Nanowar of Steel: «Manowar nos tienen bloqueados de sus redes sociales»
Nanowar of Steel, la banda de parodia más hiriente del heavy metal vuelve a la actualidad con un nuevo disco y la difícil tarea de superar el éxito de "Norwegian Reggaeton".
Desde que Nanowar Of Steel (por entonces Nanowar) aparecieron en la escena allá por principios de siglo, el heavy metal ha cambiado mucho. Hoy en día nos permitimos hacer humor y memes con algo que, en su día, era muy serio.
Los italianos supieron aguantar el paso del tiempo, mejorando progresivamente su propuesta musical y humorística hasta convertirse en una verdadera institución capaz de tocar en los mayores festivales europeos e incluso estar en un sello de la talla de Napalm Records, compartiendo casa con Alter Bridge o Kamelot. Los tiempos han cambiado y, para hablar sobre todo ello, nos ponemos en contacto con Gattopanceri666, guitarrista y bajista del grupo, por Skype. De fondo, la edición de su brutal nuevo trabajo, ‘Dislike To False Metal’.
¿Cuál ha sido la principal diferencia entre ser independientes y estar en una discográfica como Napalm?
La diferencia principal es la de tener acceso a los festivales grandes, porque sin un sello detrás es muy complicado acceder a ellos. El año pasado tocamos en muchos festivales, y de algún modo, parece que la gente también nos toma más en serio.
Sigue pesando mucho tener una discográfica.
Hace 15 años la gente pensaba que el papel de las discográficas iba a ser cada vez menor. Si querías vender tus discos los podías vender en tu sitio web, si la gente quería comprar, podía comprar por Internet o escuchar la música en alguna web. Por eso durante muchos años hemos sido una banda independiente, pero está claro que tener una discográfica es importante todavía a día de hoy.
Bueno, es como la prensa impresa. De algún modo, aparecer en medios impresos tiene una importancia que no tiene aparecer en digital. Hay un sector del público y de las discográficas que sigue muy centrado en lo físico. Es algo parecido a la televisión: la televisión podría desaparecer a día de hoy porque se consume entretenimiento de otras maneras. Pero sigue siendo importante aparecer en televisión, por imagen.
Es necesario para ofrecer credibilidad.
En Italia nos pasa. Allí hemos hecho sold out con dos meses de antelación para el primer concierto de la nueva gira y en las otras fechas también venderemos muy bien. Hay artistas que salen en la TV que no venden tantas entradas. Pero, sin embargo, tu banda es percibida como algo menor porque eres ‘el de internet’, no el de la TV. Hay festivales y promotores que no te toman en serio porque, aunque vendes más entradas que otros artistas, no vienes de ese ecosistema. Es una lógica un poco rara, aunque es humano querer una validación de que un producto es reconocido por el público y los medios. Es una visión un poco antigua y no termino de entenderla pero bueno…
El éxito de “Norwegian Reggaeton”
¿Fue Napalm quien os contactó después del éxito de “Norwegian Reggaeton”?
Así fue, fueron ellos. Aquella canción explotó por internet en verano de 2019 y nos contactaron. Nos pareció una buena oferta y entendimos que ya teníamos que dar el paso de tener un sello para seguir creciendo y expandiéndonos como banda. “Norwegian Reggaeton” funcionó muy bien pero luego hay que consolidarlo. Sino, corres el riesgo de ser «la banda de la canción aquella».
¿Qué números hizo aquella canción? Por lo que veo, entre Spotify y YouTube ronda los 16.000.000 de reproducciones pero supongo que, contando todas las otras plataformas, estará por encima.
La verdad es que no lo sé exactamente. Normalmente miro las de YouTube. No sé si llegamos a los veinte millones. Lo que pasó es que al principio hubo mucha gente que copió el video en su Facebook y se quedó las visualizaciones. Hubo una banda de Chile que lo hizo y tuvo como cinco millones de visitas en su página. Era una banda de metal, creo. El tema circuló por muchos sitios donde no teníamos control.
Mucha gente habla de las bandas parodia como si fuesen algo de menos importancia que las bandas normales. Pero es que para hacer parodia del metal debes conocer y estudiar muy bien el metal, sus tics. Para hacer canciones como “Disco Metal”, “Chupacabra Cadabra” o “Dimmu Boogie” tienes que conocer muy bien el medio. ¿Cómo es el proceso de componer temas de Nanowar Of Steel?
No hay un proceso único. Cada uno de nosotros tiene ideas. Alguno dice “quiero una canción boogie que hable de muerte”. Y de ahí pensamos un título como “Dimmu Boogie” porque pega bien con ese estilo. A veces tenemos una idea. En “Norwegian Reggaeton” sabíamos que queríamos hacer un tema de reggaeton pero no sabíamos si llamarlo “Swedish” o “Norwegian” Reggaeton. A partir de ahí fuimos construyendo la canción. Cada canción tiene un proceso distinto. Y cada uno de nosotros escucha cosas diferentes al metal y diferentes inspiraciones.
¿Habéis percibido un cambio en cómo la gente percibe lo que hacéis? El heavy metal era algo mucho más serio hace veinte años, cuando la banda comenzó. ¿Crees que las generaciones más jóvenes ven mucho más el humor en el metal que las generaciones veteranas?
Ha habido un cambio, seguro. Creo que está relacionado con las redes sociales. La gran mayoría de lo que ves en redes sociales son memes. Incluso las bandas consolidadas hacen memes sobre sí mismas en ocasiones. Todos hacen broma. Es algo que antes no existía. Hace 12 o 13 años no había esa interacción directa con las bandas y las bandas tampoco tenían esa predisposición a ser chistosas. Las nuevas generaciones tienen otro enfoque, también.
Antes nos escuchaba menos gente y los haters eran muchos en proporción. Ahora nos escucha más gente y los haters son pocos pero hacen mucho ruido. Festivales como Wacken siempre dan espacio al humor. Ellos siempre trajeron a Mambo Kurt. El Leyendas del Rock siempre trae a Gigatron. Los festivales grandes son los que llegan a la mayor cantidad del público, son el templo de los metaleros. Si los festivales aceptan el humor se normaliza en el resto de ámbitos.
Los comentarios de hate no me molestan. Me molesta que la gente piense que, por ser parodia, haces un trabajo más sencillo o que no haces nada especial. Lo más complicado con Nanowar es hacer textos que sean divertidos. Y no de forma sencilla, sino elaborada. Escribir las letras es lo que más nos cuesta. Tener que hacer parodia, tener que hacer reír es muy complicado.
Una canción como “Norwegian Reggaeton” nos llevó tres meses. Hay que escoger muy bien las palabras, el tono, comprobar si realmente hace gracia. Es un trabajazo. No me importa tanto si le gustamos a la gente o no, lo que me molesta es cuando se menosprecia el trabajo que realizamos. Eso se tiene que reconocer.
Bandas como Gigatron o Nanowar llegaron a muchos de nosotros en la época de Kazaa o eMule. Erais bandas de culto a las que llegábamos por casualidad. ¿Recuerdas a Anton Maiden?
Por supuesto. Pobre.
Se suicidó, como recordarás, por el hate que llegó a recibir en las redes. ¿Cómo gestionabais el hate en los principios de la banda? Era un momento en que no estaba tan normalizado el humor en el metal.
Nosotros nunca le dimos demasiado peso al hate. Si la gente se enfadaba es que lo estábamos haciendo bien. Era una buena señal, porque generábamos una reacción. Al ser un poco trolls nosotros mismos, valorábamos que la gente se enfadase. Demostraba que esa persona era idiota y se lo merecía.
En dos o tres ocasiones vino gente a insultarnos a un concierto y una vez o dos nos quisieron pegar en Grecia y en Croacia. En ocasiones la gente nos escribía emails muy raros. Un tío se inventó una historia según la cual era abogado y nos iba a demandar por hacer bromas de gays, diciendo que era algo que no podíamos hacer. Que teníamos que retirar toda nuestra música y no sé cuántas tonterías más. Al final resultó ser un idiota que quería acabar con la banda, sin más.
Manowar al acecho
Tengo la duda de si alguna vez os ha contactado Manowar para intentar amedrentaros legalmente por el nombre de la banda.
Ellos directamente no. Sabemos que nos conocen porque tocamos recientemente con Ross The Boss y seguro que se han enterado. Hace años tocamos en un festival que se llama Z7, de Suiza, y nos explicaron historias de Manowar. Joey y Eric son muy amables, pero Joey tiene que controlarlo todo. Había una banda que había hablado mal de ellos y no la querían en el festival. Al final la banda tenía que tocar en el festival sí o sí, pero Manowar le prohibieron el acceso a los camerinos. Cosas por el estilo.
La verdad es que no se porque nunca nos han dicho nada por el nombre. Si que es cierto que nos tienen bloqueados de sus páginas oficiales de Instagram y Facebook. Pero claro, eso fue por hacer comentarios sobre Karl Logan… En una ocasión hicieron subieron una foto de unos niños con camisetas de Manowar y nosotros comentamos algo al respecto. Entiendo que nos bloqueasen.
Sabemos que unos periodistas les enseñaron nuestros videos y canciones hace años y les dijeron algo así como “son buenos músicos pero están despilfarrando su talento haciendo tonterías”. De manera directa nunca hemos interactuado.
Habéis intentado tocar todos los géneros posibles en el disco. ¿Estáis tocando botones para ver si conseguís replicar el éxito de crossover de “Norwegian Reggaeton”?
No lo conseguiremos. Aquello fue algo especial. No tenemos un plan específico. Queremos hacer canciones que nos gusten. Grabamos catorce canciones para éste disco y nos quedamos con diez, pero ha sobrado material. Nos gusta hacer discos que suenen distintos, donde cada canción tenga su identidad.
A veces escuchas discos de power metal y no sabes diferenciar la primera de la quinta canción: suenan todas iguales. Quizá tocar tantos géneros es un poco esquizofrénico y molesta a alguien, quizá es poco homogéneo, pero es lo que nos gusta hacer en éste momento. Hay canciones que recuerdan a Alestorm, otras a Nightwish y otras a Rhapsody. Pero no hay dos canciones que suenen igual.
Colabora Joakim Brodén de Sabaton en el disco. Cuando contactáis con un músico ¿os aseguráis de que entienda cuál es vuestro planteamiento? Supongo que habrá músicos que no quieren relacionarse con vosotros para no ser percibidos como “una broma”.
Exactamente. Nos quedamos con los músicos que entienden lo que hacemos. Hay músicos a los que les pedimos colaborar en alguna canción y nos dijeron que les gustaba la banda pero que no podían ser parte de una colaboración para no perjudicar su imagen de ‘músico serio’. Nos ha pasado muchas veces. Hay muchos músicos amigos, incluso del mismo sello discográfico, que no se atreven.
Joakim Brodén es un tío supermajo. Es una persona muy relejada y tranquila. Nos pareció increíble que quisiese colaborar. Sabemos que le gusta la banda y estamos en contacto desde hace tiempo con la banda. Nos escribieron para tocar en el Sabaton Open Air y, de hecho, tocamos el año pasado allí. A Joakim le gustó mucho la idea de colaborar y se lanzó a ello.
En la canción donde colabora, “Pasadena 1994”, su parte no es exactamente humorística. Es la crónica de lo que pasó aquel día en la final del Mundial del 94. Para nosotros es como la derrota del ejército italiano. Peor que eso. Sabaton siempre hablan de guerras y ejércitos pero para nosotros la principal derrota de Italia fue perder contra Brasil en aquella final. Toda Italia se acuerda de aquella. Esa canción no tiene bromas. No tiene chistes. Creo que si lo escucha un italiano, se pone a llorar (risas). Perdimos en el último penalti.
¿Sobreviviría el heavy metal a la actualidad?
‘Dislike To False Metal’ es el título del disco. Lo cual me ha llevado a pensar que sería imposible que el heavy metal hubiese tenido hoy en día la fama que tuvo en los años ’80, comenzando por las letras. Hoy en día se habría cancelado a todas las bandas.
Absolutamente.
Una canción como “Dirty Deeds Done Dirt Cheap” de AC/DC, que dice “si tienes una mujer y la quieres hacer desaparecer, llámame”, en esencia, hoy sería apología de la violencia de género y no sé cuántas cosas más. Por no hablar de Kiss, Mötley Crüe y demás. Todo estaría mal. ¿Crees que hoy en día sería imposible que el heavy metal fuese grande con la cultura woke actual?
No lo he reflexionado. De alguna forma, el “cancel culture” es una locura. Que cualquier cosa que digas deba ser tomada en serio es una locura. Son letras de una canción, es algo que no existe, es diversión y arte. Si ves las letras de los grupos de death metal hablando de matar y de cortar cadáveres en trocitos es evidente que se está hablando de cosas que nunca han pasado.
Bueno, casi nunca. Mira Mayhem.
Igual una o dos veces, pero no muchas (risas). Pero no es algo normalizado. Los fans del death metal no matan a más gente que la población normal. No hay una proporción anómala. Si la música tuviese la influencia que dicen que tiene, debería haber una proporción muy superior. Hablar de cuestiones de género, de raza y demás en canciones, no debería ser objeto de debate.
No sé si has visto que últimamente se han cancelado algunos conciertos de Pantera en Alemania por aquello de Phil Anselmo y el saludo nazi.
Bueno, yo los cancelaría de todas partes porque no me gusta esta versión de Pantera con los hermanos muertos. Tendría que poner “Tributo a Pantera”, porque me sabe muy mal lo que están haciendo. Pero más allá de eso, lo de que Phil Anselmo es medio nazi y un idiota es algo que se sabe hace tiempo. La gente no va a ser nazi por él.
También pidió disculpas. Si pides disculpas y te siguen incriminando por una cosa que hiciste hace siete años… tampoco lo veo justo. La gente tiene que perdonar a quien se ha disculpado por sus acciones. Quizá sigue siendo un idiota pero él va a tocar, no va a hacer cosas nazis. Si no se aceptan sus disculpas ¿qué tiene que hacer? ¿Matarse? ¿Dejar de trabajar para siempre?
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.