Black Crown Initiate: a las duras y a las maduras
‘Violent Portraits Of Doomed Escape’ se espera que llegue a principios de agosto bajo la espectacular expectación que despiertan los norteamericanos con cada nuevo trabajo. Su cantante, James Dorton, desvela sin tapujos la realidad que hay tras los focos.
Oriundos de Pennsylvania, Black Crown Initiate fueron considerados futuras estrellas en potencia en el momento en que sus primeras canciones salieron a la luz. Como si de un hecho repentino se tratara, cumplieron los sueños de cualquier músico poco después de su formación, en 2012. Casi una década después son la prueba viviente de que no todo lo que sube tiene que bajar.
¿Cómo describirías la música de Black Crown Initiate?
Para mí siempre ha sido difícil de explicar. Nuestro objetivo siempre fue ser una de esas bandas que hacen algo verdaderamente único. La mayoría de gente nos describe como una banda de death metal progresivo, para ponerle nombre a nuestro sonido.
Nueva década, nuevo álbum. ¿Cómo os sentís acerca de vuestro próximo lanzamiento, el llamado ‘Violent Portraits Of Doomed Escape’?
Bueno, antes de empezar con el álbum me pasé meses preparándome, casi como si entrenara, pero una vez en el estudio me lesioné durante el proceso de grabación. Sencillamente quería cerciorarme de que mi performance fuera tan buena e intensa como podía serlo y creo que el producto final – ya no hablo tan solo de la parte vocal – sino del trabajo de los demás, es uno de los mejores resultados que hemos conseguido en nuestra carrera. Me siento muy orgulloso, es un logro personal.
Cuéntanos más sobre sus canciones. ¿Tienes alguna favorita?
Es una pregunta difícil… No creo que haya ninguna canción que eclipse a las demás. La que más me gusta es ‘Invitation’, la primera canción que lanzamos conjuntamente con “Years In Frigid Light”. Acabábamos de fichar con Century Media y necesitábamos sacar algo bueno.
Creo que cada canción es única y todas ellas tienen características que las hacen destacar. Sobre la parte de la composición, todas han sido escritas por Andy, que compone el cien por cien de las letras, lo cual siempre nos lleva a pequeñas discusiones entre nosotros dos acerca de su contenido. No tengo ni idea de qué va el álbum, queda abierto a interpretaciones.
«No tengo ni idea de qué va el álbum, queda abierto a interpretaciones».
Han pasado cuatro años desde ‘Selves We Cannot Forgive’ y en esta ocasión habéis trabajado con casi la mitad de formación nueva. ¿Cómo ha sido trabajar juntos?
¡Ha sido genial! Hubo momentos en el pasado en que pensamos que la banda dejaría de existir. Tocamos un largo periodo de tiempo, yendo de gira constantemente, y esos años nos pasaron factura tanto a nivel personal, que nos quemó en sobremanera, como a nivel familiar, laboral… Surgieron conflictos cuya única solución era el cambio de formación y trabajar nuestra comunicación. Luego trajimos a Ethan, nuestro guitarrista. Él es un tipo… original. De pequeños, Andy enseñó a Ethan a tocar. El chico es un prodigio y el mismo Andy afirma que es mejor que él. ¡El alumno que supera al maestro!
En lo que concierne al baterista, no tenemos uno fijo ahora mismo. Más que una banda, somos un colectivo con Andy y yo como guías. Hubo mucha incertidumbre en el proceso de grabación, ha habido cambios en nuestras vidas… pero bueno, ¡Aquí estamos!
Este disco es el primero que lanzáis bajo el sello de Century Media Records. ¿Qué piensas al respecto?
Pienso que aún no me lo creo. Century Media Records siempre ha sido uno de esos sellos que me obsesionaban de adolescente. Cuando era un crío de unos quince años trataba de conseguir sus catálogos, al igual que los miembros de las que eran mis bandas, por aquel entonces. Nos dejábamos e intercambiábamos CDs y, literalmente, los quemábamos de tanto escucharlos. Me parece surrealista formar parte de algo tan grande, aún creo que voy a despertar de este sueño de un momento a otro.
¿Cómo afectará al futuro de la banda?
Creo que tienen la habilidad de hacer los mejores trabajos en cuanto a promoción se refiere y, bueno, se podría decir que la música habla por sí sola. Estoy muy contento de trabajar con este equipo y pienso que nos acercará a las mejores oportunidades.
¿Cuál fue la parte más difícil de convertirse en una banda cada vez más conocida? ¿Es complicado, para las jóvenes bandas, hacerse un hueco en la industria musical?
Es una historia curiosa la nuestra. Black Crown Initiate tuvo un éxito bastante repentino ya en sus inicios. Todos nosotros habíamos tocado en otras bandas durante años, no éramos niños ricos, lo hacíamos porque nos encantaba… Llegados a cierto punto llegué a estar en seis bandas simultáneamente.
«llegué a estar en seis bandas simultáneamente».
Nuestra prioridad era establecer conexiones, estar abiertos a nuevos proyectos, tocar en directo siempre que podíamos para seguir creciendo como profesionales. Cuando Black Crown Initiate se convirtió en una idea, la idea de Andy, él, Nick y yo decidimos sacar nuestro primer EP ‘Song Of The Crippled Bull’. Nos decantamos por algo corto, fácil de digerir pero sin ser mainstream, manteniendo nuestro toque genuino. Por supuesto, queríamos lanzar algo de calidad, así que Andy y Nick reunieron todo el dinero – yo no podía contribuir – para grabar con Carson Slovak, y una vez hecho lo subimos a Bandcamp. Antes siquiera de hacer conciertos ya conseguimos mucha atención en esa plataforma y en muy poco tiempo. Creo que fuimos el número uno para el tag #heavymetal durante un mes, más o menos y justo después empezamos a recibir emails de discográficas. En ese momento hicimos nuestra primera gira con Behemoth, Goatwhore, 1349 y Inquisition con haber tocado solamente una vez en casa. Creo que como la cosa surgió de este modo mucha gente pensó que estábamos comprando la gira pero, la verdad, no teníamos ni un centavo.
Una vez en la carretera se convirtió en algo peligroso porque no teníamos nada, literalmente, e hicimos la gira en unas condiciones lastimosas. Fuimos afortunados, pero fue duro.
Hace un momento me he referido a vosotros como a banda joven, aunque la verdad es que la formación ya ha cumplido ocho años y, claramente, sois profesionales experimentados. En este proceso, ¿Cuáles han sido las experiencias más valiosas o las moralejas que habéis aprendido como banda?
Lo que más valoro es lo duro que trabajamos en los primeros días para crear música e impulsarla, darla a conocer. Fue crucial para la banda y una lección importante para todos nosotros acerca de tomar decisiones y aprovechar las oportunidades. Eso nos llevó a otras giras, como la que hicimos con Scepticflesh, más adelante Crowbar… Y realmente no teníamos experiencia. Los tiempos más difíciles acaban siendo los más valiosos. Sobrevivimos y aprendimos lecciones cruciales.
Apuesto a que vuestros fans están esperando un nuevo tour. Pudimos veros en Barcelona y Madrid en 2016. ¿Qué clase de evolución podremos percibir la próxima vez que toquéis en España en comparación a las veces anteriores?
Creo que hemos mejorado mucho a base de la experiencia, que la aplicamos en cada actuación. Además, personalmente, me he obligado a mi mismo a trabajar mi presencia en el escenario, porque ser frontman nunca fue algo natural para mí. No es que tenga miedo escénico, pero me preocupa desconcentrarme o, de repente, quedarme sin saber qué hacer. Solía encerrarme en mis pensamientos pero ahora he aprendido a estar más presente. Una de las mejores conversaciones sobre el tema que he tenido fue con Wes Hauch de The Faceless cuando este me dijo: “James, lo haces de pena” y yo, en plan: “Vaya, gracias”. Me gustó que me lo dijera porque me dio algo en que pensar y trabajar. Su sinceridad fue mucho más útil que escuchar lo que me hubiese gustado oír.
Me gustaría terminar la entrevista preguntándote sobre la situación actual. ¿Eres de los optimistas cuando piensas en el futuro más próximo de la música en relación con la crisis del COVID-19?
Creo que es muy importante que la gente esté receptiva y dispuesta a escuchar, aunque lo estemos pasando mal. Creo que la ignorancia es más peligrosa que el virus, porque puede causar conflictos. Diría que el problema más inmediato será que muchas salas de conciertos van a cerrar definitivamente porque, claro, viven de los conciertos, y estos no se permiten desde hace meses. Aunque también es cuestión de tiempo de que se recupere, aunque nos lleve unos cuantos años. Habrá demanda y aparecerán nuevos locales y salas donde disfrutar de la música en directo.
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