Ektomorf: What Doesn»t Kill Me

Siempre tuve clara en mi cabeza la definición perfecta para EKTOMORF. Al menos la perfecta en mi cabeza: grupo para calentar el ambiente. No creo que nunca fuera a verlos por separado en una gira, pero encantado de la vida los vería como teloneros de algún grupo más grande, o que me guste más. Con eso no quiero quitar mérito a este cuarteto húngaro, pero esa es la sensación que me ha dado desde que los descubriera con ‘Destroy’, ya fuera con  los discos posteriores, ‘Instict’ y ‘Outcast’, o como fue el caso, como teloneros de CHILDREN OF BODOM hace ya cosa de tres años.

El caso es que parecen tener claras sus ideas, y siempre han ido directos al grano. Son ya más de diez años de carrera con unos patrones fijos: caña, caña y más caña. Su mezcla de thrash moderno con alguna que otra influencia de su tierra en alguna de sus canciones, siempre ha tenido al menos un par de espejos en los que reflejarse, SOULFLY Y MACHINE HEAD. De los primeros cogen los riffs directos y rápidos, e incluso ciertos toques Cavalera en la voz; de los segundos, aparte de la influencia de sus primeros discos, hasta alguna idea de merchadising… Sea como sea, en este tiempo han conseguido ser un grupo fijo en varios festivales veraniegos en Europa; prueba de ello fue la grabación de un dvd en uno de ellos hace cuatro años.

Así, lo que encontramos en ‘What Doesn»t Kill Me’ es, mas o menos, más de lo mismo… medianamente bien hecho; o al menos con buenas (las mismas) intenciones. Canciones fáciles, sin complicaciones en las letras, directas, para cantar a pleno pulmón, cañeras, contundentes… pero sin mucho más que profundizar. Con escuchar tres temas es posible que ya no te apetezca escuchar más, porque los patrones no cambian en los trece temas; quizá el haberse ahorrado alguno más flojo no hubiera estado mal para no hacerse tan pesado.

La música, como las letras, tampoco es un alarde de complicación. ‘Nothing Left’ y ‘Love And Live’, por ejemplo, son parecidísimas: misma estructura, incluso riff casi calcado… Que una cosa es sonar parecidos los temas, y otra cosa iguales. En cualquier caso, las canciones más lentas y pesadas se llegan a hacer aburridas, y es cerca del final del disco, en ‘Sick Of It All’ donde se rompe la línea del disco, con una colaboración de rapeo (que no he adivinado tras investigar quien es), muy al estilo Soulfly… para que haya más comparaciones todavía. En definitiva, más de lo mismo, y carne de calentar motores a grupos de más nombre. Solo un pequeño pero: ¿de quién ha sido la idea de la portada con el careto de Zoltán?