Buckcherry: a ella le gusta la cocaína (pero no se droga desde hace 24 años)
Buckcherry son dueños de una de las carreras más manifiestamente irregulares del rock duro. Cuando aparecieron en 1999 con “Lit Up”, de su primer disco homónimo, parecía que el mundo se venía abajo.
¿Una banda haciendo hard rock angelino al borde del nuevo milenio y triunfando con ello? Había un rayo de esperanza, aparentemente. Con el subsiguiente ‘Time Bomb’ la banda implosionó como si fuesen aquello que había inspirado el título del disco. El vocalista Josh Todd tuvo un breve affair con lo que terminaría siendo Velvet Revolver, pero la cosa no llegó a ninguna parte, forzando una vuelta a todo trapo de Buckcherry en 2005 que les llevaría a su mayor éxito comercial de la mano del disco ’15’ y el single ‘Crazy Bitch’.
Ahora, en 2019, sobreviven como soldados de fortuna y con suerte desigual. Pese a una etapa descendiente que terminó de consolidarse con el disco ‘Rock and Roll’ de 2016 y la salida del principal compañero de batallas de Todd en la banda, el guitarrista Keith Nelson, ahora el grupo se sustenta casi exclusivamente sobre la figura del tatuado y ejercitado vocalista. Junto al guitarra Stevie D ha compuesto y dado forma a un disco que debería ser el retorno de Buckecherry a su mejor momento. Aunque visto el humor de Todd, no parece que sea todo ideal.
«Estoy aquí para hablar de ‘Warpaint'», dice firmemente cual Francisco Umbral hablando de su libro. Solo le hemos preguntado si cree que la banda vuelve a estar en la senda correcta tras una etapa irregular (y no lo decimos nosotros: 150 personas en su último concierto en Barcelona y una caída hasta el puesto 89 de las listas Billboard son significativos ejemplos del declive). «No soy una persona a la que le guste mirar atrás. He sentido pasión por cada uno de los discos que hemos editado y así ha sido siempre. Creo que ‘All Night Long’ fue un gran disco de Buckcherry, creo que ‘Rock And Roll’ fue un gran disco de Buckcherry y ‘The Madness’ es una gran canción, ‘Rain’s Falling’ es una gran canción… Si tienes un buen sentimiento acerca de un disco en concreto, es tu opción».
Vale tío. Aunque la deficiente conexión telefónica quizá le da un pequeño extra de crispación a la charla, no cabe duda de que Todd no está en su mejor día y, como él mismo admite en un punto de la entrevista, el disco ha surgido de una etapa altamente inestable “en lo personal y en lo profesional”. No obstante, por estas fechas hace veinte años desde que “Lit Up” y su alegato al consumo desmedido de cocaína incendiaran el mundo del rock and roll.
«¿Pensaba que tendría una carrera de veinte años por entonces? No, en absoluto», explica el vocalista. «En aquel entonces yo estaba intentando hacer el mejor disco de aquel momento y no pensaba en el futuro. Estoy muy orgulloso del catálogo de música que hemos creado y de lo que representamos como banda. Somos una banda con un sonido original y único y estoy orgulloso de ser parte de ello», sostiene.
Qué lejos queda 1999
De aquellos Buckcherry que cogieron al mundo por sorpresa en 1999 solo queda Josh. Keith Nelson abandonó la nave en 2017 y no es que la salida fuese una sorpresa para el vocalista.
«Buckcherry no había sido una banda unida desde tres años antes de la salida de Keith Nelson», afirma tajante. «Desde entonces las cosas han ido a mejor. La transición ha sido muy buena y acabamos de componer uno de los mejores discos de nuestra carrera. Estar en Buckcherry vuelve a molar y nos lo estamos pasando genial grabando discos, que es como debería ser.
Yo comencé esta banda desde el suelo, en mi habitación, en mi apartamento, grabando en una mesa de cuatro pistas», prosigue. «Así comenzó todo. Ser el único hombre en pie que queda es algo que siempre supe que pasaría en un momento u otro porque siempre he sido el miembro más motivado de la banda y soy el miembro más joven de la banda. Soy alguien muy apasionado con esta banda y claro, no me sorprende que yo sea el que ha quedado en pie».
Su compañero de batallas es ahora Stevie D, con 14 años de servicio al frente de la banda como guitarrista. Llegó en plena vorágine de “15” y con el éxito sonriéndole a la banda americana. Desde entonces, Stevie ha tomado una posición eminentemente compositiva junto a Todd, algo que se ha acentuado desde la salida de Nelson por motivos obvios. Todd y Stevie grabaron un disco juntos hace un par de años bajo el nombre de “Josh Todd & The Conflict” que generó críticas dispares (como la de esta web).
«Stevie y yo compusimos aquel disco y me pareció genial», dice el vocalista. «De cara a este trabajo ya veníamos rodados como duo compositivo. Estábamos muy motivados y hemos hecho treinta canciones de las que nos hemos quedado con diez. Stevie no tenía muchas oportunidades para proponer canciones cuando estaban los otros miembros de la banda, así que ahora esta aportado mucho más» se alegra.
Siempre componiendo, incluso en los peores momentos
La banda ya presentó un nuevo tema, titulado “The Vaccuum”, durante su gira europea del pasado verano. Lleno de ira, “The Vaccuum” sonaba más a los clásicos Buckcherry que otra cosa. «Siempre estamos componiendo», asevera Josh. «Stevie y yo componemos en la carretera y fuera de la carretera. Keith y yo, por ejemplo, solo componíamos cuando era el momento de entrar a grabar un disco, mientras que ahora es justo lo contrario. Componemos canciones sin un motivo concreto y luego vemos lo que hacemos con ellas. A veces tienes que ponerte a prueba, probar distintos sonidos y estilos y de ahí salen cosas muy buenas».
¿De qué temas tratan las canciones de “Warpaint”? De ser una banda festiva y desenfadada, da la sensación de que Buckcherry están buscando madurar finalmente.
«He pasado por muchas cosas personalmente mientras componía este disco” revela el vocalista. «He tenido problemas personales y profesionales y eso siempre se traduce en buenas canciones, porque necesitas volcarlo. En ocasiones Stevie aportaba una idea y yo la dejaba madurar para ver cómo la podía sentir y ver qué emociones lograba en mi. En ocasiones, la temática de la letra venía de golpe, tal y como escuchaba la canción.
Algo que hago a menudo es acumular títulos posibles de canciones. Leo muchos libros y componer canciones no deja de ser una manera de explicar historias. Los libros que leo siempre influyen en mi tónica compositiva y, en ese proceso, genero títulos y algunas frases que me permiten desarrollar ideas. Mantengo un pequeño archivo con todas esas ideas y cuando tengo la música en mi cara veo con qué puedo relacionarlo».
Una vida sana, aunque no lo parezca
¿Qué canción tiene un mayor significado para el vocalista?
«Todas las canciones son significativas para mí porque compongo las letras que canto. Creo que todos los cantantes deberían componer sus propias letras, porque es la manera adecuada de sentir las canciones, creértelas y darles la emotividad adecuada cada noche cuando actúas.
Todas significan algo para mí, unas más que otras. Me gusta mucho ‘Radio Song’. Compuse la mayor parte de esa canción en la ducha y no tengo ni idea de porqué, pero muchas canciones me vienen a la cabeza cuando me estoy duchando. He leído que a otros artistas también le pasa así que imagino que será normal. Las letras y la melodía de los versos y el estribillo me vinieron mientras me duchaba y tuve que salir a coger el iPhone para cantarlas rápidamente y guardarlas. Estaba muy inspirado ese día y compuse toda la letra en un momento. Quería que esa canción fuese nuestro ‘Purple Rain’, ya que tanto yo como Stevie somos grandes fans de Prince. Al día siguiente le planteé la idea y se puso a desarrollar con esa idea en mente. La canción se compuso sola, prácticamente».
Todd es uno de los pocos músicos que, bordeando los 50, mantiene una forma física envidiable. Aún puede salir al escenario sin camiseta, marcando abdominales y tatuajes y ser dueño de toda su dignidad. ¿Buena genética o buen entrenamiento? Para el vocalista todo se basa en su salud mental.
«Me mantengo en forma por esa razón» asegura. «Cuando hago ejercicio me siento bien por dentro y ese es el motivo por el que empecé. Comencé a hacer deporte cuando era muy joven. Supe rápidamente que hacer deporte era bueno para mi salud mental y nunca lo he dejado. Siempre he estado muy activo físicamente por ese motivo y eso es muy bueno para un cantante. Ahora tengo 47 años y tengo que hacer distintas cosas para poder hacer el mejor show cada noche. Tengo que estar activo y, además, vigilar bastante lo que como. Cuando eres un vocalista no quieres tener problemas como el reflujo ácido, porque te destroza las cuerdas vocales. No bebo nada frío, no bebo alcohol ni tomo drogas desde hace 24 años. Todo es bastante aburrido. Ser cantante no es divertido».
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