Chicle es un proyecto con planes ambiciosos y directos. Están buscando su identidad como grupo, pero sus integrantes tienen claro que la única prioridad es compartir su música. La exhaustividad y el esfuerzo son sus lemas.

Chicle surge desde el anonimato con una idea de futuro muy clara. ¿Cómo nace esta banda?

Éramos tres músicos y amigos que teníamos otros proyectos por separado, pero también inquietudes musicales similares. Empezamos a quedar para tocar y ahí surgió la idea de darle vueltas a un concepto de banda. El anonimato es para no condicionar -o condicionar lo menos posible- las canciones. Es lo único que importa.

Habladnos sobre este nuevo EP, ‘Envenenado’, que vio la luz el 29 de abril. ¿Cómo fue creado?

Tenemos ya mucho material maquetado. Nos juntamos para hacer la selección de cada EP, tarea que no está siendo sencilla, por la cantidad de material y por querer ofrecer el espectro que el grupo puede abarcar. Intentamos que fuera variado y homogéneo a la vez. Que la banda sea reconocible en cualquier canción. Nos llevó mucho tiempo quedar satisfechos con nuestro sonido y concepto.

En las canciones de ‘Envenenado’ se tratan temáticas como la reinvención, la evolución personal, la búsqueda de la autenticidad o el propio aprendizaje que forma parte de la vida. ¿Cuánto hay de autobiográfico en vuestras letras? 

Hay mucho de autobiográfico. Se escribe mejor sobre las vivencias que conoces o que te tocan de cerca.

El EP está formado por 6 canciones, un formato que tenéis planeado repetir de cara al futuro. ¿A qué se debe esta elección de publicar EPs de esa duración?

La idea nace porque teníamos tanto material que, con un disco, por muchas canciones que tuviera, se nos quedaban muchas imprescindibles fuera. Además, queremos tener material para hacer un concierto en condiciones cuando llegue su momento, no tocar 1 hora o similar porque no tienes más material o tener que hacer versiones. Lo de los EPs nos pareció una buena solución para la cantidad a la vez que supone un reto enorme el hecho de sacar un total de diez con un espacio trimestral. Nadie ha hecho esta locura y también este dato nos seduce.

Vuestro estilo desenfadado e incluso algo agresivo os deja a medio camino entre el pop y géneros más extremos dentro del rock. ¿Dónde nacen estas influencias?

Nuestro sonido es un compendio de todo lo que hemos escuchado que nos ha cautivado a lo largo de nuestras vidas. Pero también hay mucha búsqueda de sonidos, de identidad, de concepto. Queríamos sonar con personalidad, no ser una repetición de algo que ya está sonando por ahí. Bases contundentes y buenos riffs que acompañan a una línea vocal muy melódica. Entendemos la melodía como el gran seductor dentro de una canción.

Respecto tanto a vuestra propia música como a la que escucháis en vuestro tiempo libre, ¿sois partidarios de los formatos clásicos como el vinilo o preferís el uso de las plataformas digitales? ¿Será posible adquirir ‘Envenenado’ en algún formato físico?

Crecimos con el formato físico y somos amantes y defensores del mismo. El formato vinilo, por ejemplo, es imbatible. Creemos en la creación como algo imperecedero y no efímero para buscar el éxito inmediato o no sé cuántas reproducciones e intentamos cuidar nuestra música de esta manera de modo que en el futuro nos podamos sentir muy orgullosos del camino elegido y recorrido. De momento caminamos solos, sin discográfica detrás ni nada parecido, así que por ahora no podemos ofrecer el formato físico. Ojalá, cuando acabemos de lanzar los diez EPs, podamos lanzarlos en formato físico. Nos haría muy felices.

¿Qué discos tenéis en vuestra colección personal? ¿Qué artistas os han marcado en vuestro desarrollo como músicos?

Son demasiados. Pero por lanzar algunos: Muse, Smashing Pumpkins, Biffy Clyro, Weezer, Red Hot Chili Peppers, Soundgarden, Nirvana…

¿Acompañaréis esta nueva entrega con una gira de presentación? ¿En qué sitios será posible veros este 2022?

La idea es empezar a tocar en directo en 2023.

Olga Vidal