Por muchas vueltas que se le de al asunto, resulta inexplicable las circunstancias que hace que un grupo se convierta en algo grande. “La Banda Más Rock n’ Roll del Rock n’ Roll”, los han llegado a calificar, pero es que sus inicios, su carrera y su actual vuelta siempre ha estado rodeada de una serie de infortunios de naturaleza ilógica y contra todo pronóstico. Todo comenzó cuando dos hermanos atraídos por la música, daban rienda suelta a su creatividad innata. Y dice la leyenda que era lo único que tenían, pues en sus comienzos, al contrario que la mayoría de las formaciones, no podían hacer versiones de otras bandas porque eran abominablemente malos tocando. Es más, componían su música a partir de largas y alocadas improvisaciones en el sótano de su casa, de lo que ellos llamaban una “especie de punk”. No ha sido ni es el virtuosismo una de sus cualidades, ni su originalidad tampoco. Nunca han escondido su pasión y las influencias de los ROLLING STONES, HUMBLE PIE o LYNYRD SKYNYRD, ni nunca lo harán. Sólo se han preocupado de hacer el rock que a ellos les ha venido en ganas y dejar campar a sus anchas lo que de sus mentes florecía en cada momento de su carrera, estuviera o no de moda. Por todo ello, y por muchas más historias que nos dejamos en el tintero, uno llega a preguntarse qué es lo que tienen los hermanos Robinson para comandar y formar parte de una de la banda de rock más grande de la historia.  

Muchos críticos afirman que es la magia que destilan Chris y Rich Robinson sobre un escenario, solo comparable con esa aureola mística que rodeaba a las actuaciones de LED ZEPPELIN en sus mejores momentos. Tal vez sea una exageración, pero las altas cifras de ventas, las grandes canciones que han compuesto a lo largo de su carrera, las interminables giras mundiales y ni qué decir tiene ese inolvidable tour (y grabación) junto a Jimmy Page, respaldan la grandeza vivida por THE BLACK CROWES. Largo y tendido se podría hablar de la historia de los de Atlanta, pero mejor reservarlo para otra ocasión (¿una retrocrítica de alguno de sus discos tal vez?) y centrarnos en la actualidad.  

Después de la enésima disputa (física, psíquica o vaya usted a saber, ya que ha habido de todo) y enésima reconciliación entre los hermanos Robinson, en el pasado 2006 saltaba la noticia de que THE BLACK CROWES volvían a escena realizando una gira por su país. Solo hacía falta que pasara el tiempo y que las heridas cicatrizasen con un nuevo disco que sucediera a su arriesgado “Lions” del 2001. Y tras varios retrasos y dos años de trabajo concienzudo, este “Warpaint” es el fruto de ello. Aunque para volver a calentar el terreno, y aprovechando el anuncio de su vuelta, se puso en circulación dos lanzamientos en el 2006: el doble directo “Freak N Roll Into The Fog Live”, y el disco de rarezas y demás refritos también doble “The Lost Crowes”.   

El tema de apertura de este nuevo trabajo, el single “Goodbye Daughters of the Revolution”, levantará el ánimo de los fieles seguidores de la formación, pues no son pocos los recuerdos de la frescura de sus primeros “Shake Your Money Maker” y “The Southern Harmony And Musical Companion” que se nos vienen a la mente. THE BLACK CROWES en estado puro; con su toque de rock sureño y su inconfundible aroma hippie de los 60. Pero de pronto, a raíz del segundo corte “Walk Believer Walk”, un blues-rock pesado y marcado de gran categoría, parece que todo cambia. Y es que no estamos a finales de los 80 y la banda ya ha pasado por un largo trayecto de experimentación y reinventación. Además de ello, algo debía de influir en su música la entrada de dos nuevos miembros al combo, Adam MacDougall a los teclados y Luther Dickinson a la guitarra, muy participativos ambos en el proceso de composición.  

El resto de temas es el fiel reflejo de un mayor peso de su vena más bluesy y emotiva. Al contrario de lo que muchos pudieran llegar a pensar, “Warpaint” no es la continuación lógica de “Lions” ni mucho menos. Las guitarras son más relajadas, exprimen sus partes solistas con mayor delicadeza, y los temas lentos y a medio tiempo como una sentida “Oh Josephine”, “Locust Street” (encantador juego de guitarras) o “God’s Got It” (versión del reverendo Charlie Jackson), son los protagonistas indiscutibles de este redondo. Seamos sinceros, aunque cortes como “Wounded Bird” o “Movin’ On Down The Line” – con uno de los mejores solos de todo el redondo y con una interpretación vocal que puede llegar a poner los pelos de punta – posean dinamismo y cierta garra, están muy lejos del desenfreno comedido de grandes hits como “Come On” o “Jealous Again”. Pero que nadie se lleve engaños, no por ello “Warpaint” deja de ser un disco a la altura. Los caracteres son diferentes, con menos gancho comercial, sí, pero posee coherencia e hilaridad melódica como pocos. Es más, posiblemente, bajo una opinión totalmente subjetiva, sea lo mejor que hayan grabado THE BLACK CROWES desde “Amorica”. Y es que si de algo pueden presumir estos norteamericanos es de ofrecer algo único, atemporal y genuino, nunca repetirse, y saber reservar el factor sorpresa como si un as guardado en la manga se tratara. Y ahora, por muchos años que hayan pasado desde su anterior referencia, no iba a ser menos.  

Sí; por supuesto que ha valido la pena tanta espera. 11 temas que nos muestra a THE BLACK CROWES un poco diferentes, pero siempre dispuestos a darlo todo y en especial estado de gracia. “Warpaint” es más que un claro ejemplo. 

Satur Romero (satur@themetalcircus.com)

Grupo:The Black Crowes

Discográfica:Silver Arrow Label

Puntuación:8.6

Canciones:

  1. Goodbye Daughters of the Revolution
  2. Walk Believer Walk
  3. Oh Josephine
  4. Evergreen
  5. We Who See The Deep
  6. Locust Street
  7. Movin’ On Down The Line
  8. Wounded Bird
  9. God’s Got It
  10. There’s Gold In Them Hill
  11. Whoa Mule

Año:2008