Napalm Death: «no creo que seamos una banda de metal»
16 discos de larga duración y cuatro décadas repartiendo brutalidad sonora sobre las tablas avalan la trayectoria de Napalm Death.
Lejos de amilanarles, el paso del tiempo ha empujado al indomable cuarteto británico hacia horizontes artísticos aún más ambiciosos. Charlamos con su vocalista, Mark “Barney” Greenway, sobre la actualidad de la banda y su nuevo álbum, ‘Throes Of Joy In The Jaws Of Defeatism’, además de repasar su singular método compositivo y la presencia del neofascismo en la industria musical.
Han pasado más de 30 años desde que publicasteis vuestro disco debut, ‘Scum’. A día de hoy, ¿cuál es vuestra principal motivación a la hora de crear música?
El objetivo es seguir avanzando, tanto en el aspecto musical como en el lírico. No hacer el mismo álbum dos veces, ya que cuando llegas al punto en el que has lanzado 16 discos, utilizar ese recurso sería como engañar al oyente. Siempre tratamos de evolucionar y, a su vez, preservar las cosas importantes, que en nuestro caso son la agresividad musical y un acercamiento a ella a través de la confrontación. Ese es el objetivo, otra cosa es que le guste a la gente.
En las dos últimas décadas el metal extremo se ha expandido en muchas direcciones diferentes, pero pocas bandas han sido capaces de replicar vuestra visceralidad. ¿Qué elemento destacarías como el más particular de vuestro sonido?
Creo que en la escena del grindcore ha habido un puñado de bandas que han llegado a límites de agresividad realmente impresionantes, nosotros somos una más. La escena seguirá adelante gracias al conjunto de grupos que la componen, no nos corresponde a nosotros dictar la dirección que debe tomar. En cuanto a la personalidad de nuestro sonido, no considero que seamos una banda de metal.
Quizás esa sea una de las claves desde el punto de partida. Definitivamente, el metal es parte de nuestro sonido, pero no cubre más que un pequeño espacio. También tenemos partes de hardcore, punk y una mezcla de sonidos industriales alternativos, por lo que calificar a Napalm Death como una banda de metal sería una categorización simplista, demasiado limitada. El hecho de explorar ese amplio abanico es lo que nos hace sonar diferentes. Es más, a la hora de dar forma a un álbum, creo que bebemos de muchas influencias que otras bandas ni se plantearían incorporar.
¿Cuáles son esas influencias?
Barrelhouse, Joy Division, Throbbing Gristle… en algunos aspectos incluso Cocteau Twins está presente en el nuevo disco. Esta última fue una banda de pop escocesa con un sonido muy etéreo y ambiental. Aunque a algunos pueda resultarles extraño, incluso grupos de ese tipo pueden influir a Napalm Death, tratamos de mezclar lo que hacían en todo tipo de direcciones y el abanico acaba siendo muy amplio.
Entre vuestras nuevas canciones destaca “Amoral”, pieza con la que tratáis de homenajear el sonido original de la banda. ¿Podrías echar la vista atrás a esos tiempos primigenios?
Como sabéis, cuando el álbum debut, ‘Scum’, fue publicado yo todavía no formaba parte de Napalm Death, pero seguía la pista a la banda y conocía a sus integrantes. Aquellos tiempos fueron realmente importantes para mí, al igual que el propio ‘Scum’.
No haber sido el vocalista durante esos años me sirve ahora para mirar atrás y rememorar esos días desde una perspectiva externa y, de verdad, creo que los discos publicados en aquellos años iniciales fueron auténticos hitos. Llámalo como quieras: grindcore, metal… fueron álbumes cruciales para la música en general, ya que mostraron que era posible llegar a ciertos extremos desconocidos hasta entonces.
Otro de los temas que llama la atención es “Joie De Ne Pas Vivre”, que en francés significa “El Placer De No Vivir”. ¿Podrías explicar su significado y la razón que os llevó a titular la canción en francés?
El tema es una especie de homenaje libre a la banda francosuiza The Young Gods, una formación industrial extravagante y poco convencional. Muchos de sus títulos son en francés, por lo que optamos por seguir esa vía. En cuanto a la letra, se trata de revertir conceptos. “El placer de vivir” es una frase hecha que hemos tomado prestada del francés y empleamos con asiduidad en el inglés, por lo quise dar la vuelta a su significado.
El mensaje es una especie de advertencia hacia cierta gente, hacia esas personas que acaban sospechando tanto del “otro” que, al final, pasan más tiempo odiando al resto que queriéndose a sí mismas. Ahí tenemos un problema, es una situación bastante alocada y quise reflejarla en la canción.
”El otro” es precisamente el concepto en torno al que giran las letras del nuevo disco. ¿Hubo algún suceso en particular que te llevó a desarrollar esta idea?
Para mí, es realmente importante que Napalm Death se mantenga actual. Puedes hacer lecturas generales de situaciones particulares en la vida, pero intento que nuestros seguidores u otras personas que en alguna ocasión se hayan interesado por la banda sean capaces de conectar con algo, y creo que eso no se consigue de forma tan efectiva mediante lecturas generales.
En los últimos tres o cuatro años hemos presenciado un significativo ascenso de populismos y nacionalismos a nivel mundial y uno de los efectos derivados es que se han generalizado conductas muy discriminatorias hacia ciertos grupos sociales. Hemos llegado al punto en el que en Europa existen gobiernos con fuertes políticas y discursos anti LGTBIQ+.
En algunos casos los propios representantes gubernamentales son la encarnación física de esas políticas y esto es realmente problemático. Es por ello que quisimos subrayarlo. Por supuesto, la respuesta de Napalm Death es que esto no es admisible, todos somos seres humanos y merecemos igualdad, dignidad, paz y seguridad.
¿Sientes que estos mensajes populistas están calando entre las bandas y la industria musical?
Bueno, debemos recordar que la comunidad musical no es más que un microcosmos del mundo en su conjunto, no somos una zona especial y, en esencia, reflejamos lo que la sociedad está haciendo.
El lado positivo es que no escucho muchos discursos negativos y desalentadores en el mundillo musical. Debes recordar que, personalmente, no estoy en redes sociales, por lo que probablemente no vea y experimente todo lo que sucede ahí fuera, pero al menos no lo he notado en el día a día y eso es algo positivo.
“Contagion” es otra de las canciones que destaca en estos tiempos pandémicos. ¿Está relacionado de algún modo a la crisis provocada por el coronavirus?
En absoluto, no es más que pura coincidencia. El álbum entero fue escrito antes de la aparición de la COVID-19. La conexión de palabras parece bastante obvia, pero, en realidad, esa letra es bastante específica y trata sobre los procesos de migración.
Nuestro bajista Shane Embury se encargó de escribirla y habla sobre un tren en Sudamérica que se usa habitualmente para transportar a gente entre países. Las condiciones son muy duras, pero aun así la gente se mete al tren para tratar de escapar de lo que consideran malas vidas.
No podemos estar ahí para ratificarlo en primera persona, pero quisimos contar su historia ya que es algo que puede afectarnos a todos por igual. Quisimos remarcar las dificultades que estas personas deben superar para alcanzar un lugar seguro.
¿Cuál es tu diagnóstico acerca del comportamiento humano que estamos viendo como consecuencia del coronavirus?
No lo sé. Es complicado, ya que en cada país las cosas son diferentes. En Birmingham, en la zona en la que vivo, todo el mundo está siendo muy precavido, veo conductas amables y concienzudas hacia el resto de las personas.
Pero claro, lo realmente importante es qué dirección tomaremos de ahora en adelante, ya que, a fin de cuentas, habrá vida después de esto. Ciertamente, nuestra actitud hacia el medio ambiente debe cambiar, el modo en el que tratamos a nuestro entorno y al resto de seres humanos.
Este disco no cuenta con composiciones de vuestro guitarrista, Mitch Harris. ¿Hasta qué punto condicionó esto el proceso creativo?
Menos de lo que uno podría suponer. Shane tenía una idea clara de la dirección que quería tomar musicalmente, es más, creo que tuvo a Mitch en mente en muchos de los momentos en los que escribía las nuevas canciones. Quiso incorporar ese matiz que diferencia a ambos estilísticamente cuando se ponen a trabajar con el instrumento.
Teniendo en cuenta que lleváis tres décadas tocando juntos, ¿cómo abordáis este tipo de desajustes?
No hay nada siniestro en nuestra relación. Simplemente, Mitch lleva sin actuar con la banda desde 2014 debido a asuntos personales y no parece que eso vaya a cambiar en el futuro próximo. Le propusimos que tocara en este disco, pero en ese momento no se sentía capaz, no era viable y lo entendimos. No hay resentimiento.
En cuanto al futuro, nadie puede predecirlo, aunque cabe resaltar que no hemos necesitado grandes cambios en el seno de la formación. Mitch es como mi hermano y ha pasado tantos años en la banda… no hay historia que fabricar en torno a su ausencia.
En vuestro caso, la ingeniería musical va más allá de la producción y cobra especial importancia en el enfoque artístico. ¿Cuál es el sonido más extraño que os haya inspirado musicalmente?
Probablemente, bandas que hayan utilizado elementos como un esmeril angulador en su música. No lo llamaría extraño, sino inventivo, ya que siempre trato de dar al arte el enfoque más artístico posible, valga la redundancia.
Si me propusieras tirar un cubo de basura desde el tejado y poner unos micros en ellos, de modo que podamos incorporar ese sonido a la música, lo haría. Es tan interesante como tocar un instrumento. Todo aquello que podamos hacer dentro del espectro sonoro me resulta atractivo.
En ese sentido, habéis vuelto a unir fuerzas con Russ Russell de cara a la producción. ¿Qué es lo que más valoras de él tras dos décadas de colaboración?
Russ entiende que, a medida que la banda progresa, lo mismo debe suceder con la producción. No somos un grupo que se sienta en el estudio y simplemente toca las canciones. Hay toda una amalgama de técnicas a desarrollar, cada canción tiene sus pequeños detalles que vamos añadiendo, capa por capa… Russ comprende que las cosas deben evolucionar para llegar al objetivo, pero no evolucionar para limpiar o pulir el sonido, sino para convertirlo incluso en más extremo de lo que antes era. Siempre se trata de seguir avanzando, de dar nuevos pasos en nuevas direcciones.
Durante tres décadas, Napalm Death ha sido testigo de todo tipo de cambios a nivel mundial. ¿Cuáles destacarías como los más significativos?
Musicalmente, destacaría la irrupción de internet y el streaming. Lo ha puesto todo patas arriba y es bueno en muchos aspectos, tienes el mundo al alcance de tu mano, aunque también acarrea muchos aspectos negativos. Desde un punto de vista más general, diría que el adiós de la Unión Soviética fue muy significativo, cambió la dinámica de las cosas.
Personalmente, no creo que haya cambiado. Me considero la misma persona que se sumó a la banda en los años ’90. Soy un tío corriente, como tú o como otro cualquiera, solo que me uní a un proyecto que ha resultado ser bastante bueno y productivo. Hemos visto diferentes géneros de música ir y venir, y hemos tenido la oportunidad de observar todo ello, mientras seguíamos siendo Napalm Death. Quizás haya aprendido a cuidar más de mí mismo, sobre todo en el apartado físico, lo cual es algo realmente importante si quieres vivir la mayor cantidad de experiencias posibles en esta vida.
Otra de las grandes lecciones es que la violencia no es la solución, ya que no hace más que perpetuar esa misma violencia. Luchas constantemente y el resultado que buscas nunca llega realmente, las cosas no pueden funcionar de esa manera. No hay acuerdos ni metal final si seguimos peleando todo el tiempo.
Napalm Death es una banda especialmente respetada por sus extensas giras y frenéticas actuaciones de directo. ¿Contempláis la posibilidad de un ciclo de disco al completo sin subiros a los escenarios?
En realidad, puede que la opción no esté ni en nuestras manos. Sabemos lo que hay y no tenemos control sobre ello. Por supuesto, nos gustaría dar conciertos y hemos estado pensando sobre alternativas en internet, la opción de hacer un show online… no diré que no lo haremos jamás, pero en este preciso instante no sentimos que sea lo correcto. Veremos cómo avanza todo.
En cualquier caso, publicaremos el disco en septiembre. Muchas bandas están posponiendo sus lanzamientos, pero no haremos algo así, a fin de cuentas, a día de hoy la música tiene vías de salida. Hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos y no sentimos ni un atisbo de arrepentimiento por publicar ‘Throes Of Joy In The Jaws Of Defeatism’ ahora.
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