The Sword: Warp Ripers

Les toca a THE SWORD comenzar una guerra difícil de librar. Con tan sólo dos discos, han ganado los combates iniciales en este complejo campo de batalla en el que se ha convertido la industria de la música. Pero lo que es la guerra, la que hace que los nombres de los vencedores (y muy pocas veces los de los vencidos) queden perpetuos a lo largo de la historia, no ha hecho más que empezar. Porque seamos claros; hay que hablar de THE SWORD como lo que son: una banda enorme con visos de convertirse en toda una leyenda si la balanza de la fortuna se inclina a su favor. Pericia compositiva, grandes interpretaciones, canciones memorables….todo eso ya lo guardan en su arsenal. Mantenerse es lo realmente complicado, porque maniobrar en un estilo como el stoner rock (siempre que se hable con manga ancha) necesita de meticulosas estrategias bélicas.

Con “Warp Ripers” se lanzan los de Austin a una nueva batalla. Bajo una bellísima portada, se esconde una historia conceptual. La de Ereth, un arquero habitante del planeta Acheron que es expulsado de su tribu. Teniendo en cuenta que, en apariencia, la voz y las letras de sus canciones son meros adornos de su entramado musical, cabe esperar que lo que los norteamericanos nos intentan narrar pase desapercibido en favor de su atractivo envoltorio musical. En unas primeras escuchas se nota que THE SWORD se han decantado por recuperar el sonido añejo de KYUSS (“Lawless Lands” es claro ejemplo de su devoción por el desert rock), BLUE OYSTER CULT, SLEEP, BLUE CHEER y derivados. Por supuesto, conservando esa pleitesía ciega a los riffs de BLACK SABBATH condimentado con su personal y compacto sonido. Incluso le dedican un guiño a THIN LIZZY en “Night City”. El cuarteto no copia, han sabido aprehender de los viajes maestros en el arte de la guerra para persistir por más tiempo.

Con una producción un tanto más pulida que en sus anteriores entregas, pero conservando esa crudeza rebosada al natural, THE SWORD mantienen el nivel desde el principio al fin. Con la intro instrumental “Acheron/Unearthing the Orb” ya nos advierten de lo que nos viene encima, y con su single “Tres Brujas” (de las más completas y redondas del listado) avanzan hasta colocar su primera línea de trincheras. A partir de ahí, con las bases bien colocadas, se desatan los acontecimientos. Los solos de guitarras (más presentes que nunca), los riffs, los cambios de ritmos constantes…todo va entrando en juego para fusilar nuestra masa encefálica sin ningún tipo de piedad. Aunque muchos crean que sus tanques hayan perdido blindaje en esta ocasión. Las canciones, aunque de distintos derroteros y de fisonomía más armónica, son piezas de artillería que buscan el mismo fin: salir airosos de la contienda. Y vaya si lo hacen. 

Pero para entender la guerra hay que vivirla “in situ”, y rompiendo con los tópicos, tras varias escuchas de “Warp Riders”, que se convierten en adictivas al momento, no hay vencidos, sólo vencedores. Aún retumban mis tímpanos por el sonido de las guitarras…