Necrophobic: “La dimensión espiritual del black metal es ahora mucho más profunda”
Necrophobic siempre se ha mantenido en segunda línea en giras y festivales. Fiel al undergound, el quinteto nórdico ha tejido tres décadas de brutalidad sonora y una aportación consistente que asciende ya a nueve discos de estudio.
La banda sueca de death y black metal presenta ahora ‘Dawn Of The Damned’, novedad discográfica en la que han abordado un estilo compositivo más ambicioso y una línea temática que afecta en lo más personal a su guitarrista Sebastian Ramstedt. Tras cinco años en el dique seco ordenando sus pensamientos, Ramstedt trae ahora una nueva mirada a Necrophobic, un acercamiento más íntegro a la guitarra y a su devoción hacia lo oculto.
Han pasado casi 30 años desde la publicación de vuestro álbum debut. ¿Cómo ha cambiado tu perspectiva hacia el black metal con el paso del tiempo?
La segunda ola del black metal que surgió en Noruega y Suecia trató de aplicar las letras del death metal a la vida real. Por aquel entonces, el black metal se convirtió en un estilo de vida y solo con la música no era suficiente. Si te considerabas una banda de black metal en los años ‘90, debías vivir de acuerdo a las reglas de aquello que escribías. Pero claro, todo eso cambió a finales de la década y la escena pasó a ser más complicada. Hoy en día, creo que el black metal es más serio que nunca, ya que acepta la humanidad de otra forma. La gente tiene sentimientos muy diferentes hacia la música y se ha pasado a aceptar esa diversidad. Los tiempos en los que todo giraba en torno al mal han cambiado, la dimensión espiritual y religiosa del black metal es ahora mucho más profunda.
Vuestro anterior álbum, ‘Mark Of The Necrogram’, tuvo una gran acogida entre los seguidores del metal extremo. ¿Qué es lo que lo diferencia principalmente de la actual novedad, ‘Dawn Of The Damned’?
Cuando escribimos ‘Necrogram’ no buscamos realizar un disco complicado, no tratamos de incorporar pasajes progresivos ni forzar al oyente con canciones complejas. De algún modo, queríamos volver a las raíces y recopilar lo mejor de las diferentes etapas de nuestra trayectoria. Esta vez sentíamos que era el momento de ser un poco más atrevidos y dar forma a canciones y letras algo más profundas. Puede que el oyente necesite tres o cuatro escuchas para sumergirse por completo en el disco. Ciertas partes progresivas y atmosféricas están más presentes, hay más diversidad.
“Puede que el oyente necesite tres o cuatro escuchas para sumergirse en el disco”
Volcarte en la guitarra por completo ha sido una de las claves del nuevo álbum. ¿Hasta qué punto ha abierto este cambio nuevos territorios creativos?
He practicado la guitarra más que nunca, pero no con el fin de hacer un mejor disco de Necrophobic, sino porque el instrumento forma parte de mi vida. Como ser humano, siempre trato de progresar y aprender nuevas cosas, no me gusta andar sobre mis pasos una y otra vez. En la guitarra tenemos seis cuerdas y 24 trastes, pero generalmente solo utilizamos acordes entre los primeros siete trastes. Casi todas las bandas de metal lo hacen. Quise romper con eso y utilizar el instrumento de forma más completa, al estilo del guitarrista clásico. Tomo ejemplo de los artistas más melódicos de la escena de los ‘80 en Los Ángeles, tales como George Lynch y Eddie Van Halen. Estos guitarristas exploraban al máximo, no tocaban simplemente notas al aire y he querido incorporar ese espíritu a la sección rítmica. Gracias a ello, creo que hemos conseguido un nuevo estilo de riffs. Siguen sonando a Necrophobic, pero tienen más capas, detalles que no hubieran existido de no haberme empeñado en conquistar la guitarra. La principal ventaja ha sido poder emplear armonías que no suelo escuchar en otras bandas de black metal.
El nuevo álbum está acompañado por un viaje narrativo en el que proyectas tus experiencias personales. ¿Podrías contarnos más acerca de ello?
Hace varios años, antes de que volviera a unirme a Necrophobic, pasé por varias crisis personales. Sentí que debía hacer cambios en mi vida y convertirme en una persona diferente. En el camino quemé muchos puentes y perdí algunas amistades, fue una época tormentosa en la que no sabía hacia dónde dirigirme y esto ha servido como base conceptual del nuevo disco. Hablamos sobre alguien que parte de la miseria absoluta y emprende un viaje consigo mismo para ver si puede acabar siendo una nueva persona. Realmente, todo se remonta a los años ‘90, cuando formé parte de una organización mágica llamada Dragon Rose en la que hicimos mucha meditación, sueño lúcido y magia negra. Por aquel entonces, tuve visiones alucinatorias y comencé a anotar mis experiencias, fueron años de transformación profunda en mi vida. Tomé todas esas vivencias y las he juntado en estas nueve canciones. El objetivo es hacer viajar al oyente en una especie de sueño, que se traslade a un lugar de no retorno donde se mezcla todo lo bueno y lo malo. Creo que la historia funciona realmente bien con la música.
Todo esto parece algo muy alejado de los conceptos originales del black metal, tales como el satanismo y la quema de iglesias. ¿Es todo esto algo del pasado?
Para mí lo es, pero no para la escena. En los tiempos de la quema de iglesias éramos adolescentes de entre 17 y 19 años. Cuando te haces mayor dejas de hacer ese tipo de cosas, pero eso no ha cambiado el sentimiento extremo que tenemos hacia esa música. Creo que la mayor diferencia reside en que ahora lo volcamos todo en las canciones, no tengo que extrapolarlo al mundo exterior como en el pasado. Sin embargo, muchas bandas jóvenes todavía sienten un vínculo hacia esa esencia de los ‘90.
“En los tiempos de la quema de iglesias éramos adolescentes, cuando te haces mayor dejas de hacer esas cosas”
¿Qué te parecen las bandas más jóvenes y modernas de black metal, aquellas que se acercan al género mediante una producción y una forma de tocar más limpia y nítida?
Hoy en día, los grupos son mejores con sus instrumentos. Cuando empezamos nadie sabía realmente cómo tocar, éramos ingenuos y eso funcionó de algún modo, ya que buscábamos esa rabia juvenil. En cambio, las nuevas bandas de hoy en día pueden aprender de todo ese recorrido que trazamos los más veteranos y avanzar de forma más rápida. Descubro grupos muy buenos, tanto cuando giramos como cuando estoy en casa, aunque realmente no estoy interesado en el death y el black metal actual. Escucho bandas antiguas como Venom, Bathory, los primeros Slayer… pero no sigo la escena como antaño. Hoy en día escucho sobre todo heavy metal y hard rock.
¿Cuáles son los artistas que te inspiran principalmente?
Bebo del metal de los ‘80 y, en cuanto al trabajo solista, miro sobre todo a la escena estadounidense de finales de esa década. Me inspiran Lynch y Van Halen, antes mencionados, también Jake E. Lee… Necrophobic es otra cosa completamente distinta, pero me gusta escuchar a los artistas mencionados e incorporar su estilo al black metal. Me interesa ver el modo en el que utilizan sus instrumentos y las técnicas, me aportan más herramientas para poder desarrollar canciones.
El título del disco, ‘Dawn Of The Damned’, recuerda inevitablemente al del clásico filme de terror, ‘Dawn Of The Dead’. ¿Tienen alguna relación?
Ninguna. El concepto del disco es claro, trata sobre una persona condenada (damned) que parte de la oscuridad y emprende su camino hacia el amanecer (dawn). Creo que el título nos gustó mucho porque conocemos la película y, como mencionas, son muy similares en la pronunciación. Suena muy bien y nos recordaba al filme de un modo inconsciente. Pero en el aspecto temático no tienen nada que ver.
En el estudio, habéis vuelto a trabajar con Fredrik Folkare (Unleashed). ¿Hasta qué punto es clave su participación en el proceso de producción?
Creo que es muy importante para Necrophobic. De hecho, Folkare fue guitarrista de Necrophobic durante los cinco años en los que me ausenté de la banda. Ha producido todos nuestros discos desde 2006 y es una pieza fundamental en nuestro sonido. Conoce los trucos más importantes para conseguir lo que buscamos y podría decirse que es una especie de sexto miembro de la banda. A estas alturas, no grabaría un solo disco sin él.
¿Cuál es el aspecto que más valoras de Folkare?
Confío en él totalmente, eso es lo más importante. Cuando estamos en el estudio y nos dice que lo que acabamos de grabar es una buena toma, que el sonido funcionará… le hago caso. Cuando tenemos dudas y nos dice que todo está correcto o que deberíamos repetir ciertas cosas, su criterio es el que más importa. Esto facilita mucho las cosas ya que no tengo que estar encima todo el rato, Folkare se encarga de que todo esté en su sitio. Sus decisiones son las decisiones correctas y es por ello que confío tanto en él.
“Siempre nos hemos llevado bien con Schmier de Destruction, sabemos que es muy humilde, el rollo de estrella del rock no va con él”
“Devil’s Spawn Attack”, la última canción del nuevo disco, incluye una colaboración señalada con Schmier de Destruction a las voces. ¿De dónde surgió esta idea y qué es lo que os une a ambos más allá de la canción?
Habíamos escrito todas las canciones del disco, pero el sello quería una más. La idea no me hizo mucha gracia, ya que creía que el disco estaba perfecto tal cual, pero insistieron. Por aquel entonces estuve escuchando todos estos clásicos alemanes como “Pleasure To Kill”, “Infernal Overkill” y “Obsessed By Cruelty”. Por tanto, desde la rabia, me propuse hacer un pastiche de thrash metal teutón. Lo hice en dos horas, antes de irme a dormir, y cuando lo escuché al día siguiente se me ocurrió que debíamos proponer a Schmier una especie de colaboración. A través de los años hemos coincidido sobre las tablas y siempre nos hemos llevado bien, sabemos que es muy humilde, el rollo de estrella del rock no va con él e intuimos que podría animarse. Preguntamos a nuestro manager si sabía cómo contactar con Schmier y nos dijo que eran amigos, por lo que todo fluyó con facilidad. Le enviamos una demo, la canción le gustó mucho y unas semanas después nos lo mandó de vuelta con sus voces añadidas. Estoy muy contento con el resultado, ya que Destruction es una de las razones por las que hacemos esto, fue una de las bandas que me inspiró para hacer metal extremo, por lo que es una forma de cerrar el círculo.
Considerando que la actual situación está marcada por completo por el coronavirus, ¿cuáles son vuestras perspectivas de cara al ciclo de presentación del nuevo álbum?
El lado bueno de todo esto es que hemos tenido el tiempo suficiente para mezclar y revisar el sonido del nuevo disco como se merece. No estamos en la carretera y eso es bueno también de cara a la promoción y el trabajo con los medios. En cuanto a las giras y las actuaciones de directo, no tenemos ni idea de qué va a pasar. Tenemos que seguir pensando que el mundo se irá abriendo el año que viene, al menos debemos planearlo para estar preparados cuando llegue el momento. Pero realmente no tenemos ni idea y esto nos está llevando a explorar otras vías de promoción para la banda. Últimamente estoy haciendo muchos vídeos playthrough, compartiendo canciones con nuestros fans… tratamos de estar muy activos en las redes sociales ya que ahora mismo es la única vía que tenemos para llegar a nuestros seguidores. Si no podemos tocar durante todo 2021 no sé lo qué haremos… Afortunadamente, tenemos trabajos normales, seguimos cobrando y no dependemos de la música como otras bandas, aunque sea realmente aburrido.
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