Eclipse: “Tocar hard rock melódico nos hacía sentir como absolutos idiotas”
Son tan estables como la receta del huevo frito. Eclipse son una de esas bandas que, cada dos o tres años, ponen en circulación un nuevo disco y el nivel nunca, jamás, baja.
Hard rock de calidad, con enfoque moderno en arreglos y sonidos, pero con una tremenda capacidad para conectar mediante estribillos bien medidos, riffs propios de himno y una voz incomparable como la de Erik Martensson. Su nuevo disco, ‘Wired’, les sitúa de nuevo en primera plana y Sergi Ramos habla un buen rato con el vocalista sueco.
El nuevo disco, ‘Wired’, es la antítesis musical de todo lo que ha pasado en los últimos dos años.
Teníamos planeado hacer un disco que pudieses poner en una fiesta. El típico disco que pones en casa con amigos antes de salir de fiesta y te da buenas vibraciones. A medida que íbamos componiendo canciones, el material que salía era ese. No queríamos hacer un disco de canciones depresivas que hablase del mal estado del mundo. Quisimos hacer un disco para un mundo post-Covid donde la vida es aquella que todos deseamos.
¿Cómo habéis capeado, económicamente hablando, el temporal?
Como banda, éste período ha sido una catástrofe. No hemos podido tocar ni un show. Hicimos un show en streaming en abril del año pasado y no fue muy divertido para la banda ni para el público. Al final estás en un escenario, en una habitación y no puedes comunicarte con el público. Preferimos dejar todo eso de lado hasta que podamos actuar en directo de verdad la próxima vez. Le hemos dedicado éste tiempo a componer el nuevo disco y, afortunadamente para mí, soy propietario de un estudio. La gente se ha vuelto loca grabando discos durante toda la pandemia.
Te iba a preguntar sobre ello. De la música que has estado escuchando ¿cuánta valía la pena? ¿Cuánta era una simple manera de sobrellevar la situación que estábamos viviendo?
He escuchado muchos de esos discos a lo largo de los años y no tiene nada que ver con la pandemia – hay bandas que tienen algo y otras que no lo tienen, sin más. Los buenos siempre hacen buenos discos.
Siempre habéis mantenido un estilo muy concreto, basado en el hard rock melódico de los años ’80. ¿Os sentís estancados cuando tenéis ideas que se salen de esa norma?
Con Eclipse podemos hacer lo que queramos. Es nuestra banda. Nosotros decidimos el estilo. A veces hay cosas que para el oyente pueden parecer Eclipse -porque somos los mismos músicos- pero son totalmente distintas a lo que hemos hecho previamente. Da igual que sea un tema más duro o más suave: suena a Eclipse. Cuando componemos siempre añadimos muchos elementos a nuestras piezas pero el oyente percibe “Eclipse”, porque tenemos un sonido muy estable.
Bandas como The Night Flight Orchestra intentan replicar épocas concretas de la música, por ejemplo el AOR / Rock de finales de los 70 y principios de los ’80. ¿De qué modo aplicáis elementos o situáis progresiones de acordes determinadas en vuestra música para que recuerde al hard rock ochentero? ¿Es algo estudiado o sale orgánicamente cuando componéis?
Es algo orgánico. Fluimos bastante y trabajamos sobre la base de la inspiración. Cuando tienes un chispazo de inspiración las canciones, prácticamente, se componen solas. Una banda como The Night Flight Orchestra tiene un cometido en mente, que es el de sonar como una época determinada de la música rock. En nuestro caso es distinto: hacemos lo que nos apetece y nos da igual si suena ochentero o moderno. Hacemos lo que queremos. Así ha sido siempre.
En una entrevista antigua que leí, afirmabas que Eclipse había perdido la primera mitad de su carrera. Lo cierto es que, en efecto, a partir de “Armaggeddonize” la banda coge carrerilla. Trabajáis con otros promotores más potentes, conseguís mejores posiciones en los festivales, etc. ¿Sigues pensando que esos primeros años fueron ‘malgastados’?
No podemos decir que fuesen ‘malgastados’ pero quizá no empleamos nuestro tiempo de la manera más inteligente. Al principio de la banda, hace veinte años, no teníamos ninguna confianza en la música que hacíamos. El hard rock melódico estaba pasado de moda y a nadie le importaba una mierda el estilo. A finales de los 90, Iron Maiden tocaban en pequeños clubs en Estocolmo. La escena del rock duro estaba totalmente de rodillas y sufriendo. Para nosotros, tocar hard rock melódico nos hacía sentir como absolutos idiotas. Tras un tiempo lo dejamos correr y pensamos ‘vamos a hacer la música que nos gusta y si a la gente le gusta, mejor’. Fue en ese momento en que las cosas comenzaron a suceder para la banda.
Al demostrar que teníamos confianza en nosotros mismos, que creíamos en lo que hacíamos, otra gente comenzó a confiar en nosotros. Había más gente en la misma posición. Lo que hemos aprendido de todo esto es que debemos hacer las cosas para nosotros, desde el corazón, y si consigues gustarle a los demás, mucho mejor.
¿Os sentís comprometidos con Frontiers Records porque fue el sello que creyó en vosotros en ese momento? Frontiers no deja de ser el único sello especializado en hard rock melódico del mundo con una cierta presencia.
En el año 2000 no había ningún sello que pudiese fichar a una banda de rock melódico. Mencionabas a The Night Flight Orchestra…ellos están en Nuclear Blast. En aquellos tiempos habría sido impensable. No sucedía. Frontiers le dio la oportunidad a las bandas que tocan este estilo de música de hacer un disco y distribuirlo mundialmente. Creo que hemos crecido junto al sello y eso nos ha funcionado muy bien.
El streaming juega un papel importante para bandas como Eclipse. Bandas clásicas como MSG quizá reciben una proporción importante de sus ingresos discográficos por la venta física, pero en vuestro caso entiendo que el digital manda por el grupo de edad al que llegáis. “Twilight”, vuestro último single, ya tiene 150.000 reproducciones, por ejemplo. ¿Es el streaming la salvación que se nos ha vendido o simplemente una manera más de monetizar vuestra música?
Es otra manera más de monetizar nuestro arte. La música ha sido devaluada tremendamente. Es algo que todo el mundo da por garantizado hasta el punto en que la mayoría no está dispuesta a pagar por ello. Por otro lado, el streaming permite a mucha gente escuchar nuestra música. Incluso si cuesta prácticamente nada escucharnos online, cuanto menos nos permite hacer llegar el arte a la gente. Al final por eso hacemos lo que hacemos. Lo cierto es que seguimos vendiendo bastante producto físico. Tenemos varias versiones en vinilo e incluso vendemos cassettes. No vendemos millones de casettes, pero vendemos cientos. Todo suma.
La gente lo compra por el valor vintage que tiene.
Exacto. Los discos se han convertido en un item de merchandise más que en una manera de distribuir o escuchar la música. La gente sigue escuchando CD’s y yo sigo comprando mucha nueva música en vinilo. Paso mucho tiempo escuchando música y la escucho en vinilo. No lo hago por ser guay sino porque me gusta el formato y la experiencia asociada.
Tienes un estudio y eres muy sensible al sonido y a las diferencias entre los resultados que ofrecen las distintas plataformas. Nos dicen que el vinilo es la mejor manera de escuchar música con toda su calidez y profundidad. ¿Es así? ¿Es una diferencia tan relevante respecto a una canción digital con un buen bitrate?
Realmente no. El vinilo suena peor, si te centras en las especificaciones técnicas. Los graves son peores, tiene menos rango medio… pero la cadena analógica lo hace sonar algo mejor y más cálido. Eso es agradable al oído. Pero si quieres escuchar vinilos en su dimensión completa lo mejor es escuchar viejos discos porque ese es el formato para el que se grabaron.
¿Sigues escuchando un disco completo?
Por supuesto.
Tenemos la cuestión del ratio de abandono en las plataformas de streaming. La gente se descuelga a partir de la tercera canción de un disco. ¿Cómo influye esto en vuestra manera de secuenciar la lista de canciones de un disco de Eclipse?
Absolutamente. Nos tomamos eso muy en serio. Debes tener canciones intensas y cortas al principio y canciones largas y elaboradas al final. La gente pierde el interés muy rápido con el streaming. Si algo no les parece divertido en veinte segundos, pasan a escuchar otra cosa. Su capacidad de retentiva es muy corta. Dicho esto, me cuesta más escuchar un disco completo en Spotify de lo que me cuesta hacerlo en vinilo. Siempre que escucho un disco entero, es en vinilo.
¿Es por la liturgia asociada? Ya sabes: sillón, copa de vino, etc. Con Spotify tendemos a usar la misma de fondo para otras actividades.
Exacto, el vinilo propicia una escucha más profunda. Es un arte olvidado. Hoy en día la gente pone música de fondo mientras aspira el piso. Pero el arte de escuchar un disco detalladamente es algo que más gente debería hacer. Hay que darle a la música la atención que merece.
¿Te sorprenden tus propias cifras en determinadas canciones? Coge un disco como “Paradigm”: “Viva la Victoria” tiene casi 15 millones de reproducciones. Otros típicos singles como “Mary Leigh” también pasan del millón. Sin embargo, me sorprende que “The Masquerade”, uno de los temas más largos, también pase la marca del millón y medio.
Si editas la canción como un tema principal y lo añades en playlists, consigues muchos más streams. Eso ayuda. Pero coge canciones como “The Downfall of Eden”. Esa canción nunca la hemos destacado, nunca ha sido single, pero la gente vuelve a ella con regularidad. A los fans les encanta y cuando estábamos de gira para ese disco, vimos rápido que a los fans les motivaba mucho. La gente se volvía loca con ese tema y no era un single. En el nuevo disco hay un par de canciones que no editaremos como single porque no tienen el formato idóneo pero que creo que llegarán a los fans naturalmente.
¿Cuanto dinero te puede reportar una canción con 15 millones de streams?
No tengo ni la menor idea porque no puedes llegar a calcularlo bien. Lo cierto es que no puedes competir con la venta física porque, cuando editas un disco nuevo, vendes todo lo físico en el espacio de un mes desde su edición. Luego la venta prácticamente desaparece. Sin embargo, el streaming sigue funcionando poco a poco. Los ingresos no llegan inmediatamente pero llegan a lo largo de toda una vida. Cuando yo esté retirado “Viva La Victoria” seguirá dándome dinero mientras que las ventas físicas ya no.
El streaming, económicamente, supera al formato físico por mucho. Por eso a los sellos les va tan bien. Ya no tienen que apoyarse en lo físico. La gente puede escuchar esas canciones cuando quiera sin poseer el dispositivo físico de escucha. No hay manera de encontrar nuestro primer disco en una tienda, pero puedes escucharlo en Spotify durante décadas.
Hablaba con mi manager recientemente sobre esto: el valor de Universal Music hace no mucho era de 6.000.000.000 de dólares. Sin embargo ahora es de 55.000.000.000. Eso se debe al streaming y al valor que generará en el futuro. Por otra parte, debes tener tus contratos bien hechos. Hay gente que puede quejarse, claro, pero quejarse del royalty físico es una tontería: hoy en día has de concentrarte en el royalty de tu venta digital. Ese es el futuro.
¿Qué plan de gira tenéis ahora mismo? Europa está abriendo bastantes cosas pero no al nivel de USA o UK. ¿Qué situación tenéis ahora mismo?
Es imposible hacer planes. Para nada. Las cosas cambian todo el tiempo. Si las cosas siguen abriendo como están abriendo, podremos volver a la actividad en breve. Hemos podido cerrar un show de edición del nuevo disco en Suiza, ya que Suiza era el único país donde podíamos hacer un concierto al uso, al tener baja incidencia del virus. Suecia reabrirá todo la semana que viene. Tenemos shows en Suecia, Finlandia y Noruega de momento. Así mismo habrá gira el año que viene, pero crucemos los dedos.
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