Cuando una fórmula esta probada y testada a prueba de bombas durante décadas ¿para qué cambiarla? Los barceloneses Blackowl cogen el pub-rock australiano de AC/DC y confeccionan un disco tremendamente atractivo para cualquier fan del rock duro setentero. Si bien no tenían escapatoria posible: Blackowl es la evolución hacia las composiciones propias de la banda tributo The Wires, una de las más reputadas en toda Europa.

Hablamos con sus componentes sobre este giro de acontecimientos y el tremendo disco con olor a sudor, ampli de válvulas y sala de conciertos anegada de gente que editan estos días bajo el título ‘Fly Away’. 

De banda tributo a banda con temas propios. ¿Fue primero el huevo o la gallina? 

Todo se inició con la banda tributo y las ganas e inquietud de cada uno nos llevó a componer. En cada ensayo siempre surgían ideas y riffs para temas propios. Esos primeros compases de temas propios se guardaban en audios de teléfono móvil que sabíamos que se iban a aprovechar en un futuro. El tributo nos ha servido para hacer carretera y un buen puñado de bolos donde hemos disfrutado a mansalva con el público, pero queríamos más. Que ese público que disfrutaba con nosotros de la música de AC/DC, que intentamos tocar con el máximo respeto y admiración a la banda, pudiera disfrutar de nuestra propia música.

BlackOwl (Foto: Pablo Gándara)

¿De qué modo os ha condicionado el tributo a la hora de hacer vuestras composiciones propias? Os planteabais cualquier otro estilo musical o lo que os sale por naturaleza es el sonido de rock australiano de toda la vida?

Al final el rock and roll es el nexo en común de cada componente de la banda, por lo que era lo más natural. Sí es cierto que las influencias de cada uno son algo distintas, pero es la base principal. El tributo sólo nos ha aportado cosas positivas en la composición, como la soltura o la capacidad de estructurar temas de una manera dinámica.

Sacar un disco en medio de la pandemia y con pocas vistas a actuar en directo a corto plazo es un acto valiente. ¿Considerasteis retrasarlo o esperar a un mejor momento u os quemaba en las manos?

La pandemia nos ha permitido dedicarle el tiempo necesario al disco y a componer con todo el cariño que requería nuestro primer trabajo. Teníamos ganas de enseñar al público nuestro material y fue una época que podíamos aprovechar para cerrar esos temas en los que habíamos trabajado y en los que faltaban detalles por zanjar. Aprovechamos para darle esos arreglos y matices a las canciones.

BlackOwl (Foto: Pablo Gándara)

La verdad es que teníamos muchas ganas de enseñar nuestro trabajo, independientemente de las actuaciones en directo, queríamos que los temas estuvieran en la calle, que el público los escuchara… Esas opiniones y esos comentarios, tanto buenos como malos, son los que cada artista, sea de la disciplina que sea, quiere escuchar para ver su reacción en la gente.

De qué modo habéis logrado un sonido tan cálido en las guitarras y batería?

Las guitarras son puro Marshall con la distorsión justa y necesaria para cada una de ellas en particular. Ese crujir valvular de los discos hard rock de finales de los ’70 es el que nos gusta. Se han grabado con los amplificadores microfonados directamente, sin efectos ni simulaciones ni nada parecido. Queríamos conseguir ese sonido puro y clásico de Marshall, tal cual suena en directo.

En cuanto a la batería se eligió un set Starclassic de TAMA con los clásicos Paiste 2002. Sonaba increíble al natural en la sala de grabación así que decidimos captar eso, con el mínimo posible de microfonía. Con todo eso y con la impecable profesionalidad de nuestro ingeniero Marc Ferrando, conseguimos ese sonido que todos esperábamos.

En temas como “Napoli Street” el riff es muy reminiscente de los AC/DC de ‘Powerage’ o temas como el “Overdose” del “Let There Be Rock”. ¿Buscasteis el sonido para el disco con alguno de los trabajos de AC/DC en concreto? Una banda como Airbourne tiene un sonido muy cercano a la época de Mutt Lange como productor, sin embargo el vuestro es más crudo. 

No buscamos un sonido de un disco en concreto, pero sí es cierto que buscamos ese sonido orgánico y crudo al más puro estilo de finales de los ’70, que es al que nosotros nos parece más atractivo y contundente. Intentamos crear ese efecto de directo puro que da ese calor y cercanía con el público.

El EP ‘Long Road Ghosts’ tenía un toque más blues y en ciertos momentos, mientras que el nuevo disco es más contundente. ¿Retocasteis mucho los temas antes de entrar a grabar o todo ha residido en la producción y los sonidos conseguidos?

El sonido del disco esta muy buscado para generar esa sensación más clásica y machacona en base a un cabezal y una pantalla, sin pedales ni demasiados efectos aunque la producción también ha sido muy importante. Los temas no los hemos modificado en estructura ni ejecución, simplemente decidimos regrabar los temas del EP por una cuestión de cohesión sonora.

De qué canciones estáis más orgullosos en el disco? Cuales tienen un mayor ímpetu para los directos en vuestra opinión?

Es complicado escoger porque todas llevan un pedazo de nosotros y mucho esfuerzo detrás. Posiblemente temas más contundentes como “Smoking Rock ‘N’ Roll”, “Napoli Street”, “Don’t Stop” o “Welcome to Rockerdale” hagan saltar al público en los directos y otros quizá por sus estribillos más pegadizos como “What do you want” hagan que el público se anime a participar y cantar con nosotros. Hay otros temas más personales como “Speak of the Devil” o “Long Road Ghosts” que seguro tendrán buena acogida.

BlackOwl (Foto: Pablo Gándara)

Habéis decidido editar por vuestra cuenta. ¿Es la opción más cómoda para una banda de vuestra estatura comercial a día de hoy o explorasteis la opción de moverlo por discográficas?

La verdad es que no fue algo premeditado. A mediados del año pasado ganamos un concurso musical y el premio era la producción de este disco. Ahora estamos en ese proceso de repartir nuestro trabajo a diferentes frentes a ver si podemos conseguir una productora que quiera trabajar con nosotros y apostar por este, y por futuros proyectos que ya estamos maquinando.

Sergi Ramos