Demons & Wizards: «nos dedicamos a vender emociones y sentimientos»
Después de visitar a la banda en su estudio el pasado mes de junio y poder departir con Jon Schaffer y Hansi Kursch sobre el largamente esperado nuevo disco de su proyecto conjunto, llega el momento de recibir en nuestras manos el resultado de quince años de especulaciones y trabajo.
‘III’ es un disco más versátil que sus dos predecesores pero que comparte las cualidades atemporales que poseían aquellos dos trabajos, el homónimo del año 2000 y ‘Touched By The Crimson King’ del año 2005. Con una agenda densa y prácticamente ingobernable como la que tienen los líderes de Iced Earth y Blind Guardian, no es ninguna sorpresa que ‘III’ haya llevado años y años de trabajo. Ahora, con el nuevo disco a la venta desde el 21 de febrero, hablamos con los dos legendarios músicos para que nos cuenten cómo han manejado el proceso de dar a luz un disco tan señalado como éste.
Cuando proyectos como el que vosotros representáis se reactivan tras quince años, los resultados no siempre son óptimos. ‘III’ es un disco fuerte y consistente. ¿Teníais ese sentimiento cuando estabais inmersos en la composición y grabación?
Jon: Tuve ese sentimiento desde el primer momento en que comencé a preparar los arreglos musicales. Incluso cuando volé a Alemania en octubre de 2018 para comenzar a trabajar con Hansi estaba seguro de que iba a ser bueno. Teníamos tres canciones en formato demo desde 2015 pero las nuevas canciones que preparamos a partir de 2018 tenían buenas ideas y cuando empecé la preproducción supe que iba a ser un disco especial. A la que Hansi comenzó a meter sus voces supe que teníamos algo bueno.
«Teníamos tres canciones en formato demo desde 2015»
Hansi: Fue algo similar para mí. Mi entusiasmo fue muy grande desde que escuché las primeras composiciones y me sentí confiado de que el disco iba a ser bueno. Había mucha diversidad en las canciones pero todas encajaban juntas. A la hora de grabar todo fue tan bien como componiendo, lo cual siempre es una buena señal.
Si uno escucha la mayoría de discos de metal que se grabaron en el año 2000, suenan mayoritariamente caducos. En el caso de vuestro primer disco suena muy vigente a día de hoy. ¿Componer un disco que pase el test del tiempo es algo que os inquieta cuando componéis?
Jon: Nunca pienso en esas cosas cuando estoy preparando arreglos musicales. Hago algo honesto, hago lo que siento en el momento. Si comienzas a analizar esas cosas te metes en una trampa que no es buena. Puedes cargarte la autenticidad del disco y, al final, nosotros nos dedicamos a vender emociones y sentimientos que han de ser lo más puros que sea posible. Ha de salir de un lugar real para que llegue a la gente. Otro tema es que cojamos varias canciones y digamos ‘vamos a dotarlas del amor que sentimos por el classic rock’. De acuerdo, eso es un plan premeditado pero no es hacer algo que no es auténtico. Es, sencillamente, transmitir una serie de influencias en las canciones en lugar de otras. Eso implica cierta planificación. Pero si comienzas a preguntarte si el disco va a sonar actual en veinte años te puedes centrar en cosas que no son importantes y pueden perjudicar la integridad del disco.
Hansi: Si haces algo que es honesto, tienes una buena oportunidad de que termine siendo atemporal. En estos veinte años que han pasado desde aquel primer disco, nosotros somos diferentes personas y eso ha de transmitirse de algún modo en el disco. La intención que teníamos en los dos primeros discos se mantiene: mezclar los ingredientes secretos de Blind Guardian e Iced Earth. Todo lo que han hecho estas dos bandas se ha vuelto atemporal y eso es algo que o lo tienes o no lo tienes.
¿Por qué el gran vacío de quince años? Es evidente que Blind Guardian y Iced Earth han tenido agendas muy ocupadas en los últimos años pero ¿ha habido otro motivo? ¿Os habéis visto atrapados en alguna cuestión de derechos con alguna antigua discográfica o cosas por el estilo?
Jon: No, para nada. Literalmente ha sido todo un tema de logística y tiempo. Has de entender que con las ventajas de internet, ambas bandas se volvieron más grandes y globales. Cuando vuelves atrás y observas en qué punto estaban Iced Earth y Blind Guardian cuando salió el primer disco de Demons & Wizards verás que estábamos en un ciclo muy similar como bandas. Habíamos tenido nuestros discos saliendo casi a la vez durante varios años y estábamos muy centrados en Europa. Entonces, a finales de los ‘90, Estados Unidos comenzaron a entrar en juego. Tras eso, el resto del mundo comenzó a entrar en juego, para ambas bandas. En esa época Iced Earth comenzó a tocar en América central, Sudamérica, Australia, Nueva Zelanda, Israel, China, Rusia… En lugar de hacer veinte shows en Europa y diez en Estados Unidos como hacíamos antes, las giras se iban a 160 o 170 shows por cada ciclo de cada disco. Al final pensamos que si había una ventana de oportunidad, lo haríamos. Un disco como éste no lo puedes hacer a medias en ratos libres: has de sumergirte en él y dejar que te devore. Hemos dedicado más de un año a terminar a éste disco. Sí, hemos reeditado los dos anteriores y hemos girado por festivales, pero principalmente hemos grabado éste nuevo trabajo.
«Un disco como éste no lo puedes hacer a medias en ratos libres»
¿Cuál es la primera pieza de música en la que trabajasteis?
Hansi: No te sabría decir con exactitud pero las primeras canciones que yo recibí fueron “New Dawn”, “Universal Truth” e “Invincible”. Esas canciones se trabajaron antes del grueso principal del disco. “Diabolic” vino un poco más tarde. Yo creo que comencé a trabajar con “Children Of Cain”.
Jon: Sí, correcto. Esa fue la primera parte vocal que me enviaste. Eso fue alrededor de navidades de 2018.
Hansi: Todas las canciones me decían algo pero ésta en concreto me decías más cosas. Tenía muchas ideas para las voces pero quería grabarlos cuanto antes. Si tienes una idea en mente y tardas mucho en grabarla, quizá la pierdes.
¿Las canciones más classic rock y setenteras llegaron primero y el material más heavy llegó después?
Jon: Realmente no, a nivel musical. Lo primero que le pasé a Hansi en 2015, cuando estaba con la composición de “Incorruptible” de Iced Earth fue “New Dawn”, “Universal Truth” y “Invincible”. Luego, cuando buscamos tiempo para trabajar a conciencia en Demons & Wizards, hice otras seis o siete canciones y se las envié a Hansi. En ese punto teníamos una intención clara de hacer dos canciones que tuviesen un toque classic rock. De hecho, “Children OF Cain” tenía el título provisional “Classic Rock”, básicamente.
El toque de AC/DC en “Midas Disease” me sorprendió gratamente. Por lo inesperado, vaya. El riff es muy pegadizo.
Jon: Eso también surgió en las sesiones de composición de “Incorruptible”, al menos la mitad de la canción. Se lo enseñé a Hansi y le gustó. Le añadí un par de secciones más y ya teníamos la canción. Creo que es algo muy distinto a cualquier cosa que haría Iced Earth, Blind Guardian o Demons & Wizards.
¿Quién suele decir “basta” cuando considera que una pieza musical ya está suficientemente madura?
Jon: No suele funcionar así. Lo más importante a la hora de trabajar juntos es… Mira, yo compongo mucho y tengo una buena capacidad para determinar si un arreglo es válido o no, sin explicarle nada a Hansi o esperar su respuesta. Quizá en ocasiones Hansi considera que debería haber un estribillo donde debería haber un verso y eso nos hace tener que rehacer algo. Normalmente él lo decide en función a la melodía de la voz pero es algo que también me sucede en Iced Earth. Nunca me he visto en la situación de decir “ok, ya podemos dejar de trabajar en esto”. Los dos sabemos cuándo ha llegado el punto. Y cuando ha llegado ese punto grabamos.
Cuando os vi en Junio estabais aún trabajando en canciones pero inmediatamente después os fuisteis de gira por los festivales europeos y por Estados Unidos. ¿Influyó en las composiciones la actividad en directo?
Hansi: Las composiciones estaban acabadas un poco antes de empezar la gira. Incluso la mayoría de grabaciones de los instrumentos ya estaban finalizadas en ese punto. Solo faltaban algunas pistas vocales por grabar y la mayoría de los coros, así como algunos efectos y un poco de bajo. La mayoría de cosas tenían que ver conmigo y yo terminé todo eso en medio de la gira. Todo fue bastante fácil, aunque yo estaba algo preocupado. Me habría gustado tener las pistas vocales totalmente acabadas antes de empezar la gira pero tuvimos que trabajar alrededor de esa situación. Creo que, al final, las canciones en las que trabajé durante ese periodo se beneficiaron de estar de gira y venir con la adrenalina a tope de los conciertos. La intensidad de los conciertos se transmitió en las pistas de estudio y creo que funcionó como una ventaja. La mezcla y las partes de bajo las hicimos al acabar la gira americana y ambos estábamos muy motivados con el éxito de la gira. Eso nos dio la oportunidad de ser más espontáneos e ir un poco más relajados con el trabajo final de este disco. Aún así, todo ha ido según el plan.
Tal y como decía Jon, tanto Demons & Wizards como vuestras bandas principales se han convertido en algo mucho más global. ¿Fue la gira por Estados Unidos antes de editar el disco una excusa para poner en circulación el nombre de la banda de nuevo en EEUU?
Jon: Las ganas estaban ahí por parte de los promotores. Ellos querían que hiciésemos shows y los hicimos. Estados Unidos es un mercado muy viable. Sabaton están haciendo maravillas últimamente. Nosotros ya estamos graduados en lo de hacer giras de mierda por USA en furgoneta, como hicimos en los ‘90, así que evidentemente si vamos ahora es para hacerlo en unas condiciones mínimas, con nuestro autocar de gira y demás. Nunca hemos tenido una mala gira por Estados Unidos con Iced Earth, por poner un ejemplo.
Hansi: El tiempo para Demons & Wizards siempre es limitado en nuestro caso. Cuando nos ofrecieron la oportunidad de hacer estos shows en EEUU lo vimos como una oportunidad para alcanzar a los fans que han apreciado esta banda desde el primer disco. Hay muchos seguidores, más de los que pensábamos. En lugar de esperar a que el nuevo disco se editase, intentamos conectar esa gira con los festivales europeos de verano y hacer una buena gira. En ese punto, las posibilidades de que el tour fuese un fracaso económico se diluyeron bastante. Jon conoce bien el mercado americano y es un mercado que puede ser difícil. Pero si lo haces bien y lo planeas bien, funciona. La ventaja para nosotros en USA era que podíamos reubicar el nombre de la banda en la mente del público antes de editar el tercer disco. De ese modo, si alguien nos seguía y se había olvidado de nosotros, volvía a tenernos en su agenda. Fue un win-win absoluto.
Jon: Teníamos planes para mezclar en Estados Unidos de todos modos, así que todo salió a pedir de boca. Hicimos la gira y al acabar fuimos a los Morrisound Studios.
¿Veis a gente joven en los nuevos shows o esencialmente se trata del público que os descubrió en el 2000 y que revive ahora esa parte de su vida volviendo a ver a Demons & Wizards en directo?
Hansi: Eso nunca ha sido un problema para Iced Earth o Blind Guardian. Siempre hemos tenido la facilidad para atraer a nuevos fans a nuestros shows. Los chavales tienen tendencia a rebuscar en la historia de las bandas y ver qué ha pasado antes de que ellos se enganchasen a la banda. Si los nuevos fans exploran, terminan llegando al primer disco de Demons & Wizards y eso implica que seguimos viendo a gente joven en los shows.
Jon: Hay una buena mezcla de públicos en nuestros shows.
Hansi: Había bastante joven en los shows pero no venían por accidente o coincidencia. Conocían los temas de la banda y cantaban con la misma fuerza que el público más veterano.
«Había bastante joven en los shows»
¿Cómo veis aquellos dos primeros discos quince o veinte años más tarde?
Jon: Aquellos dos discos son buenos, incluso años después. Los he aprendido a valorar más tras realizar esta gira y volver a escucharlos con detenimiento, cosa que no había hecho en muchos años. Volver a aprender las canciones y preparar los remasters ha sido una experiencia y me he dado cuenta de que el segundo disco, ‘Touched By The Crimson King’, es uno que disfruto más ahora que cuando lo editamos en 2005. El segundo disco fue una batalla en cuanto a los sonidos de guitarra, porque tuve una inundación que se llevó por delante muchas de mis guitarras más preciadas. Estaba muy cabreado con eso y me costó mucho conseguir los tonos adecuados en el estudio. Pero incluso con eso, visto con la perspectiva del tiempo, el disco es mejor de lo que pensaba, mejor que mis recuerdos de todo aquello. Hacer los remasters nos ha permitido actualizar esos discos bastante y darles otro toque. Si en los próximos cinco años tenemos la oportunidad, los remezclaremos por completo.
Hansi: Musical y artísticamente, para mí son discos perfectos. Las composiciones me gustan y no hay nada que me parezca algo ridículo.
¿Qué plan hay ahora? ¿Habrá más shows en directo?
Hansi: Ahora volveremos a nuestras bandas principales. El próximo año lo vamos a pasar en el estudio con nuestras bandas porque ya llevamos más de doce meses totalmente dedicados a Demons & Wizards. Volver a la carretera otras seis semanas supondría otro medio año de preparación para Jon y para mi. Con las agendas que manejamos para 2020 es imposible. Seguramente haremos alguna cosa u otra pero no será actividad en directo.
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