Devildriver: Winter Kills

Hace poco más de diez años que COAL CHAMBER decía adiós de una manera poco amistosa; por no decir que acabaron de la peor de las maneras. Un año después de su separación veía la luz el debut de DEVILDRIVER, y viendo la buena recepción de los segundos y cómo terminaban los primeros, pocos pensarían de una posible reunión en el futuro. En una entrevista hace un año, su líder nos explicaba lo ocurrido. Además, pronto se especuló con la imagen más heavy de Dez Fafara con esas muñequeras de cuero que cubrían sus brazos… y tapaban, casualmente, un tatuaje con el logo de su anterior banda.

Pero para sorpresa de sus antiguos seguidores, a finales de 2011 se anunciaban algunos shows para el siguiente año, que han tenido continuación en 2013 mientras Fafara preparaba la continuación de ‘Beast’ (leer review). ¿Afectaría el aire melódico de unos a la creación del sexto álbum de los otros? No hay que preocuparse, ha sabido mantener la diferencia que siempre han tenido. Pero quizá ese sea el punto en el que más adolece DEVILDRIVER: seis trabajos en una década tan parecidos entre sí y sin apenas variación hacen que puedas cansar al público. Más todavía en un estilo en el que cada vez hay más grupos.

La contundencia se apropia del trabajo desde las primeras notas de ‘Oath of the Abyss’, algo larga para empezar. Dentro de la brutalidad de su propuesta, varían los tempos de inicio, con una muy pesada ‘Ruthless’ seguida de un trallazo como ‘Desperate Times’; como decía más arriba, nada que preocuparse: melodía cero. ‘Winter Kills’, el tema, tiene todos los alicientes para ser single y convertirse en uno de los temas punteros de cara a su directo, pero llegados a ese punto, y sólo con cuatro canciones, uno tiene la sensación de que algo muy parecido a esto ya lo ha escuchado antes. Con ‘The Appetite’ la cosa sigue igual, a medio camino entre temas como ‘Hold Back the Day’ y ‘End of the Line’ (y cuyo vídeo es de largo el peor que han hecho hasta la fecha). Algo se desmarcan cortes como ‘Curses And Epitaphs’, con algún tinte épico, y una mastodóntica y trabajada ‘Carings Overkill’. Que no es que les hayan salido canciones malas, pero su estilo es tan marcado que, sin pretenderlo, reinciden en algo ya creado anteriormente.

Cerrando el álbum encontramos la versión de ‘Sail’ de la formación electrónica AWOLNATION. En palabras de su vocalista, se decantó por ella por consejo de sus hijos. Debe ser que de momento les gustan las cosas más tranquilas que las que hace su padre… pero a buen seguro que le darán una oportunidad, ya que dentro de su estilo, les ha quedado mejor que otros experimentos que intentaron embrutecer en demasía, como ocurrió con sus covers de ‘Wasted Years’ de IRON MAIDEN y ‘Holier Than Thou’ de METALLICA. De todas maneras, siempre lo he dicho: puestos a versionar a alguien, y cogiendo en todo su sentido esa palabra, mejor hacerlo de alguien que poco o nada tenga que ver contigo. Ahí está la miga y el riesgo del asunto.