Yngwie Malmsteen: Unleash the Fury
Por lo general, los fans de Yngwie Malmsteen suelen coincidir en que los 90
no han sido precisamente la década más fructífera en cuanto a calidad se refiere
de las producciones discográficas del famoso ogro sueco. Si bien la “trilogía”
compuesta por “The Seventh Sign”, “Magnum Opus” y “Facing the Animal” gustó
a casi todo el mundo, los siguientes 3 discos fueron muy discutidos, sobretodo
los 2 primeros “Alchemy” y “War to End all Wars”, salvándose de la quema el
más reciente “Attack”, un disco donde Yngwie Malmsteen recuperaba en cierta
forma ese don especial que tiene para convertir piezas relativamente sencillas
en pegadizos himnos neoclásicos con sabor a Hard Rock añejo y pomposo, aún sin
variar un ápice su particular y distintivo estilo, odiado por tantos, pero amado
por muchos más.
Las causas del bajón que sufrieron los últimos productos de Yngwie Malmsteen
debemos buscarlas, entre muchas otras cosas, en la autosuficiencia impuesta
a sí mismo por el propio Yngwie y la terrible facultad provocada por su enorme
ego que siempre le ha hecho creerse un divo intocable a quién nada se le puede
discutir o reprochar. Debido a ello, supongo y deduzco que en algún momento
de los 90’s Yngwie debió pensar que con sacar 12 temas mediocres repletos de
“Yngwiesmo” con algún cantante de renombre o recurrir a la nostalgia, léase
Mark Boals, los fans iban a rendirse de nuevo a sus pies, algo que, en un alto
porcentaje, no sucedió (Aunque lógicamente siempre estarán los freaks más terroríficos
capaces de pagar barbaridades por cualquier artículo relacionado con Malmsteen).
Puestos a buscar más causas, seguramente el alcohol y el descontrol sean otras
a tener en cuenta. Cualquiera que viera a Yngwie Malmsteen en las giras de los
discos “malditos” debió percatarse de bien seguro de la grotesca borrachera
de la que hacía gala el sueco en el escenario. Sin embargo, con “Attack”, y
con Doogie White a bordo, un tipo por cierto que sabe de sobras como tratar
a los “genios con carácter”, Malmsteen bordó una gira cuyas reacciones provocadas
fueron más que positivas.
El sonido de “Unleash the Fury” te recordará un montón al de sus grandes trabajos
de los 80’s, algo que sin duda agradecerán sus fans vistos los experimentos
de sus últimas creaciones donde él mismo se puso a los controles y aceptó el
riesgo de cargar él solito con todo el proceso de producción de un disco. Les
aseguro que a mí personalmente, tras tenerme que tragar decenas de discos cada
mes con producciones de lo más futuristas, modernas y repletas de tecnología
por todos lados, una producción como la de “Unleash the Fury”, simple, rockera,
directa, casi idéntica al directo, pero eso sí, cuidada y bien equilibrada,
me sabe a gloria.
El line-up de Yngwie cuenta en esta ocasión con Doogie White a las voces que
repite, el desconocido Joakim Svalberg a los teclados, el batería Patrik Johansson,
mientras que las tareas al bajo corren a cargo del propio Yngwie Malmsteen.
Cabe decir que la versión que reseñamos aquí es la japonesa, con 18 temas,
seguramente muchos más de los que tendrá en su interior la europea.
“Unleash the Fury” se abre con la potente y agresiva “Locked & Loaded”,
uno de los grandes aciertos de todo el disco. “Revolution” nos devuelve a los
mágicos días de “Marching Out”, con aquellas melodías de voz tan características
de Jeff Scott Soto y los riffs rápidos y cabalgantes de Yngwie. “Winds of War”
supone el contrapunto a la vertiente más heavy de Malmsteen mostrada en los
2 primeros temas de “Unleash the Fury”. El tema se abre con una preciosa intro
acústica repleta de teclados y unas geniales melodías de eléctrica que desembocan
en un medio tiempo baladístico de los que sentan cátedra. “Crown of Thorns”
sin embargo, me parece el tema más flojo y soso de todo este disco. “The bogeyman”
se abre con un bajo muy marcado acompañado de unos riffs de guitarra machacones
muy rockeros que salvo en el estribillo y en el solo de guitarra, poco te recordará
al estilo clásico de Malmsteen. “Beauty and a Beast” nos devuelve al Yngwie
más veloz y heavy, que no por ello más acertado. Un tema a mi modo de ver prescindible
junto al anterior “Crown of Thorns” siendo ambas, de lo peorcito del disco.
Con “Cracking the Whip”, un tema emotivo, ochentero, cargado de melodía y con
un estribillo duro como pocos, entramos en la parte central y más interesante
de todo este “Unleash the Fury”. “Fughetta” es una preciosa instrumental acústica
que debería sonarle a los fans del material ochentero de Yngwie puesto que ya
aparecía en el directo “Trial by Fire – Live in Leningrad” intercalada en uno
de sus míticos Medleys instrumentales donde solía mezclar pasajes de “Trilogy
Suite Opus 5”, “Krakatau” o “Icarus Dream Suite Opus 4”. “Cherokee Warrior”
es una de las grandes piezas de este “Unleash the Fury”. De acuerdo, canta Yngwie,
y eso señores, no siempre es señal de calidad (¡Sobretodo en directo!), pero
aquí lo borda, todo hay que decirlo. El tema en sí es un tributo muy emotivo
a la figura de Jimmy Hendrix así que, adoradores de su estilo más neoclásico
y barroco, aléjense de este tema y pasen de pista porque a continuación volvemos
a las andadas con “Guardian Angel”, otra instrumental marca de la casa, ¡De
las mejores en muchos años!, con inicio acústico y posteriormente entrada de
batería y barridos neoclásicos Yngwie 100 % a doquier, sin duda 3 minutos de
magia instrumental. “Guardian Angel” te recordará en estructura a “Dreaming
(Tell me)”, aunque sin voz obviamente, sobretodo por la forma en la que pasa
del pasaje acústico al solo con distorsión. Si todavía estáis en vías de convencer
a vuestros padres de que una guitarra es algo más que un generador de ruidos
estridentes, recomiendo muy encarecidamente tirar de una pieza como “Guardian
Angel”, háganme caso. Tras semejante despliegue de emotividad con las 2 instrumentales
y “Cherokee Warrior”, volvemos de nuevo a la dureza con “Let the Good Times
Roll”, un tema con un título bastante moña que para nada casa con las temáticas
de Yngwie, pero que sin embargo, posee una calidad sobrada con un riff principal
que sospechosamente se parece demasiado al de “I’ll see the Light Tonight”,
aunque el resto del tema se centre más en recrear la estructura de los temas
de “The Seventh Sign” por ejemplo, disco en el que podría haber colado este
“Let the Good Times Roll” sin mucho problema con su fantástico estribillo y
sus dobles bombos. A continuación nos encontramos con “Revelation (Drinking
with the Devil)”, un tema oscuro, lento y porque no, diabólico, cargado de esos
teclados atmosféricos y esos riffs densos como la lava que solo Yngwie sabe
sacar. La labor de Doogie White en este tema es espectacular e incluso me ha
llegado a recordar a Biff Byford de SAXON por muchos momentos. De nuevo, Yngwie
ataca con otra instrumental de casi 5 minutos de duración, con algún que otro
fraseo memorable, pero por lo general, bastante típico, tópica y previsible
en todos los sentidos. “Exile” es otro gran acierto, un tema movidito con la
estructura clásica de Yngwie compuesta por un riff principal+puente+estribillo
que se repite y repite solamente interrumpida por el solo, en este caso rápido
y genial, con un Doogie White que recurre a sus registros más altos mostrando
lo buen vocalista que es. “The Hunt” es un tema lento y con unos riffs muy marcados
donde Doogie White pone en práctica unas melodías de voz muy logradas bien acompañados
de los barridos de Yngwie siempre en la retaguardia (¡Como debe ser!) y un acelerón
en la parte del solo que te recordará a los mejores tiempos de Yngwie. Por desgracia,
en este tema, al igual que en el resto del disco, los teclados no tienen el
mismo protagonismo que en producciones anteriores, de hecho juraría no haber
localizado ni un solo de teclado por ningún lado. ¡“Russian Roulette” empieza
de forma idéntica a “The Hunt”!, no Yngwie no, ¡Si da la sensación que te has
dejado la función “repeat” puesta!. Por suerte para el oyente, “Russian Roulette”
es infinitamente mejor que “The Hunt”, con un sabor 80’s genial y unos agudos
muy puntuales de Doogie White a lo Andi Deris que nunca le había escuchado en
el pasado ni con Yngwie, ni con RAINBOW, ni con PRAYING MANTIS ni con nadie.
Un temazo redondo y soberbio. Llegamos casi al final del trabajo y nos encontramos
con el tema homónimo del disco, “Unleash the Fury”, otra genialidad oscura,
épica, barroca y con un estribillo grandioso que en directo puede ser todo un
acierto. Finalmente, este nuevo trabajo de Malmsteen se cierra con la instrumental
“Paraphrase”, una adaptación del famoso “concierto para violín y orquesta en
LA menor” de Johann Sebastian Bach.
Si la magia y destreza del ogro sueco nunca te convenció en el pasado, olvídate
por completo de “Unleash the Fury”, un disco hecho única y exclusivamente para
fans de Lars Yngwie Johann Lannerbach Malmsteen, con todo lo que ello implica.
Su mejor disco en muchos años, probablemente desde “Magnum Opus”, créanme.
Javi Metal
Grupo:Yngwie Malmsteen
Discográfica:Universal
Puntuación:8.3
Canciones:
- Loacked &
- Loaded
- Revolution
- Winds of War
- Crown of Thorns
- Bogeyman
- Beauty and a beast
- Cracking the Whip
- Fuguetta
- Cherokee Warrior
- Guardian Angel
- Let the good times Roll
- Revelation (Drinking with the Devil)
- Magic and Mayhem
- Exile
- The Hunt
- Russian Roulette
- Unleash the Fury
- Paraphrase
Año:2005
Votación de los lectores:6.66667
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