Éxito, traiciones, peleas y reencuentros: el retorno de los miembros clásicos de Mägo de Oz
Mägo de Oz fueron, sin duda, la banda de heavy metal más grande que ha dado nuestro país. Desde su ascenso con la edición de “La Leyenda de la Mancha” en 1998 hasta su colosal era de “Gaia I” y “Gaia II”, el grupo madrileño no tuvo rival. Sus ex-miembros más destacados se reúnen ahora bajo el nombre Los Mago.
Aquellos fueron diez años históricos en los cuales Mägo de Oz pasó de tocar en el Mephisto de Barcelona para doscientas personas a llenar Las Ventas en Madrid y triunfar en América Latina, generando un renacimiento del interés por los grupos de rock y heavy metal españoles que se mantiene a día de hoy. Pero, como siempre sucede en las grandes bandas, las costuras se fueron tensando entre los miembros de la formación clásica, compuesta por el vocalista José Andrea, los guitarristas Frank y Carlitos, el violinista Mohamed, el baterista Txus Di Fellatio y el bajista Salva.
El primer en saltar del barco -nunca mejor dicho- fue éste último, quien abandonó la formación en 2002, justo antes del gran salto de popularidad de la banda. José Andrëa aguantaría hasta 2011, pero las tensiones y el cansancio también le hicieron buscar otro camino. Frank y Carlitos saltarían por los aires en febrero de 2020 tras más de veinticinco años en la banda. Y un buen día, con más miembros de la formación clásica de Mägo de Oz fuera que dentro, las partes volvieron a ponerse en contacto por motivos legales.
De ahí surgió una nueva amistad que se materializó sobre un escenario cuando José invitó a Frank a unirse a él durante un concierto en México. Y tras el subidón del público al ver a los dos miembros clásicos de la banda juntos de nuevo llegó la pregunta de la reunión. Las redes de los respectivos músicos ardían. Y un buen día surgió la idea de salir a la carretera como Los Mago, en homenaje a la época clásica del grupo de la que los cuatro músicos fueron parte. Para conocer más sobre esta nueva andadura nos reunimos por Zoom con tres de los músicos para conocer qué les ha llevado a unir sus caminos de nuevo y qué planes de futuro tienen.
¿Por qué ahora?
Carlitos: Justo antes de la pandemia todos los integrantes de Mägo de Oz habíamos firmado un adelanto económico con One Media, una empresa inglesa que compró los derechos de las primeras obras de la banda que había en el catálogo de Locomotive, es decir, hasta la primera parte de “Gaia”. Ahí quedó la cosa. Se firmó y se cobró un adelanto. Pasado un tiempo nos dimos cuenta de que el dinero no nos estaba llegando. Frank y yo nos dimos cuenta de que el dinero que debíamos cobrar cada tres meses según el acuerdo no nos estaba llegando. Eso fue lo que nos llevó a volver a hablar con Salva y Jose después de un tiempo sin hablar por circunstancias. Ese fue el motivo por el que nos juntamos y hablamos del tema.
José: Vaya, que nos reunimos por dinero.
Frank: Por dinero que no nos llegaba (risas). No se si dar tantos detalles pero vaya, fue por un tema legal que nos afectaba a todos. El tema legal nos llevó a hablar de nuevo.
José: Las risas nos llevaron a que fui a ver a Frank y Carlitos al estudio con Runa Llena.
(Perros ladran)
Carlitos: Son los míos, que ha venido Amazon.
Frank: Cuando estábamos grabando el disco de Runa Llena y vino Jose pensamos que no estaría mal, al margen de la carrera de cada cual, que hiciésemos algo juntos. A raíz del tema legal hablábamos con Salva casi cada semana. Pero el detonante final fue que la Orquesta Matute me invitó a tocar con ellos en México. Y casualmente Jose estaba en Toluca el día de antes. No es que esté cerca de México pero para aquellas distancias es relativamente cerca, vaya.
El caso es que me acerqué a Toluca para verle y tocar un tema con él. Cuando acabó el concierto vi que aquello había tenido una repercusión muy grande. Había gente con mucha nostalgia. Mira que no es uno de los sitios con más alance de Mexico, porque Toluca no es Guadalajara o DF, pero el tema tuvo una gran repercusión. Dijimos ‘qué cojones’. La gente lo pide y ahora estamos muy unidos así que era el momento. Además, tras recuperar a Salva tras veinte años sin tocar juntos todo tenía sentido.
Vi el video de aquella actuación en Toluca y, pese a ser un video improvisado de instagram, lo que me transmitió aquello fue tremendo.
Jose: Pero si llegó con las maletas al concierto, dos minutos antes de salir a tocar!
Frank: Yo venía de doce horas de viaje en avión, con retrasos y problemas para recoger las maletas. Jose hizo el gesto de retrasar un poco el concierto porque merecía la pena. Llegué por los pelos. Nos fundimos en un abrazo y fue algo muy emotivo. Fue muy chulo. La repercusión fue cojonuda. Había gente con lagrimitas en los ojos que nos transmitían su emoción.
Jose: Eso fue lo que nos hizo tomar la decisión. Mañana puede pasar cualquier cosa y no sabes que te depara la vida. Antes de que no se pueda repetir algo así, vamos a hacerlo. La vida son dos días y vamos a recuperar aquello y a darle a los fans lo que quieren. Somos lo que hemos sido por los fans.
¿Qué expectativas tenéis? La idea es rendir homenaje a la época de Mägo de Oz de la que fuisteis parte conjuntamente. Salva se fue en 2002 así que técnicamente esto llegaría hasta “Gaia”, me imagino. ¿Qué enfoque vais a darle?
Carlitos: El enfoque es el del tiempo que hemos pasado los cuatro juntos sobre el escenario que es lo que pide mucha gente: el viejo Mägo, el de los primeros discos hasta “Gaia I”. La idea es hacernos un homenaje a nosotros mismos ya que nadie nos lo va a hacer y recuperar esas canciones que los fans quieren escuchar bien tocadas.
Jose: Toma.
Frank: Bien tocadas y que las canciones no envejecen ni mal ni bien. Son canciones que son la historia de nuestras vidas y aunque en 2023 tenemos más medios que entonces y pueden sonar bastante mejor, la esencia es la misma. Aquellos fueron momentos mágicos. Lo que hicimos entonces fue lo que hizo de Mägo de Oz lo que fue después. Son cuatro discos que la gente tiene en su memoria, en sus vidas. Son canciones que evocarán nostalgia de cosas buenas y de cosas tristes. Es una etapa de la vida que todos hemos vivido, unos encima del escenario y otros abajo, pero todos escuchando esas canciones. Traerlas al día de hoy no deja de ser precioso. Era un momento en el que Mägo de Oz estaba creciendo y que, aunque nos estábamos castigando mucho los cuerpos y era una época muy loca, hicimos cosas muy grandes. Revivirlas todos juntos con la misma o más energía y evocar aquellos momentos nos parece fantástico. Y además pensamos que nos lo merecemos.
Jose al menos tuvo una gira de despedida. Los otros tres miembros de esta reunión no tuvimos ese homenaje a media vida de carrera en la banda. Teníamos 25 años y ahora rondamos los 50 así que Mägo de Oz ha sido la mitad de nuestras vidas.
Jose: Es que vosotros salisteis como Cristiano Ronaldo del Madrid.
Frank: Como del Bosque (risas).
Jose: Es verdad. No lo había pensado. Salisteis por la puerta de atrás chungamente.
Creo que no nos damos cuenta de que hemos marcado la adolescencia de mucha gente, que es la parte más importante de sus vidas. Gente que ahora tiene 35 o 40 años creció escuchándonos. Tú no eres consciente pero a fuerza de que te lo vayan comentando, lo acabas creyendo. La adolescencia es una de las etapas más bonitas de la vida, porque es el despertar de muchas cosas y nosotros hemos sido parte muy importante de eso. La gente quiere rememorar con la música aquella época que ya nunca volverá. Es bonito y a la vez es triste pero entrañable. Muy pocos grupos pueden volver a darle eso a sus fans y tenemos la obligación de hacerlo.
Carlitos: Ahora hay muchos padres que les enseñan esa música a sus hijos. Y sus hijos crecerán yendo a nuestros conciertos JEJEJE (Risas).
Frank: Y esos que son padres…
Carlitos: Luego serán abuelos.
Jose: Tu imagínate que te dicen ‘oye, mi abuelo me enseño vuestra música’. Hostia, no me jodas niño.
Imagino que habéis tenido que estar fuera de la banda para observar con cierta perspectiva el efecto que Mägo de Oz han tenido en una generación. Mucha gente -por mucho que reniegue- ha descubierto el heavy metal escuchando a Mägo de Oz. Parece que ser que admitir que empezaste a escuchar a Nightwish o Children of Bodom porque escuchaste “Finisterra” estaba mal visto durante una época. Mucha gente empezó a escuchar heavy metal a raíz de escuchar a Mägo de Oz.
Frank: La verdad es que si. El otro día subía las escaleras de mi casa un amigo. No tengo todos los discos de oro colgados porque para nosotros, fíjate…Carlitos los tiene en el garaje, yo no tengo todos colgados… El caso es que el chaval observaba aquello y me decía ‘es que me acuerdo cuando mi madre, que ya no vive, no le hacía gracia que os escuchase y luego pasó a regalarme discos vuestros’ u otras mil anécdotas. Lo que hicimos es un legado que no todo el mundo tiene, es un legado que hemos dejado. Ahí está, sea como Mägo de Oz, como Los Mago, como los ex o como lo que sea. Esa historia está hecha. Hay gente a la que nuestra música le recuerda a familiares que ya no están o al momento en que concibieron a sus hijos. Cosas así. Eso es muy bonito, de hecho, concebir a un hijo con un tema de Mägo de fondo. A veces la gente me cuenta anécdotas que me hacen entender la dimensión que ha tenido todo. Y eso lo hicimos entre unas pocas personas y aquí estamos muchas de esas personas.
Carlitos: A colación de lo que dice Frank: el y yo también criticamos a Jose y a Salva cuando dejaron a Mägo de Oz. Todos defendemos nuestra portería pero luego te das cuenta de que son batallas absurdas. Cada uno está donde está y no tiene más. Lo que hay que tener en cuenta es que la grandeza de Mägo de Oz la conseguimos entre los que quedan dentro de la banda y los que estamos fuera de la misma. Y hay más gente fuera de la banda que dentro.
Frank: Nosotros hicimos crecer a Mägo de Oz. Cada uno se ha ido a su manera pero, es lo que dice Carlitos, pero la esencia es que si nos hemos ido de la banda era porque no estábamos a gusto. Esta reunión evoca un poco a la época dorada en la que tan felices hemos sido, aunque hayamos discutido como banda. Pero lo hemos pasado bien y mal y hemos tenido vivencias inenarrables mientras hacíamos grande a una institución como Mägo de Oz.
Jose: Yo creo que a partir de “Gaia II” me desentendí bastante pero hasta ahí esa banda era tan mía como de Carlos, de Frank, de Salva o de los otros dos. Son mis canciones, nuestras canciones. No es que estuviésemos en una banda y nos hayamos ido. Era nuestra banda.
Después de Mägo de Oz en España no ha vuelto a haber una banda de heavy metal capaz de alcanzar esas cotas de éxito comercial y popular.
Jose: Yo iba a mencionar a Marea pero es cierto que Marea en América no lo ha petado como nosotros.
Bueno, y que al final hablamos de otro perfil de música y de público: el rock urbano siempre ha sido grande en nuestro país pero no representa lo mismo que Mägo de Oz musicalmente.
Frank: Es que Sergio, parece que el éxito haya venido solo pero ha habido una lucha, ha habido mucho dinero invertido, nos ha costado salud y disgustos, problemas… ha habido una vida dedicada. Levantarte pensando en Mägo de Oz e irte a dormir pensando en Mägo de Oz.
Carlitos: Exacto. Es que parece que lo ha hecho todo uno solo pero fuimos todos…
Jose: Yo recuerdo a Frank con el pelo engominado y con corbata, saliendo de donde estaba trabajando en aquel entonces, corriendo a quitarse la gomina y a ponerse las muñequeras para tocar. Curraba doce horas y luego a tocar.
Frank: Y los lunes al revés: a quitarme el cuero y las tachuelas, ponerme la corbata, engominarme y vuelta a empezar. Son sacrificios que se hacen: hay muchos cumpleaños de nuestros hijos que no hemos visto. Detrás de hacer crecer a la banda siempre hay personas que se están dejando la piel y la salud, literalmente. Hay muchas cosas que no se ven. La gente piensa que a partir de “Molinos de Viento” y “Fiesta Pagana” todo tiró hacia arriba pero no. Hemos comido mierda a puñados.
Para situarnos: ¿Cuantos matrimonios ha costado Mägo de Oz?
Jose Andrea: A mi dos.
Frank: A mi uno y espero que el siguiente esté bien.
Carlitos: A mi casi uno.
Jose: A ver, técnicamente a mi uno. El segundo divorcio fue estando fuera de Mägo de Oz.
Frank: A ver, más que matrimonios -porque ahi tendrían que hablar las otras partes y mejor que no- lo que ha costado es empuje, salud. Irte con la rodilla partida por tres sitios a tocar, tener que tocar sentado, romperte la rodilla otra vez, cuatro operaciones, otra de cuello…
Jose: Yo recuerdo que al principio los únicos que conducían eran Carlitos y Salva. Vete tú a Sevilla, toca, desparrámate después del bolo y vuelve a Madrid de empalmada. Carlitos y Salva se dejaban los ojos y la salud conduciendo.
Frank: Si, porque no teníamos ni hotel.
Carlitos: Y los que teníamos los jodíamos todos.
Jose: Una noche dormimos a la ribera de un rio en un pueblo de Segovia.
Frank: Era mejor eso que estamparse en los últimos cien kilómetros.
Carlitos: En los últimos cien dice…y nada más salir (risaS).
Frank: Fue un trauma el accidente que tuvimos volviendo de Ciudad Real, la verdad…
Desde mi perspectiva, uno de los grandes logros de Mägo de Oz para la escena fue demostrar que un grupo de amigos de Madrid podía labrarse una carrera exitosa tocando rock duro. Para eso tenía que haber un factor amistad, algo que llegase de manera emotiva al público más allá de los buenos estribillos, la campaña promocional de turno y demás. Esa percepción de amistad (o la percepción que tuvo el público) fue integral para el éxito de Mägo de Oz. ¿En qué momento se rompe esa amistad?
Frank: Paulatinamente. Fue poco a poco. Se fue deteriorando.
Jose: Un mal detalle, un mosqueo por alguna cosa…pasábamos muchas horas muy juntos. A medida que el grupo se iba haciendo grande cada vez había más estrés y la gente piensa de diversas formas. Unos querían estar más con la familia y otros menos.
Carlitos: La ambición también hace.
Jose: El ego.
Carlitos: El ego, la avaricia y la ambición. Son las tres cosas que acaban rompiendo cualquier banda.
¿Hubo algún momento en que pensasteis “esto se nos ha ido de las manos”? Yo recuerdo un momento concreto: estar haciendo una entrevista con vosotros al hilo de “Gaia II” en un hotel de Barcelona y tener a un segurata en la puerta, un asistente dentro de la habitación donde hacíamos la entrevista controlando in situ y al de la discográfica. Y vosotros vestidos de piratas. Ahí dije “menudo circo”.
Jose: Los seguratas, el artificio…llegó un momento en que era el artificio por el artificio. Fue ahí donde yo empecé a quemarme. Al final aguantabas gracias a los ansiolíticos, a beber…y eso comienza a repercutir personalmente en la salud mental y física. No tenías vida para algo que no fuese estar en un sitio en el que, además, estabas a disgusto. Ahí fue donde pensé ‘se me va de las manos, me largo’. Esa es mi experiencia personal, claro.
Frank: Lo nuestro fue igual pero unos años más adelante. Creo que lo de la gira de “Gaia II” fue un punto de inflexión. Fue en aquella gira donde hubo una persona que… en aquel entonces todavía estaba muy unida la banda y el equipo técnico. Aunque estábamos los que manejábamos la empresa Mägo de Oz, que éramos seis, el como se cuidaba todo lo demás (músicos y técnicos) era algo a lo que prestábamos mucha atención. Fue en aquella gira de “Gaia II” cuando tuvimos un impasse y tuvimos que decir ‘si alguien no está a gusto con alguien que descanse un poquito y cuando esté bien y más tranquilo, que vuelva’. Hubo un punto de inflexión y aquello ya nunca volvió a ser lo mismo.
Hacíamos discos chulos, hacíamos canciones chulas pero ya no era lo mismo. Componíamos por separado…de hecho no volvimos a componer juntos más hasta “Ilussia”, creo.
Carlitos: Ahí fue donde implosionó la mala hierba. Cuando sale mala hierba en el campo, si no la quitas se te llena todo. Y no hablo de personas, hablo del ambiente. ¿Qué sucedió? Que al salir Jose se quería retomar el rollo de la amistad pero nunca volvió a ser lo mismo. En los últimos tres o cuatro años todo era como una especie de guión preestablecido para que al final pasase lo que pasó con Frank y conmigo.
Frank: Era algo ficticio.
Carlitos: Los últimos cuatro años yo ya no estaba agusto. Había broncas y más cosas de las que hablaremos cuando podamos hablar Frank y yo.
Frank: Y al final había más gente implicada. Si por algo se caracterizaba Mägo de Oz era porque nuestros pipas eran estrellas. Estaba la Gitana, que en la gloria esté, estaba el Flori y el Richal y eran las vacas sagradas. Eramos una familia. Siempre se ha cuidado muy bien a quienes hacen posible que salgamos a tocar. Al final entraba y salía mucha gente y cada uno se iba a su manera. Era raruno el ambiente.
Carlitos: No había un ambiente sano.
Cuando las bandas tienen un líder con cierta megalomanía -y esto son palabras mías, no vuestras- las cosas se van de madre. Se me ocurre el ejemplo de Axl Rose. Cuando Guns N’ Roses eran una banda de cinco tíos en la época del “Appetite for Destruction” las cosas fluían de una manera determinada. Pero poco después, en la época de los “Use For Illusion” tenías a diez personas sobre el escenario entre coristas, sección de viento, músicos de apoyo y demás: esa visión expansionista en lo musical cambia las dinámicas personales, dispara las implicaciones económicas y demás.
Frank: Y que mola mucho ser ambicioso, sobretodo cuando tienes 20 o 30 años. Pero hay que tener los pies en la tierra. No te puede vencer la codicia. Las codicia no puede superar a la lealtad ni a la amistad. Si las cosas se hacen sin estar unido, no es sano. Pasan a jugar los intereses de cada cual. Cuando ya se hacen jugarretas por la espalda sobre algo que habíamos construido entre todos pero que pasa a estar en manos de una sola persona… (ndr: la marca comercial “Mägo de Oz” y el logotipo clásico fueron registrados a efectos de uso en contextos musicales en junio de 2017 por Jesus María Hernandez Gil, nombre legal de Txus di Fellatio, siendo posteriormente registrado su uso a efectos de merchandising en noviembre de 2018).
Hablas de un líder o un capi. Es que Mägo de Oz éramos seis capis. Lo comparo con Runa Llena en que el carro lo llevamos Carlitos y yo pero somos uno.
Jose: Yo te lo resumo fácil: éramos todos para uno y uno para todos. Hasta que uno decidió que fuese todos para uno y más para mí (risas).
Carlitos: “Como puedes ver, todos van a lo suyo menos yo que voy a lo mio”.
Frank: Famosa frase de La Gitana (risas).
Jose: Yo recuerdo que, cuando yo ya estaba fuera de Mägo, lo que veía era una especie de mutación en orquesta. Entraba gente, salía gente, este suple a uno, el otro suple al otro…los que estábamos fuera de Mägo lo decíamos: “¿y qué hará ahora la orquesta Mägo?”. Era como un meme.
Frank: Y que dejó de ser una familia. Yo puedo discutir con Carlitos o con Jose, que hemos discutido mucho, pero discutir con alguien que acaba de entrar, o un técnico de sonido, o de luces…ningunearle y tratarle mal…yo es algo que no me gusta que pase. Y eso ha pasado y no es agradable. De cara a la galería todo es ‘qué bien trato a mis súbditos’ pero a mi ese rollo no me gusta. Me gusta estar en una banda donde estamos todos a una.
La pregunta estrella: ¿quién va a ser el baterista y quién va a ser el violinista en ésta encarnación de Los Mago?
Carlitos: Pues no va a ser ni ese ni el otro, sino que van a ser otros (risas).
Frank: Creemos que tenemos que seguir dándole forma a esto tan bonito que estamos haciendo.
Jose: Agradecemos mucho a todas las personas que se nos están ofreciendo por Facebook e Instagram pero tranquilos.
Carlitos: Ya tenemos por ahí cosas cerradas.
Frank: El tema de la flauta está un poco en el aire. Estaría muy bonito que Fernando y Kiskilla estuviesen implicados en el reencuentro, sería maravilloso, pero tienen problemas de salud que se lo impiden a los dos.
Jose: Por eso decía yo que había que reunirse porque nos queda un telediario.
Carlitos: Por eso no los veo.
Frank: Hay reemplazos lógicos que son gente muy vinculada a Mägo de Oz, como Joaquin Arellana “El Niño”, que incluso ha estado supliendo a Txus en la banda en aquel momento tan crítico de la gira de “Gaia II”.
Jose: Será alguien cercano a nosotros.
Frank: También está contemplado Santi Ramos, que evidentemente ha tocado con Jose, y también con Carlitos y conmigo.
Jose: Son músicos que tienen muchísimos compromisos. Esto no es un ordeno y mando ni es tan fácil. Les va muy bien porque son muy buenos y no podemos exigirles que esten con nosotros cuando digamos.
Carlitos: Cuando vean el sobre dirán que si.
Frank: El resto de la formación lo ofreceremos próximamente junto con más detalles del reencuentro. Hay cosas en el aire que se están barajando y, como dice Jose, estamos agradecidos a toda la gente que se está ofreciendo.
Jose: Si es que no tenemos decidido ni un repertorio.
Carlitos: Hay un boceto hecho pero no esta claro aún.
La duda habitual en estos casos: la voz masculina va cambiando con los años y afrontar tonos de hace veinticinco años se hace cada vez más complejo. Jose, ¿te ves capaz de afrontar un concierto con los temas antiguos de Mägo de Oz?
Jose: Yo tenía mis dudas pero en esta última gira que he hecho, salvo en un par de canciones que bajo medio tono, no hay ningún problema. La voz no se deteriora, sino que la voz cambia. Se hace un poco más gruesa. No se pierden los agudos, sino que se pierde la capacidad y la facilidad para mantenerlos. Aún con todo, la ciencia ha avanzado una barbaridad. Hay operaciones con colágeno que te inyectan colágeno en las cuerdas vocales y tienes la voz como un chaval de veinte años.
Carlitos: Hay un tipo que es muy bueno y que deja a los vocalistas como nuevos. Se llama Dr. Farinelli que por lo visto te opera unos ganglios que te salen y… (risas). La otra opción es un globo de helio.
Jose: A ver, no hay problema. Quizá tienes menos movilidad sobre el escenario o cosas así pero vaya, que la gente va a sentir lo que sentía hace veintitantos años.
Frank: Lo que está haciendo Jose ahora -tras vivirlo en su propio escenario- es acojonante. Toda la gente que lo ha visto en esta gira sabe que la técnica, el coraje y los cojones siguen ahí.
¿Solo vais a hacer conciertos o hay ideas en mente para llevarlo a terreno discográfico?
Jose: Lo que el público quiera.
Carlitos: Lo que nos pidan.
Frank: De momento la idea es salir a un escenario juntos, que será la hostia. Y no descartamos posibilidades.
Jose: Vamos a quitarnos espinitas, a disfrutar porque nos lo merecemos y luego ya veremos.
¿Os da miedo cual puede ser la reacción de la otra parte? Evidentemente habrá una reacción en algún momento.
Carlitos: Eso es su puto problema. Si una persona no se centra en sus cosas, en su casa, en su familia y en su trabajo es porque tiene un problema. Si se fija en nosotros como un enemigo será porque algo habrá hecho mal. Nosotros vamos a hacer nuestro trabajo.
Frank: Está tardando, porque a Runa Llena se le han puesto muchas trabas. A Jose se le han puesto muchas trabas. Está tardando pero no nos preocupa ni un poquito.
Lo veo improbable pero mira Barón Rojo o Van Halen: ¿podéis imaginar una reunión de Mägo de Oz al completo con Txus?
(Jose niega con la cabeza)
Carlitos: Yo no diré ni que si ni que no. Frank y yo tenemos que resolver unos asuntos legales primero. Luego el tiempo dirá.
Frank: No somos Rappel para decirte qué puede pasar en el futuro.
Jose: Yo te puedo decir categóricamente que no.
Frank: Sería reprobable. Igual que ahora está sonando mi teléfono y el de Jose o Carlitos para decirnos ‘ole vuestros huevos’, si nos reuniéramos mi teléfono sonaría con gente diciéndome “ya te vale”. No lo veo. Sería reprobable por nuestra parte. De la otra me espero cualquier cosa. Hoy es meridianamente imposible: ha habido muchos daños.
Carlitos: Morales y personales.
Frank: Ha habido auténticos atentados contra nuestros hijos y nuestras familias y nada más lejos de la realidad.
¿Cuál es el momento que, personalmente, os hace sentir más orgullosos de toda la carrera de Mägo de Oz?
Frank: Hay un niño en Ecuador que se llama Frank Mohamed. Me enseñaron la partida de nacimiento. Pobre chaval.
Jose: A mi siempre me mola mogollón cuando abro el DVD de Las Ventas y veo mi foto tomada desde atrás con mi espalda y la plaza de toros de Las Ventas llena. Eso me hace ser consciente de la dimensión que tomaron las cosas. Veo aquello y dijo ‘joder, fui grande, fui la hostia puta’. Y me han llegado por correo un par de personas que han llamado José Andrea a su hijo. Que lo más importante de la vida, que es tener descendencia, sirva como homenaje a mi persona abruma. Eso me da la dimensión de lo que esto ha sido para la gente.
Carlitos: Hay muchos momentos. Ahora me ha venido un flash de un momento super emotivo de esos que te hacen ver las cosas de otra manera. La segunda vez que fuimos a América fuimos a Quito y vimos a más de dos mil personas corriendo detrás de nosotros en el aeropuerto. La policía tuvo que improvisar un cordón para llegar al autobús. Estábamos rodeados de gente. Fue muy bonito. Ahí es donde vi que esto se estaba haciendo grande. Tu tienes tus sueños pero verlos hechos realidad es la hostia.
Pero lo que más me impacta es cuando la gente viene y me dice “me he operado catorce veces para parecerme a ti” (risas).
Jose: Anda ya.
Carlitos: Oye, a Ken de la Barbie le ha pasado (risas).
Frank: Había más gente en aquel aeropuerto de Ecuador que en nuestros conciertos en España en aquel entonces. Pero sí, ha habido muchos momentos. Yo solía estar muy pendiente de las escenografías: la del barco, la de la catedral… Cuando vi que el primer show de la gira de “Gaia II” en Santiago de Compostela salía adelante aluciné. Estaba en vilo porque, estadísticamente algo tenía que fallar. O el telón no cae, o la gárgola no está en su sitio o el cañonazo no sale bien. Pero cuando sale adelante es una pasada.
Cuando fuimos a la primera plaza de toros de México, que es la que más capacidad de gente tiene, pensé ‘madre de Dios la que hemos liado para que gente de tan lejos venga a vernos’. Si ya es una responsabilidad tocar en Mota de Cuervo imagínate tocar en la otra punta del mundo en un recinto que alucinas y lleno hasta arriba. Recuerdo subirme hasta el último peldaño de la grada, ver el escenario y decir ‘hostia…’.
Jose: Yo tengo un recuerdo en el Menorrock. Habría 25.000 o 30.000 personas. Empezamos a tocar “El Lago”, todo era un mar de manos y yo pensando ‘si es que soy la hostia’. Al día siguiente bolo en un pueblo perdido de La Rioja con seis personas viendonos y la mitad eran parejas de viejos. Suelta Kiskilla ‘esto impone, y no el Menorrock’.
Carlitos: Pasabas del todo a la nada en cero coma. Ahí sabes quien te va a tirar el cubata con los hielos y lo vas a ver venir.
Frank: Después del primero en Las Ventas tocamos en un garito de Talavera donde teníamos que juntar mesas del local para ampliar el escenario o no cabíamos (risas). Estábamos tocando con un tablon sobre una mesa de billar y mira, esa era nuestra pasarela-provocador (risas). Del todo a la nada.
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