Cuando In Flames editaron "Soundtrack to Your Escape" todo el mundo se les echó encima. Ahora, revalidados tras veinte años, vuelven con "Foregone", un gran nuevo disco.

La carrera de In Flames ha sido la de una banda nadando a contracorriente y, silenciosamente, estableciendo su músico como la piedra angular de toda una generación de metaleros. Aunque les llovió de todo, el giro de In Flames hacia una manera más aperturista de entender el death metal melódico fue un revulsivo para toda la escena. Nadie es profeta en su tierra, ni tan siquiera en la fértil tierra del metal.

Pero ahora, revalidados tras tres décadas intachables de carrera, In Flames vuelven a la primera línea con “Foregone”, un nuevo trabajo que llega cuatro años después del malogrado “I, The Mask” que tanto sufrió los efectos de la debacle mundial. La banda supo aprovechar el tiempo y labrar un disco repleto de guiños a la manera de entender la música de In Flames en el pasado pero firmemente amarrados al presente. Hablamos con el guitarrista Björn Gelotte y el vocalista Anders Friden, los dos líderes indiscutibles de la banda sueca.

Os visteis obligados a interrumpir la gira del anterior disco. De golpe teníais un montón de tiempo en vuestras manos. ¿Facilitó eso la tarea de confeccionar ‘Foregone’?

Bjorn: Acabábamos de comenzar la gira de ‘I, The Mask’. Llevábamos un tiempo esperando para sacar ese disco y cuando lo teníamos fuera, llega la pandemia. Fue bastante frustrante. En todo momento, durante la pandemia, sentíamos que no habíamos completado el ciclo de aquel trabajo pero a la vez veíamos cada vez menos factible poder hacer shows para promocionarlo.

In Flames (Foto: Javier Bragado)

No fue una época muy creativa o inspiradora. Los shows en directo son el momento más divertido de estar en una banda, especialmente en ésta banda. Eso era lo que echaba de menos. No echaba de menos estar en el estudio o hacer entrevistas, echaba de menos estar en el escenario. No tenía ganas de componer ni de hacer nada creativo. Pero, al final, vimos la posibilidad de hacer algunos shows: un festival en Nueva Zelanda, alguna gira en Estados Unidos…y poco a poco, todo se fue abriendo de nuevo.

En ese momento llevábamos dos años sin girar y nos encontramos todos en Los Ángeles y nos pusimos a trabajar en éste nuevo disco. Fue un gran reencuentro que generó los embriones de varias canciones ya en noviembre de 2021. Tras las navidades seguimos trabajando en las canciones y poco a poco se fue instalando la idea de que estábamos yendo hacia un nuevo disco.

Lo bueno fue que ni había prisas, ni había ansiedad. Teníamos ‘I, The Mask’ como “último disco” con el que girar. Podíamos seguir explotando eso. A la vez veíamos como tomaba forma un nuevo trabajo y era todo muy excitante. Cruzamos esos propósitos y fuimos intercalando un par de nuevas canciones en el repertorio. En 2020 no podía imaginarme haciendo un nuevo disco. Todo el mundo estaba haciendo discos pero mi cabeza aún no estaba ahí porque no veía la posibilidad de hacer shows en directo.

In Flames (Foto: Javier Bragado)

Anders: No me sentía inútil, pero estuve haciendo esto durante toda mi vida adulta. Echaba de menos a los fans, al equipo y a los tíos de la banda. Echaba de menos ser parte de ese colectivo y viajar por el mundo, porque tenemos una buena relación. De repente, no tenías nada. Estabas en casa, en tu mundo.

No me malinterpretes, quiero a mi familia, pero era algo muy distinto. En mi familia también están acostumbrados a que yo esté fuera y a tener su espacio, y yo a tener el mío. Llevamos así 25 años. En la pandemia, después de un año o así, te sentías aburrido y frustrado y te quejabas porque querías cosas que hacer. Ahora tenemos cosas que hacer y no deberíamos quejarnos. Pero así somos las personas, nos adaptamos muy rápido a las situaciones en las que estamos.

La mayoría de gente vendía la moto de que estaba experimentado un pico de creatividad debido al exceso de tiempo libre.

No en mi caso, porque sin shows no me sentía creativo. Sin poder imaginarme en el escenario ¿qué sentido tiene componer una canción? Todo el mundo estaba igual. Fueses un músico o un restaurador, todos estábamos igual. Además, estábamos aislados y no podíamos hablar de nuestros dramas como solemos hacer cuando nos encontramos en un festival o cosas así. Fue un tiempo extraño, la verdad. No me apetecía nada componer. Estoy contento de saber que mucha otra gente se sintió del mismo modo.

In Flames (Foto: Javier Bragado)

¿Cómo has visto el mundo después de volver nuevamente a las giras?

Esperaba que, como humanos, saliéramos de la pandemia con mayor comprensión y más respeto entre nosotros, pero siento que ha pasado lo contrario. Somos más prejuiciosos, hostiles y estamos más enfadados. Súmale las guerras en Europa y otras partes del mundo. Es muy frustrante, y todo eso se ha volcado en el álbum, que tiene que ver con el tiempo y a dónde nos dirigimos.

La pandemia fue mala, la gente sufrió y mucha gente murió, fue horrible para la comunidad. Pero para nosotros como banda fue bueno. Fue bueno tomarnos una pausa y mirarnos a nosotros mismos y lo que estamos haciendo. Salimos con más energía y enfocados. Llevábamos años instalados en hacer un álbum, gira, álbum, gira. Aquí tuvimos un descanso. A la hora de grabar el disco había más energía en todo, todas las partes, el bajo, la guitarra, la batería, la voz…. Todas las melodías tenían algo que decir. No nos perdimos, sino que nos enfocamos mucho más.

El álbum trata sobre el tiempo. En la portada se pueden ver cuatro relojes. ¿Qué queríais mostrar con la portada respecto al tiempo?

Es algo general. Nosotros, como raza, como planeta, nos dirigimos al final. Eventualmente, se nos acabará el tiempo. Tú y yo nos iremos mucho antes de eso, probablemente. Hacerse mayor, y la pandemia nos ha hecho pensar sobre esto, lo que hacemos con nuestro tiempo. Cómo tratamos el tiempo entre la gente, las naciones, como un todo, como un planeta. Nos vamos por el desagüe. ¿Si pudieras reunirte con tu creador qué podrías decirles? Cuando sepas que es tu momento. ¿Te miras a ti mismo como diciendo “a la mierda, me voy”? ¿O piensas si podrías haber hecho las cosas de otra manera? ¿Qué haces? Todo esto lo encuentro muy interesante.

Las primeras semanas de la pandemia era como “mierda, todo el mundo se para”. Sentía que no conocía a una persona, pero que podía sentir lo que otra persona en otra parte del mundo podía sentir. Después de un año, tenía la sensación de que podríamos volver a la normalidad. Estaban cambiando las reglas con las recomendaciones sobre cómo deberíamos comportarnos.

Estaban abriendo de nuevo las tiendas y los restaurantes y todo eso. Después fue peor, con la segunda o tercera ola, la que fuera, era peor. Era muy frustrante. Pensé ¿y si este es el final? ¿Eso es todo lo que he hecho en mi vida con mi tiempo? Empecé a sentirme como cuando te separas de alguna persona y vais por caminos distintos y pensé ¿cuánto importa todo? ¿Vale la pena albergar enfado y hostilidad y todo eso? Pensé mucho en ese tipo de cosas.

El disco me ha recordado al material clásico de In Flames, especialmente el tema de presentación, “State of Slow Decay”. ¿Os cansa que todo el mundo quiera que sonéis como cuando teníais 24 años menos que ahora? ¿Intentáis hacer concesiones en ese sentido para que los fans clásicos se callen?

Björn: Puede ser frustrante si piensas en esos términos. Si tomas en consideración lo que todo el mundo quiere de ti, no avanzas. De entrada, es complicado separar lo que es suficientemente potente como para estar en un disco de lo que no lo es. Ese es el primer filtro. Necesito estar convencido de lo que he compuesto, necesito percibir que no me saco la canción de la cabeza antes de grabarla o presentarla al público. Luego Anders necesita pasar su filtro: que le guste, que la sienta. Cuando hemos hecho todo eso, la canción resultante es segura. Es algo que podemos grabar y meter en un disco.

In Flames (Foto: Pablo Gándara)

Si piensas en lo que opina la gente no acabas nunca. Cuando quieres complacer a un grupo de fans, desatiendes a otro grupo. Es interminable. No hago esto para que la gente esté contenta, sino para expresarme. Con todo eso en mente, intentamos no olvidarnos de quienes somos y de dónde venimos. Somos conscientes de que somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos, pero siempre miramos hacia adelante intentando mejorar y aprender de los errores.

Me encanta el death metal, me encanta el hard rock. Crecí con Rainbow, Deep Purple o Iron Maiden. Me encanta la melodía. Pero también me gusta Malevolent Creation, Cannibal Corpse, Napalm Death o Death. Esa mezcla es lo que hace que la música sea interesante. Esa es la combinación que sale de mis composiciones porque es la música con la que he formado mi estilo.

¿Crees que In Flames fueron demasiado avanzados para su tiempo? Todo lo que el metal ha sido desde 2006 en adelante ha tenido mucha influencia de lo que vosotros hicisteis entre 1997 y 2001 (bueno, y Carcass a principios de los 90). Os lanzaron a los leones por la manera en que evolucionasteis a partir de 2002 pero lo cierto es que mucho de eso ha terminado conformando lo que entendemos como metal a día de hoy. ¿Fue injusto el público y la prensa con el camino que tomásteis a partir de”Reroute to Remain”?

Lo que comentas es algo que lleva persiguiendonos toda nuestra carrera. No es algo a lo que ya prestemos mucha atención. Hace veinte años no teníamos la influencia de las redes sociales pero el comentario general entre el público era también ese.

In Flames (Foto: Javier Bragado)

Editamos “The Jester Race” y a alguna gente le gustó. No a mucha, porque primero lo editamos con un sello sueco y después se lo licenciamos a Nuclear Blast y se editó en toda Europa. No nos conocía mucha gente en ese momento. Luego grabamos “Whoracle” y la gente nos comparaba diciendo “bueno, no es ‘Jester Race’ pero está bien’. Cuando editamos “Colony” la gente decía «ves, sigue sin ser ‘Jester Race’ y además ‘Whoracle’ me gustaba más’».

Como ves, esto ha sido una constante con nosotros. Quizá no es tan obvio hoy en día pero así ha sido siempre. No puedo usar esas comparaciones como una herramienta para medir si lo que hacemos está bien o no. A fin de cuentas todo depende de cómo nos sentimos al salir del estudio, de si sentimos que lo hemos dado todo o no. ¿Hemos hecho el disco que queríamos hacer? Es algo que debemos valorar nosotros en primer lugar. Si a la gente le gusta, maravilloso.

A la vez que los fans más clásicos os despellejaban, ese giro estilístico de “Soundtrack to Your Escape” o “Come Clarity” supuso la eclosión comercial de la banda en Estados Unidos. ¿Hubo un proceso consciente para dulcificar o hacer accesible el sonido de In Flames? Cuando se habla de que el metal no es tan grande como en los años 80, una parte importante reside en que la concepción actual del “metal” es mucho más extrema musicalmente y eso ahuyenta al público casual.

Nunca había pensado en ello pero es evidente que las voces guturales son un ‘no’ absoluto en lo que respecta a la radio comercial. Pero nunca nos ha importado. Lo importante es ¿representan adecuadamente las voces el espíritu de la letra? Fundamentalmente, la base de todo para nosotros fue querer explorar nuestros instrumentos. ¿Queremos gritar todo el rato?

In Flames (Foto: Javier Bragado)

Cuando ya lo has hecho, quieres cantar otras cosas con melodía o voz limpia. En “Whoracle” hubo algo de voces limpias, en “Colony” hubo algunos detalles más y progresivamente fuimos explorando más y más ese aspecto de nuestro sonido. Lo mismo sucede con los teclados: no es algo que incorporásemos para alcanzar un nuevo público, sino una progresión natural. Lo importante es ser honesto contigo mismo como músico.

¿Soléis leer los comentarios en las redes sociales de la banda? Desde mi punto de vista, las redes sociales no ayudan a ver lo bueno que estás haciendo. A veces parece que la gente las aprovecha para soltar mierda, sobre todo.

Anders: Están los dos lados, hay los que aman y los que odian y nada en medio. Imagina que alguien dice que el álbum es muy bueno y le encanta. Hay alguien que no está de acuerdo y no nos ataca a la banda, lo atacan a él y le dicen que se equivoca, “es el peor disco y la banda era mucho mejor”. Y ambos empiezan a pelearse y es una mierda. No se conocen de nada, están detrás de una puta pantalla y me parece todo una locura.

Hay cosas buenas en las redes sociales, puedes contactar con gente que hace tiempo que no ves, pero hay mucho odio también. No participo en eso, no me ayuda. Llevo mucho tiempo en este juego, es el 14º álbum, ¿qué debería hacer? ¿Fiarme de lo que dicen las redes o de mi instinto?

In Flames (Foto: Javier Bragado)

Me encanta cuando alguien en persona se acerca y me dice “tu música me ha dado mucho, esta letra, o esta parte instrumental es genial”. Le doy las gracias, porque realmente escucha con atención y me alegro por él. Me aporta más de lo que se puede imaginar. Igual piensan que voy a estar en plan “vale, gracias”, pero me afecta de verdad. Pero si alguien pone algo online, no importa. Agradezco que la gente esté contenta si les gusta algo, pero si a alguien no les gusta, está bien, así ha sido desde que empezamos, siempre hubo debate con In Flames. Si eres parte de la escena de la música y pones ahí fuera tu arte, no va a ser todo odio o todo amor, hay diversidad y está bien. Soy inmune a ello.

¿Cómo ha sido el proceso de hacer éste primer disco con Chris Broderick? El hielo ya se había roto girando, pero es cierto que Chris viene de un entorno de heavy metal más clásico. ¿Cómo ha sido su incorporación a las dinámicas de estudio de la banda? ¿Fue parte de la composición del disco?

Björn: No, no fue parte y es algo que quizá suceda en el futuro. Hemos encontrado una manera de componer que nos funciona muy bien y que acometemos Anders y yo directamente. A la vez, Chris es uno de los mejores guitarristas que conozco así que habría sido estúpido no usar su conocimiento en el disco. Al principio del proceso le dije si quería incorporar algún solo en el disco y su respuesta siempre fue positiva.

A Chris le conocíamos desde hace tiempo, pues habíamos coincidido en giras de Jag Panzer, Nevermore y Megadeth, bandas en las que ha tocado a lo largo de veinte años. Es un tipo muy natural tocando y es muy hábil para absorber información. De un día para otro es capaz de aprenderse diez canciones sin problema. Es una de esas personas. En lo que respecta a los solos, estoy seguro de que los escribió y se los preparó a conciencia. Yo soy muy improvisado en lo que respecta a los solos y las melodías, pero él no. Vino con todo preparado y lo ejecutó a la perfección.

Tú y Björn os hacéis cargo de la parte compositiva, pero has tenido muchos integrantes distintos en la banda. ¿Cómo te han afectado al componer estos cambios en el line-up ?

Anders: No afecta tanto como podría parecer, pero sabemos lo que Tanner puede hacer, y Bryce, y Chris… Podemos escribir música que, cuando estamos en el estudio, podemos simplemente decir “vamos allá”. Si tienes un caballo de carreras, no deberías frenarlo. Tanner es un caballo de carreras, puede volverse loco. El álbum entero podría ser un gran solo de batería, pero a veces hay que frenarlo.

In Flames (Foto: Javier Bragado)

Cuando escribimos, debe sonar y sentirse como In Flames. Pero cuando grabas es cuando ves lo que es bueno y lo que no. Con Bryce y el bajo, la primera canción que hizo en el estudio, se sintió presionado y pensó que tenía que hacer esto o aquello porque es lo que yo querría, o lo que Björn querría. Le dijimos, “tío, esta es la música, tú haz lo tuyo”. Hoy en día, como banda, estamos en un punto muy bueno. No hay discusiones, no hay drama. Cuando es hora de tocar, todo el mundo está preparado. Nos sentimos a gusto y creo que la gente lo percibe.

Hicisteis una gira en otoño, en medio de toda la crisis inflacionaria. ¿Fue beneficioso para la banda o fue una de esas giras que había que hacer porque ya estaba comprometida? ¿Es posible tener beneficios como banda girando al nivel que gira In Flames?

Björn: Hay maneras de tener beneficios pero tienes que recortar en cosas que son necesarias. Girar nunca ha sido una fuente inagotable de dinero. Los conciertos más grande llevan producciones más grandes y cuestan más dinero. Todos los costes crecen exponencialmente. Si eres un poco inteligente, puedes sacar beneficio. No te queda otra porque, si quieres girar al nivel que lo hacemos nosotros, no puedes mantener un trabajo paralelo, así que estás expuesto a hacerlo funcionar.

Después de la pandemia, muchos elementos de la logística de una gira desaparecieron. Desparecieron compañías de buses, desaparecieron recintos porque la gente se fue a bancarrota o se construyeron oficinas en su lugar. Han pasado muchas cosas y las cosas no son ahora más fáciles, pero si eres listo, puedes hacerlo funcionar.

In Flames (Foto: Javier Bragado)

Los conciertos son la manera de promocionar nuestra música. Es un espacio sagrado donde puedes olvidarte de todo lo que te rodea, de la política, de tu trabajo y de todo lo demás. Simplemente vas al show, pasas tres horas allí y tus pilas se cargan de nuevo. Como banda quieres que la gente tenga una buena experiencia, con buen sonido y buenas luces y eso es caro.

¿Hubo tentaciones de cancelar la última gira europea?

No, la verdad. La última gira europea nunca fue un problema. Conocemos nuestro tamaño, sabemos en qué recintos debemos tocar y los promotores saben a cuanta gente podemos mover. Todo el mundo ha sufrido en los últimos meses. Ha habido mucho tráfico de bandas actuando en todo el mundo, los precios han escalado y la gente escoge mejor dónde se gasta el dinero He escuchado historias de terror en los últimos meses pero la mayoría están relacionadas con todo el caos logístico que ha quedado tras la pandemia.

Si un bus de gira costaba 500 Euros al día, ahora cuesta 1000 Euros al día. No tengo los números exactos, pero vaya, todo se ha doblado. Eso no hace las cosas más fáciles para las bandas. La banda necesita girar, pero los costes suben y eso pasa la presión a quienes quieren ir a verles en directo, para los cuales la vida también se ha vuelto más complicada y se ven obligados a elegir a qué conciertos quieren ir o a qué festivales. La competencia es fiera.

Anders: Creo que aún estamos sufriendo la post-pandemia, y es un clima difícil para girar. Todo es muy caro, cancelamos muchas cosas por los gastos del viaje. El equipo, sonido, luces, buses… La gasolina está carísima, es una locura, y la gente no tiene tanto dinero para ir a los conciertos. Nadie hizo nada durante dos años y ahora de repente todo el mundo está ahí fuera tocando. Todos están compitiendo por el dinero, ¿cómo van a permitirse los fans apoyar a todas las bandas? Es imposible.

In Flames (Foto: Javier Bragado)

La gente tiene que pagar las facturas, y la gasolina, la luz y todo eso. Los festivales también lo están pasando mal. Ya veremos qué pasa. Aún pasarán un par de años , no solo este año, también el próximo, incluso el siguiente tal vez, hasta que podamos volver a una especie de normalidad y que sepamos que los festivales están vendiendo bien como siempre. Simplemente estoy feliz de poder conseguir algunos festivales y ver a la gente. Ya veremos qué pasa. Me encantaría volver a España y tocar más próximamente.

¿Sientes la presión de hacer producciones escénicas más grandes con In Flames vista la manera en que muchas otras bandas lo están haciendo?

Creo que es inherente. Si las bandas están cambiando el estándar de lo que es un concierto en directo, todos se ven obligados a mejorar también. Nosotros siempre lo hemos hecho, porque pensamos que el show en directo es lo más importante. Tiene que ser una experiencia que se pueda recordar. Hemos reinvertido mucho dinero en nuestros conciertos, especialmente en los festivales que es donde más gente nueva te suele ver. Pero también en las giras de clubs intentamos aportar algo más que la música. Un concierto debe sonar bien pero también debe tener buena apariencia estética. Sino es un ensayo ante el público.

Sergi Ramos y Dani Bueno