Hammerfall: el difícil arte de hacer más de lo mismo (I)

Hammerfall. Solo decir su nombre evoca una mezcla de respeto por la integridad de su trayectoria y una sensación de “¿en qué momento decidieron llamarse así?”.

Pero en 1997, como todos sabemos, las cosas eran distintas. Tendría huevos que desde un medio llamado The Metal Circus o una revista llamada Metal Hammer nos pusiésemos a criticar a una banda que hace mención a la caída de un martillo. Es un nombre resultón. Pacazo, como se suele decir hoy, pero resultón. Y al final no podemos obviar que los suecos llevan, efectivamente, martilleándonos con un estilo de hacer música desde hace veintidós años.

Pocos tienen eso a su alcance, especialmente en el duro mundo de la música de hoy en día. Si Hammerfall no son la última, son una de las últimas bandas que pudieron tener una carrera en el mundo del heavy metal puro con grandes escenarios, montajes y medios materiales para construirse una leyenda. Claro que no han hecho nada que Judas Priest o Accept hiciesen antes, eso está claro. Pero la determinación de Joacim Cans y Oscar Dronjak es encomiable.

Hammerfall (Foto: Jesús Martínez)

Sentados en una sala de iluminación tenue en la sede de su discográfica Napalm Records en Berlin mientras la lluvia arrasa con todo en el exterior, la sensación es la de que los líderes de Hammerfall tienen claro que el de “Dominion” es el ciclo de la madurez de Hammerfall y el de la recuperación definitiva de su posición en el mundillo. No había más que ver cómo estaba el escenario principal de Rock Fest Barcelona durante su concierto un par de meses después de esta entrevista. Para ser “más de lo mismo” y “repetitivos” allí no cabía un alma. Y a todas esas almas, Cans las llevaba de la mano con inusitada facilidad.

“Dominion” ha sido el fruto de un cambio de estrategia en la manera en que Hammerfall dan forma a su música, como nos comenta un Dronjak que ya bordea los cincuenta años pero que mantiene su presencia post-adolescente. Cans, que ha adelgazado considerablemente en su edad más adulta -al contrario de lo que suele pasar- mantiene una expresión jovial pero ensayada, propia de alguien que sabe llevar con determinación el destino de la banda.

“Tenemos una manera de trabajar que hemos usado durante años y eso incluye pasar tres meses componiendo antes de ir efectivamente al estudio a grabar” explica el guitarra. “Es decir, poder componer sin tener que estar saliendo de gira continuamente. Lamentablemente eso ya no es posible: hoy en día tienes que pasar más tiempo en la carretera que nunca antes y has de componer en la carretera. Yo siempre me había negado. No pensaba que fuese capaz de componer canciones de Hammerfall cuando estoy tocando canciones de Hammerfall noche tras noche, porque estoy cansado, desgastado y no tengo la inspiración. Hasta que probé y vi que sucedía justo al contrario”.

“Cuando subes al escenario estás cargado de adrenalina y al bajar del escenario es muy fácil llevar esa adrenalina a las nuevas composiciones. En varias canciones de este disco he compuesto en la carretera o incluso estando de vacaciones con mi familia. Últimamente estoy usando una guitarra de viaje, que es muy pequeña y cabe en una maleta. Con eso solo necesitas un portátil y unos auriculares y listos, ya tienes todo lo que te hace falta para grabar demos estando por ahí. Es un setup muy simple. Gracias a esa técnica he podido trabajar el disco mientras estaba de gira. Con tener cuatro canales para trabajar es más que suficiente”.

Hammerfall (Foto: Jesús Martínez)

¿Te era fácil concentrarte estando de gira? ¿Te encerrabas en algún espacio para componer?

Oscar Dronjack: Teníamos un buen bus de gira. Con el anterior disco de estudio hicimos dos giras americanas y allí los buses de gira son especialmente cómodos y anchos. Era fácil para mi ponerme en una mesa y liarme a trabajar cuando estaba inspirado. A veces lo dejaba todo montado, me daba una ducha, me vestía, hacía el show, me daba otra ducha al bajar del escenario y me iba directo a tocar la guitarra con una cerveza. Con ese método pude hacer grandes cosas porque estaba metido en la zona, psicológicamente hablando. Durante el día no componía tanto porque estar de gira es una sucesión constante de interrupciones, pero por las noches era viable.

Cuando llevas dos semanas de gira te entra la tristeza o el desencanto estando de gira. Así que es bueno tener cosas que hacer y que te puedan entretener. Es más complicado hacer cosas durante el día porque entras en una rutina de despertarte tarde, estar cansado, no saber ni dónde estás, etcétera. Eso te mata la inspiración. Yo necesito sentirme bien y por eso lo hacía después del show porque tenía la energía a tope.

La mayoría de artistas aluden a que al bajar del escenario tienen un montón de energía que no pueden usar de ningún modo y se encuentran en esa situación de cierta ansiedad o agobio, lo que les lleva a beber, meterse algo o lo que sea. La mayor parte de tu vida adulta se ha reducido a estar en un autocar de gira o en un avión, esa es tu normalidad. ¿No?

Básicamente, así es. Llevo así desde que tengo memoria. Hammerfall es mi vida pero es algo que escogí hacer, algo que tuve suerte de poder hacer. Para mí nunca fue difícil separar lo que hago en la carretera de lo que hago en casa pero si que es cierto que, en los viejos tiempos, yo no tenía una familia ni unas responsabilidades en ese sentido. Estaba a mi rollo todo el tiempo. Ahora tengo un hijo y una novia y mi perspectiva ha cambiado y me es vital poder desconectar cuando llego a mi casa y estoy con mi familia. Por eso es bueno componer en la carretera y así poder liberar tiempo más adelante.

Hammerfall (Foto: Lolo)

Ahora me voy a contradecir pero también he compuesto mucho durante vacaciones con mi familia. Me llevé la guitarra que te decía y me dediqué a grabar alguna cosa cuando estaba relajado y sin presión.

Pero ya tenías una cierta estructura que habías ido montando durante la gira, de modo que no tenías que empezar desde cero.

Eso es. Eso me ayudó bastante. Además, decidimos que íbamos a grabar en agosto de 2018 y lo habíamos decidido con bastante antelación. Queríamos editar el disco en enero de 2019 y luego salir de gira y todo eso. Hasta que me paré a analizar y dije ‘esto nunca va a suceder’. No quería ir demasiado rápido con el disco y al final lo retrasamos todo seis meses para empezar a grabar en enero de 2019. El problema es que cuando llegó Agosto de 2018 yo ya tenía casi todo el material listo y me odiaba a mí mismo (risas). Lo bueno es que esos seis meses extra nos permitieron analizar las nuevas canciones y hacer correcciones aquí y allá. La grabación ha sido un proceso muy relajado en esta ocasión, te lo aseguro.

Una vuelta de tuerca

Joacim Cans se ha ido a Estados Unidos para trabajar en sus partes vocales junto a James Michaels. Tengo la sensación de que los americanos ven el power metal europeo como una suerte de infantilidad así que ¿intentó James americanizar la voz o el sonido de Cans? ¿Entiende un productor vocal americano lo que es el heavy metal europeo que practica Hammerfall en toda su dimensión?

No, él nunca quiso cambiar nada. El primer disco que hicimos con él fue “Infected” y nos gustó tanto que acabó produciendo el disco, regrabando las guitarras, baterías y bajo incluso antes de que llegásemos a trabajar con él físicamente. Antes de eso, le habíamos usado para las partes vocales, trabajando muy de cerca con Joacim.

James es un vocalista y eso le permite tener una visión muy clara de lo que necesita de Joacim, por eso trabajamos con él. En esta ocasión también ha contribuido como compositor, lo que ha sido muy interesante. Es un multiinstrumentista muy bueno, también toca algo de piano y nos ha venido muy bien. Ya en ‘Infected’ colaboró brevemente con nosotros. Él conoce bien lo que es Hammerfall y lo que es el sonido de Hammerfall.

Hammerfall es tu criatura y, como tal, te gusta tener pleno control de lo que la banda hace. ¿Te costó admitir una opinión o compositor externo?

Si no nos hubiese gustado una canción no la habríamos usado. Él siempre estaba aportando cosas, preguntando nuestra opinión y dándonos ideas continuamente. Él había escuchado todo nuestro material antes de trabajar con nosotros para entendernos bien.

Hammerfall (Foto: Sergio Blanco)

Joacim pasó de cantar en su rango superior a optar por el rango medio a mediados de los 2000. ¿Buscabais garantizar que podría hacer frente a las canciones de Hammerfall en un futuro?

Yo creo que a veces he compuesto canciones sin entender completamente lo que suponía para Joacim a la hora de cantarlas. Especialmente en los viejos temas, que sonaban muy bien a la guitarra pero no eran tan simples a la hora de cantarlos. Creo que he comprendido mejor su voz con el paso de los años.

Hoy en día Joacim canta sin problema y eso es porque tiene mucho más cuidado con su voz. Calienta siempre, sin falta. Hay cantantes que salen a cantar sin más y luego se la joden irremediablemente. Él siempre calienta y se prepara. Hace diez años comenzó a cuidar más de su voz y eso le ha llevado a conservarse. En la última gira hicimos once shows seguidos, sin descanso, y no sufrió ni una sola vez. No se habría atrevido a hacer eso hace diez años porque se habría dejado la voz por el camino. Ahora le resulta fácil porque su voz mejora año tras año, en lugar de que suceda lo contrario.

A mí me encantan Judas Priest pero Halford no puede cantar agudos ya. Es totalmente normal pero te perjudica la experiencia de verles en directo porque no es lo que esperas. Claro que con sesenta y tantos años tu voz no es la de cuando eres alguien de treinta años. Es normal. No puedes hacer las mismas cosas. Pero como fan quieres escuchar las cosas exactamente como las grabó en su día y creo que para eso es vital cuidar tu voz.

No obstante hay algo especialmente bello en ver a un tipo de la edad de Halford arrodillarse en el escenario y encorvarse para abrir bien su diafragma y poder soltar los últimos gritos del “Painkiller”. Ese sobre esfuerzo, esa dedicación…pone los pelos de punta.

La verdad es que no he visto ningún show de esta última gira de Judas Priest así que no puedo juzgar las cosas adecuadamente pero debo admitir que en el último disco, ‘Firepower’, suena mucho más vital que en el pasado. Me gustaría ver un show de la nueva gira y ver cómo suena actualmente. El sonido sigue siendo poderoso y eso es lo importante.

Supervivientes en tiempos de cambio

Empezasteis en todo esto siendo unos veinteañeros y en un momento en el que la industria del disco comenzaba a cambiar a pasos agigantados. ¿Dirías que Hammerfall fue una de las últimas bandas en lograr tener una carrera discográfica al nivel de los clásicos del Heavy Metal? En aquel momento aún se vendían grandes cantidades de discos.

No diría que fuésemos la última pero quizá sí que fuimos uno de los últimos grupos que tuvieron una buena carrera. Ha habido bandas grandes después de nosotros pero cada vez se está volviendo todo más y más difícil. Creo que era otro tiempo. No éramos adolescentes tampoco, pero éramos chavales jóvenes y lo que vivimos en ese momento fue impagable, increíble. Poder escalar tan rápido fue impresionante. Eso si, no nos cogió de sorpresa y siempre estuvimos preparados -sencillamente nunca pensamos que íbamos a tener esa oportunidad.

Hammerfall (Foto: Sergio Blanco)

La gira que realizamos con Labyrinth y Primal Fear fue la primera gran gira como cabezas de cartel que hicimos y fue un éxito en 1998. Fue nuestra primera vez pudiendo hacer la producción escénica con la que siempre habíamos soñado: montaje, pirotecnia, etc… Claro que, evidentemente, cometimos errores pero todos lo hacemos. Nos sentimos tan bien pudiendo hacer aquello que siempre habíamos soñado, en llevar montajes como los llevaban Iron Maiden en sus giras de los 80, que fue todo un sueño.

¿Siempre tuviste Hammerfall bajo control? ¿Siempre tuviste los negocios de la banda bien supervisados?

Sí, y tengo que darle las gracias a Joacim, quien fue siempre el más sensible en ese sentido. El siempre planeó bien las cosas. Si el no hubiese tenido esa actitud, planeando los tiempos de estudio, los detalles de las giras y demás, probablemente no habríamos llegado a donde hemos llegado. Gracias a eso siempre estuvimos en control.

Alrededor de 1998, antes de que se editase el primer disco teníamos a mucha gente que nos decía “vamos a hacer esto, vamos a hacer lo otro” pero en el fondo eran un montón de palabras vacías. Nunca vimos a nadie en quien realmente pudiésemos confiar y si no puedes confiar en un manager, te va a estafar tarde o temprano. Siempre escogimos hacerlo todo nosotros y seguir el consejo y asesoramiento de nuestra agencia de contratación, All Access. Hemos trabajado muy de cerca con ellos todos estos años y, sin ser nuestros managers, nos han ayudado en muchas cuestiones y siempre les hemos pedido consejo. Creo que por eso hemos podido mantenernos a flote todo este tiempo.

Joacim, tengo entendido que grabaste todas tus pistas vocales con James Michael en un fin de semana. ¿Es eso cierto?

Joacim Cans: No, en un fin de semana grabé una de las canciones, la que compusimos juntos. Me pasé tres semanas y media en Los Ángeles, entre febrero y marzo. Normalmente lleva un tiempo grabar las voces y más hoy en día, cuando se cómo funciona mi voz y sé cuales son mis límites. Sé cuánto tiempo puedo cantar en el estudio manteniendo el nivel que es necesario para un disco. El máximo son dos horas, dos horas de trabajo intenso. Ya está. Luego nos íbamos a comer, a dar una vuelta y volvíamos al estudio al día siguiente.

Hammerfall (Foto: Lolo)

Cuando mi voz comienza a cansarse y a romperse, no le puedo cambiar las cuerdas como a una guitarra o un bajo, ni puedo cambiar los parches. He de descansar. Pero, por algún motivo, siempre pasa que el último día, cuando canto la última nota de la última canción…caigo enfermo. A la que pasa la presión, mi cuerpo se queda hecho polvo. Si tienes la concentración y motivación suficiente pienso que puedes alejar las cosas de ti pero en cuanto bajas la guardia… Mi hija vino a verme y me dijo ‘Dios, estás realmente enfermo’. Pretendía llevarme de vuelta a Suecia tal y como me vio.

Podría decir que nunca he visto un mal show de Hammerfall, aunque sí shows en los que vocalmente has estado más justo que en otros. ¿Ha habido algún momento en la historia de la banda en que tu voz no te estuviese respondiendo como tu quieres y tuvieses cierta preocupación?

Solo he cancelado un show en mi vida con Hammerfall y es porque estaba realmente jodido, con fiebre muy alta y totalmente hecho polvo. Cuando estábamos a punto de editar ‘Threshold’ en 2006 tuve una cirugía para extraer un pólipo de mis cuerdas vocales y ahí fue donde tuve miedo de verdad por mi voz, ya que veía que solo podía llegar a una determinada nota y ya se me iba la voz. Eso me asustó mucho. Pero salí adelante, trabajé en mi voz y aprendí a tratarla de otro modo y ahora la tengo mucho mejor que entonces.

¿Tuviste que ir a un coach vocal?

No, nunca. Todo lo hice por mi cuenta. Se suele decir que son necesarias 10.000 horas de dedicación para ser profesional en cualquier materia y creo que, si comparas mi voz de ahora con la de ‘Glory to the Brave’, no parece la de la misma persona. A veces tengo problemas para identificarme con el viejo material. Creo que ahora tengo la voz que quería tener a finales de los 90 pero por entonces aún no estaba bien preparado. Esto ha sido un entrenamiento constante.

Creo que en el pasado le daba demasiadas vueltas a todo. En el pasado componía las melodías que eran mejores para mi. En este disco he ido en la dirección contraria: he compuesto las melodías que son mejores para las canciones. Por eso creo que este disco es tan poderoso, tan vital. Todo está ahí por una razón.

¿Qué es lo más importante que has aprendido trabajando con James?

Hemos trabajado con él porque es un gran compositor, productor y vocalista. Eso hace que me sea mucho más fácil trabajar con él y ser guiado por él. Él sabe de veras lo que supone estar en el micrófono, el esfuerzo que supone llegar a ciertas notas. Él sabe cómo llevarte en la dirección adecuada. No sabría responder a tu pregunta pero el hecho de que pueda decir que es mi amigo es suficiente.

¿Seguías a Sixx AM y eso te hizo trabajar con él?

Si, exacto. Ese fue el motivo. Cuando Sixx AM editaron ‘The Heroin Diaries’ le di una escucha, pensando que no me gustaría demasiado y poco a poco me fui enganchando. Ese disco tenía algo especial, tenía grandes canciones y una gran producción. Cuando me dio por investigar un poco vi que todo era obra del mismo tipo, James Michael. Él producía y él cantaba y él componía. Por eso decidimos llamarle para ver si quería trabajar con nosotros.

Normalmente nosotros sabemos lo que queremos, sabemos que tipo de voz queremos en cada canción. Él entiende eso y entiende que es un herramienta para ayudarme a conseguir mis metas. Él entiende el concepto de Hammerfall y entiende qué es lo que queremos. Hay muchas bandas que llegan al estudio sin tener ni idea de lo que quieren, de modo que el productor es quien les hace sonar de una determinada manera. Por eso hay tantas bandas que suenan como su productor, en lugar de sonar a ellas mismas. James ha sido el mejor tipo para hacerme sonar como yo quiero en el estudio.

Hammerfall (Foto: Lolo)

¿Fue ese el motivo por el que dejasteis de trabajar con Charlie Bauerfiend? ¿Estabais comenzando a sonar a Charlie Bauerfiend?

Yo quería alejarme de lo que estábamos haciendo y dar un pequeño cambio. En “Infected” quizá demasiadas cambiaron a la vez y la gente no lo entendió. Es un disco con muy buenas canciones pero que la gente no terminó de entender. Lo mejor de aquel disco fue pasar de tener dos capas vocales a solamente una, que es lo que tenemos ahora.

Cuando doblas tu propia voz pierdes mucha de la calidez y la expresión. Todo queda oculto bajo una capa o la otra, mientras que si solo hay una capa puedes escuchar todos los matices, si se quiebra ligeramente o ese tipo de detalles que lo hacen más humano. Esa es la belleza de una voz humana, vaya.

En éste disco, cuando acabamos de grabar el primer tema, volví al hotel…perdón, al airBnB que habíamos alquilado ésta vez. James había preparado dos mezclas al día siguiente. Una mezcla donde había corregido todos los fallos con su ordenador. Era perfecta. En la segunda solo había arreglado lo que era necesario, pequeños detalles. Escuché la primera y sonaba fantástica. Era todo perfecto.

Luego escuché la segunda, la que no tenía apenas correcciones, y la diferencia era abismal. De golpe escuchabas una voz que parecía directa, como si te la estuviese cantando ahora mismo. Con sus errores o fallos, pero real. Después de eso decidimos tirar por esa dirección para darle más vitalidad al disco. Creo que el oyente tiene que notar que esto es real, que hay una persona de verdad cantando las canciones.