Alestorm: “quiero recuperar el exceso de los ’80. Se hablaba de burradas, tetas y coches”
Si Alestorm estuviesen en PornHub habría que buscar “XXX Thai Xtreme Fun Barely Legal Band”. La banda liderada por Christopher Bowes presenta su nuevo disco ‘Curse Of The Crystal Coconut’, grabado en Tailandia y cargando de anécdotas e historia delirantes.
“Podríamos ser otra banda de folk metal o podríamos ser la mejor party band del maldito universo y estamos apuntando a lo segundo”, explicaba Christopher Bowes desde su casa en Tennessee, Estados Unidos. Allí se mudó por amor, dice. ¿Cómo podemos permitir que un señor así represente al gremio de los piratas en el metal? ¡Christopher Bowes dimisión!
Bueno, quizá no hace falta ir tan rápido. A fin de cuentas, Bowes y sus compañeros de banda acaban de grabar un tremendo disco que se titula ‘Curse Of The Crystal Coconut’ y vio la luz el 29 de mayo a través de Napalm Records. Un disco que la banda ha grabado en el lugar más metálico del mundo, la tierra de los ladyboys: Tailandia.
“Siempre tuvimos el tema de los ladyboys en mente a la hora de ir a grabar el disco en Tailandia”, explica Bowes. “Teníamos una idea muy degenerada que era la de usar una mujer como cámara de eco para grabar. Es decir, apuntas un altavoz hacia el cuerpo desnudo de una mujer y captas el retorno de sonido que viene de sus tetas. Siempre hemos querido hacerlo, pero no lo hicimos porque está mal hacerlo. Pero la idea surgió de nuevo en Tailandia con los ladyboys y eso nos abría una serie de opciones más variadas, sin duda. Pero no lo hicimos. Porque está mal y es terrible”. Bowes consigue salir del jardín en el que él mismo se ha metido. Por suerte.
Con el primer adelanto “Treasure Chest Party Quest” ya circulando por todas partes desde hace unas semanas, el tono del disco va a ser el de siempre: metal divertido de tintes piratoides-folkies con una banda que se resiste a ser seria aunque enfatizan que “no son una parodia” de nada. Para grabar el trabajo, el grupo decidió evitar lugares miserables como “ir al norte de Alemania en pleno invierno” y se decidió por pasar tres semanas haciendo el animal en Tailandia y grabando algunas canciones de paso.
“Tailandia fue un lugar tremendo que visitar y por suerte nos fuimos de allí justo en cuanto empezaban a imponerse todas las restricciones de movimiento que hay ahora en todo el mundo”, cuenta el músico. “Hoy en día puedes grabar en cualquier lugar. Estamos en el año 2020. No necesitas un gran y costoso estudio. Necesita una habitación bien configurada a nivel de sonido, un ordenador y varios micrófonos.
Creo que es más importante estar en un lugar molón para grabar que cualquier otro aspecto técnico. No se me ocurre nada peor que pasarnos el invierno en algún lugar con las manos congeladas, tosiendo, dolores por el cuerpo y sin suficiente ropa y pasando frío. En lugar de esto, nos caíamos de la cama cada mañana directos a una piscina, bebíamos un par de cócteles, dábamos un par de vueltas nadando en el mar y entrábamos mojados al estudio a grabar algunas canciones. Fue muy relajado y eso ayudó a que nuestra actitud y estado mental fuese óptimo. Se lo recomiendo a todo el mundo: grabar en un estudio con piscina en Tailandia. Es maravilloso”, se ríe.
Hip-hop, Tailandia y piratas… ¿Qué podría salir mal?
El disco contiene canciones como la hip-hopera “Tortuga” (atención), o el himno “Pirate Metal Drinking Crew”. También encontramos temas como “Chomp Chomp” donde colabora Vreth de Finntroll, entre otros. La banda editará el trabajo en una caja de madera con diferentes accesorios de regalo, un mediabook con versiones de las nuevas canciones ambientadas en el siglo XVI (!!!) y los habituales vinilos de colores. Incluso editarán una versión en cassette con un walkman incluido en una bolsa pirata de color rojo -nadie puede acusarles de no currárselo, las cosas como son. Pero volvamos a “Tortuga”. Un tema que, como decíamos, es muy rapero.
“Muchas de las canciones en este disco las he compuesto con un amigo que se llama Matthew Bell, de una banda australiana llamada Troldhaugen con la que hemos girado en el pasado”, revela Bowes. “Somos muy ágiles trabajando juntos y en el caso de ‘Tortuga’ todo viene de una demo que el tenía hecha desde hace años. Me la envió el año pasado y era una canción de rap. Eso fue el origen de “Tortuga”. Cuando la escuché pensé ‘esto es increíble’, aunque no sonaba nada a metal. El reto era convertirlo en una canción de metal pese a ser un tema de hip-hop. Tener ese reto fue brutal. Aunque comenzó super rap poco a poco la fui trayendo a terreno Alestorm con las guitarras, mi voz y esa percusión caribeña rollo calypso. No tengo ni idea de lo que estábamos haciendo pero estamos de vuelta de todo lo que la gente opine de nuestra música. Es un tema alucinante y había que probarlo. El breakdown en medio en plan Limp Bizkit / Rage Against The Machine, donde colabora el amigo Captain Yarrface de Rumahoy, es brutal. Y las voces limpias al final tienen mucha energía. Estoy muy orgulloso de esa canción y quiero ver qué opina la gente de semejante cosa.
Mira, nuestra música es simple y fácil y no lleva mucho tiempo grabar una canción de Alestorm, seamos realistas”, se sincera. “Te das cuenta escuchándolo: son cuatro acordes, un tío gritando y un violín. Había mucho tiempo para pasárselo bien, subirse a un barco y meterse en el mar. Había días en los que simplemente decidíamos no hacer nada y beber cócteles. Hay bandas cuya música es mucho más complicada y necesita más atención y tiempo. Para nosotros tres semanas era un montón de tiempo para grabar”.
Sobre el videoclip de “Tortuga”, Bowes adelanta sorpresas. “Normalmente recibimos muchas quejas de los fans cuando ven nuestros vídeos. Nos dicen ‘hey, ya no os vestís como piratas, nos gustaría que os vistieseis como piratas’ o ‘solo erais una banda de verdadero metal cuando os disfrazabais como piratas’. Bien, pues el videoclip de ‘Tortuga’ incluye a la banda disfrazada de piratas y toda la gente que se quejaba de que ya no nos vestimos de piratas y, por ende, no somos metal se van a tener que tragar un tema de rap calypso ridículo -eso sí, vestidos como piratas. Va a ser brutal ver su reacción entre lo que oyen y lo que ven”.
Emborracharse y disparar pistolas como modo de vida
El primer tema del disco, el ya conocido “Treasure Chest Party Quest” es toda una oda a “emborracharse, disparar pistolas, hablar mierda, divertirse y ganar montones de dinero”. ¿Ha vuelto la esencia del metal ochentero más divertido de la mano de Alestorm?
“Creo que no ganaremos mucho dinero esta vez al estar todos los conciertos cancelados”, dice sin saber si reír o llorar. “Hasta hace poco todo era genial”, explica en referencia a la crisis del Covid-19. “Cuando estábamos grabando el disco nada de esto había pasado así que todo lo que teníamos por delante era grabar un álbum, salir de gira, hincharnos a tocar en festivales y pasarlo en grande. Todo era perfecto. Aparentemente. Nada de eso va a suceder ahora aunque, al menos, el disco verá la luz”
La sombra de un posible retraso del álbum ha estado ahí, pero la banda ha decidido que no habría sido la mejor idea y que el actual clima de confinamiento y falta de estímulos en el ocio y entretenimiento “será bueno para la banda”. “La gente no compra discos de Alestorm en la tienda. La gente no va a una tienda y compra un disco de metal. Los compran online y los compran en la web de EMP, en Amazon o en la web de Nuclear Blast o Napalm. Creo que eso será bueno a nivel de posiciones en listas y todo eso. Y por encima de todo, todo el mundo va a poder escuchar el disco en Spotify y YouTube aunque el servicio postal entre en el caos y no se repartan paquetes con discos. Eso es lo más importante: que la música llegue a la gente. Pienso que todo esto va a afectar más a otras bandas que a nosotros, realmente”.
El vídeo de “Treasure Chest, Party Quest” acumula más de medio millón de visitas en tres semanas. “Drink” lleva 33 millones de visitas, no obstante es evidente que en poco tiempo los nuevos temas están ganando tracción y atención. ¿Tiene la gente más tiempo libre y lo dedica a la música, las series y la lectura?
“Nada puede competir con el video de ‘Drink’, eso ya lo damos por supuesto”, se ríe el músico. “Pero sí, la gente no tiene nada mejor que hacer. Tenemos al público cautivo con el confinamiento y le estamos machacando a marketing de Internet: ‘Mira nuestro nuevo video’, ‘escucha nuestra nueva canción’, ‘compra esta estúpida camiseta’… Todo el mundo está en casa, nadie está trabajando y todo el mundo está esperando que suceda algo en su vida y, a poder ser, eso será Alestorm”.
Alestorm vs el metal miserable
“Mira, no me gusta la actitud del metal moderno. Todo es muy político. Todas las reseñas en los medios son 10/10, disco del mes. Da igual que sea un disco roñoso hiper-underground con sonido de mierda. Mira a esa banda, Code Orange, que está teniendo reseñas tremendas por todas partes. ¿Qué mierda es esa? Es miseria, absoluta miseria disfrazada de música. No es lo que quiero, no es para lo que me metí en esto. Quiero fiesta. Quizá no soy la persona adecuada a la que preguntarle pero yo soy de la vieja escuela y me gustan las canciones fiesteras como las de antes. El mundo sería un lugar mejor si tuviésemos más bandas haciendo música festiva y estúpida. Como en los viejos tiempos.
Quiero recuperar el exceso y el absurdo de los ’80 a la música. Solamente se hablaba de burradas, tetas y coches y dinero, pero molaba y era divertido. ¿Crees que en treinta años la gente va a estar cantando toda esta mierda triste y llena de cabreo? La gente quiere hits tontos como los de AC/DC. Creo que muchas bandas ya no componen canciones -incluso las bandas que me gustaban como Rhapsody-. Yo era muy fan del power metal a finales de los ’90 y esa fue mi puerta de entrada al metal melódico. Bandas como Hammerfall, Rhapsody o Sonata Arctica me encantaban. Si escuchas lo que hacen ahora te preguntas ¿qué les ha pasado? Ya no saben hacer canciones de tres minutos y medio con buenos estribillos. Simplemente se lían a hacer piezas orquestales de ocho minutos con ambientes y atmósferas y todo eso. Quiero canciones de las que cuando suenan en la radio te dan ganas de cantar. No puedes cantar con ningún tema de metal moderno y por eso me gusta que las cosas sean simples y fáciles. Las bandas se han vuelto demasiado complejas y progresivas. Necesito rock clásico del más burro que te puedas imaginar.
El último disco de Ghost es alucinante. No me engancharon con los discos anteriores pero este último trabajo es perfección pop, en el buen sentido. La manera en que las canciones están estructuradas y la producción es perfecta. Es uno de los mejores discos de los últimos años. Es como que saben perfectamente lo que están haciendo y eso les ha permitido hacer un disco de pop perfecto lleno de sensibilidades metal, con las guitarras, el rollo satánico y demás. Más bandas deberían ser como Ghost. La capacidad compositiva que atesoran es tremenda”.
Lo del relevo y tal
Es evidente que las agencias y las discográficas están empleando grandes recursos en construir la próxima generación de bandas para que el negocio siga en pie dentro de unos años, cuando las grandes leyendas se retiren de la primera linea. Bowes tiene claro que hay bandas con un tremendo movimiento de marketing de ellos y apunta a ciertos nombres bien populares. ¿Se están inflando ciertas bandas? ¿Cree que Alestorm podrán estar en primera linea dentro de unos años?
“Es algo en lo que me he fijado”, explica el líder de la banda. “Cuando me fijo en cómo se vende a bandas como Powerwolf o Sabaton me fijo en ese fenómeno del que hablas. Creo que hay muchas bandas con un marketing muy pulido detrás pero con poca sustancia en realidad. Mira el caso de Sabaton. La manera en que han progresado me alucina. Todo ha sido tan calculado tan preciso que me da la impresión de que nos hemos perdido algo”, reflexiona el artista.
“Me gustaría ser una de esas bandas que tiene a toda la prensa detrás, a las que todo el mundo está intentando aupar”, dice algo quejoso. “No me entiendas mal, Napalm Records nos cuida muy bien y hacen todo lo que le pedimos a nivel de promo o videos, pero nunca hemos tenido una buena relación, una relación fluida, con la prensa. Con cada disco nos han dado reviews en la última página, con comentarios en plan ‘ah, estúpida música de piratas, 3/10’. Quiero ser una de esas bandas que reciben hype hasta niveles absurdos. El otro día leí una reseña de Decibel Magazine, una revista americana, que nos destruía por completo. ‘¿Qué esta mierda de los piratas? Esto es basura, es música para jodidos niños’, decía. Creo que no se nos toma en serio como grupo y está bien porque nadie espera nada de nosotros. No tenemos un perfil erudito intelectual con cosas excitantes que decir. Podemos ser un poco mierdosos y nadie se da cuenta, la verdad.
Mira el caso de Behemoth”, prosigue, ya encendido. “Cada semana ves noticias sobre Nergal diciendo algo sobre, no sé, un primer ministro que se ha sacado un moco. Desde mi posición veo eso y digo ‘wow’. Hay artistas que tienen un enorme tirón con la prensa y ellos serán los grandes cabezas de los festivales en los próximos 10 años. Nosotros somos la segunda línea del nuevo metal. Quizá somos el cabeza de cartel del segundo escenario de un festival o algo así. Pero ya nos va bien así: prefiero no tener toda esa presión encima continuamente. Estoy feliz con el lugar en el que estamos como banda”, sentencia.
¿Se ha vuelto la gente más exigente a la hora de valorar el trabajo de Alestorm, por ejemplo, en las redes sociales?
“La gente de las redes sociales son tipos de personas muy, muy particulares que no existen en la vida real. Son personas quejicas y vengativas que solo viven en la sección de comentarios de YouTube y Facebook. Cuando vamos a sacar un disco decimos ‘tenemos un álbum nuevo, sale en estos formatos: CD, vinilo, una caja llena de cosas especiales brutales’. Entonces empieza el follón: la gente empieza a quejarse de que quiere éste formato con aquel ítem junto a aquel otro ítem en lugar de lo que le toca en su versión deseada y te lían la de Dios. ¿Podéis conformaros con lo que os damos? Intentamos hacer algo que os guste (risas). Siempre hay gente que se queja y tan solo puedes asentir y reír.
Creo que nos hemos convertido en una marca muy particular a la hora de vender nuestros productos como grupo. Me encanta insultar a la gente que comenta en nuestras publicaciones. La mayoría de bandas intentan tener a todo el mundo contento y se doblegan ante cualquier comentario negativo. Nosotros decimos ‘que os follen’ y me encanta. ‘Si no os gusta, no lo compréis, nos da igual’. Esa actitud nos ayuda a sobrellevar mejor a la gente de las redes porque si te lo tomas en serio comienza a afectarte y es lo peor que puedes hacer. Si lees los comentarios en YouTube la mitad dicen ‘esta banda es una mierda porque se visten de piratas’. La otra mitad dice ‘¿dónde han dejado los vestidos de pirata? Ahora es una mierda de grupo’. Como ves, no puedes tener a todo el mundo contento”.
De ahí la versiones “rollo siglo XVI” en el mediabook de la edición especial. “Hemos ido cambiando como banda y hemos ido teniendo un sonido más moderno. Creo que ya no somos un grupo de folk metal tradicional, así que dijimos ‘vamos a hacer una versión de cada canción en plan siglo XVI’ para contentar a todos los seguidores de la música folk más tradicional. No obstante, lo que hemos hecho no es eso, no es real. Simplemente hemos regrabado todo el disco usando sonidos de videojuego de 16-bits. Es una troleada absoluta. Nos lo pasamos bien. Pero mola: tiene todas las melodías, las voces y demás y es muy divertido. Tenemos ganas de ver qué piensa la gente”.
Cuando veía el vídeo de “Treasure Chest, Party Quest” una de las primeras sugerencias que tenía en YouTube era el tema “Norwegian Reggaeton” de la banda parodia italiana Nanowar Of Steel. ¿Cree Bowes que el aspecto humorístico de Alestorm ayuda o perjudica al hecho de que la banda sea tomada en serio?
“Existimos en un espacio muy peligroso porque no somos un grupo totalmente serio ni totalmente paródico”, sostiene. “Me entristece cuando nos comparan con bandas como Nanowar Of Steel porque ellos son 100% una banda de parodia, una banda divertida. Yo no quiero ser eso, quiero ser un grupo divertido pero no una banda de broma. Es un matiz importante. Hay una línea que no sabemos dónde empieza y acaba pero que intentamos no cruzar nunca.
“Es importante hacer canciones únicas y esa es una de nuestras principales preocupaciones”, incide. “A mucha gente no le gusta Alestorm y no podemos estar siempre intentando complacerlos. En años anteriores hicimos muchas concesiones a los fans del heavy metal de la vieja escuela que crecieron con Running Wild y que querían que fuésemos una banda pirata de verdad. Siempre había dos o tres canciones muy clásicas orientadas a ese tipo de público. Cada vez hemos ido haciendo menos eso porque en el fondo no queremos llegar a ese público. No nos apetece tener que lidiar con tipos vestidos de pirata que vienen a increparte porque tu última canción de temática pirata era demasiado poco pirata y cosas absurdas por el estilo.
Queremos gente que disfrute la música tal y como es, como una fiesta, como algo divertido. Hay batallas que no podemos ganar y no podemos hacer discos que sean mitad festiva, mitad pirata. Si intentas contentar a todo el mundo pierdes la esencia de lo que debe ser tu banda. Hemos decidido ser la banda más divertida del mundo. Como decía antes, podemos aspirar a un grupo de folk metal de segunda división o ser el grupo fiestero más grande del universo. ¿Con cuál te quedarías tú?”, dice retóricamente.
La emergencia sanitaria ha demostrado que el ecosistema de conciertos y festivales puede desaparecer en cuestión de semanas. ¿Cree Bowes que la gente se había vuelto algo malcriada y ha dado por seguras ciertas cosas? ¿que esta situación hará que se valore más a las bandas y los conciertos?
“La gente ha estado muy complacida en los últimos años”, explica. “En la última década el negocio de los festivales se ha vuelto gigantesco y la temporada de festivales cada vez duraba más. Cuando yo crecía, en 2004 o 2005, mis amigos y yo íbamos a un festival al año y era Wacken. Era el único festival grande que merecía la pena. Nadie decía ‘vamos a Graspop’ o ‘vamos a Hellfest’. Ahora tienes (o tenías) cientos y cientos de grandes festivales. Tienes tanta oferta que te malacostumbras. Si un festival no te satisface exactamente sueltas la frase ‘ah, no es tan bueno como el del año pasado, me iré a otro’. El problema es que el año que viene el público va a estar muy malacostumbrado porque van a salir de gira todas las bandas de 2020 y las de 2021. La capacidad de elección va a ser brutal y todo el mundo quiere salir a tocar. Todos los artistas quieren trabajar, aunque sea rebajando sus cachés, y eso dará lugar a muy buenos festivales el próximo año. Va a ser alucinante”.
Alestorm tocarán en España en algún momento de los próximos diez años, probablemente con mascarilla y guantes. No os los perdáis.
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