Asphyx: “La pandemia es un escenario de puro death metal”
Siempre en segunda línea, pero siempre dispuesta a arrasar con todo, Asphyx es una de las bandas de death metal más incombustibles del género.
El cuarteto neerlandés es una de esas formaciones a las que la pandemia ha pillado en plena actividad, concretamente, en la recta final de la composición y grabación de su nuevo disco de estudio, ‘Necroceros’. Lejos de retrasar su publicación y dejar el futuro de la banda a merced de la crisis sanitaria, Asphyx ha trazado su propia hoja de ruta y pondrá a circular el que será su décimo larga duración en 2021.
El vocalista y miembro más longevo de la banda, Martin van Drunen, atiende nuestra llamada para charlar sobre su novedad discográfica, el proceso creativo y su relación con temas como la historia y la guerra.
¿Compusisteis el nuevo álbum durante o antes de la pandemia?
Las grabaciones definitivas fueron realizadas durante el confinamiento, pero la mayoría del material como los riffs y el resto de ingredientes musicales que uno necesita tomaron forma antes.
Para noviembre del año 2019 teníamos seis canciones terminadas, incluso grabamos las pistas de batería, pero tras escucharlas unas cuantas veces de un modo más crítico nos dimos cuenta de que todavía había lugar para la mejora.
¿Qué era lo que les faltaba?
Estaban bien, pero no eran excelentes, por lo que seguimos componiendo nuevas cosas y entonces el confinamiento llegó. La pandemia nos obligó a cancelar todos los conciertos y entonces dijimos: “ok, tenemos que sacar lo mejor de esta situación”. Comenzamos a improvisar en el estudio y a detallar los nuevos temas con el mayor cuidado posible.
¿Ha afectado el coronavirus en el apartado lírico?
Recuerdo que cuando todo el asunto de la pandemia comenzó llamé a los compañeros de banda y les dije: “Dios mío, este es un escenario de puro death metal”. Entonces, nuestro guitarrista Paul Baayens vino con una canción rápida y le dije: “¿Sabes? Voy a llamarla full death metal scenario”. En ese tema escribí una especie de oda al personal sanitario, que está teniendo que lidiar con todo ello en primera línea, también hay referencias a las disputas absurdas que vimos en los supermercados y al modo en el que la pandemia nos ha afectado como banda. Sin embargo, la canción acabo siendo un “bonus track”, ya que no había suficiente espacio para incluirlo en el formato de vinilo.
“Escribí una oda al personal sanitario, que está teniendo que lidiar con la pandemia en primera línea”
Por tanto, la pandemia ha sido algo residual en este disco.
Lo que pasa es que tenía las letras preparadas con antelación, pero cuando todo esto sucedió muchas ideas vinieron a mi mente e incluso modifiqué partes determinadas en base a la inspiración que me brindó la pandemia. Aunque, por lo general, no es un disco sobre el coronavirus.
La muerte es uno de los temas principales de vuestra discografía. ¿Cómo describirías tu propia relación con la ella?
Lo primero de todo, la música que hacemos se llama death metal o death doom, como quieras denominarla. Desde el día en el que comenzamos, los temas de nuestras letras han estado relacionadas a la muerte. Peste, enfermedades, la inquisición… con el tiempo el enfoque ha ido cambiando ya que comencé a interesarme cada vez más sobre la historia de la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces cuando empezamos a introducir los temas de guerra y después ese interés se hizo aún más amplio, pasando de temas relacionados exclusivamente a la guerra a todo tipo de eventos que sucedieron a través de la historia.
¿Ha cambiado el tiempo tu relación con la muerte?
En general, el modo de acercarme a los temas ha cambiado bastante. Antes siempre miraba al pasado y ahora puede que coja un concepto contemporáneo que gira en torno a la muerte. Por ejemplo, la canción “The Nameless Elite” trata sobre las unidades de élite mundiales que se encargan de luchar contra el terrorismo. Trato de ambientar las letras en el mundo actual, no solo en grandes eventos de la historia.
De todos modos, la muerte sigue siendo el tema principal. Siempre está entre nosotros, siempre será parte de nuestra existencia y todavía seguimos preguntándonos qué sucederá después de la muerte. Es la gran pregunta que nunca seremos capaces de responder.
“qué sucederá después de la muerte es la gran pregunta que nunca seremos capaces de responder”
¿En qué otra canción has optado por la perspectiva contemporánea?
Destacaría “In Blazing Oceans”. Es una canción en contra de la guerra, pero contada desde el punto de vista del personal de los barcos petroleros británicos que fueron torpedeados por submarinos. Se trata de un capítulo completamente olvidado de la Segunda Guerra Mundial. La letra cuenta el intento de los marineros por romper el bloqueo de las potencias del Eje para llegar a Inglaterra y entregar el combustible que la sociedad tanto necesitaba.
En torno a 20.000 marineros fallecieron en el intento y la letra se centra en la terrible muerte de uno de ellos. Morir ahogado, rodeado de petróleo y asfixiado por las llamas de un barco ardiendo es una de las peores formas que me puedo imaginar para dejar este mundo. Pensé que debía escribir algo sobre estos hombres, ya que, lamentablemente, nadie los recuerda.
Aunque tiendas a explorar la historia del mundo actual, los eventos del pasado siguen presentes en ‘Necroceros’. ¿Existe algún horizonte temático en particular al que querías acercarte en este disco?
He querido abordar un par de temas en los que no había profundizado hasta ahora. Recuerdo que cuando Paul vino con la música para “Knights Templar Stand” no tenía ni idea de qué hacer. Siempre que se me ocurre una pequeña idea interesante la anoto para que no se me olvide, por tanto, cuando los riffs realizados no me sugieren un tema en particular, tiro de mi lista de apuntes.
En este caso, pensé en escribir sobre los caballeros templarios. Al principio dudé, ya que todo ello tiene que ver con mitos y la Edad Media, pero los compañeros de banda me animaron a seguir, sabían que lo escribiría de mi forma personal. Es gracioso, porque ahora que vuelvo a leer la letra finalizada pienso que incluso los cristianos a los que les guste el metal pueden aprobarla. A fin de cuentas, puede leerse como una especie de oda a los templarios que lucharon por la cristiandad… aunque esa no era la intención original.
“Ahora que vuelvo a leer la letra (“Knights Templar Stand”) pienso que incluso los cristianos a los que les guste el metal pueden aprobarla”
¿Alguna vez te has sentido estancado, atrapado en un tema, a la hora de escribir letras?
La guerra es, sin lugar a dudas, un tema del que no puedo escapar. Ha estado presente a lo largo de toda la historia de la humanidad y sigue vigente hoy en día, por lo que es una fuente inagotable de inspiración. Siempre estaré interesado en los conflictos.
Si lo piensas, ¿cuántas bandas han escrito sobre la Guerra de Vietnam o las guerras coloniales que sucedieron después de la Segunda Guerra Mundial? Lo que ocurre ahora en Siria y en muchos otros países de Oriente Medio, la lucha que sigue en Afganistán… la guerra nunca cesa y para mí siempre será algo sobre lo que escribir.
En cuanto al apartado musical, ¿cuál es la novedad más significativa?
El mayor cambio en este momento es que hemos mantenido una formación estable desde ‘Incoming Death’ (2016). Hasta entonces siempre había algo de por medio que nos empujaba a cambios constantes, incluso cuando esa no fuera nuestra voluntad. La estabilidad ha sido un factor clave para este disco, ya que no somos solo una banda, sino una hermandad y después de estos años tocando en directo todos juntos nos entendemos perfectamente.
¿De qué modo percibes esa complicidad en el día a día?
Mirarnos a la cara es suficiente para saber lo que desea cada uno, cuáles son sus intenciones con la guitarra, hacia dónde quiere caminar musicalmente… esto se ha vuelto palpable en el nuevo disco, veía a los chicos improvisar mientras terminaban los riffs de las canciones, sentimos una gran química y creo que eso se nota en el resultado final, lo puedes percibir cuando escuchas el álbum. La confianza de la banda en su conjunto ha subido varios peldaños y, gracias a ello, nos hemos atrevido a tomar más riesgos de lo habitual. Esto ha sucedido en temas como “Three Years Of Famine” e “In Blazing Oceans”.
Precisamente en esas canciones, se puede percibir un interés creciente hacia melodías memorables. ¿Fue esto algo premeditado?
Esa idea viene de Paul, le encantan ese tipo de pasajes melancólicos. En realidad, las melodías no son algo ajeno a Asphyx, siempre que las tengan un toque trágico y perverso, por lo que esos pasajes causaron un gran entusiasmo en el seno de la banda cuando Paul nos las mostró por primera vez. Sentimos que sonaban a nosotros mismos y pensamos en implementarlos en los nuevos temas de inmediato, pero no fue algo premeditado. Si lo fuera probablemente nunca hubiéramos dado con esas melodías.
“Las melodías no son algo ajeno a Asphyx, siempre que tengan un toque trágico y perverso”
¿Cómo describirías la relación creativa que existe entre Paul y tú?
Es algo muy natural, nos entendemos como un matrimonio de largo recorrido. Puede que esa comparación no le haga mucha gracia (bromea), pero realmente es así. Si tiene un riff que me suena bien, da con otro casi al instante y en poco tiempo ya sé la forma que las voces tendrán sobre la música.
Normalmente, suele pedirme que le ponga al tanto del apartado lírico, me pregunta sobre lo que tengo en mente para esos riffs y, de ese modo, la inspiración se retroalimenta. Tenemos una breve conversación en la que le explico mi idea para la letra y, a partir de ahí, él sigue componiendo con eso en mente.
¿Podrías darnos algún ejemplo?
Recuerdo el caso de “Three Years Of Famine”. Teníamos la canción terminada, pero a falta de las melodías que comentábamos antes. Entonces, le expliqué a Paul que estaba trabajando en una letra basada en la China de Mao Zedong, ya que por aquel entonces estuve leyendo mucho sobre ese periodo histórico y me fascinó. Las atrocidades que sucedieron durante ese régimen fueron realmente mórbidas y la hambruna llamó especialmente mi atención. Pensé que aquella era la mayor catástrofe generada por el ser humano, no he podido encontrar una hambruna mayor que esa en otro lado.
Por tanto, Paul tuvo esa información en mente y escribió las líneas melódicas, partiendo de esa sensación de miseria. Este proceso me gusta mucho, porque el trueque de ideas entre ambos es muy enriquecedor. Pero siempre necesito sus riffs como punto de partida, eso seguro.
¿Ha habido algún caso en el que hayas compuesto letras y líneas vocales antes de la música?
No, siempre espero a que la canción esté completa. Necesito trabajar con las sílabas, saber cuanto tiempo tengo entre riffs para introducir las líneas vocales. No es lo mismo contar con cuatro o seis frases y la letra estará completamente condicionada por eso.
En cuanto al apartado técnico, destaca la mezcla con Sebastian “Seeb” Levermann (Rhapsody Of Fire, Orden Ogan, Ross The Boss). ¿Por qué decidisteis trabajar con él y cuál ha sido su principal aportación al nuevo sonido de la banda?
Cada persona trata de poner su propio sello en aquello que toca y lo que diferencia a “Seeb” es que no proviene de un contexto de death metal. Sus raíces están más conectadas al power metal, ha solido mezclar a bandas de ese estilo y creo que esa es la razón por la que nuestra colaboración ha funcionado tan bien.
Cada uno puede pensar y decir lo que quiera sobre el power metal, pero seamos honestos, si tienes una producción realmente buena de ese estilo el sonido será grandioso. Sin que fuera algo premeditado, el nuevo disco de Asphyx no cuenta con piezas tan rápidas como antaño y esto ha hecho que una mezcla de power metal funcione mejor en el sonido general.
Por supuesto, Paul y Alwin son los que tienen la última palabra sobre el sonido de la guitarra y el bajo, pero creo que “Seeb” ha hecho una tremenda aportación. Sin él, el resultado final hubiera sido muy diferente. Podríamos haber llamado a Dan Swanö una vez más, pero queríamos cambiar, comprobar qué podía hacer otra gente con nuestra música.
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