Battle Beast probablemente sea uno de los grupos jóvenes que más sorprendió en la anterior década en la que el power metal y el metal clásico europeo resucitó y se abrió paso entre un mainstream dominado por sonidos más modernos. Su improbable combinación de pop ochentero con sintetizadores y heavy metal es una garantía de juerga y diversión, y aunque muchas veces se les siga tratando como a unos chavales, lo cierto es que el grupo ya es toda una realidad.

Aunque la entrevista iba a ser originalmente con Noora Louhimo, una terrible fiebre le impidió estar en condiciones para hablar con nosotros. Afortunadamente no era covid, sino una enfermedad normal y corriente como las que solíamos tener en otros tiempos, y para cubrirla tuvimos el placer de hablar con el bajista Eero Sipilä, que de forma un poco caótica y alocada nos habló tanto de ‘Circus Of Doom’ como de las muchas curiosidades que la banda ha tenido que vivir desde su formación.

Listos para la batalla

Para no hacer las preguntas obvias sobre vuestro nuevo lanzamiento, ‘Circus Of Doom’, preguntaré algo un poco más estúpido. ¿Suena este nuevo trabajo como un circo de la perdición?

Bueno, la respuesta es sí y no. La atmósfera circense es más por la locura que hay en él, porque las canciones son muy distintas entre sí. Hay un par de temas en los que sí que se puede identificar esta música de circo, pero no es ni mucho menos el espíritu del trabajo. Creo que la clave reside en esta atmósfera loca que va en todas direcciones en las que quieres disparar a todas partes y ver qué pasa.

‘Circus Of Doom’ tiene un sonido algo más ligero y fiestero que sus predecesores. ¿Es algo que habéis buscado deliberadamente o que ha surgido fruto de la inspiración?

Creo que el sonido viene después de pensar en la canción y en lo que quieres transmitir. No puedes plantear una canción dulce o divertida y ponerle el sonido más heavy y cañero solo porque tocas metal. Aun así este disco tiene varios momentos muy pesados, y claro, también tiene otros bastante más tranquilos. Tampoco queríamos sonar como Kreator o Slayer porque al final siempre hemos sido un grupo muy melódico y a veces implica buscar un equilibrio entre elementos que podrían no casar muy bien.

La misma “Master Of Illusion” es un ejemplo perfecto de un tema que tiene a la vez la energía del metal y un ritmo muy bailable. Se dice aquello de que el metal no se puede bailar, ¿desde Battle Beast estáis conspirando para cambiar eso?

(Risas) Un sí rotundo. Siempre hemos ido en contra de todo esto. Somos un grupo de metal, pero nunca nos ha dado miedo de meterle un poco de ritmo de fiesta. Es algo que aún hoy en día sigue cabreando a mucha gente, pero a nosotros nos da igual, y además nuestros fans ya saben qué esperar de nosotros.

Un elemento inherente a la música que creamos es nuestro sentido del humor. Es algo que notas enseguida cuando conoces a la banda -y que pase lo que pase no puede separarse del producto final-. En el metal falta mucho sentido del humor. Desde fuera da esa sensación de que si actúas saliendo de una conducta te estás cargando el rollo, pero no es así.

Los raritos de la escena

Las combinaciones que hacéis en Battle Beast nunca dejan a nadie indiferente. ¿Con qué os inspiráis cuándo toca componer un nuevo trabajo?

Pues yo personalmente nunca escucho a ninguna banda de metal moderna. Si me pongo a escuchar metal, lo que hago es repasar a todas estas bandas de los ’80 que lo empezaron todo y que hicieron tantas cosas increíbles. Ya sabes, los viejos Maiden o los viejos Priest. Hace mucho que no estoy pendiente de nuevos lanzamientos de metal, salvo por unas pocas bandas a las que sí les sigo la pista de forma asidua.

Lo que creo es que mantenerse inspirado como músico es un deber, y que es algo que debes hacer constantemente. Has de someterte a tanto arte como puedas: mucha música, muchas películas, muchos libros… Eso concentra un montón de emociones, por eso me cuesta concretar. A veces ves una película que te marca y a partir de esa chispa puedes crear algo mucho más grande, pero otro día será un libro, quizás un artículo de no más de mil palabras… No tengo ninguna rutina en plan: vaya, he de escribir música, voy a ponerme esta película y escribir algo sobre ella. Ojalá, porque me pondría las cosas muchísimo más fáciles, pero para que el proceso sea lo más fluido posible lo que hago es tratar de estar inspirado las 24 horas del día.

En su día recuerdo que leí un comentario en una canción vuestra que me hizo mucha gracia. “Esto es la banda sonora que necesitaba Kung Fury”. ¿Qué opinas al respecto?

(Risas) Pues pienso que más que una broma es un gran halago. Adoro las películas ochenteras, y además esta canción que usaron en la película con David Hasslehof, “True Survivor”, me encanta y que de hecho siempre suena en el autobús de la gira. Siempre he adorado todo lo que rodea a los ’80 porque tenían esa actitud de que les daba igual todo que les permitía hacer cosas increíbles y muy divertidas. En todos nuestros álbumes y en todas nuestras canciones tratamos de capturar el aura que emana esta década, desde lo “cheesy” hasta lo absurdamente intenso y épico, por lo que creo que fuera quién fuera el que dijera ese comentario de verdad entendió y apreció nuestra música.

¿Te gustaría colaborar con David Hasslehof en una canción de Battle Beast?

¡Definitivamente! Quiero decir, ¡wow! ¿Cómo es posible que no lo hubiera pensado antes? (risas). Ahora que lo has sugerido suena como algo que deberíamos hacer inmediatamente. No tengo ni idea de cuál es su caché, y probablemente sea demasiado caro, pero sería algo fantástico. Marc, muchas gracias por la idea, no la voy a olvidar.

Ha pasado mucho desde que Battle Beast sorprendierais a la escena con un estilo fresco e impactante. Ahora que ya no sois ningunos novatos, ¿os resulta difícil seguir siendo sorprendentes?

No lo sé. La verdad es que creo que todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones. Siempre he querido estar en una banda que hiciera la música que me apeteciera hacer, y ahora mismo tengo esa suerte. Cuando empezamos en Finlandia y sacamos ‘Steel’, que recibió unas muy buenas reviews, sentíamos que lo que hacíamos era muy apreciado, y eso siempre da energías.

Battle Beast (Foto: Terhi Ylimäinen)

También hubo muchos haters que decían: “¿Qué cojones es esto? ¡Es demasiado absurdo!”. Aun así sirvió para revigorizar enormemente la escena de metal clásico que teníamos a nivel local. Gusta decir que tu banda fue pionera, pero en Battle Beast siempre fuimos parte de algo más grande, concretamente de este movimiento de heavy clásico ochentero. Muchas bandas iban en la misma dirección que nosotros, puede que de otras formas, pero no inventamos nada.

Como grupo no planeamos nada, simplemente hacemos un montón de canciones y las ponemos juntas. No pensamos ni en sorprender a la gente ni en causar revuelo, solo lanzamos lo que creamos sin pensar demasiado. Por eso funcionamos como una unidad orgánica que desea que lo que hacemos guste a la gente.

¿Resulta frustrante que los seguidores adolezcan variaciones en la fórmula compositiva de la banda? Muchos aficionado, sobre todo tras la partida de Kabanen para formar Beast In Black, parecen haber sido especialmente críticos con vosotros.

Bueno, como ya he dicho, simplemente has de hacer la música que a ti te gusta y que te apetece hacer. Eso lo convierte un poco en una ruleta rusa, porque un día harás canciones que la gente adorará, mientras que otras simplemente la cagas. Aun así, considero que es mejor cagarla a lo grande que limitarse a hacer lo mismo una y otra vez por miedo a lo que puedan decir. Limitarse a ello me parecería la muerte en vida. Lo principal es que me guste a mí y a la banda, sin contemplar las expectativas de los demás. Si te gusta lo que hacemos genial, bienvenido, y si no es para ti es perfecto, siempre puedes ponerte a escuchar a Slayer.

Muchos planes y muchos problemas

Contáis con Noora, una cantante muy polifacética que tiene, aparte de la banda, un proyecto como solista (Noora Louhimo Experience) y un dúo con Natte Laurenne (llamado Laurenne/Louhimo). ¿Complica eso el ritmo de trabajo de Battle Beast?

No, en absoluto. En el grupo siempre hemos tenido este pacto de que todos podemos tener nuestros proyectos paralelos siempre y cuando Battle Beast sea la prioridad. Es algo que Noora entiende a la perfección y que nunca ha sido un problema para ella. Estos proyectos jamás se han interpuesto en los planes de gira o de estudio del grupo y me hace muy feliz de que pueda combinar todos estos proyectos.

Battle Beast requiere mucha atención y mucha energía, pero ahora, por ejemplo, con todo el follón de la covid, ha sido más fácil que nunca poder alejarnos de la nave nodriza y hacer un poco lo que nos diera la gana. Creo que todos estos proyectos en los que está Noora le permiten mantenerse activa, aprender muchas cosas e inspirarse incluso más, así que lo dicho, me alegro mucho de que pueda hacerlo todo.

¿Ha sido complicado planear la gira de ‘Circus Of Doom’ en el extraño contexto actual?

Es algo terrible, y de hecho justo antes de hablar contigo hemos tomado la decisión de cancelar la gira europea porque no tenemos garantías de lo que se puede o no puede hacer. En Finlandia volvemos a estar en un confinamiento extraño, y la situación con la covid está peor que nunca. En Alemania igual. Tampoco podemos volver inmediatamente al estudio porque acabamos de sacar un álbum que necesita su propio tour para presentarse, así que estamos dudando constantemente.

Battle Beast (Foto: Terhi Ylimäinen)

Yo siempre trato de ser optimista y pienso que en 2023 ya podremos hacer una gira en condiciones, pero sigue habiendo muchísima incertidumbre. Al final lo único que puedes hacer es eso: seguir manteniendo una actitud positiva y seguir avanzando. Probablemente nos pongamos a escribir nueva música sin saber bien qué hacer con ella. En resumen: esta situación es una mierda.

El año pasado pudimos hacer como trece conciertos. Cuando di el primero, ¡wow! Fue como si renaciera. Habíamos estado tanto tiempo sin tocar que volver a un escenario y actuar fue como volver a enamorarse. De normal, si das entre 50 y 100 shows al año, sigues disfrutando de tocar, pero ya no se siente como algo tan especial. En cambio el regreso post covid fue espectacular.

Si el coronavirus nos ha enseñado algo creo que es la importancia de la música en directo y de todo lo que implica, que a final es reunirse con un montón de gente a la que quieres o que al menos tiene las mismas inquietudes que tú. Espero que sea una lección que podamos aprender para cuándo todo esto termine.

Tan pronto comenzasteis a destacar, Nightwish os apadrinó y os ayudó a dar vuestros primeros pasos como profesionales. ¿Es Finlandia un buen país para emprender como banda de metal?

Me gustaría pensar que tenemos la mejor escena de Europa, pero lo cierto es que tampoco conozco la escena de otros países. Como has dicho, nada más empezar Nightwish nos llevó de gira con ellos e inmediatamente después hicimos otra gira con Sonata Arctica. Ahora que estamos en una situación muy distinta queremos hacer lo mismo con otras bandas jóvenes de aquí, y de hecho en nuestra última gira nos llevamos a Orion como teloneros. Siento que si ayudamos a bandas pequeñas no nos hace ningún daño y que les ayuda un montón. Es algo que sentimos que le debemos a otras bandas de Finlandia.

No quiero ofenderte, pero no tengo ni idea de cómo vais de bandas de metal en España porque ahora mismo no viene ninguna a la mente, pero en Finalndia en los ’80 no teníamos nada. En Suecia estaba ABBA y Europe, pero curiosamente aquí lo que triunfó y se internacionalizó fueron bandas de metal como Amorphis o Stratovarious. Fue algo que tomó a todo el mundo por sorpresa.

Llegado a este punto hubo bastante gente que dijo: “Ey, esto funciona, deberíamos darles medios a todas estas bandas de aquí”. No sé cómo van las cosas en España, pero aquí es bastante sencillo comenzar como grupo. Si vas a empezar una gira el Gobierno te presta un dinero para ponértelo fácil, y nosotros jamás podríamos haber hecho el tour con Nightwish de no ser por este dinero.

Battle Beast (Foto: Terhi Ylimäinen)

Bueno, en España es bastante diferente. Si tu grupo por lo que sea comienza a funcionar, Hacienda se te acerca y te dice: “ey, no estás pagando los suficientes impuestos”.

(Risas) ¡Pues menuda mierda! Bueno, al menos ahora sé que no es porque no haya buenas bandas en España, es porque se hacen las cosas mal.

Muchos fans españoles os descubrieron en el concierto que disteis en 2014 en el Leyendas del Rock. ¿Tuvisteis la sensación de que acababais de crear una nueva base de fans? ¿Fue muy duro el calor?

Recuerdo que el escenario era como una tienda gigante de circo, y lo cierto es que estábamos bastante quemados porque en ese momento ya habíamos hecho muchísimos conciertos con muy pocos descansos entre sí. No era la primera vez que tocábamos en España, pero sí que era la primera en la que estábamos solos ante el público, y madre mía, ¡la reacción fue espectacular!

“No sé cómo van las cosas en España, pero aquí es bastante sencillo comenzar como grupo. Si vas a empezar una gira el Gobierno te presta un dinero para ponértelo fácil” (Eero Sipilä, Battle Beast)

De entrada, pido perdón a los fans alemanes, pero cuándo tocamos ahí, pese a que les encanta nuestra música, lo disfrutan de una forma más sombría como si estuvieran enfurruñados o les diera vergüenza soltarse. En España la gente pierde la cabeza, y creo que refleja a la perfección la clase de experiencia que queremos que sean nuestros conciertos. Desde ese show siento que tenemos una conexión muy especial con los fans españoles.
Claro, si comparas el tamaño del país y la población, Alemania es muchísimo más grande y rentable, pero España es definitivamente el país de Europa en el que más disfruto actuando simplemente porque cada vez que tocamos ahí sabemos que la respuesta será increíble. Y sí, el sol español es mortal, pero también cuando actúas tienes este subidón de adrenalina que te permite seguir adelante aunque el escenario esté en llamas. Eso sí, recuerdo que cuándo me dio el bajón al terminar el concierto me quería morir (risas).

Hay personas que se enfadan si os llamamos power metal o metal clásico, así que quiero que me ayudes con esto. Si hubieras de darle un nombre al tipo de metal que tocáis, ¿cómo lo bautizarías?

Guily Pleasure Metal (risas). Debo confesarte que no se me acaba de ocurrir, hace tiempo que bromeamos con esto. Muchas veces se nos ha acercado gente diciendo: “habitualmente no me gusta el power metal, pero lo que hacéis me parece tan absurdo y atrevido que me encanta”. Creo que resume bastante bien lo que somos.

Siempre podéis ir por ahí diciendo que tocáis GPM, suena más misterioso.

Ostia, GPM si que suena bien, ¡te lo voy a robar! Entre esto y lo de David Hasslehof creo que esta entrevista ha sido más provechosa para mí que para ti (risas).

Marc Fernández