Están a punto de editar su nuevo disco, “Superbia”, el cual se edita el 23 de marzo a través de Century Media. Además, la banda estará de gira junto a Honeymoon Disease con dos conciertos en San Sebastián (10 de Mayo) y Barcelona (11 de Mayo). Hablamos con su vocalista, Douwe, y le preguntamos por donde pilla la mierda para hacer música así.

Los holandeses Death Alley llevan el concepto de rock vintage a otro nivel. A medio camino entre el punk, el metal, el space-rock y Dios Sabe Qué, la banda hace una interesante mezcla entre Bad Brains, Black Sabbath, Hawkwind y Poison Idea. Estuvieron de gira por nuestro país junto a Kadavar y ahora están a punto de editar su nuevo disco, “Superbia”, el cual se edita el 23 de marzo a través de Century Media. Además, la banda estará de gira junto a Honeymoon Disease con dos conciertos en San Sebastián (10 de Mayo) y Barcelona (11 de Mayo). Hablamos con su vocalista, Douwe, y le preguntamos por donde pilla la mierda para hacer música así.

Antes de formar Death Alley, tanto tu como Uno Bruniuisson, vuestro batería, formabais parte de un grupo punk. ¿De qué manera ha influido esa urgencia del punk al sonido de Death Alley?

“Ha influído absolutamente. Espera, me pican. Es una pizza. Dame un segundo. Tengo muchas entrevistas hoy y no puedo pararme a cocinar (risas). ¿Por donde iba? Te diría que el punk es el ADN, la base, de lo que hacemos con Death Alley. Por encima de eso añadimos otros sabores como la psicodelia o lo progresivo, como hacían Hawkwind. De todos modos, creo que el punk siempre va a prevalecer, en cualquier caso, en nuestro sonido.”

¿Qué aspecto del sonido de la banda disfrutas más? ¿La urgencia punk de una canción como “Murder Your Dreams” o la improvisación y progresión de “The Sewage” y sus once minutos de duración?

“Lo que más me gusta es la dicotomía entre ambas cosas. Ir de algo crudo y rápido a algo elaborado y un poco en las nubes. En directo pasa lo mismo. Cuando tocamos un tema como ‘Murder Your Dreams’ en directo, el público tiene una energía muy distinta a la que tiene cuando tocamos una jam más larga como “Supernatural Predator” o algo así. Son todo capítulos del mismo libro, no obstante. Me gusta todo, todos los aspectos de la música que hacemos”.

¿Como componéis? Entiendo que esas jams no se pueden repetir dos veces de modo que ¿como guardáis lo que sucede en los ensayos para luego poder traspasarlo a vuestros discos?

“Hay ciertas partes que componemos y otras que improvisamos. Creo que lo que tocamos en nuestra música, la atmósfera, es un reflejo de nuestra vida y nuestra realidad. Puedes cambiar algunas palabras y hacerlo todo más metafórico, pero lo que hacemos es bastante cercano a nuestra realidad. Tocando en una banda y saliendo de gira podríamos decir que la música se compone sola.”

“Cuando estás haciendo una jam sabes en qué parte te puedes dejar llevar e improvisar y en que parte te debes ceñir a una estructura determinada. Cuando grabas en el estudio y tienes cinco tomas y las cinco son diferentes tienes que sentarte y analizar cual es la mejor”.

¿Juegan las drogas recreativas un papel importante en la música de Death Alley?

“Absolutamente. Pongamos el énfasis en “recreativas”. En este disco hemos ido probando distintas drogas en distintas partes del disco. En ocasiones hemos tomado una droga concreta para una parte concreta del disco, para conseguir una canción o resultado concreto. Hay canciones que son resultado de una noche muy alcohólica, pero otras canciones tienen el ácido asociado a ellas, como “The Sewage”. En el local de ensayo tomamos ácido solo para hacer ese tema”.

¿Como registráis lo que hacéis durante vuestras sesiones bajo los efectos de las drogas?

“Es complicado (Risas). Lo grabamos con una pequeña grabadora y es importante, porque es complicado recordar lo que hemos hecho cuando ya no estamos en ese estado particular. No podemos memorizarlo”.

¿Como se traslada eso al estudio? ¿Como replicáis esos ensayos drogados cuando grabáis en un estudio?

“Cuando tenemos un viaje con ácido, luego hablamos un montón sobre ello y sobre como lo vamos a aplicar en la música. Podemos entrar en una conversación donde digamos cosas como ‘cuando tocaste esos acordes parecía que estabas tocando el océano’, o algo así, por poner un ejemplo tonto. Cuando hablamos de los sentimientos que te ha generado una parte concreta de una canción, puedes replicarlo o intentarlo, al menos. Más que hablar, lo importante es dejar que la música diga las cosas”.

¿Como conseguisteis el interés de Century Media?

“Les mostramos nuestra música, fue el primer paso. Los chicos de Century Media tuvieron un click personal muy grande con nosotros. Vinieron a ver uno de nuestros shows en Alemania y se pasaron la noche bebiendo cerveza y hablando con nosotros. Hubo buena conexión, hubo entusiasmo y nos sentimos cómodos con ellos. Tienen el conocimiento del rock y el metal suficiente como para llevar a nuestra banda a alguna parte”.

¿Qué tipo de público buscáis? Estáis en una especie de tierra de nadie.

“Cuando haces un poco de todo, puede que acabes gustándole a nadie pero lo que siento después de cuatro años de gira es que podemos suscitar interés en gente con gustos musicales muy diversos. Hay metal, hay punk, hay psicodelia y hay space-rock en nuestra música. Cuando tocas delante de un público receptivo siempre le gusta a alguien porque tocas muchos palos distintos. En ocasiones podemos parecer los Bad Brains más primitivos, en ocasiones podemos parecer Hawkwind. Generamos entusiasmo en gente con gustos muy diversos”.

Tenéis una gira en Mayo que pasará por España. ¿Qué tal han sido vuestras experiencias previas en España?

“No hemos estado lo suficiente (risas). La primera vez que tocamos fue en el otoño del año pasado, cuando tocamos con Kadavar en Madrid y Barcelona. A partir de ahí supe que teníamos que volver a tu país. Tenéis una manera distinta de ver la vida diaria, sois más relajados. Eso es muy beneficioso para la música y se nota en la manera en que la gente disfruta de los shows.

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