Lullacry: Where Angels Fear

Siempre le tuve cierto cariño a LULLACRY, ya que fue una de las primeras entrevistas que hice a un grupo internacional… si no la primera. Fue hace muchos años, recién editado  ‘Vol. 4’, que marcaba el número del propio título y el segundo con la vocalista Tanja Lainio. Durante los años anteriores innumerables formaciones de Finlandia y los países escandinavos salían y tenían sus fieles legiones de seguidores, pero de repente se dejó de saber de estos.

Realmente no esperaba que a estas alturas volvieran, aunque en realidad nunca se habían ido, al menos de manera oficial. Temía que fuera un caso parecido al de los tristemente desaparecidos CHARON, que en vista de la falta de un sello discográfico lo dejaron recientemente tras un largo letargo. Pero no, el quinteto ha decidido poner las cartas sobre la mesa y jugarlas lo mejor que pueden. Lo malo de grupos relativamente pequeños que se pasan cerca de siete años sin apenas dar señales de vida, es que, a día de hoy, hay tantos y con tanta variedad donde elegir, que difícilmente pueden volver a ocupar el hueco que tenían entonces.

‘Bad Blood’ fue la primera canción editada desde el parón indefinido de la banda. Rockera, con sus partes aceleradas y otras con coros de fondo típicas para hacer las delicias en directo. Correcta para abrir boca y continuista respecto a su lejano predecesor, aunque con la duda de saber qué más serían capaces de ofrecer en diez temas más. La apertura con ‘Antidote to You’ resulta algo lineal con ese ritmo machacón de la caja de la batería, aunque tiene su encanto. ‘Still an Angel’ mejora y sube la potencia, mientras que para ‘Thousand Suns’ bajan el tempo y cubren la composición de una atmósfera más oscura, el tipo de composiciones que pusieron de moda muchos grupos finlandeses a primeros de este siglo, pero de una manera distinta, con mucha clase. La fórmula la repiten más adelante, en ‘All Behind’ y ‘Gone Are The Days’. Digamos que en esos cortes dejan un poco de lado su faceta más rockera, que sí se aprecia mejor en el tema título del álbum, y ‘I Am’. Y es que si había algo que los diferenciaba de las demás bandas con vocalista femenina (en su momento) era ese punto más cercano al rock que al "estilo de moda".

Para ‘Feel My Revenge’ Tanja se marca un dúo con Mikko Herranen, resultando uno de los mejores temas (por la dinámica y el juego que da su contraste de voces). Junto a ella, destaca ‘Broken (Into Pieces)’, un medio tiempo que de nuevo refleja melancolía pura y dura. Para el final dejan ‘Stay’, sólo con voz y guitarra acústica, que pone el punto y seguido en su carrera; o eso esperamos.

Está claro que hay cosas que el grupo mantiene, que siguen ahí. De hecho, da la sensación de que lo único que se ha perdido en su caso ha sido el tiempo; demasiado tiempo. Vuelvo a repetir que siete años es una eternidad en la música para los tiempos que corren, y a pesar de que el disco merece la pena, tiene sus detalles y momentos destacables, me da la sensación de que al grupo le va a costar mucho recuperar el terreno cedido desde que dejamos de saber de ellos.