Him: Venus Doom

Siendo realista, y habiéndome decepcionado en más de una ocasión tras aquel fallido ‘Deep Shadows And Brilliant Highlights’, no esperaba demasiado del nuevo trabajo de HIM. Parece que tras haber conquistado el mercado americano, y tras inundarnos y aburrirnos con recopilatorios, ya sea en forma de grandes éxitos o rarezas/caras B, el grupo ha decidido volver a dar lo mejor de sí.

Se cae tantas veces en el tópico de ‘es el mejor disco de nuestra carrera’, ‘el más potente’ y derivados, que uno perdió la confianza en ese tipo de frases hace muchos años. Y leer declaraciones de Ville Valo en ese plan, afirmando haber creado un disco rockero, una mezcla del ‘Master Of Puppets’ de Metallica con ‘Loveless’ de My Bloody Valentine no era para creer a ciegas en él. Que nadie se engañe, y sobre todo, que nadie se altere con semejantes comparaciones. A quien no le gustaba este quinteto de Finlandia hace dos años, no le va a gustar en la actualidad. Pero parecen haber tomado de nuevo el rumbo por completo, volviendo al sonido pasado del ‘Razorblade Romance’ como ya habían hecho en unos cuantos temas de sus dos últimas obras, y creando su disco menos Light desde entonces. La voz de Ville Valo sigue resultando melosa en la mayor parte de cortes, pero la música esta vez parece acompañar casi por completo. 

‘Passion's Killing Floor’ quizá no sea el mejor ejemplo de ese endurecimiento de sonido, ya que vuelve a mostrar al grupo sencillo que tira de composiciones directas con gancho para deleite de algunos de sus seguidores. Pero la guitarra de Linde ya da muestras de por donde quiere ir en este trabajo, como se ve confirmado en ‘The Kiss Of Dawn’. Más grave, más rockera, con mayor presencia, pero casi siempre con la misma fórmula de dejar la voz de Valo libre en las estrofas, y acompañarla y arroparla en los estribillos. La cosa se acelera un poco con ‘Venus Doom’ y ‘Love In Cold Blood’, donde de nuevo Linde vuelve a demostrar su buen hacer, tanto en riffs como solos. Mediado el disco, se atreven con algo atípico en la actualidad para ellos, un tema de más de diez minutos de duración, donde da tiempo a demostrar la melancolía de la que suelen hacer gala, en lo que parece un réquiem, dar mucha importancia a los teclados de Burton, e incluso, sin venir a cuento, arrancarse con una parte realmente rápida y heavy cerca del final, para volver de nuevo a la estructura inicial para finalizarla; un riesgo del que salen realmente bien parados. 

A pesar de que en los tiempos que corren el relleno en los discos está a la orden del día, la segunda mitad del álbum sigue cumpliendo, con un tema típico en ellos ‘Dead Lover's Lane’, ‘Bleed Well’, una de sus canciones más completas y libre de tristeza, precedida por una especie de intro acústica de un minuto titulada ‘Song or Suicide’, para terminar definitivamente con ‘Cyanide Sun’, donde de nuevo caen en sus artes dulces y deprimentes, con un tema lento donde Valo saca a relucir lo mejor de su voz más dulce en una balada camuflada. Sin duda, una buena manera de recuperar fans antiguos sin dejar de lado a los nuevos.