Hay muchas bandas que enamoran con su disco de estreno. Desconocemos si el número 14 tiene alguna simbología especial, pero lo que si os podemos asegurar es que es el nombre de un grupo andaluz que con “Atlas” lograron muchas líneas en los medios a su favor, y muchos seguidores fieles que se han enganchado a un sonido bastante genuino y especial.

Hay muchas bandas que enamoran con su disco de estreno. Desconocemos si el número 14 tiene alguna simbología especial, pero lo que si os podemos asegurar es que es el nombre de un grupo andaluz que con “Atlas” lograron muchas líneas en los medios a su favor, y muchos seguidores fieles que se han enganchado a un sonido bastante genuino y especial. Con nuevo batería en sus filas, ya están allanando el camino para su próxima entrega, y el ciclo de “Atlas” lo finalizaran en el próximo Goetia Session el próximo 29 de agosto junto a KERMIT y los reunificados NOTHINK. De todo ello y mucho más hablan en esta entrevista de Satur Romero con el vocalista y guitarrista Jaime Ladrón de Guevara y el bajista José Miguel Ocón.

«Atlas» ha conseguido muchísimas buenas críticas, colocándose en varias listas de los mejor del pasado año. Eso os ha ayudado mucho para daros más a conocer. ¿lo esperabais?

Jaime: La verdad es que no lo esperábamos para nada. Vamos, tampoco es que sepamos hasta qué punto nos ha servido para “darnos a conocer”, pero desde luego ha supuesto un buen cimiento sobre el que levantar el edificio. Hemos conocido a muchísima buena gente y sobre todo hemos aprendido mucho más sobre cómo funcionar, cómo hacer que una banda camine según sus propios principios. Pero definitivamente, no. No esperábamos para nada esta respuesta por parte de la gente, y eso es algo que nos da muchísima fuerza para seguir adelante y para mejorar como músicos.

José Miguel: Yo creo que de cara al público ha supuesto una primera carta de presentación bastante buena, un serio paso más en la profesionalización de la banda. Y realmente la acogida es lo que nos permite medir en cierto modo el resultado. Inesperada o no, siempre digo que lo primero que quería era que quedásemos nosotros satisfechos del trabajo y su conjunto; nuestro nivel de exigencia es alto, por tanto, eso daría sus frutos.

Porque antes de este disco, seguro que ha habido una historia detrás, y seguramente no habrá sido un camino de rosas….

JM: Yo siempre he tenido claro que la constancia era una de las claves del “éxito” dentro de lo nuestro, por supuesto de la mano de buenas canciones. A día de hoy poca gente valora esto, pero nosotros tratamos de seguir nuestro camino, a nuestro ritmo y de momento no nos podemos quejar demasiado. Todo lo que hemos pasado en estos años que llevamos tocando juntos, a nivel interno y externo, solo nos hace más fuertes; tratamos de ser positivos, aprender de cada detalle del camino y disfrutar cada momento que nos brinda la música.

J: Para nada. Nos costó mucho tiempo y dedicación hacer las cosas a nuestra manera, empezamos como una banda de cuatro componentes que al final terminó siendo de tres y con muchos cambios de batería a lo largo de ese período. Durante mucho tiempo fuimos una de esas bandas que se pasaban más tiempo encerrados en el local que dando conciertos, y eso la verdad es que era bastante frustrante, sobre todo para nosotros, que queríamos tocar. Pero a día de hoy creo que aquello nos sirvió para mejorar como banda y para ir dando forma a toda esta historia. “Atlas” fue una consecución de algo, pero también el principio de otra cosa, o eso nos gusta pensar. Personalmente, a día de hoy estoy muy agradecido por aquellos primeros años «de formación» como se podría decir.

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SOBER, SOBER y SOBER. Cada vez que aparece una banda española con sonidos y letras melancólicas sale la comparación. Sea justa o no. Y vosotros no habéis sido ajenas a ello. ¿Lo recibís como un halago o todo lo contrario?

J: Bueno, cuando yo tenía 13 años salió el “Paradysso” y sería muy hipócrita por mi parte decir que no fui un gran fan de Sôber en su momento. Creo que mucha gente de mi generación lo fue, y hay que reconocerles su labor de abrir el rock en español a un público casi masivo. A día de hoy no los sigo demasiado, me interesan otras cosas y otros sonidos. Yo no soy muy amigo de las comparaciones, y menos cuando esa comparación está tan manida. Escribo en castellano porque es mi lengua, mis letras son melancólicas porque es sobre lo que me gusta escribir. Pero no lo veo ni como un halago ni como lo contrario, simplemente creo que no tenemos absolutamente nada que ver. También nos han comparado con Tenpel, a los que nos une una fuerte amistad pero con los que tampoco creo que tengamos mucho que ver.

JM: Creo que sería muy cobarde por nuestra parte renegar ahora de Sôber, porque escuchamos bastante sus primeros discos (lo de ahora es una historia completamente distinta); la cuestión es que, aunque mucha gente vea el parecido, nosotros entendemos que nos une poco más que lo que bien se destaca en la pregunta. No somos especialmente amigos de las etiquetas, pero dentro del rock y el metal creo que estamos bastante alejados; es cuestión del nivel de las profundidades a las que se haya adentrado uno, más que de justicia. Lo que sí está claro es que muchas veces una comparación de ese tipo puede dar lugar a grandes equivocaciones o expectativas y convertirse más en una carga que otra cosa. Tenemos la suficiente personalidad para no necesitarlo.

Aunque todavía le estáis dando cancha a «Atlas», no os habéis dormido en los laureles y ya habéis anunciado que a finales de año entraréis a grabar vuestro nuevo álbum. ¿Qué nos podéis adelantar de este nuevo material?

J: Bueno, la entrada de Mariano en el grupo va a notarse. Sentimos que hemos conseguido cerrar un círculo que nos ha costado sangre, sudor y lágrimas y queremos demostrarlo con estas nuevas canciones. Hemos cambiado un poco la manera de escribirlas y por fin hemos compuesto un disco en el local, sin ideas preconcebidas en casa, sin que alguien tenga la batuta. Son canciones mucho más viscerales. Creo que son un paso más allá, sin perder de vista de dónde venimos. Estamos muy ilusionados con lo que está saliendo, y si nos hemos dado prisa por grabar el disco nuevo (empezamos a componer en enero-febrero) es porque nos gustaría conservar ese espíritu antes de darle mil vueltas a las canciones. En eso también va a diferir de “Atlas”, que es un disco que compusimos en dos años, más o menos.

JM: Son canciones que irremediablemente seguirán sonando a Catorce, pero creo que hay una rabia y un espíritu distinto en ellas. Estamos bastante ilusionados y vamos a tratar de darle un enfoque más directo aún al asunto. Trataremos por todos los medios ser capaces de plasmarlo en el estudio como tenemos ya en nuestras cabezas, de nuevo en La Mina.

Repetís Goetia Session en Málaga. En esta ocasión junto a KERMIT y NOTHINK. ¿Habrá alguna sorpresa para el público malacitano?

JM: Lo cierto es que muy probablemente sea el último concierto dedicado a “Atlas”, entonces queremos que sea especial (además de por los acompañantes y el emplazamiento de lujo) y sí que tenemos preparadas varias sorpresas… va a ser un concierto distinto al de nuestra anterior visita, no sólo por el nuevo batería.

J: Puede que por fin llevemos ponche y pasteles.

Vuestra música gusta a públicos muy distintos. Imagino que lo último que se os pasa por la cabeza cuando estáis componiendo, es si van a ser hipsters, rockeros o metaleros los que van a asistir a vuestros conciertos….

J: Sonará a topicazo, pero en lo último que pensamos es en si van a gustarle a alguien fuera de las cuatro paredes de nuestro local. No sé cuál es la variedad de nuestro público, pero creo que cuando haces algo de corazón, eso se nota y es bien recibido. Y bueno, nosotros somos personas que escuchamos bastante música y que no nos cerramos a nada que esté bien hecho, y nos gusta pensar que hay personas por ahí iguales que nosotros que más que buscar un estilo, buscan algo que les emocione. La emoción es algo que no debería entender de estilos.

JM: A pesar de no ser algo buscado, me gusta que nuestra música sea difícil de encasillar; aunque en nuestros inicios pensábamos que podría ser más un “contra” que un “pro”, parece estar resultando todo lo contrario. Llegar a cualquier persona a través de lo que compones es maravilloso, ver cómo interpreta las canciones y las letras, cómo ve unas u otras especiales, cómo las lleva consigo en su vida… A mí me supera a veces, no somos conscientes del todo de lo que conseguimos, de lo que suponemos para otros. Por eso trato de disfrutar de cada pequeño detalle.

¿Vuestras influencias musicales de dónde provienen?

JM: Por mi parte, siempre he sido muy de rock progresivo y aunque escucho bastante música, al final la cabra siempre acaba tirando al monte. También me gusta mucho el rock alternativo y el stoner, pero siempre busco nuevos grupos y estilos que me aporten cosas. Para mí la música son sentimientos, hay una para cada momento y me encanta descubrir cosas nuevas que muevan algo dentro de mí o me aporten algo distinto.

J: Bueno, aquí cada uno es muy de su padre y de su madre. Creo que los tres nos encontramos en que nos gusta el rock y que crecimos en la misma época escuchando los mismos grupos. Los tres somos fans devotos de bandas como Deftones o Refused, por citar algunos. Pero creo que lo que escuchamos hoy día es una base importante para nuestro sonido. En nuestra furgoneta puede sonar desde Meshuggah o Gojira hasta Enrique Morente o Tote King. Si te encanta el pop, el emo, el flamenco o la electrónica, es inevitable que eso se note. Y creo que ese nuestro caso, aunque no se aprecie a primera escucha.

Vuestras letras las consideráis… ¿tristes, negativas, pesimistas o reales? O cualquier adjetivo que se os ocurra. Siempre se ha dicho que desde el dolor se escribe mejores letras que desde la alegría.

J: Las considero simplemente el reflejo de una perspectiva. En este nuevo disco estamos intentando dejar un poco el pesimismo de lado, y vamos a contar historias. Ha sido un año un poco extraño en lo personal para los tres, y creo que eso va a notarse. También tanto JM como Mariano se han preocupado por echarme una mano, porque por defecto de fábrica termino tirando a ciertas cosas que no quería repetir. Es muy de agradecer tener a dos compañeros que se preocupen por ayudarme a mejorar como letrista.

JM: Creo que real es un buen adjetivo para definirlas. Todo por lo que pasamos en la vida, todo lo que vemos, nos afecta y se plasma de una u otra manera en lo que escribimos. Aunque efectivamente ese lado triste parece más evidente, siempre hay cierta luz al fondo de nuestros mensajes y cada uno las interpreta a su manera según sus vivencias.

Dada la reacción del público en vuestros conciertos, ¿qué canciones creéis que pasaran a ser himnos de por vida de «Atlas»?

JM: Yo diría que “Naves en llamas” probablemente sea la que más se acerca a eso, junto con “El tiempo del fuego”. Seguro combinarán bien con los nuevos temas que tenemos entre manos.

J: No sabría decirte, lo que sí sé es qué canciones vamos a conservar. Hay algunas que no concibo eliminar del setlist, y otras que a día de hoy ya hemos dejado de tocar. Obviamente temas como “Iconoclasta” o “Naves en Llamas” son bastante efectivos en directo por lo que hemos podido comprobar. Pero más que por reacciones del público, nos movemos por lo cómodos que nos sintamos tocando una u otra canción.

Por cierto, lo publicasteis en vinilo, así que está de más preguntaros si apoyáis este soporte que está volviendo a tener su auge…

J: Sinceramente, ninguno somos gente de vinilo. Si lo hicimos fue porque empezamos a recibir una cierta demanda, y quisimos intentar probar la experiencia. Y la verdad, ver tu trabajo plasmado en algo tan grandilocuente como un vinilo es una experiencia bastante bonita. Lo ves de otra manera, lo aprecias de otra manera.

JM: Al final es otro modo de seguir creciendo y avanzar, sólo el tiempo dirá si fue un acierto o un error, pero siempre sentimos la necesidad de expandirnos en todos los campos posibles.

Otro soporte en el que tenéis presencia es Spotify. Los «grandes» grupos afirman que los beneficios económicos que sacan son irrisorios. Vosotros que sois un grupo más modesto y tenéis «Atlas» en dicha plataforma, ¿os habéis podido comprar un paquete de cigarrillos al menos con los beneficios?

JM: Lo cierto es que en el año y poco que lleva publicado en plataformas digitales (sin contar bandcamp) y siguiendo con el ejemplo, la recaudación ha dado para un cartón de tabaco barato ¡jajaja! Pero bueno, realmente en estos niveles creo que el fin es más la difusión que la recaudación.

J: Esto no da ni para pagar el local y menos para vicios, jajaja.

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Además de la grabación en el horizonte de vuestra nueva entrega, imagino que tendréis más planes en un futuro no muy lejano. Para cerrar esta entrevistas nos gustaría que nos los contarais. De parte de todo el equipo de The Metal Circus os deseamos lo mejor en el futuro. Muchos saludos!!

JM: No parar, siempre seguir avanzando, trabajando y sobre todo disfrutando por el camino… Tenemos por un lado los últimos conciertos de “Atlas”, la preparación del nuevo disco para grabar a final de año e incluso por otro lado, Jaime y yo estamos a punto de editar el primer disco con De la cuna a la tumba, proyecto que también nos ilusiona mucho con Kantz (Tenpel) y Luisma Terán (también compañero en Astronomist y ex de Catorce). Ya os iremos informando de todo, muchísimas gracias por vuestro apoyo. ¡Saludos!

J: El plan es el mismo que teníamos hace casi diez años cuando montamos la banda: tocar, tocar y tocar. Seguir conociendo a buena gente, recopilar buenos recuerdos. Funcionar como queremos y probarnos, ver hasta dónde somos capaces de llegar. Al final, lo que importa es que cuando mires atrás y veas todo lo que has hecho, se te dibuje una sonrisa en la cara… ¡Muchísimas gracias a vosotros!