Impellitteri: Venom

Como viene siendo habitual en su trayectoria, no estamos ante un disco en el que la guitarra eclipse al resto de instrumentos, todo lo contrario, la guitarra cobra más protagonismo en la vertiente rítmica que en la solista, en la que se dedican unos pocos compases en cada canción.

Seis años han transcurrido desde la última entrega de Chris Impellitteri con aquel “Wicked Maiden” de 2009, en la que el binomio Rob Rock – Chris Impellitteri sigue manteniéndose como el núcleo duro desde los inicios de la formación, salvedad hecha de los años en los que Graham Bonnet, Mark Weitz o Curtis Skelton quedaron al cargo de la voz.

En este caso la formación prescinde de los teclados de tal forma que queda compuesta por Chris Impellitteri en las guitarras, Rob Rock a las voces, James Amelio Pulli al bajo y contando con la incorporación de Joe Dette (Anthrax, Iced Earth, Slayer y Testament) a la batería. Sobre esto destaco que me ha sorprendido en un principio que Joe Dette pase a las filas de Impellitteri, si bien es cierto que una vez escuchado el disco se percibe claramente su estilo en el doble bombo, imprimiendo una intensidad a la base rítmica que es denominador común de todos los temas del álbum.

Hasta que el disco ha llegado a nuestras manos, lo único que habíamos escuchado había sido el single que da nombre al disco, Venom. Su elección como single me parece de lo más acertada ya que contiene el carácter que el guitarrista da a las diez composiciones: riff intensos y contundentes, una base rítmica demoledora, estribillos potentes y virtuosismo en las guitarras solistas.

Time Machine también habría hecho justicia al resto del disco en el que el guitarrista vuelca su creatividad más en las guitarras rítmicas que en los solos, los cuales, por poner alguna pega, resultan algo planos entre sí, echando en falta más melodía. Sin perjuicio de lo anterior, la ejecución es perfecta y se percibe un distanciamiento en lo que respecta al sonido de Yngwie J. Malmsteen, aún cuando el toque neoclásico continuando siendo patente. En Holding On y Nigthmare el trabajo en los solos es especialmente destacable para los amantes de las seis cuerdas.

Merece la pena destacar el cambio de estilo en Nightmare, el cual flirtea con el Thrash, siendo la nota que da color al álbum.

Si bien hay buenos hits, también hay temas como Domino Theory, Face the Enemy o Rise faltos de un estribillo que mantenga la tensión, quedando relegados a un segundo plano dentro de la amplia discografía del grupo. Por el contrario, We On The Night recuerda a los grandes estribillos que cuenta la banda en su haber.

Como viene siendo habitual en su trayectoria, no estamos ante un disco en el que la guitarra eclipse al resto de instrumentos, todo lo contrario, la guitarra cobra más protagonismo en la vertiente rítmica que en la solista, en la que se dedican unos pocos compases en cada canción.

Como cierre, “Venom” mantiene las expectativas de los fans de la velocidad a lo largo del mástil que tan bien sabe hacer Impellitteri, con el importante matiz de que no llega a saturar al oyente con interminables piezas solistas, sino que sigue siendo un guitarrista que muestra una gran capacidad de composición de potentes riffs de guitarra ejecutados a la perfección.

David García