Vórtice: Zombie

¿Cuantas veces habremos oído la famosa frase de ‘para que irse fuera habiendo producto nacional’? Yo muchas, y no sin razón. El caso es que como no me va la vida en elegir una u otra opción, pues si puedo, me quedo con ambas, según el momento. Y con VORTICE me pasa eso, que me quedo con ellos, y reconozco el mérito de una apuesta como la suya en nuestro país, pero sigo escuchando grupos de fuera que seguramente sean una influencia para ellos.

Es un hecho su parecido con MESHUGGAH, eso es evidente. Pero eso no tiene que ser un lastre, sino algo positivo, ya que los suecos se han ganado a pulso críticas sobresalientes, llegando a ser casi un grupo de culto, y muy admirados dentro del propio panorama de músicos. Solo por el hecho de que tras la masterización de ‘Zombie’ ande George Marino, que ha trabajado junto a grupos como METALLICA, IRON MAIDEN o MACHINE HEAD, debería ser suficiente reclamo para quienes quieran darles una oportunidad. Además de MESHUGGAH, en este disco veo unas influencias más abiertas y claras de GOJIRA, que en los últimos años se han convertido en otro referente en lo que a metal extremo experimental se trata, salvando las distancias entre todos, y cada uno con su identidad; vamos, lo que últimamente se ha venido llamando math metal.

Otra muestra de que calidad les sobra, es el hecho de que vayan a ser teloneros de MEGADETH en Barcelona, y que vayan a acompañar por la península a BETWEEN THE BURIED AND ME y THE OCEAN en sus respectivas giras. ¿Hablaba al principio de comparaciones? Sí, son odiosas en muchos casos, pero el hecho de que vayan a compartir escenario con esas bandas, puede dar una muestra de que en España también hay calidad, solo hay que saber buscarla. Pero dejo ya de citar nombres y nombres de grupos de fuera para centrarme en el disco en sí.

Solo ocho cortes son necesarios para mostrar sus virtudes. Perfecto, porque más minutaje en este estilo podría llegar a ser muy cargante. Las atmósferas agónicas, la técnica y los cambios de ritmo se apoderan de las composiciones desde ‘Filed Process’, exactamente igual que ocurría en su debut, pero esta vez de una manera mejorada. VORTICE van más allá, y cuesta creer que este sonido lo consigan tan solo una guitarra, un bajo y una batería. La escucha del disco al completo se transforma en una experiencia; una gozada el punteo central del tema que da título al álbum, la agresividad de ‘Blood Suckers’ y su parte final acelerada, las influencias de GOJIRA en algunas partes de la citada ‘Filed Process’… pero si me tengo que quedar con una, lo hago con ‘Dawn Of The Dead’. El disco termina con una outro con acordes acústicos, tras la unión de la explosión final de ‘Redrum’. Lo dicho, una pasada.

Con grupos como este, la escena nacional de bandas extrema se mantiene como una alternativa. Pero ya va siendo hora de que salgan del underground, y se vaya dando oportunidades no a los cuatro de siempre; que detrás hay cuatrocientos jóvenes, con ganas, pero sobre todo, con una calidad aplastante. Si el propio Fredrik Thordendal los alaba, ¿como no vamos a hacerlo nosotros?