Kat Von D: lo mismo te hace un tatuaje que te saca un disco
Creadora de uno de los mayores imperios de maquillaje, tatuadora, amiga de algunos de los grandes del hard rock E influencer antes que existiesen los influencers, Kat Von D edita ahora su primer disco: ‘Love Made Me Do It’.
Entrevistar a Kat Von D -y dedicarle una portada en una revista de rock como en el caso de Power Magazine– no es una decisión cualquiera. Y mucho menos cuando edita un disco oscuro relleno de sintetizadores y desamor. Pero Kat Von D no necesita justificación: es una de las tatuadoras más reconocidas del mundo, reina de un imperio de maquillaje (que decidió vender hace unos años) y estrella de la televisión. Su primer disco, un compendio de doce canciones titulado ‘Love Made Me Do It’ nos dio la posibilidad de entablar conversación con ella y no quisimos pasarlo por alto. A fin de cuentas, si Dave Grohl de Foo Fighters y Danny Lohner de Nine Inch Nails pueden colaborar con ella, por algo será.
Con una primera mezcla realizada en el año 2014 donde predominaba un sonido más guitarrero y directo, el disco fue evolucionando hasta que los sintetizadores tomaron más protagonismo y el producto final quedó tan apto para góticos como rockeros de mente abierta. Hablamos con la polifacética artista por videoconferencia sobre su vida, sus influencias y los aspectos que han marcado este primer álbum de su carrera artística.
¿De qué modo ha afectado la pandemia a este primer disco?
Originalmente, el plan era editar este disco en otoño de 2020 y luego salir de gira, pero ese plan tuvo que ser abortado. Por suerte, tengo una casa para invitados de dos habitaciones y mis compañeros de banda se mudaron para poder trabajar en el álbum.
Cogimos una habitación para meter todos los sintetizadores y nos marcamos una agenda de trabajo bastante exigente. Cada día estábamos desde mediodía hasta las cinco de la tarde trabajando en música. Es algo que nos ayudó tremendamente con la salud mental en ese periodo.
Fue bueno mantener una estructura de trabajo y estar en marcha. Hicimos la cuarentena juntos y nos mantuvimos ocupados en la medida de lo posible. Más allá de eso, todo se basa en ser pacientes.
¿Crees que las maneras de vivir la cuarentena han sido muy distintas para aquellos que tienen una bonita y gran casa como tú que para el común de los mortales? ¿Te consideras privilegiada en ese sentido?
Personalmente, yo soy una mujer bastante casera. Tengo un punto reclusivo. Pero yo soy alguien de clase obrera al final. Yo tengo mi tienda de tatuajes. No estuve de acuerdo con muchas de las restricciones que se impusieron aquí en Los Angeles porque no hay ningún criterio científico tras ellas.
No entendía cómo la peluquería que hay a mi lado podía abrir pero nosotros, por ejemplo, no; especialmente si tenemos en cuenta que es un entorno mucho más esterilizado y con menos contaminación cruzada y patógenos. Es algo que nos afectó como negocio y, no sé en tu zona, pero en mi área el alquiler es extravagantemente alto, de modo que cerrar el negocio nueve meses me afectó mucho en lo económico. Todos los que trabajamos ahí tenemos familias y gente a la que mantener.
Creo que hubo otros estados en USA que entendieron mejor las precauciones sin tener que ser tan restrictivos. Nosotros mirábamos con envidia a esos estados, la verdad. Yo he perdido a varios amigos a causa de la depresión en estos meses. Dos de mis amigos se han suicidado. Otros tres han tenido fuertes recaídas en sus adicciones o han tenido sobredosis. Ya es más gente de la que conozco que haya muerto por covid. Es descorazonador ver a gente con la vida destrozada sin necesidad.
“El de Slayer es el concierto más impactante que he visto jamás”
No sé si soy una privilegiada, porque he trabajado muy duro para llegar a donde estoy. Lo que sí tengo es el lujo de poder haber mantenido mi negocio a flote -pese a estar perdiendo 12.500 dólares en alquiler cada mes durante nueve meses-.
Lo más importante, más allá del dinero, es la parte de la salud mental. Yo tengo una gran sistema de apoyo. Tengo un marido que me quiere, que también es artista y todo esto nos ha unido más si cabe. Pero si miro a algunos de mis amigos que están más solos, sin el mismo sistema de soporte y que han tenido que navegar en estos tiempos inciertos… la cosa no les ha ido tan bien.
Tenemos que mantenernos creativos y estar positivos. Primero fueron dos semanas, luego tres meses y ahora llevamos mas de un año. En California siguen diciendo que van a confinar a todo el mundo para meter miedo de vez en cuando pero dudo que la gente fuese capaz de resistirlo.
La gente quiere que los gobiernos hagan algo para sentirse protegidos.
He sido abiertamente antigubernamental a lo largo de toda esta crisis, por así decirlo. Creo que la gente es lo suficientemente adulta como para tomar decisiones por sí misma. Una de las cosas que mas me decepcionaron del gobierno fue que se dedicaron a meter miedo pero en ningún momento hablaron de salud real: cómo ayudar a que tu sistema inmune mejore, etc. La gente estaba metida en casa, necesitaba vitamina D y de tanto estar aislada, terminaba enfermando. Eso no es correcto. Imagina si hubiésemos pasado todo este año centrándonos en nuestra salud y cuidando unos de otros.
Cuando hay una adversidad hay que hacer cosas para protegerse, claro, pero también hay que evitar el sufrimiento innecesario, creo. No me asusta abrazar a gente, pero en California la gente sigue teniendo miedo a relacionarse como lo hacía. Todo acabará mejorando y nos adaptaremos a todo esto. Yo quiero seguir haciendo meet & greets, conociendo a los fans y todo eso. Actualmente hemos cerrado una gira europea para mayo de 2022 y estaremos en España. Espero poder conocerte allí también.
10 años más tarde
¿Donde arranca ‘Love Made Me Do It’? Es un disco bastante personal.
Yo compuse este álbum hace diez años. En aquel momento estaba en una relación sentimental muy compleja con un tipo que también es músico en una banda y vive al otro lado del océano. Un día llegué a casa y había un paquete en mi puerta con una nota que decía “estas son las cosas que son más fáciles de cantar que de decir”. Dentro de la caja había un disco. Me senté a escucharlo y me conmovió mucho. Pensé que la mejor manera de responder era componiendo mi propio disco.
En aquel entonces, mas allá de cantar en mi coche, no tenía experiencia cantando. Solo había participado en el coro de la escuela. Al final, como hago con todo, lo intenté y fui aprendiendo desde cero. Tomé lecciones de canto con Ken Tamplin durante dos años, seis días a la semana y dos horas cada día. A la vez iba componiendo el disco.
Lo bueno de vivir en Los Angeles es que estás en contacto con mucha gente creativa de distintos ámbitos, incluso algunas personas de las cuales yo soy una fan confesa. Por aquel entonces, Danny Lohner de NIN era mi vecino y compartíamos tiempo escuchando música. Cuando le dije que iba a hacer un disco en solitario le gustó mucho la idea y se puso a componer conmigo. Él fue quien me presentó a Peter Murphy de Bauhaus y yo soy una gran fan de Bauhaus. Es la piedra angular de mucha de la música que escuchaba creciendo.
En aquel momento estaba tatuando a Dave Grohl y le mencioné que estaba haciendo un disco en solitario y me dijo que quería tocar la batería en él, así que vino al estudio conmigo para tocar. Este disco ha sido una reunión de mis amigos, en esencia.
El problema fue que la vida a veces se interpone en tu camino y por aquel entonces estaba grabando un show de TV llamado “LA Ink”. Tras eso hice un par de giras presentando mis libros, después de eso presenté mi línea de maquillaje… todo fue interrumpiendo lo que más me gusta, que es la música. La gente me conoce por los tatuajes y el maquillaje, pero poca gente sabe que la música era mi primer amor. Llevo tocando el piano desde los cinco años, estudiando música clásica; eso ha influenciado mis otras expresiones artísticas también.
Si hay algún arrepentimiento en mi vida… ese es el de haber esperado tanto tiempo para editar este disco. Me ha encantado cantar en este trabajo. Los sentimientos que me llevaron a hacerlo ya están más que procesados. A día de hoy estoy felizmente casada con otra persona, tengo un hijo precioso y todo eso. Pero la música tiene esa capacidad: te transporta en el tiempo. Escuchar esta música me lleva al momento en que todo pasó. He crecido desde entonces. Ya no soy tan inmadura como era en aquel entonces, ni tan co-dependiente emocionalmente.
¿Ha sido doloroso volver a aquella experiencia?
No es doloroso. Es como tatuarse: tus tatuajes son instantes en el tiempo. Todas las experiencias que vives te han ayudado a moldear la persona que eres hoy en día. Yo no sería la buena esposa que soy hoy en día de no haber experimentado un corazón roto como en aquel entonces. La terapia también me ha ayudado a trabajar en muchos de mis problemas. No estoy triste, aunque sí que tengo nostalgia. Cuando canto las canciones puedo recordar el sentimiento. Es un sentimiento trágico. No se componer una canción feliz de amor.
Una vida complicada
¿Qué recuerdos te trae la época de finales de los ochenta? Era una gran era para el hard rock.
Yo nací en 1982, así que a finales de los ’80 me acababa de mudar a Estados Unidos y apenas hablaba inglés. Recuerdo que unos años después, los Backstreet Boys eran omnipresentes, eso sí (risas). Éramos una familia inmigrante muy pobre. No teníamos televisión en casa, yo no tenía ni idea de lo que era la MTV y mi hermana y yo íbamos al colegio y veíamos a todas esas niñas con chapas de los Backstreet Boys sin tener la menor idea de qué era eso. No teníamos acceso a la información.
Estuve muy expuesta al pop mainstream de la época. No fue hasta que me convertí en adolescente que descubrí el punk rock y el metal. Teniendo mi base de música clásica me era muy fácil simpatizar con lo que hacían Iron Maiden o Metallica, porque las escalas que usaban me recordaban inmediatamente. El punk son power chords y peña gritando generalmente, pero si escuchas a Dio lo que hay detrás es un cantante de ópera, realmente. Eso me provocaba admiración.
“Hay gente que me ha mensajeado diciendo ‘no me gusta que tus ojos estén tan cerca el uno del otro’ y es que me da la risa. ¿Qué se supone que tengo que responder a eso? ¿Lo siento?”
Posteriormente descubrí el material de la era post-punk, como Siouxie And The Banshees, Depeche Mode y todo eso. Ese era mi mundo. Unía la composición musical, las letras que eran poesía y la ejecución vocal, que era muy profunda.
Ayer estaba grabando algunos vídeos con el músico que toca sintetizadores en mi banda -porque grabamos con sintetizadores analógicos- y dijo una cosa muy acertada en uno de los vídeos: dijo que tocar un sintetizador es como darle emociones a un robot y eso es una gran descripción. Vivimos en un mundo tan inmediato y tan automático, que nos hemos olvidad del toque humano.
En mi disco hay mucho synthwave pero también hay unas voces que tienen personalidad y un toque muy humano. No hemos arreglado cosas como una voz que se quiebra o cosas así. Es lo más natural posible. Canciones como “I Am Nothing” tienen una fragilidad sobrecogedora.
Tú siempre fuiste una outsider. Dejaste el instituto para ponerte a tatuar y vivir tu vida a tu manera. Mirando atrás ¿fue la decisión correcta? ¿Crees que la gente es consciente del trabajo que hay detrás de todo esto?
Las personas ven el producto final, pero no ven todo el sufrimiento que hay detrás de lo que haces. Cuando grababa “LA Ink” la gente no era consciente de que después de cada capítulo había unas treinta horas de grabación para tener una hora final de programa. Todos sacrificamos muchas cosas para dedicarnos a lo que queremos. Yo he sacrificado muchas relaciones personales o he herido muchas relaciones porque estaba muy centrada en el trabajo. Por otra parte, no podría vivir mi vida de ninguna otra manera, porque esto es lo que me mueve. Pero sí, hay mucho trabajo tras el telón que no se ve y del cual la gente no es consciente.
Cuando mis amigos estaban de fiesta y bebiendo, yo estaba trabajando. He pasado años durmiendo muy poco. Pero todo lo que hago me gusta y no cambiaría nada. Ahora acabo de celebrar 14 años de sobriedad y reconozco que todo era mucho más difícil cuando estaba pasada de drogas y alcohol. Miro atrás y pienso ¿cambiaría eso? Pero no. Mi sobriedad me ha generado nuevas amistades y me ha ayudado a inspirar a otros a dar el mismo paso. La adversidad es buena.
Después de escuchar este disco ¿dirías que la ruptura emocional es tu principal fuente de crecimiento?
Cualquier relación, romántica o no, te va a afectar de un modo u otro. El otro día leía algo sobre la teoría de los opuestos, cómo tus flaquezas pueden ser los puntos fuertes de otra persona y cómo eso te puede equilibrar y es cierto, es algo que veo en mi matrimonio. Mi marido es dulce y habla con calma y yo soy muy directa y un poco “bitchy” diciendo las cosas. Él me suaviza y yo le ayudo a establecer límites. No somos perfectos, pero nos hemos aprendido a complementar.
He tenido muchos problemas en el pasado, probablemente debido a mi infancia. He escogido parejas en base a las emociones equivocadas y eso me ha llevado muchos problemas. Pero creces. La música es terapéutica y te ayuda a diseccionar muchos sentimientos y trabajar en ellos.
Ya estamos trabajando en un segundo disco. Tendrá canciones mucho más cabreadas, por así decirlo. ‘Love Made Me Do It’ ha quedado un poco triste, pero tengo mucha energía dentro y eso quedará patente en el segundo álbum.
¿Crees que podrías hacer un disco de metal?
La gente esperaba que mi música fuese mucho más dura, pero no sé si mi voz se presta a ello.
Bandas como Lacuna Coil usan una voz muy melódica. No hace falta ser Arch Enemy.
Pues yo prefiero a Arch Enemy (risas). Me gusta mucho el black metal o el lo-fi, pero le dejo eso a los maestros.
El logo que habéis escogido es muy metal ‘80s. ¿Era un guiño intencional a ese público?
Sí, claro. Rendir homenaje a Judas Priest y bandas así con el logo era mi intención. Me imaginaba un logo un poco más duro, si acaso, pero me gusta mucho. Mis compañeros de banda y yo tenemos unas influencias muy variopintas. Mi baterista tiene un montón de proyectos de doom y black metal. Sammy viene del sampling y el diseño de sonidos con ordenador. Greg y yo somos muy parecidos: tocamos piano y nos gustan cosas como Cat Power o The Gossip. Así que en nuestra banda confluyen cosas muy variadas.
Háblame de las colaboraciones. Entiendo que todas derivan de una amistad previa y no de querer poner una pegatina en el disco diciendo que colabora Dave Grohl o quien sea.
Hablé con amigos de bandas amigas para ver si querían participar y demás y, aunque no con todo el mundo tengo una sintonía musical, sí que puedo entender de dónde viene su inspiración. Cuando la gente supo que iba a hacer el disco comenzaron a entrarnos peticiones de gente con millones de suscriptores en Spotify para hacer remixes y meterse en el álbum, pero creo que es importante preservar la integridad de tu música.
Prefiero que alguien que es un amigo y está en una banda pequeña participe en mi disco que no alguien con muchos suscriptores pero que considero un gilipollas. Para mí estar en la misma frase que Peter Murphy es un chute de energía tremendo. Quizá no todo el mundo sabe quién es pero es una absoluta leyenda.
Social Media y demás
Fuiste una influencer antes de que existiesen los influencers. ¿Cómo gestionas esa explosión de gente en las redes sociales vendiendo influencia y popularidad desde tu perspectiva más madura actual?
Es uno de los grandes motivos por los que vendí mi marca de maquillaje. Cuando comencé mi marca de maquillaje, quería tener una fuente de expresión creativa, no iba sobre belleza. Una vez que YouTube e Instagram entran en la ecuación, todo esto se volvió algo que no me gustaba nada.
La gente en esas plataformas vendía unos ideales de belleza con los que yo no estaba demasiado alineada y de los que no quería formar parte. Comencé a recoger cable. Y no me gusta criticar a nadie porque, sí, hay un montón de trabajo detrás de hacer un video para YouTube, lo sé. Pero me cuesta reconocer el esfuerzo a alguien que no aporta nada. Me da igual lo bien que luzcas: eres superficial y no aportas nada, no vas a pasar el test del tiempo.
“Quien haya construido su imperio sobre algo vacuo y facilón, verá como colapsa”
Muchos de los influencers que veo me entristecen. Lo que intentan mostrar que es que no hace falta saber hacer nada, no hace tener una habilidad, simplemente puedes ser guapo, hacer cosas absurdas en la red o ser idiota en un vídeo y eso te llevará a la fama. Yo vengo de una era en la que debías tener una habilidad y tener carisma.
En algún momento la gente habrá tenido suficiente. La gente ya comienza a hacer mucho menos caso a los influencers que unos años atrás y quien haya construido su imperio sobre algo vacuo y facilón, verá como colapsa.
La televisión era la reina en su día y ahora es tan solo un medio más, por ejemplo.
Mira, ahora que lo dices, los shows de reality han tenido mucha culpa también. Cuando hacía “LA Ink” lo tratábamos como una especie de docu-serie donde explicábamos las historias tras los tatuajes. Al final de aquel programa, la cadena que lo emitía quería que fuese todo mucho más dramático para seguir atrayendo espectadores y yo me negaba a hacerlo. Pero es lo que pedía el público. Yo no quería vivir esclava de los índices de audiencia. No me interesaba.
¿Cómo lidias con las redes sociales, los memes y los haters?
Siempre he sido una outsider, incluso de niña y en mi propia familia. No espero gustarle a todo el mundo y no me gustaría gustarle a todo el mundo. La negatividad y los trolls es algo que me hace reír la mayor parte del tiempo. Suele ser muy ridículo. Hay gente que me ha mensajeado diciendo “no me gusta que tus ojos estén tan cerca el uno del otro” y es que me da la risa. ¿Qué se supone que tengo que responder a eso? ¿Lo siento? (Risas)
Cuando la gente crea rumores o dice cosas que pueden afectar realmente, me frustro. Pero cuando eres una personalidad con cierta notoriedad esto es así. Ahora que tengo un hijo pequeño me he vuelto más protectora con estas cosas porque un día crecerá y tendrá que leer todo ese tipo de cosas malas de su madre.
Creo que mis padres me criaron lo suficientemente bien como para entender que nada de eso importa. Que lo que diga alguien que no me conoce y que nunca me conocerá no puede afectarme. No es importante. Hay gente que hace lo contrario y se cree su propio hype y se convierten en monstruos, así que hay que tener cuidado con las redes.
¿Qué es lo más negativo que jamás has leído sobre ti?
La gente te dice cosas horribles. Me han llamado nazi, gorda, delgada y todo lo que te puedes imaginar. Lo racista me incomoda porque soy latina, por ejemplo. Pero si te pasas mucho tiempo centrándote en eso te arruinas la vida.
Cuando estaba editando las primeras canciones de este disco me esperaba mucho odio en las redes y me sorprendió que la gente era bastante positiva. Sé que no es un álbum para todo el mundo, pero cuando alguien me dice algo negativo sobre él siempre pienso “¿y dónde está tu disco?”.
¿Cuál es el show de metal más salvaje en el que has estado?
No sé si fue el más salvaje pero una de las veces que vi a Slayer me marcó. Estaba con la esposa de Kerry King, ambas sentadas en la mesa de sonido, y la energía del público lo hacía temblar todo. Era impresionante. Y Slayer controlaban totalmente al público. Era espectacular. Fue una de las experiencias más intensas que he visto jamás.
¿Qué clase de gira vas a hacer para ‘Love Made Me Do It’?
El disco sale el 27 de agosto y haremos algunos shows de calentamiento en septiembre. Con eso veremos qué clase de interés podemos esperar del público. La idea es hacer Europa en mayo y ver si podemos hacer Mexico y Latinoamérica una vez se abra todo. Pero nos toca esperar un poco todavía.
Estoy trabajando con el director creativo de Smashing Pumpkins y Bon Jovi para hacer toda la parte visual de los shows. Una de las cosas que quiero evitar es que sea un concierto con una persona ahí parada delante del micro. Quiero que haya una representación visual de la música, como sucede con The Mars Volta o Kiss. Tenemos a un contorsionista en la banda, tenemos cambios de vestuario, tendremos impacto visual y queremos presentar el disco como una historia visual. Aunque yo no te guste, te acabará sorprendiendo.
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