Delamarca: Voilá

En el mundo de la música está todo inventado. O casi todo al menos. Por eso se tiende casi desde el principio a encasillar estilos desde la misma salida de un grupo nuevo; que si tal o cual etiqueta con pinceladas de esto otro… Pocos grupos son capaces de crear algo inclasificable; y los que lo consiguen, bien orgullosos deben de tal logro.

Con DELAMARCA puede que pase algo parecido a ese caso. Los hermanos Arriols llevaban tiempo buscando unir su talento para formar una banda. Tras la salida de Hev de Coilbox mucho se habló, y tras el proyecto fallido de Martyr, por fin dieron forma a lo que es hoy en día Delamarca. Un EP denominado ‘La Batalla Del Varado’, editado hace año y medio, fue suficiente para llamar la atención de muchos. Hev cantando en español y alejado de esas voces desquiciantes de su banda anterior, tampoco había rastro de los ritmos de Skunk DF, banda madre de Pepe… Todo resultaba nuevo, fresco, y dejaba buen sabor de boca. Completando el grupo se encontraban Roy Wasercier y Fernando Pedrajas en las guitarras, y Nano Cañamares tras la batería.

El rock melódico del que hicieron gala en aquel EP de cuatro temas es el que les acompaña en disco de su debut. Y digo rock melódico en el término más amplio que se pueda entender, ya que, Delamarca, simplemente suena a Delamarca; y punto. De primeras choca la producción de Pablo Iglesias, muy sucia, en contrapunto a la claridad de su carta de presentación, aunque del todo premeditada, una idea con la que parecen  querer sorprender de nuevo. Trece temas que desde la inicial ‘El Mágico Diaz’, con su ritmo pegadizo, deja con ganas de continuar sin parar. La emotividad cede lugar en temas como ‘Plástico’, ‘Los Textos Que Olvidé’ o ‘El 29’, mezclándose con música más inquieta en ‘Ad Nauseam’ o la nueva versión de ‘Zuvembie’.

Mención especial merecen ‘Boceto Para Cristales Rotos’, uno de los cortes más completos del álbum y con un final que roza lo épico, y ‘El Púgil’, el primer tema que se pudo escuchar de ‘Voilá’ y en la que colabora Juan Blas, vocalista de Nothink. No es la única colaboración, ya que Alberto Marín está presente en ‘El Pinchaglobos’ y ‘Ugarte’, otra de las más destacadas del álbum. Sin duda un disco, y sobre todo, un grupo, que no se puede juzgar sin escuchar. Melodía a raudales e innumerables influencias, que, sin recordar a ningún grupo en concreto, dan forma a una banda excitante.