No es el mejor momento, pero nunca lo fue para el metal extremo. Kataklysm debe ser el grupo con el nombre más apropiado para el momento actual y su nuevo disco es una genial banda sonora para el momento apocalíptico que vivimos.

El retorno de Kataklysm es especialmente necesario en la situación actual. Dos años después de la edición de ‘Meditations’, el grupo canadiense -aunque la mitad de sus miembros andan afincados en Estados Unidos a día de hoy- vuelve con un trabajo contundente, preciso y detallista.

‘Unconquered’ ha llegado en un momento complicado y la banda se encuentra con problemas añadidos: apenas unos días después de esta entrevista, el técnicamente intachable batería Oli Beaudoin anunciaba su salida de la formación. Y no solamente eso: nuestra entrevista fue la previa a que el líder (además de guitarrista y productor) del grupo, Jean François Dagenais fuese confirmado como positivo por covid-19 y tuviese que desaparecer de primera linea durante una temporada. Pero para un grupo de metal extremo con casi treinta años de historia, todo eso son minucias. 

¿Qué tal está gestionando Kataklysm el cataclismo mundial en el que nos encontramos sumergidos?

Todo esto ha cogido a todo el mundo por sorpresa. Nosotros, como banda, estamos en una posición financiera lo suficientemente buena como para poder sobrevivir y contarlo. Podemos aguantar la embestida como para que no nos tire abajo todo esto. Lo triste es que no hemos podido tocar en directo este año. Teníamos muchos festivales y giras previstas y se ha cancelado todo.

Crónica Kataklysm Hypocrisy 2018

Kataklysm (Foto: Elena Marco)

Queríamos darle mucha promoción al nuevo disco y esos planes han quedado afectados. Lo positivo es que yo trabajo en mi propio estudio de grabación y como las bandas no están pudiendo girar, están grabando mucho material. Tengo muchísimo trabajo de grabación, mezclas y masterización y estoy comprometido hasta mediados de 2021. Normalmente tengo bastante trabajo, pero con esto ha sido incluso más exagerado. Es genial porque eso me permite seguir en pie y mantiene mi salud mental y mi moral bien arriba. 

Por otro lado, tengo una hija que tiene cinco años y está a punto de comenzar el colegio. He podido estar con ella en este último año antes de empezar el colegio y eso no tiene precio. Espero que esto finalice pronto y el mundo se abra de nuevo y todo sea normal. El mundo se ha parado, pero los artistas no se paran. Ellos quieren seguir haciendo arte y creo que el año que viene y el otro vamos a ver una enorme ola de nuevos discos y nueva música que va a ser genial. Me encantará ver esa respuesta. 

¿Teníais el disco ‘Unconquered’ listo antes de la pandemia?

Todo estaba listo antes del coronavirus. El año pasado estábamos finalizando nuestra gira del disco anterior y a lo largo de los meses que estábamos en la carretera fuimos trabajando. Yo volé a Chicago, quedé con Maurizio, nuestro vocalista, y nos pusimos manos a la obra. Tenemos una química especial a la hora de componer juntos y así es como componíamos cuando empezamos con la banda. Hemos compuesto el disco juntos y hemos ido grabando entre gira y gira y lo acabamos en diciembre.

La intención era sacarlo en primavera pero, una vez llegó la pandemia, el sello nos dijo que sería mejor guardarlo hasta 2021, que no lo malgastásemos en medio de todo esto porque era un gran álbum. Tuvimos que pelearnos un poco para sacar el disco y creo que es el momento adecuado para la música, para el entretenimiento. La gente lo necesita y nuestros fans van a apreciar que editemos el álbum justo ahora, aunque eso implique perder algunas ventas por no poder estar girando. Sentimos que el momento era el adecuado.

Los fans no van a dejar de ser fans porque haya pasado todo esto. Querrán nuevos álbumes y querrán nuevo material. Como artista, lo que tienes que hacer es tener a tus fans entretenidos y sacarlos del aburrimiento, pase lo que pase.

En este disco habéis trabajado con Colin Richardson, después de estar en el pasado con Jay Ruston. ¿Qué ha motivado el cambio?

Sí, con él hicimos el anterior trabajo y todo fue genial pero por varias circunstancias, Colin Richardson nos cayó del cielo y es un tío que ha grabado algunos de nuestros discos favoritos de todos los tiempos.

Yo soy amigo de un amigo suyo y un día estábamos hablando del tono de guitarra que Richardson consigue. Me dijo “tío, vive muy cerca de mí, si quieres hablo con él”. Nos pusimos a hablar de tonos de guitarra en un primer momento, porque quería que me crease un tono y le pedí que mezclase el álbum. Colin es un tipo que ya está retirado, tiene sesenta y pico años, pero aceptó hacer este disco porque le gustaba. La experiencia ha sido tremenda. 

Tuvimos una buena experiencia con Jay. Es canadiense, aunque vive en Hollywood. Pero Colin ha grabado algunos trabajos que me encantan, como los de Slipknot, los primeros de Machine Head o el ‘Heartwork’ de Carcass. Incluso Napalm Death, Bullet For My Valentine… tiene un currículum tremendo. Su sonido de guitarra y su capacidad mezclando es algo que me llamaba mucho la atención.

La técnica como batería de Oli y el sonido de batería que consigue no tienen parangón en el metal extremo. ¿Cómo le capturas con tanto detallismo cuando grabas sus partes de batería? Pese a hacer cosas muy rápidas nunca se pierde ni un solo matiz en el sonido final.

Él es un gran batería y toca de una manera en que todo suena bien. Es fácil capturarle y grabarle, por así decirlo. Podrías tener la mejor batería del mundo, afinada a la perfección, pero si el batería no la golpea como tiene que golpearla, no sirve de nada.

Kataklysm

Oli va al estudio y sabe bien lo que hace. Sí, yo pongo todos los micrófonos del mundo alrededor de su batería y platos. Intento ponerle de seis a ocho micros aéreos para pillar todos los platos que tiene. La caja se la microfoneo por arriba y por abajo. Luego grabo buenos samples de cada parte de la batería para poder sustituir alguna cosa si no suena bien. 

No utilizo mucha compresión ni EQ cuando grabo baterías. Intento que lo que sale venga de los micros siempre, que sea natural. Medimos la distancia entre los micros, entre los micros y la caja, etc. Somos muy perfeccionistas a la hora de alinearlo todo para que el sonido respire adecuadamente. El toca todo lo bien que puede y yo lo capturo lo mejor que sé.

Kataklysm han estado trabajando con Nuclear Blast durante casi 25 años. Las bandas fluctúan mucho de un sello a otro o licencian su contenido a distintas compañías. ¿Por qué os habéis mantenido fieles a un mismo sello?

Nuclear Blast son los responsables de que nosotros tengamos una carrera. Cuando firmaron con nosotros era 1993. Por entonces era un sello super underground con solo diez bandas y nosotros éramos una de ellas. El sello apenas llevaba 4 años en activo cuando entramos. Las únicas bandas que quedan de esa era son Meshuggah, Hypocrisy y Benediction, si no recuerdo mal.

Nosotros hemos visto todos los cambios en las oficinas, la gente que ha ido y ha venido pero siempre ha estado Markus Staiger, Jaap Wagemaker y la gente que nos ha cuidado todos estos años. El equipo trabajó muy duro para los grupos y es como una pequeña gran familia. Esperamos seguir con ellos el resto de nuestra carrera. Claro que podemos tener alguna oferta sobre la mesa en algún momento, pero esperamos seguir con ellos siempre.

Kataklysm (Foto: Rock Fest Barcelona 2018)

Aunque las giras están en suspenso por el momento, ¿habéis considerado opciones como el streaming o conciertos en aparcamientos como están haciendo algunos artistas?

Nosotros necesitamos la intensidad del público en directo. Vamos a esperar hasta que las cosas estén normalizadas y podamos tocar un show como los de siempre. Quizá hacemos algo en streaming eventualmente pero lo veo complicado porque cada uno de nosotros estamos en una parte de Norteamérica. Si las cosas se relajan un poco quizá alquilamos una sala y hacemos un evento en streaming, pero no lo estamos planificando todavía. Por ahora esperamos que las cosas se relajen y todo vaya mejorando. De momento solo nos queda hacer entrevistas y promocionar el lanzamiento como estamos haciendo. 

No soy muy fan de los conciertos virtuales y de ver a las bandas en mi ordenador o TV. Quiero ver a los artistas en directo. No soy alguien que se siente durante dos horas a ver un concierto en vivo. Algunos colegas si que se pasan noches viendo DVDs y bebiendo cerveza. Yo soy distinto. Necesito la energía de estar ante la banda o sobre el escenario ante el público. Eso nunca lo vas a conseguir en el comedor de tu casa. Por eso no creo demasiado en el tema del streaming. 

Sergi Ramos