Hace unas semanas, Nightwish pasaron con toda su gloria por Barcelona para realizar uno de los tres conciertos españoles de la gira “Decades World Tour” (cuatro si contamos el del festival Leyendas del Rock del pasado mes de agosto.

Unos conciertos que suponían la primera ocasión en que Nightwish giraban durante más de una fecha por nuestro país por primera vez en casi once años. Poco antes de que diese comienzo el concierto pudimos compartir una rápida charla con Marco Hietala, quien nos recibió en los camerinos del Sant Jordi Club de Barcelona con el mismo tono afable de siempre.

«Por suerte ahora hace tiempo que viajamos de una manera más cómoda» comenta al hilo del mayor status de Nightwish en tiempos actuales. «He vivido muchas de esas noches de volver en una furgoneta con un bombo sobre mi regazo y durmiendo en mala postura durante cuatro o cinco horas antes de llegar a casa». Las primeras giras nunca se olvidan, por muy grande que te hagas.

Nightwish ahora tocan en grandes arenas o en arenas menos grandes en el caso de los shows españoles, un territorio que han negado durante buena parte de los últimos años de su carrera salvo apariciones puntuales en festivales. Pero esta era una ocasión especial: tocaba celebrar veinte años de carrera de la banda y la edición de un recopilatorio, “Decades”, que pone en perspectiva la carrera de la superbanda finlandesa de metal sinfónico.

«Es diferente girar para un disco recopilatorio como estamos haciendo en este caso. Es raro no tener un nuevo disco que promocionar, por una vez» reflexiona Hietala. «Por otra parte, llevamos una gran producción, es una gira larga y al final el cansancio y el esfuerzo es el mismo. Por otra parte, estamos tocando varias canciones que nunca antes había cantado ni tocado y eso ha supuesto un pequeño reto. Una canción como ‘Devil and the Deep Dark Ocean’ tiene lineas de bajo super rápidas y a la vez he de cantar. Esas pequeñas cosas son los retos que he tenido que superar en esta gira. En general girar es algo que me gusta. Me gusta salir a montar un espectáculo con mis colegas. El 100% de las ocasiones tanto la gente como nosotros salimos del auditorio con una sonrisa en nuestras caras y eso es lo importante».

Hietala suele pasearse por el escenario tocando el bajo como quien toca “La Bamba” con una guitarra acústica y siempre con una sonrisa en la cara. Es uno de sus rasgos escénicos más característicos. Más mayor que el resto de la banda, Hietala ya tenía muchos palos dados en la vida antes de llegar a Nightwish, especialmente con bandas como los legendarios Tarot o los olvidados Sinergy de Kymberly Goss y Alexi Laiho. Su presencia emana calma y tranquilidad, incluso en escena.

«Siempre depende de la canción que estés tocando. Hay canciones nuevas que pueden ser simples o muy complejas y lo mismo sucede con las antiguas» explica. «Lo más complejo para mí suele ser tener que cantar a la vez que toco partes de bajo realmente complejas que tienen matices de tiempo muy precisos. En esos casos intento construir una rutina en mi cabeza donde las cosas salgan de manera natural sin que tenga que estar excesivamente preocupado en cada ocasión. Parece fácil pero te aseguro que no lo es».

«Es una de las cosas que me gusta perfeccionar como intérprete: ser fluido en mi estilo tocando» profundiza. «Por eso parece que sea fácil incluso cuando no lo es en absoluto. Da igual si estoy tocando un Mi continuamente sin más o si estoy haciendo una línea de bajo muy intrincada, me gusta que siempre parezca que estoy dando un paseo por el campo y que el bajo tiene un buen groove. Para eso tengo que estar muy bien sincronizado con la batería y con la guitarra. De ese modo, da igual que sea una parte técnica o no: yo simplemente soy parte de un conjunto rítmico junto a otras dos personas».

Sin ambiciones

En el caso de Nightwish se ha dirigido mucha atención a lo largo de los años hacia la figura de la vocalista femenina como foco principal de atención. Ya fuere cn Tarja Turunen, Anette Olzon o actualmente con Floor Jansen, Hietala y su aportación vocal siempre han quedado en un discreto segundo plano. Pero fue cuando Hietala entró en la banda en 2001 que su voz dura y áspera, en conjunto con el chorro de voz operística de Tarja separaron a Nightwish de todas las otras bandas del momento y sus suertes comenzaron a cambiar. Pronto llegaría “Century Child” y más notoriamente “Once”, en 2004, y la vida de los miembros de Nightwish ya nunca volvería a ser la misma.

«No tengo problema con mi posición en Nightwish y, de hecho, me gusta el hecho de no tener que estar siempre en primera línea» dice humildemente Hietala, quien no se considera el ‘héroe’ oculto tras el ascenso de Nightwish en la década pasada. «Creo que tengo lo mejor de ambos mundos: estoy al frente cuando hace falta pero no tengo que estar ahí durante todo el show y no tengo que conectar continuamente con el público. Siempre puedo dar dos pasos atrás y concentrarme en tocar el bajo».

Crónica Nightwish Marco Hietala

Nightwish (Foto: Sergi Ramos)

«En la banda hay una igualdad muy real y una química muy certera» elabora Marco Hietala. «No tengo aspiraciones para ser un miembro más reconocido o más prominente de Nightwish. Estoy bien como estoy».

El bajista y vocalista revela una sorpresa. «Si que tengo un disco en solitario en camino que me permitirá hacer algunos shows en directo por mi cuenta en 2019, pero en Nightwish mi rol es este y estoy muy contento con él».

Tras el final de la gira “Decades” llega el momento de que Tuomas Holopainen se sumerja en las composiciones que desarrollará en el próximo disco de Nightwish, el cuál no se espera antes de 2020, casi cinco años después de la edición de “Endless Forms Most Brautiful”, su obra de estudio más reciente.

«Comenzaremos a ensayar y grabar con Nightwish alrededor del mes de julio de 2019» especifica el bajista. «Hasta entonces, tengo una primera mitad del año muy disponible para editar mi disco e incluso tocar en algunos festivales de verano durante los fines de semana, aunque esté grabando con Nightwish entre semana. No tengo ningún problema de agenda, vaya. La mayor parte del año que viene se va a basar en editar mi disco y hacer conciertos para presentarlo».

No más dramas

Tras las épocas de drama e inestabilidad que rodearon las salidas primero de Tarja Turunen y luego de Olzen, uno se pregunta si parte del problema no residía en haber escogido vocalistas alejadas -en general- de la identidad y características propias del mundo del heavy metal. Desde que Floor Jansen está en la banda Nightwish giran sin problemas, sin dramas y la banda parece una unidad más cohesiva que en el pasado, donde la tónica general era la de banda + vocalista, en lugar de un todo. Jansen, a fin de cuentas, se había afilado los dientes comiéndose innumerables giras por locales de todo tipo con After Forever y Revamp.

«La diferencia es que Floor ya había estado en bandas antes de llegar a Nightwish, incluso antes de tener siquiera veinte años» explica Hietala. «Venía con una preparación distinta. Ella es, como nosotros, una persona con actitud de road warrior. Es alguien a quien le gusta estar de gira, le gustan los escenarios y le gusta interpretar. No hay aspiraciones paralelas por su parte que le hagan resentirse de su trabajo en Nightwish tampoco. Además, nos llevamos francamente bien. La química personal, a día de hoy, es la mejor que nunca ha habido en la banda».

¿Ve Hietala a estos Nightwish actuales tocando dentro de diez años?

«Creo que ésta es la formación definitiva de Nightwish, sin rodeos» asegura. «No tenemos que estar pisando huevos continuamente. Evidentemente hay una parte de caos durante el día a día de la banda y tienes que estar preparado para cualquier cosa, pero en lo que es el núcleo musical de la banda no tenemos que estar continuamente preocupados o ajustándonos a una personalidad concreta. Funcionamos como un equipo. Es una situación estable y buena la que tenemos ahora».

Nightwish Bilbao Cubec 2018

Nightwish (Foto: Aritz Sola)

El año pasado, Hietala y la ex-vocalista de la banda Turunen volvieron a coincidir en un mismo escenario doce años después de la dramática salida de Nightwish que protagonizó ésta. Fue en el marco del Rasjasta Joulua, una serie de conciertos navideños que se celebran en el Elenia Areena de Hämeenlinna.

«Fue excitante en cierta manera, al ser la primera vez que nos veíamos de nuevo. Tuvimos tiempo de irnos a un lado y ponernos a hablar un ratito»” explica el músico. «Para acortar la historia, los dos estábamos de acuerdo en que da igual lo que dijese la prensa o los fans en su momento. Lo peor de todo lo que pasó fue que perdimos la amistad que nos conectaba y esa fue la mayor perdida. Perdimos una amistad y eso fue lo más triste para todos nosotros. Luego hubo algunas bromas y comentarios positivos. Ese es el resumen a grandes rasgos de nuestra conversación aquel día».

Nightwish se tomarán ahora un descanso durante buena parte de 2019 tras celebrar los últimos conciertos de la gira “Decades” que finalizó con una espectacular noche el pasado 15 de diciembre en el Hartwall Arena de Helsinki tras conquistar todo el planeta. El próximo paso de la banda solo lo sabe Tuomas Holopainen.

Sergi Ramos