Beast in Black es una de las sorpresas de la temporada. Tras la salida de Anton Kabainen de Battle Beast, el compositor no tenía pensado quedarse quieto. No tardó en dar forma a una nueva banda que mantuviese la esencia musical, en toda su diversidad, de su particular visión del heavy metal. Ahora, con “Berserker” sobre la mesa y una recién anunciada gira europea junto a Rhapsody el próximo año 2018, Beast In Black activan sus motores y van a por todas. 

Beast in Black es una de las sorpresas de la temporada. Tras la salida de Anton Kabainen de Battle Beast, el compositor no tenía pensado quedarse quieto. No tardó en dar forma a una nueva banda que mantuviese la esencia musical, en toda su diversidad, de su particular visión del heavy metal. Ahora, con “Berserker” sobre la mesa y una recién anunciada gira europea junto a Rhapsody el próximo año 2018, Beast In Black activan sus motores y van a por todas. 

Sergi Ramos habla con Kabanen sobre como dio lugar a su nueva banda y cuales son sus influencias. 

¿Por qué saliste de Battle Beast? Si escucho el disco de Beast in Black y el disco de Battle Beast puedo anticipar ciertas “diferencias musicales”, como se suele decir en estos casos. 

“Si comenzamos por el principio…yo ideé el nombre de Battle Beast alrededor de 2005 o 2006. Antes de eso, yo ya había estado componiendo música y formando el sonido de la banda que terminaría siendo Battle Beast. Quería una banda de heavy metal real, esa era mi visión desde el principio.”

“Eso funcionó durante unos años, hasta que llegó el tercer disco de Battle Beast. Ahí comenzaron los problemas, en 2014. Años antes habíamos tenido algunas tensiones respecto a la manera de ejecutar algunas canciones o sobre el aspecto visual de la banda y los ensayos para las giras”.

“Yo quería que Battle Beast fuese una gran banda de heavy metal, como Judas Priest y eso no era lo que tenían en mente otros miembros de la banda. Al final yo he seguido componiendo música y haciendo las cosas a mi manera.”

“En 2014 comenzamos a pensar quién se debía quedar el nombre y el logo de la banda en caso de separación. Yo pensé que era mi idea, mi visión desde que era un adolescente. Yo escribí las canciones y los arreglos, incluso los conceptos de las portadas. Todo eso salió de mi mente y de la creatividad de un buen amigo mío, Roman. El es la otra persona que ha estado involucrada en todo esto.”

“Cuando pensé en ir a registrar el nombre de la banda ya era demasiado tarde. Y cuando ellos quisieron hacerlo tampoco podían, porque yo no les habría dejado hacerlo. Estábamos atrapados en esa paradoja. Eso fue lo que provocó los mayores problemas, aunque es una situación muy clásica en las bandas, la de quien se queda el nombre del grupo o como se reparten las cosas”.

Ha pasado desde el principio de los tiempos. Mira a Guns N’ Roses o Pink Floyd.

“Eso es. Y es la pelea más absurda”.

¿A qué acuerdo llegasteis finalmente? ¿Cerrasteis un trato para que tu te quedases como artista de Nuclear Blast con tu nueva banda y ellos siguiesen usando el nombre y el logo?

“No, no hubo nada de eso. No hubo un acuerdo amistoso de ningún tipo. Fue sucio, muy sucio todo. Hubo presiones. No quería perder el nombre y quería luchar hasta el final. No quiero entrar en detalles porque no creo que ayuden a nada, solo causan más problemas. El resumen sería que yo no estaba de acuerdo en perder el nombre. La pregunta era qué hacer después de Battle Beast. Después de la última gira que hicimos, junto a Sabaton, supe que tenía que hacer algo nuevo. A mediados de 2014 comencé a pensar en mi siguiente paso. Tenía claro que quería hacer heavy metal y mezclarlo con elementos más sinfónicos, más propios de bandas sonoras y con influencias de otros géneros como el synth-pop. También sabía que quería mantener el personaje de ‘beast’ en todo esto. Por eso decidí un nombre que tuviese conexión con mi pasado, como Beast in Black. También empleé influencias del manga japonés, donde puedes encontrar a Guts, The Black Swordsman en Berserk. Tiene su ‘espíritu animal’ interior que se llama ‘The Beast of Darkness’. Comencé a atar cabos y unir puntos y le encontré sentido a seguir con ese nombre”.

La situación de ruptura y nuevo comienzo ¿afectó a tu capacidad compositiva durante una temporada? ¿Te fue difícil encontrar la concentración para hacer “Berserker”?

“Muchas de las canciones de ‘Berserker’ provienen de distintos momentos de mi carrera. La más antigua es una idea del año 2009. También compuse nuevas canciones, un total de catorce, pero no las usé todas en este primer disco.”

“Generalmente, cuando estoy en casa y no se que hacer, me pongo a componer. Me voy al ordenador y comienzo a trabajar en ideas. No fue un reto hacer las canciones de este disco. De hecho, creo que tenía mucha más inspiración de lo habitual en cuestiones como las letras. No me gustó lo que me pasó con Battle Beast y eso me dio alas para escribir las letras de varias canciones”.

¿Fue sorprendente el interés de Nuclear Blast o tenías claro que habiendo sido el principal compositor de Battle Beast evidentemente estarían interesados?

“Nunca me lo tomé como algo garantizado. De hecho, es algo que me estresaba bastante. Yo me paso mucho tiempo con mis canciones. El disco tardó dos años en estar listo. En ese tiempo cambias de opinión muchas veces sobre las canciones y llega un momento en que no estás seguro de si son buenas o si son malas, porque no se las enseñas a otras personas. No podía anticipar la opinión del sello y está claro que yo no las escucho de la misma manera que ellos, porque para mi esas canciones no son sorprendentes, ya llevo mucho tiempo con ellas. Me dijeron que les gustaban mucho. Cuando trabajas cada día en tu música, tu capacidad de juicio se vuelve un poco borrosa y no las ves como otras personas. Tienes que intentar recordar siempre lo que sentiste cuando la compusiste la primera vez, pero no siempre es fácil”.

“Nuclear Blast fue el primer sello al que le ofrecimos el disco y estuvieron interesados en cerrar un trato con nosotros.”

Hay muchos estilos dentro de “Berserker”, no solo el heavy metal más típico. ¿Hay algún estilo o mezcla que descartes por completo cuando compones? El último disco de Battle Beast ha sido muy criticado por ser muy pop.

“Creo que lo importante es encontrar el equilibrio. Heavy Metal es uno de los géneros más ricos para la experimentación, pero ha de ser algo cuidadoso. Si hiciese cinco canciones como ‘Crazy, Mad, Insane’ y las pusiese en el mismo disco, no estaría siendo equilibrado. Pero mezclar eso con otros estilos y mantener el foco sobre un sonido heavy metal es lo ideal. Cuando escuchas las canciones te lleva un tiempo comprender cuales serán las que mantendrán la variedad sin perder el toque metal. Lo bueno es experimentar y poder mantenerte firme con tus canciones pasado el tiempo.”

“Siempre he sido un fan del synth-pop de los años 80 y el euro-dance de los 90. Las bandas sonoras también me apasionan. La música acústica o Blackmore’s Night es algo que me encanta, tienen atmósferas geniales. Me gusta tener un poco de todo eso en Beast in Black y creo que esa es una de las cosas que más beneficia el sonido del grupo, que no hacemos el heavy metal más simple y básico. Hay diferencias entre nuestras canciones, aunque sean temas de heavy metal.”