he presentado, pero no pudo ser. A nivel compositivo, mis canciones hablan advirtiendo de algo que estaba a punto de pasar. Me gusta dejar mis canciones abiertas a interpretación pero, como dijo una reseña, ‘A Clockwork Destiny’ se puede interpretar como un escenario catastrófico”.

Sarah Halter (Foto: Amanda Baker)

La escena metalera en Pittsburgh no es la más florida de Estados Unidos pero, ciertamente, Code Orange han contribuido a mantener el lugar en el mapa en años recientes. “Hay mucha gente talentosa y hay una cantidad de gente bastante decente yendo a shows de bandas locales”, cuenta Sarah. “Pittsburgh siempre será el lugar donde empecé como artista, pero mi deseo es ampliar mi público y tocar fuera de esa ciudad, fuera del país y fuera del continente”.

Sergi Ramos