Cuando Shannon Hoon murió en 1995, BLIND MELON pasaban a mejor vida casi simultáneamente. No se podía sustituir lo insustituible y Shannon era una de esas personas con personalidad, un cantante especial, de los que cantaban en lugar de entonar letras. Pero como sucedió con sus contemporáneos ALICE IN CHAINS, el paso de los años y la nostálgia hizo que encontraran una solución medianamente respetuosa para los fans y el legado. Travis Warren se convirtió en vocalista del reformado grupo y se lanzaron a la carretera de nuevo. Aunque su disco más nuevo, “For My Friends”, tiene ya cuatro años, la banda no ve motivo para dejar de salir a la carretera y tocar sus mejores temas. Hoy comienzan en Barcelona su gira española, que pasará por la sala Apolo esta noche, por Santiago de Compostela el viernes 9 (Sala Capitol), Bilbao el sábado 10 (Sala BBK) y terminará en Madrid el domingo 11 (Joy Eslava). Sergi Ramos charla con un encantador Glen Graham antes de los shows.

 

¿Por qué decidisteis reuniros nuevamente? ¿Había cierta sensación de haber dejado algo importante a medias?

“Bueno, cuando nos reunimos fue totalmente por casualidad. Travis habló con Christopher y Brad en un estudio de Los Ángeles y quería saber si estaban interesados en trabajar con él, en producir su disco. Hablaron durante un tiempo hasta que se dieron cuenta de que quizá sería un buen sustituto para Shannon en lo que a tareas vocales se refiere. Rogers y yo fuimos a Los Ángeles, tocamos con él durante un día y vimos que era la persona adecuada para algo así. Pero para ser sincero, no había ningún plan para juntarnos de nuevo. Todo vino a partir de conocer a Travis”.

Cuando una banda se reúne la gente capta rápidamente si el motivo ulterior ha sido el dinero o una necesidad artística, la necesidad de salir ahí y seguir creando. El caso de BLIND MELON, por lo que veo, ha sido el segundo. ¿Cómo describirías el momento en que os metisteis en un local de ensayo a tocar esas canciones de nuevo?

“Estuvimos trabajando en cinco o seis canciones que no recuerdo exactamente. Pero recuerdo que tocamos “2×4” y cuando llegamos al estribillo supe que Travis era la persona adecuada. No tengo un recuerdo preciso de aquel momento, porque todo fue muy rápido. Roger y yo entramos en esa situación con grandes dudas, así que el momento álgido fue cuando nos dimos cuenta de que era lo adecuado. Fue bonito volver a tocar las canciones de nuevo. Travis es la persona perfecta para hacer esto y dudo que hubiéramos hecho más shows o más discos si no le hubiéramos conocido. Vale que discos no es que hagamos muchos, pero Travis está bien equipado para poder hacerlos”.

Hubo un momento de crisis, cuando Travis Warren dejó la banda poco después de la edición de “For My Friends” y os quedasteis colgados una temporada. Tu te pusiste a trabajar con otras bandas y el proyecto de BLIND MELON se desmoronó temporalmente. ¿Qué sucedió?

“Fue una combinación de varias cosas. Travis nunca había girado a esta escala y se encontró en una situación en la que estaba sustituyendo a su ídolo, porque el es mucho más joven que nosotros. Luego hay temas de vida privada, pero la cuestión es que debía tomarse un tiempo alejado de esto para lidiar con todo. Lo que he leído dice que volvimos, nos separamos y ahora hemos vuelto de nuevo. La realidad es que nos juntamos, grabamos el disco y giramos, nos tomamos un descanso y volvimos a la carretera el año pasado, girando esporádicamente. Sería más un descanso que una ruptura, realmente. La banda no estaba disolviéndose ni implosionando. Estuvimos de gira en un bus durante un año entero y luego estábamos todos cansados unos de otros. Todos somos 20 años más viejos ahora. Menos yo, todos los demás miembros tienen hijos, están casados y tienen responsabilidades. En ocasiones te sientas y te planteas si las cosas van como deben y en ese caso lo mejor es dar un paso atrás y replantear”.

Vienes de una era en la que no se escatimaban gastos entre las discográficas. ¿Cuál fue el mayor cambio que apreciaste cuando os reunisteis y editasteis “For My Friends”?

“Para nosotros, el negocio de la música no es como para otros. Nosotros somos propietarios de los másters, del catálogo de discos y de nuestro publishing. Nos va bien. Llevamos así desde 1997 aproximadamente”.

“En cuanto a las discográficas…hicimos un disco nuevo que nadie esperaba que vendiera nada. Lo hicimos por tener algo nuevo, un manojo de nuevas canciones. No tocamos muchas canciones de ese disco últimamente, no obstante. No es una cuestión de vender discos lo de la actualidad. La cuestión es que te vengan a ver en directo. Salvo que seas Pink o Justin Bieber, eso es lo que hay. Somos una banda marginal, una reliquia de otra época. Somos conscientes de ello. No estamos en esto por el dinero porque, créeme, no hay mucho dinero en esto, la verdad. Si quisiéramos estar por el dinero en esto, nos pasaríamos diez meses al año girando, y nadie quiere hacer eso”.

Es divertido que digas que sois una reliquia de un tiempo pasado cuando hace veinte años fuisteis parte de “la nueva ola” que se cargó a la generación previa. ¿Miras aquellos años con nostalgia o te alegra que aquella época se acabara y con ella los esfuerzos de ser nuevos en esto?

“B sería la respuesta correcta (risas). Lo cierto es que la primera vez eramos niños. Teníamos sueños, pensábamos que sabíamos lo que estábamos haciendo y en ocasiones teníamos razón, pero tuvimos suerte de tener los managers que teníamos. Ellos también eran managers de GUNS N’ ROSES y eso nos permitió telonearlos a menudo, lo que ayudó mucho. Muchísimo. Luego, teníamos a un agente muy bueno y pudimos telonear a muchísimas bandas importantes. Nunca fuimos una banda que tocara arenas o grandes recintos, ni siquiera sitios de 5.000 personas. Creo que el sitio más grande en el que hemos tocado como cabezas de cartel fue uno para 3500 personas. La gente tiene una idea de que fuimos una gran banda, por la MTV, por lo que hay en Youtube sobre nuestros viejos shows ante montones de gente. Pero todo parece bonito cuando estás en el escenario de otra banda.”

“La cuestión es que éramos una banda modesta que vendió muchos discos a causa de tener un video en rotación excesiva en la MTV. A todos nos hace felices lo que pasó. Todos desearíamos que Shannon siguiera aquí. Más allá de eso, no nos arrepentimos de nada”.

¿Crees que todos los problemas de alcohol y sustancias en el seno de la banda habrían abocado a una separación eventual aunque no hubiera muerto Shannon?

“Hm… si Shannon lo hubiera dejado, probablemente seguiríamos juntos y seríamos una banda más grande. No veo motivo por el cual habríamos parado. Cuando murió comenzamos a buscar un vocalista, aunque solo fuera por superar el shock. Pero no encontramos a nadie. No tengo sentimientos negativos sobre el pasado. Desearía que hubiéramos podido seguir adelante. Creo que tan solo estábamos comenzando a alcanzar nuestro potencial como banda. Nuestro segundo disco fue mucho mejor que el primero y estábamos haciéndolo bien. Tan solo llevábamos seis meses juntos cuando firmamos el contrato. Pero si, te lo aseguro, seguiríamos juntos si Shannon estuviera vivo”.

Teloneasteis muchos conciertos de ensueño, como Woodstock 94, la gira “Voodoo Lounge” de los ROLLING STONES, etc… ¿Qué concierto en particular es el que te hace decir ‘mierda, aún no me lo creo’?

“Me sigue costando creer que teloneamos a los ROLLING STONES. Cuando estás haciéndolo, cuando estás de gira, tienes contacto con la banda principal, pero no es algo informal, como cuando teloneas a PAGE & PLANT y ellos te observan desde el lado del escenario. En el caso de los STONES ellos están lejos, muy lejos del escenario, en algún gran complejo de carpas que sirve como camerino y donde no llega ni el ruido del escenario. Cuando llegas a su escenario, con 50 billones de luces y te encienden cuatro luces para ti te paras y observas al público. Los ves mirar sus relojes esperando que sea tu última canción. Ser el telonero de los ROLLING STONES sería la experiencia ideal, pero es como telonear a los BEATLES. Nadie está ni remotamente interesado en quien eres o en lo que tengas que decir. En aquel momento solo teníamos un éxito y casi nadie lo reconoció. Recuerdo claramente mirar hacia el público y ver a la gente llegando lentamente a un estadio lleno al 25% en aquel momento. Poco a poco iba cayendo la noche y…(risas). Pero en el fondo mola. Te paras a pensar y dices ‘en una hora, los ROLLING STONES van a estar en este escenario’. Crecí escuchando a los STONES, para que te hagas una idea (risas)”.

Al menos no me cuentas la misma tontería que todos los artistas. Me hablas de la sensación agridulce que hay en estos casos, no de que fue todo ideal y maravilloso.

“La gente no se gasta 300 dólares en ver a un telonero. Y está bien. Poder hacerlo es genial. Tocar con Neil Young fue genial, por ejemplo. La gente llegó pronto, nos escuchó, nos hizo caso. Quizá teníamos más que ver con ese público que con el de otros artistas que teloneamos. Fue algo más relajado, también. Ves a caras familiares en el lateral del escenario, lo que te hace sentir bien y tranquilo. Pero si, lo de los ROLLING STONES fue una experiencia agridulce”.

¿Qué tipo de trato os dieron? Generalmente las bandas grandes suelen ser buenas pagadoras y dan buenas condiciones, por aquello de que ya no les asustan sus teloneros.

“Bien, pasamos algo de tiempo con ellos. Era la gira ‘Voodoo Lounge’, por tanto había un gran voodoo lounge. Había carpas para todo. Brad es muy aficionado al billar y Ron Wood viaja con su propio billar, así que echaron algunas partidas juntos. Recuerdo estar en una mesa tomando algo una noche con Rogers o Chris y Mick Jagger se sentó con nosotros y nos pusimos a hablar. Sin más. De manera casual. Es complicado asumir que eso está sucediendo (Risas). Vi un documental de los STONES anoche y la banda me sigue gustando tanto como siempre, aunque ya tenga 44 años. Cuando hablas con alguien como Jagger es algo que va más allá de lo  comprensible. Tocar antes que ellos es otro mundo. Todo muy extraño.”

“Nos hicimos una foto con ellos. Recuerdo también estar con Charlie Watts hablando sobre mi kit de batería en mi prueba de sonido. Ellos no prueban sonido, simplemente salen y tocan. Recuerdo hablar con Charlie Watts tras su kit, mientras mirábamos mi kit. Le maravillaba que mi batería estuviera tan baja, que todo estuviera colocado tan bajo. Son majos, muy majos. Llevan haciendo esto toda la vida y aprendieron a ser majos hace mucho tiempo”.

“A la vez, son gente que tiene los pies muy en el suelo. Cuando les teloneas no debes ir por ninguna parte que no sea el cuadrado en el que estás tocando. Nada de moverte por las pasarelas ni nada por el estilo y nada de tocar ninguna parte del escenario. Los técnicos de batería me vieron por ahí con una cámara y me preguntaron ‘has podido grabar lo que querías?’. Les dije ‘no’. Mi batería estaba a mucha distancia de la de Charlie Watts y entonces me dijeron que subiera al escenario y que simplemente intentara que no se me viera. En aquel entonces estaba comenzando a hacer algo de fotografía y tengo grandes fotos de Charlie Watts desde detrás de la batería, con el setlist escrito en su pared de plexiglás. Fue una gran experiencia pero déjame que te explique esto. Ponlo en la entrevista, es brutal. No se lo que pagan ahora pero habitualmente, cuando teloneas a alguien de buen nombre, te pagan. No te pagan mucho dinero, pero te pagan algo, no se, 7.000 dólares o algo así. Cuando teloneamos a los STONES nos pagaron 500 dólares. En 1994. 500 dólares por show. Tocas por el placer de telonearles. Si pudieran cobrarte, lo harían. Saben que es un privilegio (risas). La mayoría de gente cree que esto fue lo mayor que hicimos. Te dicen ‘eh tío, teloneaste a los ROLLING, debiste ganar una pasta’ y les digo ‘nope’.”

¿Hay planes para volver a meteros en el estudio?

“Hicimos una versión de ‘Oh La La’ de los FACES que grabamos no hace mucho. Pero en lo que a hacer un disco completo se refiere…lo dudo de momento. Vamos a ir haciendo algunos shows por aquí y por allá y cada uno irá haciendo discos por su lado de momento. No lo veo, de momento. No va a haber un nuevo disco de BLIND MELON en breve.”

 

Texto: Sergi Ramos