Audrey Horne: Youngblood

A veces hay bandas de metal extremo que deciden dar un giro a su sonido y optar directamente por intentar hacer las cosas diferentes. Un cambio radical. Lo mejor de todo es que a veces las cosas funcionan. Nicke Andersson pasó de Entombed a Hellacopters, los Volbeat hicieron otro volantazo e incluso Hammerfall. Este es el caso que nos ocupa: Audrey Horne, formado por gente que ha estado en Enslaved y Gorgoroth. A muchos puede que os suene el nombre ya que está sacado de un personaje de la serie Twin Peaks. Salvando las distancias fue el “Perdidos” de los años 90. A todo hay que sumarle el hecho de que Noruega vaya aportando poco a poco bandas más cercanas al heavy clásico y que, además, demuestren una calidad soberbia. Kiss 70, Thin Lizzy, Iron Maiden… todo cabe en su trabajada y original coctelera.

El inicio del disco bordea la perfección. Los tres primeros cortes son espectaculares. Es imposible quedarse impasible ante “Redemption Blues”. Una andanada adictiva de heavy clásico, con un bajo muy Maiden, unas guitarras muy NWOBHM y un estribillo poderoso. Himno infaltable para sus directos. Pero el listón sigue en lo alto en “Straight into Your Grave”. Guitarras preciosas y una línea vocal exquisita. La voz de Toschie no es ningún prodigio, pero sí casa de maravilla con el estilo. En “Youngblood” hay un gran homenaje a esas guitarras dobladas y a esas melodías irlandesas propias de Thin Lizzy. Una onda muy a lo Phil Lynott pero con un estribillo más a lo Kiss. Completa el triunvirato a lo grande.

Desgraciadamente el disco no logra mantener ese mismo nivel y la cosa va de más a menos. Sigue habiendo una gran colección de temas muy interesantes y voluntariosos como “There Goes a Lady”, que cumple, con aire festivo y 70s. En “Cards with the Devil” hay todo el sabor de los Kiss más festivos de finales de los 70. Gran trabajo de guitarras por parte de Ice Dale y Thomas Tofthagen. Hay también un órgano Hammond que os recordará a Deep Purple. Afortunadamente el nivel vuelve a subir con un single clarísimo como es “Pretty Little Sunshine”. Pura melodía pero también mucha fuerza de guitarras y un gran estribillo, muy pegadizo y efectivo. “This Ends Here” es otra gran demostración de que la evolución del grupo es excelente. El indagar en el rock-heavy 70ero manteniendo esa base inicial del post grunge les ha funcionado. El corte final “The King Is Dead” si que es más oscura y diferente, conectándoles con sus inicios con el disco “No hay banda”, y esa sonoridad más a lo Alice in Chains-Stone Temple Pilots.

Posiblemente estemos ante el mejor disco de Audrey Horne. Un grupo que empezó con ideas claras y haciendo bien las cosas, pero sin hacer demasiado ruido. El tiempo les da la razón y acaban de firmar una obra que merece todos los elogios. Su gran atractivo está en la composición y en los juegos de guitarras. Firman varios singles potenciales y en su Noruega natal se han encaramado hasta bastante alto en las listas. Onda positiva, temas muy festivos y un cantante que sin ser nada del otro jueves encaja a la perfección como Lynott lo hacía con los Thin Lizzy. Esta misma banda, Saxon, Kiss y demás son tributados encarnados en Audrey Horne, pero lo mejor de todo es que han conseguido cierta entidad propia y mucha personalidad. Consiguen un sonido propio y echan raíces en la NWOBHM. No exageraría si os digo que es quizá el mejor disco de hard rock en lo que va de año. ¡Muchísima atención a esta gente!