Dentro de Barón Rojo: malas decisiones y muchos ensayos
La historia de Gorka Alegre va intrínsecamente ligada a la de Barón Rojo, de quien fue miembro entre 2008 y 2015, cuando abandonó la banda. El bajista muestra como era ser miembro de una de las bandas clave de nuestro rock duro.
La carrera de Gorka Alegre es la de un currito del rock duro: un tipo humilde salido de Burgos que empezó tocando en antros de mala muerte con el inclasificable Adam Bomb y que un buen día terminó metido primero en Ñu y luego en Barón Rojo, dos de las formaciones de rock duro más legendarias de nuestro país.
Alegre, siempre afable, aportó su solidez como instrumentista a ambas bandas pero también su look estéticamente anclado en las épocas más clásicas del género. Con una presencia escénica intachable, el burgalés pasó por los años menos agraciados de la legendaria banda capitaneada por los hermanos Carlos y Armando De Castro.
Vivió de cerca lo que supondría la deslucida reunión de éstos con sus ex-compañeros Sherpa y Hermes Calabria y descubrió con cierto desencanto lo casposa que puede llegar a ser la escena del rock duro en nuestro país, algo que achaca claramente a la falta de público y dinero que existe dentro del género.
Una conversación en la que, con elegancia pero con firmeza, Alegre hace un repaso de más de veinte años de carrera en la música y, principalmente, de su paso por una de las banda más míticas del rock duro en español.
Mi primer recuerdo de ti es verte tocar con Adam Bomb, el guitarrista americano de hard rock. ¿Como te metiste en el mundillo?
Cuando empiezas quieres tocar mucho y con mucha gente. Le dedicas muchas horas, coges mucho nivel y te intentas acercar al circuito, por Madrid. Al final hablas con gente y casualmente vas entrando en sitios. Ahora te pueden ver en Youtube y las cosas son distintas, claro.
A Adam Bomb le conocí viendo a WASP. Nos cruzamos, estuvimos de copas y charlamos. Me dijo “toca conmigo”. Y comenzamos a tocar. Eso creo que fue en 1999. Me imagino que fue en un concierto en Bergara, porque luego nos pegamos una fiesta bastante guapa. El caso es que ese mismo año me llamó para tocar en conciertos sueltos por Burgos, Madrid y demás. Luego hicimos una gira como teloneros de Michael Monroe y tocamos en varios sitios, en varias fechas. A partir de ahí comencé a ir a Inglaterra y nos pegábamos mucho tiempo ahí. A veces hacíamos más de sesenta conciertos seguidos.
A veces hacíamos tres giras de dos meses cada una en un año. Pasaba cinco o seis meses fuera. En aquella época tenía veintitrés años, creo.
¿Como era la vida en la carretera en aquel entonces? Había muchos conciertos seguidos, en condiciones poco óptimas, etc…
Como eres joven, tienes mucha energía para tocar muchos días seguidos y trasnochar. Además, en UK tocas prontito y se lleva de otra manera. No es como en España. Por entonces yo ya estaba en Ñu y aquí los conciertos eran más tarde. Hacer una gira tan exigente con horarios de aquí sería más duro. Allí a las once de la noche como muy tarde ya has cortado y tienes tiempo para descansar.
Las giras eran algo alocadas y a veces tienes la sensación de que tienes que parar. También salimos por Europa a girar con Steven Adler, pasando por Alemania, Austria, Suiza y otros territorios. Todo era muy loco. Eran giras con poco nivel, de furgoneta, garitos y demás. Quizá en los fines de semana eran sitios más grandes, pero entre semana eran todo garitos. Lo bueno es que hay más tradición de rock y en todos sitios hay público. Aquí en España, según donde toques, no viene mucha gente a verte.
Hace poco estuve tocando con David Reece, ex-vocalista de Accept. Hacíamos de teloneros de UDO y en países relativamente pequeños como Noruega había audiencias muy grandes. En Inglaterra pasaba algo parecido.
La gira de Steven Adler fue algo caótica, según explicó el propio Adam Bomb en algunos posts en foros hace años. ¿Como la recuerdas?
No me quise enterar bien del todo de lo que había pasado. Un día me encontré caras muy largas y supe que Steven Adler había roto con toda la banda. Me tuve que poner yo a tocar con él. Sé que Adam y Steven acabaron bastante mal, pero la historia completa no la se. Ni quiero saberla. No se que conversaciones hubieron.
Steven es un tio cojonudo, muy buena persona. Recuerdo que en aquella gira tenía un brazo jodido. Tenía un huevo de hinchazon al lado de la muñeca. Luego el tio se pasó una semana en mi casa, más o menos. Nos lo pasamos de puta madre.
¿Era algo surrealista tener a un miembro original de Guns N’ Roses dando vueltas por tu casa?
Si y no, porque en el momento no eres consciente. Cuando se lo explicas a la gente te dicen ‘¿como? ¿que ha estado el batería de Guns N’ Roses en mi barrio?’. Menos mal que tengo las fotos para que me crean. El tio no era una estrella ni tenías que ir haciéndoselo todo. Él me echaba una mano en casa. Simplemente tenía que hacer tiempo unos días para coger un avión, porque no pudo acabar la gira debido a la lesión, y se quedó conmigo. Fue algo curioso.
Adiós Adam, hola Barón
¿Porque dejaste de tocar con Adam Bomb?
A veces tocaba con él y a veces no, porque yo también tocaba con otra gente y no podía. A veces estaba un poco harto porque siempre eran los mismos temas y eran los mismos locales. Tocaba con unos miembros, le fallaban, te llamaba de nuevo, etc. Cuando ya hicimos la gira con Steven no hubo más conciertos juntos. Aquello fue en 2006 si no recuerdo mal.
Yo seguí en Ñu hasta finales de 2007 y luego pasé a Barón Rojo. Me enteré de que Barón Rojo estaban buscando a alguien por Sherpa. Él me llamó. Creo que Barón Rojo estaban buscando mi teléfono porque me habían visto en algún sitio y Sherpa se enteró y me lo dijo. Llamé a la oficina de Barón Rojo, nos conocimos y probamos. Y me quedé en la banda.
Sherpa no tenía relación con la banda en ese momento. ¿Como fue esa carambola?
Su manager se enteró de que Barón Rojo buscaba bajista o algo por el estilo. Creo que Barón le pidió el teléfono al manager de Sherpa. Era una cosa que tenía super olvidada hasta que me has hecho recordarlo (risas). Igual le sentó mal o algo porque participé en un disco en directo suyo tocando algunos temas. Creo que Barón ya me tenían en el mapa, porque sabían que había estado tocando con gente, que había girado por el extranjero y daba cierta seguridad. Estuve siete años en Barón Rojo.
Lo cierto es que de primeras no me cogieron. Me iban a coger y alguien les hizo algún comentario para que no me cogiesen. Una persona X que no nombraré. Cogieron a otro bajista, no les funcionó y a los meses me llamaron para repescarme. Pero si, querían cambiar de bajista una temporada antes de que yo finalmente entrase.
Barón Rojo querían grabar un directo en ese momento, un directo con la banda sinfónica de Mislata. Fue todo muy de repente. Llevábamos unas semanas ensayando y fue todo muy suicida, podría haberlo llevado todo más asentado. Vas con una orquesta, todo suena más bajito, el monitoraje es distinto… En un concierto estándar de rock se puede disimular un fallo mucho más pero no en ese caso. No era un concierto estándar, era un concierto peligroso. Por suerte ensayamos bastante fuerte y lo salvamos. Solo habíamos hecho dos conciertos juntos antes del concierto con la sinfónica.
«Fue una idea nefasta porque lo de “Tommy”, al grupo, no le aportaba nada».
¿Cuál fue tu primera impresión de Barón Rojo cuando les conociste?
Recuerdo pensar que era una banda currante. Estaban mucho en el local ensayando. Pero a veces hace falta un poco menos de local y tener el cerebro más fresco en otros aspectos. A veces queremos tapar con ensayos otros fallos de la banda. En aquel momento no tuve mucho tiempo de formarme una impresión porque fuimos directos a la batalla. A las dos semanas tocábamos con Saxon en la Rock Star de Bilbao y no había margen.
Con el tiempo vas viendo cosas que te gustan más y menos. Lo que está claro es que a mi los hermanos siempre me han tratado de la hostia. Me han tratado muy bien. No tuvimos problemas en ese sentido. ¿Que la gente toma malas decisiones? Pues si, creo que en ese grupo se han tomado decisiones que no son las adecuadas. Como hacer aquel disco de los Who, que no era buena idea.
A finales de los 90 parecía que Barón estaban cogiendo cierto impulso, con el recopilatorio “Cueste lo que Cueste” que contenía un gran tema como el que da título a aquel disco. Pero luego vinieron discos de estudio irregulares como “20+” o “Ultimasmentes”. En medio de todo eso ¿como surge la idea de hacer un disco versionado de los Who cuando había otras ideas originales sobre la mesa?
Gran parte del problema no es el disco en si. El problema es que en ese punto Barón Rojo llevaba seis o siete años sin un disco de estudio. Estaban apareciendo críticas y crónicas malas de la banda en directo. Si tienes que sacar un disco, tienes que sacar un disco con temas buenos y potentes. Yo creo que gran parte del público de Barón no vive ese disco. No ha oido “Tommy” de los Who. Siguen a Barón Rojo pero quizá no están tan metidos en los clásicos. Quizá es gente que escucha mucho más rock español, no a los Who. De entrada, los Who no han calado nunca en España, pero entiendo que lo hiciesen porque a ellos les gusta mucho el grupo. Armando ha mamado mucho de Pete Townshend en las rítmicas, así como Eric Clapton y Ritchie Blackmore.
“Tommybaron” es un disco que, si lo sacas entre dos buenos discos, no es problema. Pero cuando la gente estaba esperando otra cosa se convierte en un jarro de agua fría. Paralelamente pienso que se interpretó de una manera muy pobre. Hubo momentos en que costaba grabarlo porque algún músico daba guerra. Yo tuve poca paciencia grabando pero dio guerra. Hubo que hacer bastante trabajo de chapa y pintura después con lo que había grabado.
Creo que Armando lo ha comentado públicamente pero sobre la mesa había la idea de hacer canciones de otros compositores: Russ Ballard, Bob Daisley, etc. De hecho, está hecha la demo. Era una mejor idea que ‘Tommybaron’. Alguien de Sony propuso las canciones para trabajar con la formación original de Barón Rojo, para que nadie tuviese que componer. Eran temas que estaban en editoriales para que algún grupo los utilizase.
El caso es que se hicieron las demos, se mezclaron por mi parte y poco después vino la misma persona de Sony, que era un tío muy competente, y no se como trajo la idea de lo de “Tommy”. Recuerdo quedarme en el local con la cara un poco descompuesta, no lo voy a negar. Me dijeron “no te ha hecho gracia la idea ¿no?” y yo dije que no opinaba, que no era mi banda.
Fue una idea nefasta porque lo de “Tommy”, al grupo, no le aportaba nada.
Al gran público los temas nuevos o los discos nuevos les da absolutamente igual. A grupos como Barón lo que les mantiene ahí es el legado, los clásicos.
Barón Rojo tiene muchos discos míticos. Nosotros tocábamos temas de todos los discos, incluso de “Ultimasmentes”, pero esos eran flojos. El toque de Barón Rojo son las guitarras pero no acaban de brillar en ese disco. Supongo que fue por el uso de otros equipos de amplificación distintos. Hasta el “Arma Secreta”, Barón Rojo grababan con el Rockman, que es un cacharro que diseñó Tom Scholz de Boston y que los hermanos han usado mucho. Durante gran parte de los 90 llevaban esos previos y con eso consiguieron el sonido tan Barón Rojo. De hecho, cuando mejor han sonado es cuando llevaban los Rockman y unas etapas, sin válvulas, con transistores. Luego han llevado amplis que tenían excesiva distorsión. Pero es normal, porque con el tiempo todos vamos alterando el sonido. Buscas un sonido que es muy cómodo para tocar pero que no es el tuyo. El sonido de Barón Rojo es una Gibson LesPaul con un Marshall, con un plexi o como mucho un Tubescreamer. Ese es el sonido del “Metalmorfosis”, donde suenan las guitarras para flipar. Ese es su sonido.
El sonido de Barón
Siempre ha habido críticas a los directos de Barón Rojo, no tanto por la ejecución individual sino por como suenan en global. ¿Crees que hay una cierta desgana?
A veces no llevas los músicos adecuados para una banda del calibre de Barón Rojo. Yo les había visto muchas veces antes de tocar con ellos y nunca llevaban una formación redonda. Si no fallaba uno, fallaba otro. Llevaban a gente que quizá no le gusta Barón Rojo y está ahí porque es un trabajo como cualquier otro. Creo que nunca han llevado bandas que tengan bien asumido el concepto Barón Rojo al 100%.
Nunca han tenido a un batería como Hermes. Han tenido a baterías más heavies, más duros, pero a ninguno como Hermes. La batería de Hermes nunca se ha valorado, pero era el tio que les llevaba rectos. Si analizas la batería del “Metalmorfosis” es fina de cojones. Eso es o bien porque la banda no lo valoraba suficiente o porque no hay otros baterías como Hermes pero está claro que el sonido de batería de Barón Rojo, es el de Hermes. Es el que les hacía sonar como sonaban.
Hay gente que, aunque toque rock duro o heavy metal, su base es muy anterior a eso. Es gente que escuchaba a Cream o a Mountain o a Deep Purple. Si coges a músicos que no tienen esa base, no hablas el mismo idioma.
«A veces no llevas los músicos adecuados para una banda del calibre de Barón Rojo»
Hermes tenía un lenguaje más clásico en la batería, con cierto swing. No era un Tommy Aldridge o un Cozy Powell de su época.
Hermes tenía cosas de Cozy Powell. La intro de “Hijos de Caín”, si se analiza bien, es reminiscente de “Stargazer”. Hermes tiene un toque Cozy Powell porque Cozy también tenía ese rollo antiguo. Incluso cogía la baqueta en modo clásico, la de la caja.
Si metes a bateristas más modernos que lo que les gusta es Dream Theater y además no lo tienen muy bien estudiado, tienes un problema. Creo que en Barón Rojo las baterías han fallado mucho. La gente no lo nota, porque no son músicos, pero ya no suena con el toque clásico y setentero. Barón Rojo no es una banda de heavy metal, es una banda de hard rock. Es una mezcla de AC/DC con Rainbow y cosas de Deep Purple.
En el local hacíamos muchas versiones y Armando me decía ‘es que te conoces todo esto’. Bueno, claro, es que hay que tener músicos que hablen el idioma, porque sino vas a chocar. Si tienes a bateristas que les mola el speed metal y hacer una ensaladilla de cosas, no te van a tocar bien un ritmo a lo AC/DC. Parece fácil, pero tocarlo con ese pulso no es nada fácil.
Las baterías de Hermes son muy difíciles. Estuvo un amigo ensayando los temas cuando había un posible cambio de batería en el horizonte y ahí me daba cuenta de lo complicado que era sacar aquello. La entrada de “Hijos de Cain” no la ha vuelto a hacer igual ningún batería. Los compases los hacen pero no tocan igual. ¿De quien es la culpa? Pues supongo de a quien le da igual. Si te dicen que da igual o que no lo hagas…
Mira, durante una temporada quitamos la entrada del “Resistiré”. Quedaba mal y la tuvimos que quitar. No se, chico, creo que es una decisión mala.
¿Había dejadez por parte de los hermanos o poco respeto por su propio legado?
Más que falta de respeto es que el músico no vuelve a oír sus discos. Lo cual es normal, porque es un puto coñazo. Encima que tienes que ensayar, grabar, tocarla en los conciertos…¿qué vas a hacer? ¿Volver a escuchcar “Los Rockeros Van al Infierno” que es un coñazo de tema infumable? Luego si, tocado en directo tiene un rollo con el público que le da la vuelta. Pero ensayarlo y oírlo es un coñazo. Igual que “Hijos de Caín”. Me parece un pecado de los más grandes que se han escrito pero luego en directo tiene una respuesta que tienes que tocarlo sí o sí. La respuesta compensa el coñazo de tema.
A veces tocas el bajo de temas donde tocaba Sherpa y es muy rollo. Si cantabas y tocabas el bajo tenía su lógica, pero tocarlo simplemente se te hace un rollo. Un petardo absoluto. Si que una vez dije ‘creo que las velocidades no las llevamos como son’. Armando vino con los tempos originales y no tenían nada que ver.
Cuando tu cambias de formación, los nuevos se fijan en lo anterior, no en los discos que grabaste originalmente. Es como el juego de los teléfonos. Todo se va contaminando. Yo saqué los temas de un directo que no estaba nada bien. Estaba demasiado contaminado, sin ser ni mejor ni peor. Eso no es falta de respeto, sino que la banda no escucha los discos originales para entender de donde vienen las cosas.
A veces toca ponerse en el local y revisar lo que tocas. Yo a veces llevaba algún pirata antiguo y decía “mira como sonabais aquí”. Ellos me decían “hostia, que bien sonábamos” y claro, es que sonaban muy bien. Llevan más años que la hostia y claro, ¿cómo te vas a poner a escuchar de nuevo ‘Los Rockeros Van al Infierno’? Eso le pasa a muchas bandas. Y luego muchos músicos nuevos llegan, sacan los temas así un poco por encima, se llevan la pasta calentita y si cuela, a tomar por culo.
La deslucida reunión de Barón Rojo
¿Crees que la reunión fue solo por el dinero o estaban las relaciones entre los hermanos, Sherpa y Hermes como para ponerse a trabajar juntos? ¿Crees que la reunión fue lo que tenía que ser?
Aquello fue en el 2009. Ahí se hizo el festival aquel de Zaragoza, el Metalway. Después de eso, se iba a hacer medio año de conciertos en 2010 pero no salieron todos los conciertos que tendrían que haber salido, porque los promotores igual pasaron un poco del tema.
Luego aquella formación -que era algo puntual-se entrelazó con la formación contemporánea de la banda. Es algo parecido a lo que hicieron Status Quo hace unos años, cuando hicieron una reunión de sus miembros originales para unos pocos conciertos.
Sucede que en éste país es complicado organizar las cosas como uno quiere, sino directamente imposible. Como no salieron todos los conciertos que la banda quería con la reunión, se alargó. No hubo una respuesta muy grande: no pasó de hacer Razzmatazz en Barcelona, por ejemplo, aunque luego se hizo el Sant Jordi Club para cerrar. En Bilbao tocaron en una discoteca como la Rock Star. En Madrid fue en La Riviera. No fue algo de pabellones como tendría que haber sido.
Yo fui a todos los conciertos. Algunos conciertos fueron mejores y otros peores. Ensayaron mucho pero no lo vi solido del todo. Estuvo bien, porque era ver al Baron Rojo original. Cambia mucho tener a dos cantantes, por ejemplo. Pero no me llegó a caminar como debía y eso que ensayaron bastante, porque en algunos ensayos estuve. No llegó a sonar como debería haber sonado.
Vi a Sherpa en el Rock Fest con Los Barones y los vi muy compactos, por ejemplo. Me quedé flipado. Los guitarras eran algo más modernos pero el sonido era muy compacto. Si hubiesen metido ahí a los hermanos, habría sonado tremendo.
«La reunión se iba a hacer para medio año de conciertos en 2010 pero no salieron todos los conciertos que tendrían que haber salido, porque los promotores igual pasaron un poco del tema».
La reunión se propuso tiempo atrás, en un momento algo más dulce para el heavy metal español, cuando Mägo de Oz estaban estallando en todas partes y Goyo de Locomotive buscando hacer un invento en base a una reunión de Barón Rojo con una rumoreada buena oferta económica sobre la mesa. ¿Se perdió una oportunidad?
Todo es cuestión de tiempo. La banda original llevaba separada veinte años y quieras que no, la gente olvida. Ha habido un salto generacional donde mucha gente ya no recuerda al Barón Rojo original.
Hay un rumor de que les pusieron un millón de euros encima de la mesa para hacer una gira y un disco y DVD en directo.
Lo que yo tengo entendido es que si salía todo al cien por cien, había mucho dinero. No se les daba el dinero a fondo perdido. Habría un capital inicial, como en todo, pero si se hacía todo se ganaba mucho dinero. Creo que era un error, porque yo tengo una empresa de transportes y de lo que tu planeas, las cuentas siempre hay que tirarlas hacia abajo. Además, en aquel momento los hermanos estaban funcionando muy bien y creo que habría sido complicado para ellos volver luego con otra formación tras una reunión. Quizá se habrían dado una hostia, quien sabe. No se puede saber.
En España no hay un negocio del rock como tal. Creo que aquello eran cantos de sirena, me parece. En la otra reunión se vio: tendrían que haber hecho treinta o cuarenta bolos y no fue así.
«Cuando falta público, falta dinero. Ya no puedes llevar montajes. Te desanimas. Tienes que ir a taquilla. Las producciones de tus discos son algo peores. Haces peores canciones. Todo se reduce al dinero, porque no hay público. A partir de ahí comienzas a hacer el cutre de una manera terrible».
¿No hay un mercado o hay un exceso de caspa y amateurismo? Gente como Loquillo está ahora en una buena situación, tocando en buenos recintos en la madurez de su carrera, pero tampoco es rock duro, por así decirlo.
Es una pregunta interesante. En España hay mucho artista que habla del rock y de rock tienen poco. Se ponen unas pintas y dicen que tocan rock y se confunde eso con que hay un mercado del rock en nuestro país pero no es así. Es pop-rock, es movida madrileña y van de rockeros. A su público le pones Judas Priest y se horroriza Yo hablo más bien del rock duro, que nunca ha tenido un mercado sólido ni estable.
¿Por qué crees que ha sucedido esto? En lugares como UK o USA siempre ha habido un mercado de base que ha permitido desarrollarse a los artistas. Aquí siempre ha habido un halo de cutrez y bajos presupuestos en todo.
La cutrez la da la falta de dinero. ¿Y porqué falta dinero? Porque no hay tanto público. Si que hubo público en algunos años de los ochenta. Barón Rojo no estuvo arriba durante toda la década, ojo. En los últimos años no hacían pabellones. Era una banda que ya estaba abajo. Supongo que ese sería el motivo por el que se separaron. Tuvieron unos años muy gordos pero no todos los que duraron.
Cuando falta público, falta dinero. Ya no puedes llevar montajes. Te desanimas. Tienes que ir a taquilla. Las producciones de tus discos son algo peores. Haces peores canciones. Todo se reduce al dinero, porque no hay público. A partir de ahí comienzas a hacer el cutre de una manera terrible.
Yo he estado en Ñu, que es una banda con mucho menos éxito que Barón Rojo. Te veías envuelto en cosas muy cutres, muy de Paco Martínez Soria. Tocando en cualquier sitio… eso suele ir a peor. Si, vives de ello, es tu modo de vida, pero mal. No hay un mercado muy grande. Hay bandas que tienen algo de rock, pero no es rock duro. Son bandas para gente que quiere decir que es rockera, por postureo. El rock y el heavy no tiene gran salida.
El estado del rock en España
¿De qué modo crees que influye la prensa especializada en la caricaturización del rock en nuestro país? ¿Ha habido un trato infantil, excesivamente identitario de la cultura rock entre la prensa especializada de nuestro país?
La prensa especializada es muy integrista. Son talibanes. No te puedes salir ni un milímetro de esto ni de lo otro. Si algo vende, no es auténtico. Han creado un caldo de cultivo con el que si tienes éxito y ganas dinero, tienes que justificarte por ello. Si haces un tema comercial, tienes que decir que salió de casualidad. ¿Tu crees que Judas Priest no crearon ‘Living After Midnight’ para vender? Es un tema completamente de pachanga, por ponerle una palabra española. La gente quiere ganar pasta. Aquí todo el mundo tiene que ir de auténtico. Hay un integrismo tremendo. “Somos del barrio auténtico, hacemos algo auténtico…” Si te sales de ese rollo, mal. Hay una especie de superioridad que dice ‘soy heavy, soy mejor que nadie’.
¿Crees que los hermanos De Castro fueron víctima de éste integrismo de la prensa y la escena en éste país? Nunca quisieron venderse como la banda legendaria que son, nunca invirtieron en buenos espectáculos, nunca quisieron vender la moto.
Ellos, lo bueno que tienen, es que siempre han estado separados del resto. Nunca se han dejado influenciar. Pero quizá, sin darte cuenta, das una imagen cutre, de que estás acabado. Los hermanos son tíos humildes que no van de nada.
Vi una entrevista sobre Deep Purple en Japón donde Jon Lord decía que no sirve de nada tener mucho talento si no tienes un poco de ego. Hay que tener ambas cosas.
En ocasiones se toman malas decisiones o los presupuestos son los que son: si tienes un presupuesto determinado y más de la mitad se te va a ir en montaje, te lo piensas dos veces.
Nosotros hicimos algo malo. Hubo una época un poco más chunga, unos años un poco flojos. Comenzamos a llevar poco equipo. Barón Rojo eran conocidos por llevar un montón de amplis en el escenario y comenzamos a ir con equipos pequeñitos y escuché comentarios al respecto. Era una manera de salir adelante pero quizá era demasiado exagerado. Si, ahorras costes, tiras adelante…pero a veces es incluso mejor parar.
Creo que se lo comenté a Armando en una ocasión. Le dije que habría que parar un año. Paras y luego vuelves con fuerza. “Hombre, bueno, si cada uno puede sobrevivir ese año…” me decía. Claro que se puede. De ese modo duras más años, te quemas menos, hay menos roces, te olvidas de las cosas que no te gustan…lo comenté en su momento pero bueno… Si, trabajamos mucho con aquel montaje pequeñito pero quizá había que llevar algún ampli más y no tocar con la batería del telonero. Das una imagen de supervivencia sin darte cuenta de que la gente te está observando. Y la gente, si te puede apedrear, te apedrea. Hay gente que disfruta odiando. Quizá trabajamos mucho en aquella época pero la gente nos vio en condiciones inferiores a las debidas.
Barón me contaban que en los 80 llevaban montajes con cañones y movidas y en alguna ocasión salieron escaldados. En una gira llevaban una crew que eran todo ingleses y que en el último dia de la gira los ingleses, que eran muy bromistas, se pasaron con la pólvora. Claro, cuando aquello explotó se metió el sonido por los micros, salió por los altavoces y se caían los cartones de los altavoces. La gente se fue para atrás, el público desapareció. Me lo contaban en plan “menudo susto”. Algun petardazo atravesó la batería de Hermes y le hizo un boquete. Lo de los montajes tiene su peligro. He visto a gente con fuego y tal. Pero los he visto montarlo y he dicho “uy…”. O llevaba el tema alguien con una copa de más.
No sé, al menos hay que poner un telón. Recuerdo que iban sin telón siempre. Tenían uno que se rompió con un logo espantoso que no se entendía el nombre. Recuerdo verlo y decir ’pero si no se entiende el nombre’. El telón del ‘Metalmorfosis’ que echaba humo por la boca molaba mucho, por ejemplo.
«¿Tu crees que Judas Priest no crearon ‘Living After Midnight’ para vender? Es un tema completamente de pachanga, por ponerle una palabra española. La gente quiere ganar pasta. Aquí todo el mundo tiene que ir de auténtico. Hay un integrismo tremendo».
Todo tiene un fin
¿En qué momento te diste cuenta de que las cosas llegaban a su fin con Barón Rojo?
Yo en el 2012 dije que me quería ir. Nunca me llevé mal con ellos, me trataron muy bien, mejor que a algunos. Había muy buen feeling. Pero yo, a nivel musical, pensaba que había que apretar un poco. Veías a chavales que veían a Barón Rojo por primera vez, que han escuchado los vinilos de sus padres y los tienen diseccionados, y tu sales a tocar y ves las caras largas porque tocas algo peor. El que va a ver a Barón Rojo por primera vez salía con la impresión de que flojeábamos y eso a mí me jodía mucho.
No todos los músicos se lo toman en serio al mismo nivel. Algunos músicos van a ensayar como el que va a la oficina. Hacen lo justo para tirar milla y eso se traduce en la música.
En el 2012 Carlos me llamó y me dijo que cómo iba a irme. Si hubiese habido una mala relación habría sido comprensible pero no era el caso. Era una época de navidad, donde no había conciertos y había tiempo para buscar sustituto. El caso es que hablamos y seguí un tiempo pero íbamos flojeando. Luego había gente en la banda a la que no le caía bien porque yo pedía que lo hiciésemos mejor y notaba que me comenzaba a poner palos en las ruedas y claro…
¿Hablas de management o de miembros de la banda?
Una persona, llamémosle X. Una persona relacionada. Parecía que venía a joder. Teníamos que hacerlo bien. Pero la música crea egos, egos mal usados y envidias. Yo si veo que las cosas se están yendo hacia abajo también me enfrío, claro. Nadie tiene el 100% de la culpa ni el 100% de la razón. Así que cogí y me piré.
Hubo algún comentario tontorrón del management, como diciendo que no soy imprescindible. Claro que no lo soy. Quizá puedo ser insustituible, porque si me has tenido tantos años en la banda es por algo. Quizá pierdes algunas cosas si me voy. Siempre va a haber cola de bajistas para entrar en la banda, son Barón Rojo. Y por la mitad de dinero.
Aguanté hasta 2015 y al final me fui. Si no me iba yo, no me iban a echar. Al final me fui de un día para otro.
¿Has mantenido relación o amistad con Barón Rojo?
No, la verdad. Hombre, salí echando hostias. Cuando sales así, a la gente te jode. A ti te pueden echar pero si tu te vas, eres un cabrón. Hicieron una entrevista en un medio dando a entender que había que tener cuidado conmigo, porque los dejé tirados. No hombre, tirados no. Pero si te da igual que esté en la banda, me voy.
Luego volvieron a llamarme para tocar, a los seis meses exactos. Parecía como que me estaban dando una oportunidad. No soy imprescindible pero te está fallando la gente que contratas. Quizá yo estaba al pie del cañón y los que vienen no están tan al pie del cañón. Después han cambiado de bajista como seis o siete veces. Es una putada pero si alguien que lleva tiempo en la banda te dice que ve un problema musical y te da igual subsanarlo, pues esa persona se va. Y si luego me llamas para seguir haciendo lo mismo… Tenía todo muy reciente, la verdad. Si hubiesen pasado un par de años quizá habría sido otra cosa y habríamos vuelto a tocar.
Se quedó la cosa más dañada cuando me volvieron a llamar que cuando me fui. Si me volvieron a llamar es porque la cosa no estaba tan dañada. Pero claro, no puedes obligarme a volver. No puedo dejarlo todo para irme a Mexico a tocar. Si hubiese pasado un tiempo quizá lo habría hecho.
A la mayoría de gente la han echado y están como locos por volver al grupo, porque estaban bien en Barón. Pero a mi me la pelaba volver. A día de hoy me la pela. Y más con una relación personal nula. Además no me apetece. Ya me conozco aquello.
«Creo que el ataque a Sherpa ha sido desmedido y con mala fe»
Después de Barón Rojo tocaste con Manny Charlton de Nazareth, estuviste con David Reece y con Death Keepers de Barcelona.
Death Keepers tocaron con Barón en mi última época y me dijeron que querían que produjese un disco. Me pasaron las maquetas y nos pusimos a trabajar. Los temas estaban bien pero faltaban algunos arreglos o clichés guiris que siempre han funcionado. El disco quedó bastante bien. Luego vino Michael Vescera, cantante de Yngwie Malmsteen y Loudness, e hicimos algunos conciertos. Los chicos eran muy inteligentes y tenían muy buenas ideas.
También estuve con el teclista actual de Ygnwie Malmsteen, Nick Z Marino, con el que he viajado por bastantes países. Luego llegó la pandemia y se quedó todo en el aire. Antes de la pandemia estuve tocando con el guitarrista de Saxon en una fiesta en Alemania y me pareció un país interesante para ir una temporada a trabajar.
¿Como ves las recientes polémicas de Sherpa en los medios y su notoria deriva hacia sensibilidades políticas cercanas a la ultraderecha?
Opino que Sherpa puede decir lo que quiera. Es un señor mayorcito que sabe de qué va la vida. Creo que está en su derecho y no es una mala persona por hacerlo. Si hay otros que quieren atacarlo, bueno, pues que ataquen. Al final lo que te define es la música, no las palabras. Creo que el ataque a Sherpa ha sido desmedido y con mala fe.
Sergi Ramos
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