Wolfheart parece haberse convertido en la niña bonita del metal oscuro. Tras el lanzamiento del primer single de su nuevo disco 'Constellation Of The Black Light', su número de oyentes se ha quintuplicado, y es fácil encontrarles en las portada de todos los medios de promoción del momento. No es de extrañar. Con el melodramático sonido del death melódico más invernal y la inconfundible firma del prolífico Tuomas Saukkonen (a quien habíamos visto antes en Before the Dawn y Black Sun Aeon, amén de cincuenta mil otros proyectos), Wolfheart tiene todos los números para encandilar y seducir a quienes se atrevan a adentrarse en su mundo de desdicha y escarcha.

Tal como demuestran “Breakwater” y “The Saw”, los dos singles de ‘Constellation Of The Black Light’ que Wolfheart ya ha puesto a manos del público, es innegable que los de Finlandia han vuelto a dar a luz a una excelentísima propuesta musical de corte melodeath, pero con un marcado y refinado aire black, tal como nos mostraron en el pasado Rock Fest Barcelona 2018. Las composiciones de Saukkonen saben siempre desenvolverse con una clase y elegancia innata. En Wolfheart, el artista desarrolla atmósferas que basculan entre la grandilocuencia y la humildad, y el recogimiento y la comunión con la naturaleza, mientras balancean con precisión pasajes acústicos y serenos con riffs y growls de una brutalidad extrema, descarnada. No esconde una forma de escribir inteligente, precisa, que crea temas que cambian y evolucionan, que están vivos y sienten en la misma medida que te transmiten.

El sentimiento imperante en todo el proyecto es ese doom & gloom pesado, asfixiante, que sólo el asalto de la soledad en un valle nevado puede transmitir. Aunque este sonido bebe de Insomnium y del In Flames más primerizo, era necesaria una nueva etiqueta para definirlo con exactitud: winter metal. Y es que se siente frío físico al escuchar el álbum, que te habla de un sobrecogimiento níveo, pero también de una determinación férrea, que encaja con las sensaciones de satisfacción por el trabajo bien hecho que la banda ha transmitido en los escritos promocionales. Dicen que es su mejor álbum hasta la fecha, y nos los creemos. Se puede sentir.

‘Constellation Of The Black Light’, tema a tema

Wolfheart – Constellation Of The Black Light se abre con el tema más largo de todos, “Everlasting Fall”. Aunque el tema es un impacto que sobrepasa los 10 minutos, la verdad es que está tan bien hilvanado que esta duración exagerada respecto al resto de canciones apenas se nota.

“Everlasting Fall” se abre con una descarnada guitarra a la que pronto se le une una compañera, enzarzándose en un gélido dueto. No tardan en irse sumando el resto de instrumentos (bajo, batería, teclados,…), aunados todos para transmitir la melancolía y crudeza de un declive eterno. La pieza va subiendo el nivel de intensidad a medida que los riffs se desenvuelven, para llegar a un intermezzo más sobrio: es, sin lugar a dudas, la calma antes de la tempestad. Sin que te des cuenta, los guturales crudos y graves de Saukkonen te asaltan por sorpresa, devorando el aire a su alrededor. A partir de este punto, la batería y las cuerdas se desbocan, juntándose en un ritmo cavalcante acunado por la atmósfera de los teclados.

Bien pasada la mitad del tema, “Everlasting Fall” se ha convertido en una pieza que emociona y transmite, siempre arropado por esa melancolía definitoria. Esta segunda parte respira hasta cierta epicidad gracias al hecho de que es presidida por unas harmonías más abiertas, pero ahora el sonido continúa evolucionando sobre unas líneas que imitan el sonido frío de unos violines. A medida que se acerca al final, la guitarra se despunta, y destaca sobre el resto de instrumentos con un solo. Toma el protagonismo con una digitación virtuosa e inteligente que no tiene miedo a bailar sobre los trastes. Para encarar el final, todos los elementos se unen creando un universo sonoro de una belleza indescriptible, permitiendo acabar la pieza por todo lo alto con un eco que languidece en el horizonte.

 

El problema de empezar el disco así es que, por buenos que sean el resto de temas, es difícil que no sepan a poco.“Breakwater” se esfuerza en impactar nada más llegar con su introducción agresiva y frenética. Los growls de Saukkonen conducen la acción, respaldándose en el estribillo con unos coros más evocativos, en un tema mucho más contenido y apto para consumo inmediato. La línea rítmico-melódica constante evoca al black pero los acordes subyacentes narran otra historia, de forma discreta pero presente, hasta que toman el control en un intermezzo que se eleva a un tono interesante, curioso y provocativo. Es un buen ejemplo para comentar como los temas de Wolfheart evolucionan – tras pasar el ecuador del tema, poco es igual al principio, pero es imposible obviar esos ecos de historia que rememoran a los inicios y hacen que el punto donde estamos cobre sentido. El tema se corona con un riff pausado y señorial (no hay necesidad de demostrar nada a nadie). Es ideal para, más que mover, dejar caer la cabeza al ritmo de la música y dejarse llevar por un headbanging introspectivo a medida que el cierre de la canción se desenvuelve y desaparece en la lejanía.

“The Saw” es el avance más reciente que nos ha presentado Wolfheart. Aunque se abre con un ritmo constante de bajo y batería que redobla sobre una base de guitarras, pronto se torna un tema bellamente melódico, donde todos los instrumentos trabajan juntos para colocarte las harmonías enfrente de la cara en una explosión de sonido. Esta explosión se desvanece en un pasaje de guitarras acústicas y piano sobre el que salta, otra vez, la brutalidad de la voz y las parte más pesadas de la orquestración. Respecto a sus proyectos anteriores, Saukkonen quizá haya perdido en tecnicismos detallistas, pero ha ganado en crudeza y técnica tanto vocal como compositiva.

“The Saw” es un claro ejemplo de esa dualidad y alternancia de pasajes que comentábamos.Y es que, en medio de esa agresividad, el tema no pierde de vista la melodía, que actúa como cuerda salvavidas a la que agarrarse cuando la salvajía (que se torna grave por momentos) te ahoga. Mientras en el tema anterior teníamos un solo señorial, en éste el solo es virtuoso, pero, a la vez, acierta en mantenerse en un plano sonoro grave, profundo, casi de monólogo interior.

 

En el ecuador del álbum encontramos “Forge With Fire” un tema que se crece desde unos graves contradecido por unos armónicos de teclados casi celestiales. No olvida, a ratos, virar al contrapunto de riffs y solos que rallan la disonancia. Es un tema apasionado, impulsivo, feroz, que no deja respiro ni descanso ni hasta en sus últimos segundos. Saukkonen anunció que este álbum iba a ser lanzado bajo un nuevo label (de la mítica Spinefarm Records han pasado a apostar por la más universal Napalm Records) y un nuevo management (con el nombre propio de Maurizio Iacono, de Hard Impact, también conocido por ser el vocalista de Kataklysm y Ex Deo), y este conjunto de nuevos ínputs y consejeros aportan innovadores matices a la fórmula que Wolfheart tenía ya tan bien afianzada.

La tríada final se inicia con “Defender”, otro tema que se siente terriblemente más corto de lo que realmente es: sin embargo, en esta ocasión es por su composición simple pero efectista. “Defender” se construye sobre un ascenso de los teclados, que dan el do de pecho con una atmósfera cristalina sobre la que no tardan en ensordecer redobles casi marciales, culpables sinvergüenzas de llenar todo el espacio con su atronación. Los guturales son entregados de manera mecánica, tortuosa, y no dan paz al oyente más que en un instante donde las guitarras toma un papel mucho más narrativo, languideciendo en armonía sobre los trastes. Es cierto que quizá el tema podría haberse resuelto con más acierto, pero más virguerías habría hecho un flaco favor a la potencia del tema. Tal y como se presenta, no puedes evitar escucharlo dos, tres y cuatro veces.

“Warfare” se descubre como el tema que menos se entretiene en pedir permiso. Su inicio es implacable, terriblemente duro y tumultuoso, y si intenta mostrar una cara más serena, no lo consigue por mucho rato: la tenebrosidad es rápida en salir a flote. Por contraste, el solo se descubre íntimo, cercano, casi humilde, con un repiqueteo de dedos sobre unas cuerdas mucho más blandas y una guitarra que no tiene miedo a expresar emociones… pero rápidamente el fragmento es derribado por, otra vez, un sonido vil e inquietante, que le convierte en el track más siniestro del álbum. Su vorágine de ideas le da el honor de, por supuesto dejando de lado al capital “Everlasting Fall”, ser también el corto más interesante del disco.

Finalmente, ‘Constellation Of The Black Light’ se cierra con la espectacular “Valkyre”. Iniciándose con un ritmo que casi evocaría a la fanfarria bélica, es un ejemplo claro de que, si ‘Constellation Of The Black Light’ tiene momentos bajos, éstos apenas pueden percibirse en el perfecto engranaje de sonido que es el disco como tal. A lo largo de los tres cuartos de hora que ocupa la propuesta que nos atañe, Wolfheat es capaz de entregar una música sólida, pespunteada con mucha precisión y rematada por, simplemente, ese “acierto” de poner cada nota, cada compás y cada arreglo justo donde corresponde. Ejemplo claro de esto, la sensación de vacío que provoca la transición entre la plenitud de “Valkyre” y la “nada” pura con la que el disco te da en las narices al cerrar.

 

Conclusiones

Aunque Wolfheart empezara como un proyecto en solitario de Saukkonen, el séquito de artistas con los que se ha rodeado hasta acabar formando una banda con todas las de la ley no se queda atrás ni en talento ni en carácter: Mika Lammassaari (guitarra), que sigue al frente de Mors Subita, complementa los riffs a la perfección con su estilo fluido, emocional y elegante; Joonas “Jonttu” Kauppinen (ex- Misery Inc, ex-Before the Dawn) aporta un toque progresivo desde la batería; y Lauri Silvonen (también en Bloodred Hourglass) envuelve todo el proyecto en esa atmósfera afligida gracias a su bajo afinado a un tono más bajo del habitual.

 

De esta forma, a lo largo de los tres álbumes que Wolfheart nos ha regalado desde su formación en 2013, hemos podido ver el nacimiento de un sonido característico que aúna de forma hipnótica brutalidad y atmósfera. Aunque es lícito pensar que lograron perfeccionar el “winter metal” en su tercer álbum “Tyhjyys”, lo cierto es que con ‘Constellation Of The Black Light’ Wolfheart ha logrado encapsular la aurora boreal – y, cuando la libera, te golpea con toda la frigidez de una ventisca, el fragor de una batalla vikinga, o la soledad de la ladera de una montaña nevada. Todo a la vez.

Constellation of the Black Light‘ estará disponible a partir del 28 de Septiembre en la mayoría de plataformas físicas y digitales en formato descarga, CD, vinilo de 12”, y edición especial limitada, todos ilustrados con un bellísimo arte.

Grupo:Wolfheart

Discográfica:Napalm Records

Puntuación:8

Canciones:

  1. Everlasting Fall
  2. Breakwater
  3. The Saw
  4. Forge With Fire
  5. Defender
  6. Warfare
  7. Valkyrie

Año:2018-09-28

Votación de los lectores:5