Van Canto: Voices of Fire

Van Canto dejó de ser visto como una frikada hace ya algunos discos. Han corrido una suerte semejante a la de Apocalyptica, unos con sus voces, otros con sus chelos. Empezaron a base de versiones y ahora ya firman material propio. Esta vez han tirado la casa por la ventana y se han decidido a tirar de disco conceptual con narrador y el coro del Metro de Londres.

Van Canto dejó de ser visto como una frikada hace ya algunos discos. Han corrido una suerte semejante a la de Apocalyptica, unos con sus voces, otros con sus chelos. Empezaron a base de versiones y ahora ya firman material propio, y en algunos casos a la altura de algunos de los grupos versionados. En el último Wacken realizaron el mejor concierto de su vida, con una ristra de invitados y sorpresas que quitaba el hipo. Esta vez han tirado la casa por la ventana y se han decidido a tirar de disco conceptual con narrador y el coro del Metro de Londres (ha participado en muchas bandas sonoras de películas). Juega un papel importante la presencia de Christoph Hardebusch, un escritor fantástico en tareas de guión. Banda y escritor confirman que se han influenciado mutuamente en ambos proyectos, pero lo más impresionante es que en estos tiempos de tecnología se hayan decidido para no meter teclados ni sintetizadores. Todo lo que suena es real, todo voces excepto la batería de Bastian Emig.

Estamos ante uno de sus mejores trabajos si bien siempre será difícil superar el material de su ópera prima. Pero puedes notar desde la primera canción que el grupo ha crecido de forma exponencial. Los juegos vocales son casi barrocos. Hay momentos en que suenan a Rhapsody pero con todo voces. El narrador interviene entre corte y corte para ponernos en situación mientras temas como “Time and Time Again” calan hondo. Hay momentos muy powermetaleros pero saben abrir el abanico y salir airosos de ello. Inga y Sly dominan los temas mientras el resto se dedica a coros y al “rakka takka” (sonido de bajo y guitarras hechos con la voz). Estructuras cambiantes y orgánicas, muchos cambios y singles potenciales como “Clashing on Armor Plates”. Hay un cierta similitud aquí con el tema de Luca Turilli “The Ancient Forest of Elves”, aunque lejana. En “All My Life” Inga tiene su momento en un medio tiempo melódico y menos pomposo que el resto. “Battleday’s Dawn” hace honor al nombre tirando de épica y coros aparte de la velocidad endiablada a la que les gusta desenvolverse.

Gran producción, puentes y estribillos brillantes y mucho esmero en composición. “Firesvow (Join the Journey)” cuenta con los juegos pregunta-respuesta de sus vocalistas para desembocar en otro estribillo excelente. En “The Oracle” hay un canon polifónico enrevesado propio de Blind Guardian de su último disco o de la Trans-Siberian Orchestra. Hay muchos detalles técnicos y es impresionante que sean todos hechos con las cuerdas vocales. Siguen el festival de coros en la ampulosa “We Are One”, cabalgando sobre el doble bombo de Bastian aunque hay espacio para los “riffs” vocales y el solo de voz. “The Bardcall” también apunta a single. Melodía propia de Freedom Call y happy metal con una bonita línea vocal. Hay momentos en los que el disco termina sonando algo lineal como en “To Catharsis”, por lo que algún giro o sorpresa sería de agradecer. El adiós lo pone “Hymn”, muy solemne y calmada aunque cargada de épica siendo toda a capela y jugando con maestría con segundas y terceras voces.

El hecho de que ya no haya versiones ya lo dice todo. Con esta obra el grupo debería subir un peldaño ya definitivo. Cuentan con imitadores por todo el mundo y no es para menos. En todos sus discos hay temas más que logrados y esta vez van un paso más allá. Si no te gusta el power metal puede que esta banda te cueste bastante más pero es innegable que lo que hacen tiene un mérito tremendo. Veremos si en directo van a necesitar de coros sampleados para secundar el papel del coro, pero os puedo asegurar que la complejidad alcanzada, con o sin coro, va a ser digna de ver en directo. Para mi gusto algo excesivo el empacho de espada y brujería y, por momentos, temas demasiado parecidos, pero repito, estamos ante una de sus obras cumbres.