Vita Imana: Oceanidae

‘Oceanidae’ es la confirmación de que no se han limitado a la tralla sin más y han buscado seguir la senda abierta de temas largos con pinceladas y detalles de todo tipo… con la consecuente dificultad que supondrá llevar algunas de ellas a sus conciertos. Tomando el nombre del disco y el tema, tenemos un océano por descubrir en los más de cincuenta minutos que nos traen de música.

Desde que hace algo más de dos años que The Metal Circus fuéramos uno de los cuatro medios invitados a la escucha previa de ‘Uluh’, VITA IMANA se convirtieron en un grupo cercano para mí. Y ha sido un gustazo ver el ascenso que han tenido desde la salida de ese segundo disco hasta ahora. Por esa misma razón, por la de ser relativamente cercano a su entorno, no soy de los que están en la necesidad de alabar cualquier cosa que hagan, pues no me ciega la subjetividad. Igual que ‘Uluh’ con su portada (muy simple, sí, pero encerrando mucho misterio) ya me llamaban la atención, con ‘Oceanidae’ no consiguieron el mismo efecto de primeras (una vez visto el artwork completo, cambié de opinión). El teaser lo escuché una sola vez (no creo que con ellos reflejen realmente de lo que son capaces en un trabajo al completo), y ‘Equilibrio’, siendo un buen tema, tampoco me entusiasmó. Como dejaba caer antes, prefería ser objetivo y esperar a escuchar un todo, y no cosas sueltas, porque algo me decía que todo iba a encajar mejor.

La cosa cambió con ‘Ablepsia’. Una y otra vez la escuchaba, no me cansaba y cada vez me gustaba más. Igual que no iba a juzgar un disco por un tema que no terminó de convencerme, no iba a hacerlo por otro que me entusiasmaba. En directo, en su estreno, fue incluso mejor que la versión que pudimos ver en el vídeo de Ibón Antuñano. Pero había que esperar, era lo mejor. ‘Depredador de luz’ es una apertura hecha con dos… narices, o lo que se quiera poner que implique valentía. Mi mayor debilidad con VITA IMANA no es la brutalidad de la que hacen gala en buena parte de sus composiciones, sino el gusto y sentimiento que tienen cuando se adentran en terrenos acústicos. Así lo demuestran durante dos minutos (clavados) con su primer corte antes de que arrollen todo lo que tengan por delante. En cierto modo me ha recordado al cierre de su obra anterior: si en aquella se cerraba un círculo con la intro ‘11º19´N 142º15´E’, está claro que dejaban una puerta abierta, una salida alternativa al camino que han seguido con ‘Oceanidae’. Javier Cardoso también se muestra más completo y abierto a registros limpios (que ya nos había enseñado antes, pero en mucha menor cantidad). El parón/interludio que se marcan sobrepasada la mitad de tema, de diez, antes de volver a la carga con la misma fuerza que nos habían mostrado antes.

Un fade-out nos lleva a ‘Equilibrio’, y si y nos dábamos cuenta en los ocho minutos anteriores de la importancia que iban a tener aquí los riffs de Puppy y Román, aquí lo confirman… junto a una percusión que no se queda relegada en segundo plano. Aunque no vayan por ahí los tiros del título (supongo), ellos hace tiempo que encontraron eso mismo en su sonido. Como sospechaba, mucho mejor entre otras dos canciones que aislada por separado. Una vez pasada la ceguera temporal, ‘Ablepsia’, ‘Mar de Cristales’ nos vuelve a traer un lado más experimental. La tranquilidad se apodera del grupo (ayuda la dulce melodía femenina vocal que nos va sumergiendo en ella). VITA IMANA no están reñidos con las partes melódicas… pero entendidas a su manera, y no con los estereotipos actuales tan manidos. La parte vocal ocupa el tramo central, pero es la música la protagonista, especialmente en su segunda mitad, cuando dejan un poco más de lado el metal y tiran hacia el rock, con un trabajo de guitarras sobresaliente. Podríamos encontrar una segunda parte de ‘Uluh’, sólo que aquí la han plantado en medio de todo, y que sin dejarnos tiempo para recuperarnos, la siguen de una salvaje ‘Manos de Sangre’, marca de la casa y más predecible, pero ideal para ocupar el hueco que dejarán otros temas de cara a poner a todo el mundo a saltar en directo. ‘Seis Almas’ es otra candidata, con reminiscencias a ‘Gondwana’, especialmente en su último minuto y medio.

Pero como decía, lo que más me gusta de ellos es que después de dos trallazos como los citados, se pueden centrar en hacer un tema como ‘Hydros’, acústico al cien por cien, para repetir la estructura del inicio del álbum (a la inversa), con ‘Oxígeno’ en plan apisonadora antes de cerrar con otra pieza por encima de los nueve minutos, repitiendo la jugada de hacerlo con el tema que da título al álbum. ‘Oceanidae’ es la confirmación de que no se han limitado a la tralla sin más y han buscado seguir la senda abierta de temas largos con pinceladas y detalles de todo tipo… con la consecuente dificultad que supondrá llevar algunas de ellas a sus conciertos. Tomando el nombre del disco y el tema, tenemos un océano por descubrir en los más de cincuenta minutos que nos traen de música.

Si mencionaba su directo, citar que el disco viene acompañado del DVD en directo grabado en la sala Cats hace casi año y medio. Hora y media de lo mejor que saben hacer. Sólo trae el show, de noventa minutos, sin ningún tipo de extra, pero es el complemento ideal para cerrar una etapa y abrir una nueva. A destacar momentos como ‘Romper con Todo’, con Molly y Luis Tárraga de Hamlet con ellos sobre el escenario, la interpretación de ‘Uluh’ para cerrar el set, o las de ‘Taikos’ por un lado, y la dupla ‘Origen’/’Taikos II’ por otro, otro de los temas a los que le tengo un cariño especial. No todo en ellos va a ser salvajismo. Curiosidades de la vida (o no), esa misma se denomina ‘11032011’, fecha del fatídico tsunami que arrasó las costas de Japón. Tres años menos un día después ve la luz ‘Oceanidae’.

Ahora viene lo complicado, la reflexión final. Dejando de lado lo evidente, la calidad musical, el salto mediático que dieron de ‘En Otro Lugar’ a ‘Uluh’ fue bastante grande para lo que es la escena musical en nuestro país. ¿Qué ocurre? Que aunque me jode admitirlo, esto no es EEUU, y aquí no podemos usar esa frase que tantas veces hemos escuchado, the sky is the limit; o se puede usar, pero con los pies en el suelo y siendo conscientes de la situación real que vivimos. Javier Cardoso dijo en el concierto previo a la salida del disco, dos días antes en la sala Caracol, que somos nosotros los que ponemos barreras, los seres humanos; en su caso, no creo que ellos tengan barreras, pero obstáculos hay unos cuantos, tanto en la cultura como en la economía (personal de cada uno). En el tema del metal en España la cosa está como está: saturada. Hace poco leí en la red que puede que el problema sea que hemos llegado a un punto en el que hay mucho grupo y concierto y no tanto público como se podría pensar; o que éste se tiene que dividir entre una cantidad de bandas que antes no había (o no se tenía acceso). Aunque me pese, no creo que puedan repetir un salto tan grande como el que hicieron hace dos años. Con que sigan subiendo algunos peldaños, creo que cumplirán su cometido. Y que sigan así con una cuarta obra y con todas las que vengan después.