Black Temple: los protegidos de Anders Friden

Black Temple son una banda de post-rock que sale del sello Razzia Notes, propiedad de ni más ni menos que Anders Friden de In Flames. Obviamente, teniendo en cuenta los gustos de Friden, son una banda ecléctica, que une el post rock y el metal en un nuevo disco titulado "It All Ends" recién editado en estos días.

Black Temple son una banda de post-rock que sale del sello Razzia Notes, propiedad de ni más ni menos que Anders Friden de In Flames. Obviamente, teniendo en cuenta los gustos de Friden, son una banda ecléctica, que une el post rock y el metal en un nuevo disco titulado «It All Ends» recién editado en estos días.
Hablamos con Jesper, el batería de la banda, para saber más sobre esta banda sueca y sobre lo que les llevó a captar la atención del vocalista de In Flames.

¿Como empezaron Black Temple? ¿Como os pusisteis en contacto con el sello de Anders Friden de In Flames?

«Todo comenzó con la grabación de nuestro primer disco en 2012. Tocamos mucho en Europa y Suecia con aquel disco y luego comenzamos a probar un sonido más post-rock y metalero. Con ese sonido grabamos «Oncoming Fire». Un día Anders nos envió un mail y nos dijo que le gustaba mucho esa canción. Le salió nuestro video en YouTube, nos vio, y decidió ponerse en contacto.»

«Estábamos buscando compañía y ante la opción de ir con Razzia Notes, su compañía, no nos lo pensamos dos veces».

¿Fue él quien os buscó? ¿No os desconcertó un poco recibir un mensaje suyo inicialmente?

«Fue por e-mail. Al principio teníamos nuestras sospechas (risas). No sabíamos quien era inicialmente porque nunca estuvimos muy metidos en In Flames. Ahora ‘Colony’ y ‘Clayman’ son discos de cabecera para nosotros, pero por entonces no sabíamos nada de ellos pese a ser suecos. Cuando supimos quien era quedamos impresionados».

¿Sois la primera banda de su sello?

«Tiene un par de ediciones además de nuestro disco. Es nuestro primer disco en su sello pero el ya ha editado un par de cosas previamente».

Las influencias post-rock y metaleras son obvias. Me sorprendió que produjese Magnus de Cult of Luna, uno de los principales exponentes de ese sonido hoy en dia en Europa. ¿Teníais su nombre en mente a la hora de preparar el disco?

«Yo trabajo como ingeniero de sonido, así que conozco a la gente en mi área de trabajo. Contacté con Magnus cuando estábamos grabando nuestro primer disco, pero por entonces no pudo trabajar con nosotros porque estaba ocupado. En esta ocasión si que ha podido y le gustó mucho nuestra demo».

¿Fue muy exigente a la hora de construir el sonido de la banda en «It All Ends»?

«Magnus tiene su propio sonido y eso nos encanta. Es lo más importante. El hace lo suyo. Hablamos con él sobre como sonaría y sobre nuestras ideas y nos respetamos mucho. Tenía una buena concepción de como debía sonar todo. El sonido de la batería y el bajo en primer plano es algo que tuvo claro desde el principio. El hizo realidad nuestras ideas, básicamente».

La música de la banda es, por naturaleza, violenta. ¿De qué modo os situáis en ese espacio mental?

(Risas) «Es raro, porque somos tipos muy majos y caballerosos en nuestro día a día. Pero cuando tocamos juntos, sin necesidad de hacer nada, canalizamos mucha rabia y odio. Es algo que salta en la música desde el principio. Imagino que es nuestro vehículo. Somos muy serios sobre lo que hacemos.»

¿Qué bandas seguís?

«Escuchamos muchas cosas distintas. Markus es un tio muy rocanrolero. Escucha a Hellacopters, MC5 y cosas así. Jonas escucha todo tipo de música. Yo escucho de todo también. Me gustan bandas oscuras de sonido muy gordo. No black metal, pero Cult of Luna es un buen ejemplo. Es una banda a la que escuchamos mucho. Intentamos poner a todas nuestras influencias en Black Temple.»

¿Qué planes de futuro tenéis? Vais a girar con In Flames y recientemente habéis girado con The Sword. ¿Os preocupa la reacción de los fans de In Flames ante vuestra propuesta más ecléctica?

«Creo que una parte del público apreciará lo que hacemos y otra parte quedará sorprendida. In Flames tienen un público muy amplio y ellos mismos han ido mutando su sonido a lo largo de los años y han mantenido a sus fans, lo cual quiere decir que es gente abierta de mente. No tengo ni idea de como va a salir la gira de In Flames pero espero que funcione bien. Estamos cómodos si 10 personas de cada 400 disfrutan de nosotros y compran nuestro disco. Es más que suficiente».