Chris Rörland: «Me gustaría hacer una canción con Sabaton sobre Star Wars»
Sabaton han regresado con 'The World To End All Wars' como siempre, a lo grande. La presentación de su disco se ha hecho por todo lo alto y han sido portada de revistas como Power Magazine en toda Europa. Después de hablar con su frontman Joakim Brodén previamente, ahora hablamos con su guitarrista Chris Rörland.
He podido escuchar el disco, y las secciones de los solos de “Sarajevo” o “The Unkillable Soldier” son lo más cañero que ha hecho Sabaton en muchos años. ¿Has tenido algo que ver?
Bueno, esto es algo que va muy atrás en el tiempo. Cuando empecé en Sabaton venía de un trasfondo musical muy distinto al de los antiguos guitarristas. Al entrar tampoco quería que el cambio de estilo fuera muy brusco, por lo que le pregunté a Joakim, que me dijo: “Eres el chico nuevo, mucha gente va a odiarte y no será fácil. Creo que para que la transición sea lo más pacífica posible, no deberías hacer unos solos muy distintos a lo que venimos haciendo. Si nos separamos del sonido clásico de Sabaton, todo sonará como una banda diferente”.
Es por ello por lo que en ‘Heroes’ (2014) no hice todo lo que podría haber hecho con los solos. Sin embargo, poco a poco he podido irle metiendo mi personalidad, y creo que finalmente en ‘The War To End All Wars’ he podido tirar la casa por la ventana y lucirme como no había tenido la oportunidad de hacerlo jamás con Sabaton.
¿Cuándo estabas en esta fase de “perpetuar” el sonido familiar de Sabaton, te habría gustado hacer solos más salvajes como los de “Into The Fire” o “Back In Control”? Veo mucha agresividad en tu trabajo en la guitarra, no solo virtuosismo.
No exactamente. Me gustaría hacer solos al más puro estilo John Petrucci, claro, pero un sonido así no quedaría bien en un grupo como Sabaton. Creo que el secreto está en encontrar el término medio, un equilibrio. No puedo ir muy a lo loco. Hay que conservar la melodía, pero al final las canciones tienen mucha energía.
Yo, por ejemplo, soy muy fan de Iron Maiden, y lo que Adrian Smith hace con sus solos me parece increíble. Son solos que siempre pueden tararearse. Ese es mi objetivo con mis solos, que puedan tararearse. Si son muy rápidos creo que la gente se pierde la magia. Por ejemplo, Yngwie Malmsteem toca muy rápido, ¡pero buena suerte intentando canturrear su solos!
¿Cómo es el proceso de crear un solo para una canción de Sabaton?
Pues me gusta escribir mis solos primero con el piano porque es un instrumento con mucha melodía. De vez en cuándo sigo revisitando mis viejos VHS de Petrucci que todavía tengo por casa, por lo que nunca dejo de aprender. Es un proceso un poco raro, pero claro, al enfocarlo con otro instrumento puedes volver a lo que te decía sobre tararear.
Al pasar de las teclas a la cuerda la diferencia es tan grande que acabo haciendo cosas que nunca se me habrían ocurrido solo con la guitarra. Intento no limitarme a pensar solo como guitarrista porque al final el sonido es el que sale perjudicado.
En un grupo con compositores tan definidos, ¿cómo gestionas tus aportaciones compositivas?
Para las canciones nuevas, Joakim siempre viene con una idea muy definida en la que él mismo toca las guitarras. Nos la enseña y a partir de ahí se convierte en una composición grupal en la que intento acrecentar los aspectos buenos de la canción y darle un poco de mi marca personal para hacerla incluso mejor. No nos importan mucho los sentimientos del otro, todos conspiramos para que la canción sea lo mejor posible sin miedo a herir a nadie y sin que haya lucha de egos.
Es un proceso bastante ergonómico y grupal, y el mismo Joakim muchas veces nos da una idea abierta en la que cada uno puede aportar su pieza -esto con las canciones nuevas-. Con las antiguas trato de mantenerlo tan ceñido a la versión original como sea posible, y si bien sí que hay secciones de los solos que trato de mejorar, nunca altero la melodía inherente a los mismos.
Siempre que habéis hecho un disco de la primera guerra mundial el sonido ha sido bastante más oscuro y lóbrego que con otros cortes. ¿Tratas de adaptar tu sonido y tu técnica al contexto histórico de la canción?
Pues la verdad es que no porque en nuestro proceso creativo primero viene la música y luego viene la letra. Así se mantienen las canciones frescas y buenas. Si te limitas a un tema en concreto creo que es cuando vienen los bloqueos. Joakim y Pär tienen un talento increíble a la hora de escribir estas letras históricas sobre toda clase de temas.
Para cada lanzamiento hay como unas quince o veinte canciones escritas, pero solo unas pocas acaban teniendo una letra. Mucho material puede usarse en futuros álbumes, otros quedan en el cajón, pero creemos que es la mejor forma de trabajar. Tenemos en cuenta otras cosas por eso. De hecho, Joakim siempre considera hasta si los coros han de ser masculinos o femeninos, y la cantidad de voces necesarias para ello.
Joakim y Pär son famosos por su gran amor a la historia. ¿Antes de entrar en Sabaton era un tema que te fascinara?
Es algo que me ha ido gustando sobre la marcha. He ido al colegio como todos, pero no era un tema que me llamara especialmente la atención. Sí que es cierto que cuando era adolescente tenía una profesora que era especialmente buena hablando de la II Guerra Mundial porque su madre había sido internada en Auschwitz y tenía una forma de explicar los acontecimientos que me llegaba mucho. De ella aprendí muchísimo de la Segunda Guerra Mundial, pero, por ejemplo, no sabía nada de la Primera Guerra Mundial, un tema sobre el que hemos hecho dos discos.
He aprendido muchísimo de historia con solo escuchar las ‘History Editions’ de estos últimos dos discos. Mucha gente me pregunta por qué no hago letras para Sabaton, que es algo que siempre he querido hacer, pero claro, antes debería tirarme al menos diez años estudiando historia (risas). Creo que en ese sentido Joakim y Pär son unos liricistas fantásticos, y aparte son también unos redomados frikis de la historia (risa).
Si se te brindara esta posibilidad de hacer una letra, ¿hay alguna época en especial que te gustaría tocar con la banda?
Sí, sobre Star Wars. (risas)
Creo que entiendo porqué no te dejan hacer letras (risas).
(Risas) Bueno, más o menos me he conseguido salir con la mía, porque en este disco hay una canción que se llama “Stormtroopers”. De hecho, en ‘The Last Stand’ (2016) hablamos sobre un montón de acontecimientos históricos muy antiguos como de los samuráis o los espartanos, y para mí fue refrescante porque al final la Segunda Guerra Mundial monopolizaba muchas de nuestras temáticas. Seguro que hay muchos temas algo más antiguos que creo que me gustarían más que los conflictos más contemporáneos.
Por supuesto, nunca nos pondremos a escribir canciones sobre matar dragones o beber cerveza. ¿Una canción sobre tiempos antiguos de nuevo? ¡Eso sería genial!
¿Qué canciones de ‘The War To End All Wars’ tienes más ganas de tocar en directo?
Es muy difícil. De hecho, los setlists son cada vez más difíciles de elegir. Siempre he sido de esos fans que odia ir a ver una banda y que toquen solo temas de su último disco, porque si están ahí es porque los clásicos les han permitido llegar a donde están. Hay canciones de este álbum que creo que funcionarán muy bien, y dentro de la catástrofe que han supuesto las cancelaciones, lo bueno es que el público europeo podrá haber digerido el álbum como un todo y nosotros podremos saber qué canciones funcionan.
Hemos llegado a un punto en el que hay tantos temas y discos que un setlist siempre es un sacrificio. Lamento no poder dar una respuesta más precisa, pero créeme que es un dilema que con cada lanzamiento solo se vuelve más difícil de resolver.
Ya habéis sacado dos álbumes sobre la I Guerra Mundial -e incluso antes habíais escrito canciones sobre ella como “The Price Of A Mile” o “Angels Calling”-. ¿Sería posible hacer un show exclusivo de la primera guerra mundial?
Wow, eso sería bastante chulo, ¡me encantaría hacerlo! Conociendo a Joakim y a Pär creo que sería muy plausible que algo así se llevara a cabo. Después de las cosas que se han hecho, creo que encajaría muy bien con lo que solemos hacer. Dejémoslo en un quizás.
El año pasado pude hablar con Tommy sobre vuestro concierto en el Hellfest en el que entre los dos tuvisteis que haceros cargo de la voz. Desde un punto de vista personal, ¿cómo fue la experiencia?
Fue la peor experiencia de mi vida (risas). Perdón, quiero decir, fue la mejor experiencia de mi vida, pero también la que más pesadillas me ha provocado. Suena un poco contradictorio, pero créeme que tiene sentido.
Lo que pasó fue que teníamos planeado quedarnos dos días ahí para despachar asuntos con la prensa, ver a Manowar en vivo y luego seguir hacia nuestro siguiente concierto. Estábamos ahí con nuestros tejemanejes con la prensa cuando de pronto se nos acercó la organización del Hellfest para informarnos que Manowar no iban a actuar y si podíamos ocupar su lugar.
Eso de por sí es algo que da bastante vértigo porque todo el mundo sabe que los fans de Manowar son los últimos a los que quieres volver en tu contra, pero por otro lado estábamos muy felices porque íbamos a encabezar uno de los mayores festivales de Europa. Llegados a este punto, Joakim se fue a descansar, porque aparte del concierto que ya habíamos dado, se había tirado todo el día hablando con los medios, lo que había fatigado bastante su voz.
El follón comenzó fue cuando apareció un ahora antes del concierto sin voz. Entonces entramos en pánico porque el concierto estaba a punto de ocurrir y nuestro cantante no tenía voz. Joakim se me acercó con esta voz de Marlon Brando en el Padrino y me dijo: “Tienes que cantar en este concierto”. Y bum, el estómago me dio un vuelco. Claro, Tommy también se puso nervioso, pero al final él también es cantante. En cambio, más allá de los coros y algunas secciones, yo nunca he sido un cantante que tiene que gestionar su voz para la duración de todo un show.
Lo siguiente fue que nuestra crew se puso a imprimir las letras como locos porque claro, más allá de los coros que hago siempre, no me sé todas las letras. Iban arriba y abajo del escenario poniéndolas en nuestra cara, y claro, ahí estaba yo cantando, tocando y leyendo a la vez.
Hubo algo único en todo ello, y al final lo hemos recordado como algo histórico, ¡pero espero que nunca tenga que repetirlo! (Risas). Piensa que tenemos mucha pirotecnia en los conciertos, y se me metió toda la puñetera pólvora en la garganta y me destrozó vivo. Desde entonces mucha gente quiere que repitamos algo así o que Tommy y yo cantemos en algún disco, pero ahora ya sabes mi opinión.
La banda comenzó a crecer más o menos cuándo tú entraste en el grupo en 2012. ¿Notaste que las cosas se hacían de forma distinta a cómo funcionan otros grupos?
En lo que atañe a la banda en sí, me sorprendió lo humildes y amables que fueron todos conmigo pese a ser el chico nuevo. Lo que realmente me hizo darme cuenta de lo distinto que era Sabaton respecto a cualquier otra banda fue cuando comencé con las giras. Sabaton como empresa es enorme, y todo se planea con mucha antelación. Al principio me daban más miedo los haters que pudiera tener, pero la verdad es que tampoco me odiaron mucho -creo que porque me vieron como una persona humilde que no iba de estrella-.
La transición fue bastante sutil, y sí, a partir de ahí todo se descontroló y la banda creció muchísimo. También hemos crecido como músicos y hacemos cosas que antes hubieran resultado imposibles o impensables.
En el directo ‘Swedish Empire Live’ Joakim habla sobre lo bien que se os recibió en el grupo. ¿Cómo fue el proceso de ser el chico nuevo?
Espero que los fans estén más contentos conmigo que con Richard y Oscar. Nunca es fácil entrar y ocupar el puesto de otra persona, y mantener su legado es todo un honor. Pero sí que trato de mejorar cosas que creo que podrían ser mejores. En ese sentido, espero que los seguidores puedan apreciar estas mejoras, pero tampoco voy a dejar de ser la persona que soy y siempre he sido.
Ya que te has confesado como un gran fan de Iron Maiden, ¿cuál es tu solo favorito de Adrian Smith?
Uf, qué pregunta tan difícil. Voy a tener que decirte tres. “The Evil That Men Do”, que no solo tiene un gran solo, sino que además es todo un himno. Luego te diría que el de “Sea Of Madness”, que está muy infravalorado, y, por supuesto, el de “Aces High”, que es la canción que me convirtió en un guitarrista con seis años.
¿Son ciertos los rumores de que te cogieron en Sabaton por tu experiencia conduciendo un camión de municiones durante tu servicio militar?
¡No puede ser! (Risas). Nunca lo había pensado, pero sí que hay una conexión extraña entre la banda y este detalle sobre mi pasado. Confirmo que es todo cierto. Soy un músico desastroso, pero sí: Sabaton vieron en mi currículum que había conducido un camión para el ejército y decidieron que mis habilidades musicales no importaban, que solo por eso debía estar en la banda.
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