Del blues adolescente al hard rock de alta energía: la progresión de Oli Brown y Raveneye
Oli Brown comenzó su carrera como guitarrista de blues en plena adolescencia. Discos como “Open Road” o “Heads I Win, Tails You Lose” le situaron en un mundillo tan exigente como cerrado, el de los guitarras solistas de blues. Casi como una especie de Gary Moore a la inversa, Brown decidió dejar el blues para montar un trio de rock repleto de groove.
Oli Brown comenzó su carrera como guitarrista de blues en plena adolescencia. Discos como “Open Road” o “Heads I Win, Tails You Lose” le situaron en un mundillo tan exigente como cerrado, el de los guitarras solistas de blues. Casi como una especie de Gary Moore a la inversa, Brown decidió dejar el blues para montar un trio de rock repleto de groove como son Raveneye, una banda donde comparte espacio con Aaron Spiers (bajo) y Adam Breeze (batería). Su disco más reciente, “Nova”, fue editado en 2016 y tras un intento fallido, la próxima semana llegan a España para una gira de tres fechas que les llevará a Madrid (19 de febrero, Moby Dick), Barcelona (20 de febrero, Razzmatazz 3) y San Sebastián (22 de febrero, La Cripta).
Hablé contigo por última vez cuando editaste “Heads I Win, Tails I Lose”. Por entonces, eras un chaval de 21 años, un bluesman en progreso al estilo Joe Bonamassa. Ahora eres el guitarrista de una banda de rock como son Raveneye. ¿En qué momento decidiste dar el paso de abrirte a formar parte de un grupo y por qué lo hiciste?
“Todo empezó hace cuatro años, cuando la banda se puso en marcha. Me cansé de estar limitado como artista en solitario. Me gustaba tocar, pero no me gustaba que toda la atención estuviese centrada en mí. Me gusta que la atención se comparta entre los miembros de la banda, los tres que somos ahora. Cuando comenzamos a componer y vi que las canciones eran mucho más heavies pensé que quizá eso no podía editarlo bajo mi nombre en solitario, porque era un estilo muy distinto. El público del blues habría quedado bastante confundido.”
“Busqué otro camino y fue como un nuevo comienzo. Quería hacer algo más orgánico y más duro y creo que es la mejor decisión que he tomado nunca. Si quiero tocar blues, puedo tocar licks de blues en esta banda, pero no es estrictamente necesario que lo haga. Tengo la capacidad para hacerlo, vaya. Tengo la sensación de que con Raveneye tengo mucho más control sobre mi carrera que como artista en solitario, paradójicamente”.
Generalmente, el tio que está en una banda se va de la misma para montar una carrera en solitario. No hay tantos casos a la inversa! ¿El sonido es más duro por tu propia evolución y edad?
“Creo que después de diez años con el mismo género musical, todos necesitamos algún tipo de cambio. Es una progresión lógica y natural. Es bueno tocar nuevas canciones, tocar nuevos estilos. Un show de blues es de una manera y un show de rock duro es más enérgico y mucho más cañero. En Raveneye hago lo que quiero sobre el escenario y me siento mucho más liberado”.
Es como si tuvieses nueva vida sobre el escenario. ¿Es una cuestión de autoestima y confianza propia de la edad?
“La música lo pide. Al final del día, no puedes forzar las cosas a que pasen. El sonido de Raveneye te empuja a tener una actitud más fuerte sobre el escenario. Nadie se sienta y plantea como va a ser el show o como se va a mover en cada canción. Las cosas pasan sobre la marcha. Creo que es una manera muy honesta de hacer las cosas.”
La gira española de diciembre de 2016 fue cancelada abruptamente. ¿Que sucedió?
“Fue una pena, pero no tuvimos mucho que hacer. Un amigo nuestro nos estaba haciendo la contratación y nunca supimos exactamente lo que pasó, pero entiendo que fueron algunos problemas entre los promotores y el agente en ese momento que montó la gira. Queríamos hacer la gira y, de hecho, queríamos tocar en España cuanto antes. Cuando vimos que se fue todo a la basura, nos quedamos devastados. No nos gusta cancelar conciertos, te lo aseguro. Pero tampoco sabemos exactamente lo que pasó”.
Cuando empezaste, era tu padre quien llevaba las riendas de tu carrera, Graham, si no recuerdo mal. ¿Sigue teniendo un papel importante en tus asuntos o estar al nivel que están Raveneye implica tener que trabajar con agentes y promotores determinados?
“A medida que tu carrera se pone más sería, todo se vuelve mucho más exigente y hay que estar mucho más involucrado. No es que nos sintamos mucho más presionados pero cosas como las redes sociales las tenemos gestionadas por alguien que se dedica profesionalmente porque sabemos que es nuestra conexión más directa con el público. Todo es muy excitante y creo que estamos en el mejor momento de nuestras vidas”.
“Acabamos de tocar en Londres, en nuestro show como cabezas de cartel y había más de 500 personas. Eso, para mi, es un sueño hecho realidad. Te lo aseguro. No me siento presionado ni nada. Es el mejor momento posible.”
“Estamos yendo meta a meta. Cuando llegas a una, te sientes tan enérgico que no te cuesta nada llegar a la siguiente. Por otra parte, tengo la suerte de estar trabajando con otros dos músicos que tienen la misma manera de pensar que yo sobre la carrera de la banda. Hay mucha complacencia en esta escena y muy poca gente que se lance a hacer las cosas”.
El último disco, “Nova”, salió a la venta hace un año y medio. ¿En qué punto están las nuevas composiciones?
“Tenemos montones de canciones listas. Queremos tener todas las que podamos antes de meternos al estudio. Creo que el próximo disco tiene que ser muy potente. No podemos hacer tres canciones principales y rellenar. Tenemos que hacer un disco muy potente y tener mucho más material para elegir. Hay una serie de cosas que ya hemos demostrado con ‘Nova’ y creo que no es necesario que nos volvamos a repetir. Seguramente cuando vayamos al estudio aún saldrán un par de canciones más pero espero que lleguemos con todo ya prácticamente hecho”.
¿Tocar tanto en directo es uno de los factores que han contribuido a que desarrolles un sonido más heavy y directo?
“Definitivamente me he vuelto más duro por el hecho de tocar tanto en directo.Mi tono y mi estilo son ahora mucho más cercanos en estudio y en directo. No es lo mismo tocar blues que hacer lo que hago ahora, evidentemente. Por otra parte, mis solos siempre están al servicio de la canción y siempre intento que la canción tenga preferencia. Las canciones son intensas, con mucho groove, así que el estilo como guitarrista es una extensión de lo que me piden las canciones. Tu rol como músico es llevarte a la gente de viaje dentro de esa canción, no tocar únicamente lo que a ti te apetece como músico”.
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