Se puede decir que Velua no se convertirá en el disco del año y, ni siquiera, será el mejor trabajo de los neerlandeses – no tiene la progresiva evolución que trajo Uit oude grond, ni aporta el cambio de enfoque con el que nos sorprendieron en Batavi –, pero es un disco que se mantiene firme en la fórmula distintiva de Heidevolk, demostrando que estamos frente un grupo estable, con una propuesta clara, y unos principios bien aprendidos.

En el mundo del pagan metal, como en muchos otros géneros, hay unos pocos nombres que destacan por sobre el resto. La gran masa de grupos que no han conseguido llegar a primerísima fila, consecuentemente, se ven obligados a trabajar como hormiguitas, produciendo trabajos que no siempre son tan bien apreciados como se merecerían. Seria el caso de Heidevolk, un sexteto neerlandés que, después de 13 años en el oficio, nos presentan “Velua”, su quinto álbum.

Velua supone una nueva mirada al mundo de la anciana Gelderland, cuando en los bosques de la actual provincia del este de los Países Bajos se aparecían troles, hadas y otros seres fantásticos. Heidevolk mantiene su distintivo contraste entre riffs agresivos y coros sentidos y rituales, graves, gélidos. Una combinación que, bajo la luz adecuada, como en el estribillo de “Urth”, logra poner los pelos de punta.

El álbum abre con toda la carne en el asador, arrancando sin piedad con una batería acelerada y unos riffs bailables: “Winter woede” es una propuesta con ritmo, que seguramente brillará agradecida en el directo. Por otra parte, “Herboren in vlammen” es de aquellas canciones en las que no puedes evitar dejarte llevar y cantar con pasión, aunque no hables una palabra de holandés. Más evocativas son “Een met de strom” y “De hallen van mijn vaderen”, mientras que “De vervloekte jach” presenta un trato vocal narrativo y melódico, sólo roto por un expectante y dramático bridge. En “Het dwalence licht” se potencia ligeramente la parte más folk e instrumental del grupo, con unas sutiles líneas de violín que no sonarían raras en una pieza de Tyr. No faltan tampoco los himnos épicos, como la pesada “In het diepst der nacht”, o la vibrante “Velua”, que da nombre al álbum.

Además de toda la tradición e historia arcana que respiran sus canciones, pero, Heidevolk también es capaz de evocar la mejor fiesta vikinga, como en “Drankgelag”, con una tonada agradecida de cantar a coro, o “Vinland”, que destaca por estar cantada en inglés, y que cierra el trabajo dejando un buen regusto a Iced Earth.

Resumiendo, se puede decir que Velua no se convertirá en el disco del año y, ni siquiera, será el mejor trabajo de los neerlandeses – no tiene la progresiva evolución que trajo Uit oude grond, ni aporta el cambio de enfoque con el que nos sorprendieron en Batavi –, pero es un disco que se mantiene firme en la fórmula distintiva de Heidevolk, demostrando que estamos frente un grupo estable, con una propuesta clara, y unos principios bien aprendidos. La producción, cuidada y profesional, ayuda a sacar ese sonido limpio e impoluto, a la par que oscuro y tenebroso, que tan bien enmarca el trabajo del sexteto.

Velua gustará a los seguidores de toda la vida de Heidevolk y, ¿por qué no?, quizá logre enganchar a algún fan nuevo.

Grupo:Heidevolk

Discográfica:Napalm Records

Puntuación:5

Canciones:

  1. 1. Winter woede
  2. 2. Herboren in vlammen
  3. 3. Urth
  4. 4. De hallen van mijn vaderen
  5. 5. De vervloekte jacht
  6. 6. Het dwalende licht
  7. 7. Drankgelag
  8. 8. Velua
  9. 9. Een met de storm
  10. 10. Richting de Wievenbelter
  11. 11. In het diepst der nacht
  12. 12. Vinland

Año:2015-03-28

Votación de los lectores:5