Desde su aparición en 2010 con su disco homónimo, la de Kvelertak ha sido una carrera de fulgurante ascenso. Noruegos rudos que cantan en su lengua materna, capaces de parir algunos de los mejores riffs del metal actual y con un extenso respeto en la escena, Kvelertak se han curtido en salas llenas de sudor y en estadios junto a Metallica.

Tanto ‘Meir’ (2013) como ‘Nattesferd’ (2016) han sido pasos en la dirección correcta, aunque el cuarto ‘Splid’ -que se puso a la venta el 14 de febrero a través de su nuevo sello Rise Records- es todavía más grandilocuente. Con la vuelta de Kurt Ballou de Converge a la producción, la banda suena más fresca y contundente que nunca. La entrada del vocalista Ivar en sustitución de Erland también ha supuesto una mejora para la banda, que viene absolutamente motivada de sus grandes tours por arenas y estadios junto a los cuatro jinetes. Hablamos con el guitarrista Maciek Ofstad sobre la actualidad de la banda.

Han sido un par de años con muchos cambios en el entorno de Kvelertak. ¿Cómo has vivido el proceso de cambiar de vocalista y de discográfica? ¿Sentíais que el suelo se movía bajo vuestros pies?

Wow, esa es una primera pregunta bastante densa, de hecho (risas)  No diría que el suelo ha estado temblando porque cada cambio ha llegado durante un momento determinado. Cuando Erland decidió irse de la banda lo supimos con cierto tiempo de margen, así que tuvimos tiempo de hablar con Ivar para sustituirle. Esa transición fue indolora. También cambiamos de batería, pues se fue Kjetil Gjermundrød y entró Håvard Takle Ohr. De hecho, Kjetil llevaba un par de años queriéndose marchar de la banda antes de que efectivamente lo hiciese, de modo que tuvimos tiempo para preparar esa transición también. No fue algo sobrevenido. Sabíamos que iba a pasar y pudimos preverlo.

Todo han sido transiciones fáciles. Ivar y Håvard han tomado sus lugares en la banda de manera bastante natural, en lugar de ser un proceso traumático e imprevisto como pasa en éstos casos. Lo hemos vivido con energía, porque han aportado sangre nueva y nos han hecho trabajar más duro y más centrados en lo que tenía que ser éste nuevo disco. El resto de Kvelertak quería seguir adelante, porque tenemos mucha música dentro. Tener esas dos posiciones en la banda completadas por personas que venían con mucha energía nueva ha hecho que las ruedas se muevan incluso más rápido que antes. Ahora tenemos un nuevo disco que se ha beneficiado de esas ganas.

Respecto a los sellos discográficos… Firmar con Rise Records ha sido una bendición. Trabajan bien y nos irá bien con ellos.

Erland se fue de la banda poco después de que finalizaseis la gira con Metallica. ¿Teníais las ideas del disco nuevo ya perfiladas o todo el material lo hicisteis ya con Ivar en mente?

Teníamos algunas cosas hechas, pero pocas. Tenemos un banco de riffs en nuestro Dropbox de manera que si alguien tiene alguna idea, la carga ahí y los demás vamos trabajando sobre ello. Realmente no había nada muy formado hasta que Ivar entró en la banda. No empezamos a trabajar en ‘Splid’ hasta primavera de 2019, realmente. Fue entonces cuando empezamos a aplicarnos con la composición.

Kvelertak (Foto: José Antonio Fernández)

Creo que Erland ya os había dicho que quería irse de la banda antes de la gira con Metallica. ¿Cómo vivisteis una gira tan grande con la piedra en el zapato que supone que un miembro se quiera marchar de la banda? ¿Siempre estuvo asegurada su continuidad hasta cumplir los compromisos con Metallica de 2017 y 2018?

No nos dijo que se quería ir hasta que finalizó la gira con Metallica. De hecho, nada estaba escrito en piedra hasta que sucedió. La cuestión es que cuando nos dijo que quería hacer otras cosas con su carrera musical nunca pensamos en nadie más que no fuese Ivar. Cuando le contactamos y nos dijo que quería trabajar con nosotros sin duda fue todo un alivio y dio lugar a una transición muy fácil para todos. Nosotros ya estábamos hechos a la idea de que iba a suceder de ese modo.

El sonido de este disco es mucho más abierto y accesible que en ‘Nattersferd’. ¿Crees que viene dado por haber vuelto a trabajar con vuestro productor Kurt Ballou o por la experiencia de tocar en grandes recintos ante públicos amplios como sucedió en la gira con Metallica?

Quizá esa ha sido una elección inconsciente por nuestra parte. La única razón por la que tocamos en ésta banda es porque a nosotros mismos nos gustan las canciones. Existimos porque tocamos los riffs que nos gustan y disfrutamos tocando juntos. La única elección consciente en este proyecto ha sido volver a trabajar con Kurt porque nos gusta el sonido que saca de nosotros.

Echamos mucho de menos a Kurt en el tercer disco, ‘Nattersferd’. Es una parte integral del sonido de la banda, para nosotros es el sexto miembro. En el tercer disco no tuvimos productor y lo produjimos nosotros mismos y eché de menos a alguien maduro en el estudio que dijese ‘esta es una idea de mierda, haced esto en ese lugar’. Después de diez años tocando juntos puedo decirnos las cosas de ese modo y generar mal ambiente. Pero si te lo dice alguien mayor que tu y todos tus compañeros de banda, se supone que lo dice alguien con más conocimiento y con una visión más global de la música.

Y además, su punto de vista como músico es mejor que el de muchos productores.

Claro. Lo que él aporta no te lo aportan otros. Confío en sus ideas porque tiene un oído alucinante para la música. Él piensa en la música de un modo distinto al que yo pienso. Tiene algo especial que le hace muy bueno para trabajar. Cuando piensas que su idea es una mierda, lo grabas y lo escuchas dos días más tarde y resulta ser la mejor idea del mundo.

¿Qué canción se ha beneficiado más del criterio de Kurt en el estudio?

Te diré que cuando vamos al estudio todas las canciones están compuestas al 100% y finalizadas. Su participación es importante en cuanto a la ejecución de las canciones se refiere: como hacer las partes vocales, como hacer un riff, etc.

Yo soy un guitarrista y el también, así que cuando me dice algo -por muy loco que parezca- él sabe cómo va a quedar en la canción. No te sabría señalar un beneficio específico a la hora de trabajar con él. Es algo continuo y constante.

Es como volver con tu antigua novia.

Es mucho más guapo que mi antigua novia, te lo aseguro.

Tengo curiosidad por saber cómo funcionó la gira como Metallica y lo que representó para Kvelertak como banda. ¿Qué extrajisteis de esa gira tan mastodóntica?

Hubo tantas cosas que aprendimos en esa gira con Metallica… Para cualquier banda es lo más loco que puede pasar. Cuando te llega esa llamada y esa oferta no puedes creer que te haya tocado a ti. Los riffs de Metallica son el motivo por el que empecé a tocar la guitarra. Verles en esos pasillos y en esos escenarios a diario es una experiencia surreal.

Lo mejor es lo acogedores que son Metallica y lo mucho que tienen los pies en el suelo. La gira fue muy fácil. Nos sentimos muy aceptados por ellos, nos cuidaron bien, su crew nos cuidó muy bien, pudimos hacer el show que queríamos hacer… Lo que sí es cierto es que tienes que aumentar tu nivel de profesionalidad cuando estás en una gira como esa. No se qué fue lo que hizo esa gira por nosotros pero lo que te puedo garantizar es que lo vivimos toda como algo irreal. Estábamos en esos enormes recintos y era una locura.

Lo mejor que yo aprendí de esa gira es a robarle los trucos a James Hetfield. Todas aquellas cosas que me parecían guays se las robé y ahora las intento replicar. Lo que pasa es que me sale fatal. Espero mejorar en veinticinco años.

¿Solían socializar con vosotros?

Si, estaban por allí todo el tiempo. Venían a nuestros camerinos, se pasaban por la prueba de sonido, nos veían en el escenario, nos llevaron de cena varias veces… Fue algo muy guay, te lo aseguro. De algún modo te sientes estúpido porque son tus héroes de la infancia. Son tan cálidos como personas que no nos sentimos asustados por estar en una gira de esa magnitud. Claro que las dos primeras semanas son un poco más inseguras, hasta que te acostumbras a aquello pero… Fue todo muy bueno, de otro mundo.

Kvelertak

Kvelertak

Metallica no necesitan a ninguna banda para llenar los recintos. Cuando giran con bandas es porque las respetan. ¿Porqué crees que os respetan a vosotros?

No tengo la menor idea. Tocamos un show en San Francisco en 2013 o 2014 en Slims. A media tarde, la gente del recinto nos avisó que James Hetfield había llamado para decir que se pasaría por el concierto. Evidentemente no te lo puedes creer. Me alegro mucho de no haberle visto hasta la última canción porque sino me habría cagado en los pantalones y no podría haber tocado ni un acorde más en los setenta minutos de concierto. Solo la cagué en la última canción porque estaba muy nervioso al haberle visto. Luego vino a vernos al camerino y fue todo muy bien.

Más adelante hicimos algunos shows con ellos. Hicimos varios shows con ellos, Volbeat, Airbourne, Children Of Bodom y no se quién más. Era una especie de Sonisphere donde Metallica eran cabezas de cartel. Lars vino al backstage y estuvo preguntándonos cosas. Un par de años después llegó la oferta para unirnos a la gira. Creo que Lars sabía de la banda desde hace un tiempo y estaba buscando el momento adecuado para que nos uniésemos a su gira.

Leí una entrevista en la que Marvin explicaba que Happy Tom de Turbonegro os había dicho que, si no cantabais en inglés, no tendrías una oportunidad en éste negocio.

Recuerdo esa conversación. Fue en 2009.

¿Has podido verle de nuevo y decirle que no tenía razón?

Si, le he mandado callar unas cuantas veces (Risas). Tenía una parte de razón. Es bastante inaceptable cantar en un idioma como el noruego pero hemos podido llegar a todo el mundo en ese lenguaje. Además, Kvelertak es una banda cuyo peso reside principalmente en las guitarras y en las melodías, de modo que el idioma pasa a ser secundario en cierta parte. La voz no ha sido el punto central de las melodías de la banda.

Si vamos a tocar a España o a Catalunya, por ejemplo, la gente canta los riffs de las canciones. No fuimos a España hasta el último par de años y el primer concierto fue flipante porque se nota que sois un país aficionado al fútbol. Cantáis los riffs mucho más alto que ningún otro país de Europa y eso valida lo que siempre he pensado: los riffs son el elemento conductor de esta banda. La voz está inserta en la música pero la gente no canta las letras, canta los riffs.

Y porque la gente no tiene ni puta idea de noruego.

Eso es. He visto gente por todo el mundo intentando cantar en noruego y es dantesco. Ahora hemos grabado dos canciones en inglés y quien quiera cantar nuestros temas en inglés puede hacerlo.

Kvelertak Resurrection Fest 2019 warm-up

Kvelertak (Foto: José Antonio Fernández)

¿Ha sido algo consciente para poder abrir mercado en EEUU o UK?

La verdad es que no. Es una conversación que hemos tenido varias veces y cuando Ivar entró en la banda nos explicó que todas las bandas en las que ha cantado se expresaban en inglés. Así que, para él, es incluso más fácil cantar en inglés que en noruego. La esencia de la banda es cantar en noruego y creo que es una parte muy importante de la musicalidad del grupo.

Desde el principio, queríamos tener vocalistas invitados en el disco. Queríamos una voz hiriente e incendiaria en el disco y la primera persona en la que pensamos fue Troy Sanders de Mastodon. Cuando nos dijo que sí a hacer las voces la canción fue natural pensar en componerla en inglés. No había un plan maestro para acceder al mercado americano. La compusimos en noruego inicialmente, pero luego la pasamos al inglés y queda mucho mejor.

Y nada de esto tiene que ver con Happy Tom de Turbonegro. Nunca lo admitiré.

Seguro que esta frotándose las manos como el malo de inspector Gadget.

(Risas) Segurísimo. Pero estoy seguro de que lo dirá en alguna entrevista y yo lo seguiré negando hasta que me muera.