Devin Townsend Project: Z²

De los adjetivos utilizados para definir a Devin Townsend, probablemente el que con más frecuencia oigamos sea «genio», tan sólo por detrás de «loco». Que el carismático compositor canadiense tiene momentos de genialidad es algo innegable: es simplemente impresionante ver cómo ha desarrollado un sonido tan personal y distinguible, mientras que, además, a lo largo de los años ha mantenido y desarrollado una gran inquietud por expandir sus horizontes y llevar su sello a estilos varios.

No obstante, el bueno de Devin parece tener un gran fallo que a muchos nos cuesta pasar por alto, y es que no tiene ningún tipo de filtro. Su ritmo de composición y publicación es tan salvaje que a menudo es imposible no tener la sensación de que muchas de sus obras están verdes, que debería haber sido más selectivo con el material que estas contienen.

«Z²» es un álbum doble cuyas dos partes carecen de un nexo fuerte (podéis encontrar los detalles sobre esto y mucho más en la entrevista que realizamos hace unos meses), aunados como un solo trabajo de un modo bastante cogido por los pelos. El álbum probablemente hubiese sido más sólido si tan sólo consistiese de «Dark Matters», segundo CD y precuela del ya legendario «Ziltoid the Omniscient» de 2007: una segunda parte que, si bien no pasará a la historia como una de sus mejores creaciones, aguanta el tipo con un buen puñado de canciones dignas de mención, una disparatada trama bien hilada a través de letras y secciones ahora narradas ahora dialogadas y el uso de unos colores oscuros/dramáticos/agresivos que siempre han sido uno de sus puntos fuertes, todo mezclado con una buena dosis de su característico humor.

Está claro que «Dark Matters» puede hacerse pesado no sólo por su condición narrativa, sino también por contener relleno y algunos temas insustanciales, pero al menos estos elementos forman parte de un todo cuyo propósito entendemos: brindarnos de un modo musical el origen de ese icónico personaje que forma parte de la imaginería esencial del artista. Sin embargo, «Sky Blue» presenta un conjunto de canciones por lo general olvidables con poca o ninguna inquietud más allá de repetir la fórmula utilizada en el exitoso «Epicloud».

Evidentemente, tratándose de Devin incluso en esas condiciones hay buenos temas, encontrando unas «Fallout», «Before We Die» y «Silent Militia» que bien se ganarían su puesto en un setlist o recopilatorio, pero más allá de esto no vemos muchas más razones para seguir dándole escuchas a un disco bastante insulso, que no aporta demasiado a la discografía del artista.