Toto: XIV

Son creativos y eclécticos como nadie, pero la mayoría solo queremos disfrutar con buenas canciones. Porque lo han hecho en el pasado y en un presente no muy lejano.

No se puede hacer el mismo puzle si las piezas cambian. Muchos esperábamos un gran trabajo de TOTO tras su ilusionante “Falling In Between”. Eso por un lado, porque cuando nos enteramos que su nuevo trabajo se iba a titular “XIV”, creíamos que iban a la búsqueda y captura de un sucesor oficial de su popular “IV”. Y es que su teclista David Paich, se encargó de difundirlo en alguna que otra entrevista. Pero no. No y no. Primero porque no encontraremos en esta entrega piezas de la categoría de “Rosanna” o “Africa” por citar unos ejemplos. Y segundo porque, repetimos, las piezas de este puzle han cambiado.

Vayamos por partes. El abandono del batería Simon Phillips tras 21 años pesa, y pesará en el futuro. Aunque Keith Carlock demuestre en este trabajo que tiene un gran nivel, es un estilo muy distinto a su sucesor y no digamos a Jeff Porcaro. Hay que citar que en “XIV”, Steve Lukather también se encarga del bajo en 35 años de carrera de TOTO (todos nos acordamos del  tristemente fallecido Mike Porcaro hace unos meses) y no hay que olvidar la vuelta de Joe Williams como vocalista principal. Porque hay que reconocer que Bobby Kimball, aun siendo solvente, ya no es el que era. Cambios arriba y abajo, a un lado y al otro, que podrían haber tenido un resultado más óptimo.

“XIV” no es un mal trabajo. Miren por donde, su estructura me hace recordar a “Mindfield”, pero hablamos de TOTO, con toda la historia y apellidos que cargan a sus espaldas. No se vislumbran canciones que vayan a formar parte fija de sus compilaciones o conciertos, pero aun así, no podemos negar que “Burn” u “Orphan” se retienen de primeras. O que los riffs de Lukather en el tema de apertura “Running out of time”, son tan endiablados como su solo intermedio. El halo setentero de “Chinatown” tampoco se olvida con rapidez, ni la voz e interpretación de Steve Porcaro en “The Little Thing”. Es un álbum que tiene muchos más puntos positivos que negativos, pero tampoco hay que dejar de citar que cortes como “21st Century Blues” o “Great Expectations”, son tan técnicos, virtuosos y rico en matices y estilos, que pierden hilaridad sónica y nos meten en un enzarzado difícil de salir.

A estas alturas de la película, no tienen que demostrar TOTO que, como músicos, son auténticos reyes. Son creativos y eclécticos como nadie, pero la mayoría solo queremos disfrutar con buenas canciones. Porque lo han hecho en el pasado y en un presente no muy lejano. Siguen siendo únicos y desmarcándose de lo que habitualmente nos ofrece el resto de bandas de rock melódico, pero en muchas ocasiones, en la sencillez, está la belleza.