Joakim Brodén: lo nuevo de Sabaton vale tanto para saber la historia como para una barbacoa
Volamos hasta Bruselas con Sabaton para hablar con su frontman, Joakim Brodén, acerca de su nuevo disco, 'The War To End All Wars', en medio de un entorno único: el Museo de Historia Militar de la capital de Bélgica. Una de las primeras entrevistas que el vocalista llevó a cabo para la promoción del disco en la que repasamos cómo es su nuevo trabajo unos minutos después de escucharlo en exclusiva por primera vez.
Lanzáis ‘The War To End All Wars’. Ahora que hemos estado escuchando el disco juntos he percibido que las canciones son bastante diferentes entre sí. “Stormtroopers” es muy powermetalera, algunos temas son más estilo hard rock, heavy metal o ese sonido que podría denominarse clásico de Sabaton… ¿Cómo ha sido el proceso de composición? ¿Queríais que cada canción fuera de un estilo o fue algo que surgió de manera natural?
Un poco de ambas. Creo que no podemos controlar si vamos a ser más duros o lentos en el siguiente trabajo (aunque hemos tratado de intentarlo). Nunca hemos sido capaces de hacerlo porque, para mí en mi caso concreto como compositor, no funciono así. Pero una cosa que pensamos cuando hicimos el disco es por ejemplo que “Hellfighters” tuviera un rollo thrash metal.
Es una cosa que aprendimos de ‘Carolus Rex’ (2012), álbum del que estamos muy orgullosos. Al escucharlo todo son canciones bombásticas, épicas con su orquestación con un sonido similar. Cada tema que escuches va a sonar bien, pero si lo escuchas de principio a fin es muy parecido todo el rato. No obstante creo que es un proceso bastante natural cuando estás contando las historias. Sabía que quería hacer una canción como “Hellfighters”. La quería también para ‘The Great War’ y entendí que era un gran título para un tema: “Hellfighters”. Pero esa historia con ese título no podía ser una balada (risas).
Una vez estáis componiendo este tipo de canción, ¿qué es más importante para vosotros? La letra o la parte instrumental para reflejar de la mejor manera lo que queréis mostrar con la canción.
Una mezcla diría de las dos cosas. A lo mejor no tanto las palabras como tal sino cómo contar la historia, y la melodía que estoy cantando es muy importante para mí. Las palabras pueden describir emociones y, obviamente, los sucesos militares están plagados de emociones extremas que se pueden esperar de una guerra. Desde gran júbilo a una profunda depresión. Así que la música y la letra tienen que hablar en el mismo idioma para expresar lo que buscan. He de hallar cómo decir lo mismo con distintas palabras y que acompañen a la música.
¿Y en ese proceso de composición de un disco, te plantas a escribir toda la historia seguida para el álbum o, por las tendencias de consumo de la música en la actualidad, lo haces de una manera single a single?
Seguimos pensando en la experiencia de la escucha completa del álbum. Esa es la razón por la que el disco está ordenado de la manera que está. “Sarajevo” sí es la primera que es donde tocaría, pero el resto no están colocadas de manera cronológica, sino “Race To The Sea” estaría ahí para después llegar a “Christmas Truce”. No tendría esas dinámicas ni generaría esa experiencia de escucha del mismo modo. Tenemos la edición histórica que también se publica con la explicación de las canciones y todo eso. Lo hemos hecho como un plan como un álbum completo, pero también sirve para apreciar canción a canción.
Como con ‘The Great War’, recomiendo escuchar la edición histórica primero para saber de qué trata cada tema, así puedes imaginártelo en tu cabeza. También entiendo que cuando lo estás escuchando por quinta vez y estás en una barbacoa, lo que quieres es tomarte una cerveza con tus amigos y escuchar un poco de metal, lo que está genial.
Este disco lo habéis compuesto en plena pandemia. ¿Ha habido un gran cambio en el aspecto compositivo por el coronavirus?
Apenas. Casi nada si te soy sincero. Desde luego, vivo en Noruega y cuando estaba componiendo con Chris me iba a Suecia como normalmente hacemos o depende cómo estuviera la cosa con la cuarentena tocaba hacerlo desde Noruega. Pero el proceso habitual para componer trata de mí en el estudio o con Chris o Tommy en el estudio o lo que sea. A la hora de escribir las letras los encargados somos Pär y yo con una cantidad ingente de información que hemos buscado con los navegadores al lado y cuarenta ventanas abiertas (risas).
Solemos hacer todo cara a cara, pero no hay problema alguno en hacerlo a través de Internet ya que al fin y al cabo es igual en términos de que nos vemos el uno al otro y hablamos. Tenemos el móvil a través del que nos vemos y la pantalla para trabajar, ergo no hay problema.
¿Sientes a pesar de ello que la sensación de estar detrás de una pantalla y no cara a cara lo hace más “frío”?
No me gustaría trabajar de ese modo en otros aspectos, pero con las letras creo que no habría ningún problema porque pienso que no se pierde absolutamente nada en ese apartado. Si por ejemplo a Chris se le ocurre una cosa para tocar y hay que enviarlo a través de un archivo… en ese aspecto sí creo que pierde porque se pierde esa espontaneidad.
La manera en la que una persona toca también es importante y así se pierde esa “magia” porque además tienes que emplear más tiempo en grabarlo. Bah, vaya puta mierda. Cuando estamos componiendo la instrumental estamos juntos. Sin embargo no, para las letras no supone un problema. Solo ha sucedido un par de ocasiones, el resto de canciones las hemos hecho reunidos en la misma habitación.
Estamos en este museo en Bruselas para la escucha anticipada del disco y ya hicisteis algo similar con el último en Verdún. ¿Cómo te sientes con este ahora y qué diferencias ves con la última vez en la que se organizó un evento de este tipo?
Es un lugar muy diferente porque este tiene el rollo de ser un museo. Tiene zonas oscuras y frías por lo grande que es y la cantidad de cosas que tiene. De hecho es impresionante pasear por el museo durante la noche. En Verdún nos encontrábamos en un campo de batalla de verdad. Aquí hay una inmensa colección que es prácticamente incontable y hay elementos muy exclusivos que no se pueden encontrar en muchos más sitios del mundo.
En cualquier otro museo hay cosas que tendrían una sala para ellos en exclusiva por su unicidad, pero hay tanto material de ese estilo aquí que es imposible, y eso lo hace especial. No me di cuanta hasta que no nos lo explicó el guía del tour del museo. La mitad de las cosas que explicó resultaron nuevas para mí.
¿Habías echado un ojo al material que tenían en el museo antes de venir?
No. Porque me gusta ser sorprendido y tener la sensación de estarlo. Si hubiera venido con todo estudiado desde hace seis meses y me lo supiera de memoria, ya no tendría esa emoción por la canción nunca más. Si hubiera ido de manera tan profunda en ello no me sorprendería tanto.
¿Cómo ha cambiado en tu forma de plantear la música después de las últimas giras? Vuestro público ha ido creciendo en gran medida y el feedback a la hora de saltar, cantar y demás puede haceros ver qué funciona y que no a la hora de componer.
Es algo muy importante esa reacción del público, no obstante a la hora de componer no ha cambiado prácticamente nada. En el primer concierto que hicimos en Serbia estaba nervioso porque no sabía cómo iba a ir y cómo saldría todo un año y medio después. Estaba nervioso caminando hasta que sonara la intro y dejé de estar nervioso. Supe que era lo que quería hacer. Salimos y vimos las caras de la gente mientras tocábamos… no tengo nada en contra de hacer un concierto grabado frente a una cámara, pero si tengo que elegir, sin duda con público presencial.
Sobre lo que funciona en directo en comparación con lo de estudio empezamos a pensar hace unos diez años me parece. Si tienes una muy buena melodía, un breakdown, puente o un tramo de guitarra más lento que quizás para al guitarrista de hacer algo excesivamente rápido, despampanante y algo “flipado” pero genera que la gente pueda cantar a coro, es lo que tratamos de conseguir.
Con las nuevas canciones hay elementos de sorpresa. Con el 80% del material todo es previsible y sabes qué le va a gustar a qué tipo de aficionado, si va a funcionar mejor en el disco que en directo… sin embargo en ocasiones hay temas que se convierten en muy populares sin que te lo esperes y te preguntas cómo ha sucedido y otros que piensas que lo van a petar y luego a nadie le importan (risas).
¿Has cambiado algún aspecto a la hora de cantar para algún registro que no habías intentado nunca? Por ejemplo, en “Hellfighters” he notado que le has impreso otro toque que no es el típico de tu voz.
Es gracioso que te hayas dado cuenta, porque pensé que nadie lo haría (risas). En algunas canciones he tratado de hacer cosas para que no suenen iguales. En “Dreadnought” es una locura la manera de articular la pronunciación de las palabras. Eres el primero que se percata de ello (risas).
Tranquilo, esta es la segunda entrevista que haces por el álbum, ya tendrás muchas más (risas). ¿Cuál de las canciones es tu favorita de este ‘The War To End All Wars’ si te ves capaz de elegir una de ellas?
Es distinta cada vez. Al principio y durante bastante tiempo era “Christmas Truce” pero ahora la he escuchado demasiadas veces desde que salió a la luz.
Suele sucederos a los músicos que cuando las escucháis demasiado las acabáis hasta aborreciendo. Esto me contó Tatiana de Jinjer que le pasó con los singles de su último disco.
Sí. Especialmente cuando has terminado la grabación y escuchas el quinto remix por vigésima vez. Has estado componiendo la música, grabándola, mezclándola y masterizándola… llega un punto en el que deja de ser música y se convierte en una obra arquitectónica. Estoy contento ahora porque el tiempo ha pasado y cuando escucho la canción pienso en posibles cambios y digo “recuérdalo para la siguiente ocasión” (risas).
Y para el próximo disco, aunque ahora justo estáis lanzando este, ¿tenéis pensado ya algún concepto sobre alguna guerra en concreto?
Será de alguna historia militar, por supuesto, pero todavía no sabemos cuál será porque tenemos unas cinco ideas diferentes sobre las cuáles estamos muy emocionados para trabajar en ellas. Cuando tenemos un par de canciones es cuando decidimos del todo sobre qué queremos hablar. Hay muchas historias y conceptos sobre los que hablar.
¿Está la Guerra Civil española entre vuestras opciones?
Sí. El asunto con ella es que no tenemos demasiada información sobre ella para un disco completo. También estamos interesados en el imperio sueco y los cien años en los que tuvieron numerosas batallas, pero lo que pasa con muchas historias que nos cuentan y que me da rabia es que no son suficientes para un álbum entero, que nos darían quizás para tres o cuatro canciones, así que a lo mejor irían mejor para un EP o algo parecido. Es una idea que tenemos, no pararemos de hacer discos, pero a lo mejor en lugar de sacar un álbum presentamos algo en un formato de ese tipo en el futuro.
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