Crobot: “Cuando Lemmy comenzó a cancelar conciertos, nos asustamos”
Han venido para quedarse. Parecían una banda más de la nueva ola de retro-rock, pero los americanos Crobot están encontrando poco a poco su sitio en un cada vez más atestado mundo del rock and roll. En gran parte es por la voz de Brandon Yeagley, quien infecta de autenticidad cada verso que canta. Así es como se han ganado los escenarios del mundo.
Han venido para quedarse. Parecían una banda más de la nueva ola de retro-rock, pero los americanos Crobot están encontrando poco a poco su sitio en un cada vez más atestado mundo del rock and roll. En gran parte es por la voz de Brandon Yeagley, quien infecta de autenticidad cada verso que canta. Así es como se han ganado los escenarios del mundo. Ahora, con “Welcome to Fat City” pretenden darle un nuevo impulso a una imparable carrera que les está llevando a convertirse en las nuevas leyendas del nuevo-viejo rock. Sergi Ramos habla con el vocalista para saber cosas, muchas cosas.
¿Qué tal estas Brandon? ¿Por donde andas?
“Pues estoy en casa, en Pennsylvania. Acabamos de volver de una gira con Sevendust hace unos días y ahora estamos descansando durante una semana más o menos. Tras eso volvemos a salir de gira con ellos por Estados Unidos. Ahora mismo estoy disfrutando de un poco de paz y relajación”.
Es curioso que salgáis de gira con bandas como Sevendust, Chevelle o Kill Devil Kill. No es exactamente, por así decirlo, el público principal de Crobot. En otras ocasiones habéis girado con Clutch o Truckfighters, que pegan más. ¿Como vives el reto de tocar para un público compuesto de fans de Sevendust?
“Pienso que estamos ya acostumbrados a eso. En los primeros días de la banda salimos de gira con un montón de bandas de metal, así que estamos acostumbrados a girar con grupos que no suenan como nosotros. Además remarca todavía más el hecho de estar haciendo algo distinto. Sevendust es una gira en la que podemos ganar fans, gente no nos conoce. Lo mismo con Chevelle. Su percepción es distinta y nos miran como si fuésemos unos aliens sobre el escenario pero nos gusta”.
¿Hay un buen factor de conversión? ¿Ves a muchos de esos asistentes a conciertos convertidos más tarde en fans de Crobot? Ya sabes, gente que os lo diga a través de redes sociales y demás: “os vi con Sevendust y luego me compré vuestros discos”.
“Absolutamente, hay mucho de eso. Cuando estuvimos de gira con Volbeat no pensaba que fuésemos a cuadrar demasiado pero muchos de sus fans disfrutaron de nuestra banda y luego han venido a nuestras propias giras. Hay mucho de eso. La primera vez que vinimos a Europa fue con Black Label Society y esa gira nos ayudó a construir un público más grande.”
“Muchos tipos de público distintos pueden encontrar en nosotros cosas que les gusten. Hay funk, hay groove, hay partes para agitar la cabeza…y creo que somos idóneos para muchos tipos de público distinto”.
Te puedo asegurar que yo no entendí el revuelo alrededor de Crobot hasta que os vi tocar en directo. Entonces lo entendí todo. ¿Cuesta ganarse al público cuando hay tantísimas bandas luchando por un hueco?
“Definitivamente. Hay menos reticencia en Europa que en Estados Unidos. En Estados Unidos la gente tiene que conocerte un poco antes de subirse a bordo contigo. Pero vaya, estamos en ese reto y estamos consiguiendo ganarnos a la gente con los shows en directo. Como dices, si no terminamos de gustarte en estudio, con el directo te acabaremos de ganar. Somos una banda de directo”.
Crobot rehace el pasado. No creo que sea un insulto para vosotros, pues tenéis muy claro lo que estáis haciendo. ¿Crees que hay muchas bandas que se están subiendo a ese tren?
“Pienso que nos estamos esforzando muchos y rara vez tenemos unas semanas de descanso entre tours. No nos bajamos del tren durante demasiado tiempo y siempre estamos rodando y moviéndonos. No paramos de crear. Siendo una banda de directo nos gusta ir probando nuevas canciones en directo para ver como funcionan antes de grabarlas. Eso lo hemos hecho con muchos temas de “Welcome to Fat City”, pues el tema título lo llevamos tocando casi un año en directo. Eso nos ayuda a afianzar las composiciones y estar más seguros de nosotros mismos”.
Recientemente estaba hablando con los suecos Sabaton y me comentaban que el público, hoy en día, te obliga a estar ahí, presente, continuamente. No puedes irte dos años y esperar que todo siga igual cuando vuelvas. ¿Tenéis esa misma sensación de urgencia vosotros? ¿Es Crobot todo lo que tenéis hoy en día?
“Es un poco de todo. Cuando vuelvo a casa tengo una novia, un perro y un gato. Toco algunos shows acústicos en la zona para acabar de cuadrar los números cada mes pero Crobot es lo más importante que tengo y me ocupa casi todo el tiempo. El guitarra, Chris Bishop, es tatuador en su tiempo libre y ese es su método creativo alternativo. Es un mago con la tinta. En general, no tenemos demasiado tiempo entre giras y giramos un montón. No tenemos oportunidad de hacer demasiadas cosas aparte de Crobot”.
¿Cuanto tiempo habéis pasado creando ‘Welcome to Fat City?”
“El proceso de composición se inició muy pronto después de la edición del anterior disco. No porque finalicemos un disco dejamos de ser creativos, sino que seguimos componiendo. La grabación duró unas seis semanas. Fuimos a Austin, Texas, y grabamos con Machine, nuestro productor. Fue bueno verle de nuevo. No tuvimos que preocuparnos demasiado de que nos conociese porque ya sabía de lo que íbamos musicalmente.”
“Conducimos 36 horas desde Pennsylvania hasta llegar a Austin y empezaremos a grabar el mismo día. Ni dormimos, para que te hagas una idea”.
¿Pasáis mucho tiempo buscando sonidos o no hay presupuesto para tontear en el estudio?
“Creo que hay una parte de eso, porque nos gusta encontrar un sonido con el que estemos cómodos. En líneas generales, dejamos que Machine se ocupe de esto, porque el es quien conoce bien como funciona el estudio. El es quien hace que estemos cómodos. Te juro que puedo escuchar hasta la saliva salpicando dentro de mi propia boca mientras canto. Es así de cristalino todo. Bishop, por su parte, ha usado mucha pedalera y ha buscado tonos distintos. Ha habido experimentación, sin duda”.
¿Qué papel juega el tamaño de la habitación en la que estáis trabajando en el sonido final que conseguís? ¿Grabáis todos juntos o cada pista se hace por separado?
“Un poco de todo. Depende de Machine. Nosotros somos una banda de directo y no siempre es fácil capturar eso en un disco. Él lo hace muy bien, creo que la agresión transpira bien en los discos. Los solos, por ejemplo, son salvajes. Generalmente Machine sitúa los cabezales de los amplis de Bishop fuera del estudio prácticamente, en lo que el llama casetas de perro. De ese modo puede grabar los instrumentos a la vez que estamos haciendo jams en la habitación grande del estudio. De ese modo consigue mucho del sonido que tenemos en este disco”.
¿Habéis modificado muchos las canciones desde la preproducción a la grabación final?
“Lo cierto es que hemos podido testearlas a conciencia durante la gira que hicimos con Motorhead. La cuestión es que algunas fechas se tuvieron que cancelar y justamente algunas de ellas fueron en Texas, así que pudimos escaparnos al estudio y hacer algunas demos. Tuvimos todo bastante hecho antes de entrar al estudio. Algunas canciones las hicimos justo antes de entrar, pero otras las teníamos ya preparadas hace tiempo.”
¿Que impresión te quedó tras la gira de Motorhead? ¿Os daba respeto enfrentaros a un público tan fiel a su banda como éste?
“Fue bueno, aunque obviamente es un público muy acérrimo. Nos recibieron muy bien, si he de decirte la verdad. Siempre tienes a algún tío chillando improperios desde el público, pero eso también nos ha pasado con Chevelle. No somos para todo el mundo, eso lo tenemos claro.”
“Girar con Motorhead y ver como son algunos de los tíos más humildes del mundo nos cambió la vida.”
¿Hubo algún momento durante la gira donde pensasteis que todo se acababa para Lemmy?
“Creo que todos nos dimos cuenta de que Lemmy iba a morir con las botas puestas. Sabíamos como estaban las cosas cuando nos metimos en la gira, claro. Cuando comenzó a cancelar conciertos nos comenzamos a asustar un poco, porque le veías en el backstage y no parecía que ese hombre pudiese subirse luego al escenario y hacer lo que hacía. Pero sabíamos que moriría con las botas puestas y que haría todo lo posible por acabar la gira. Fue un tío muy honrado. Estar ahí durante esos meses fue lo que hizo la gira incluso más increíble. Poder compartir esos últimos momentos con Lemmy fue un privilegio”.
¿Pudisteis compartir momentos con él o no estaba para mucha socialización en esos momentos?
“Todos tuvimos una experiencia con Lemmy, por separado. Lemmy venía, hablaba con nosotros, con mucha humildad. Podías conversar con él en cualquier momento. Vino a hablar con nosotros individualmente y a darnos la mano y todos salimos corriendo en cuanto pudimos porque estábamos absolutamente sin saber que decir (risas). Era como lo de Wayne’s World: “no somos dignos, no somos dignos…”. Todos eran gente muy maja, tanto Lemmy, como Phil como Mikkey”.
¿Qué planes de gira tenéis con “Welcome to Fat City”?
“Estamos trabajando en finalizar los detalles de algunas fechas con Airbourne. Espero poder ver a todo el mundo en España en diciembre! Creo que empieza a finales de noviembre o principios de diciembre, así que estaremos casi seguro en vuestro país. No es seguro todavía pero estamos en ello!”
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