Dream Evil: United

En otras circunstancias, me avergonzaría de tener un disco con títulos como “Fire!Battle!In Metal” o “Evilution” entre mi colección. A fin de cuentas, nunca he tragado el rollo del metal auténtico y la unidad de los metalheads y todas esas paparruchas diseñadas para chavales de trece años ampliamente influenciables. Pero el caso de DREAM EVIL es muy curioso. Es una banda que, sin duda, hace lo que hace como pequeña mofa hacia un estilo de música que se nutre de títulos absurdos y discursos muy pasados. Pero esa pequeña mofa está hecha con tanto cariño y tanto conocimiento, que ni se nota. O al menos, Fredrik Nördstrom afirmaba que todo era una pequeña broma bienintencionada en entrevistas no demasiado lejanas. Pero me temo que hasta a los propios miembros de la banda les debe haber sorprendido la gran aceptación que está teniendo su heavy metal vetusto, ladillero y repleto de clichés. Pero el problema es que está tan bien hecho, que es difícil buscarle puntos flacos. El problema habitual de las bandas que deciden hablar de metal como estilo de vida y todas esas patrañas es que lo hacen desde una perspectiva jodidamente ridícula. Por el amor de Dios ¿cuántos nos hemos reído a costa de MAJESTY y todo ese tipo de bandas de la hornada neo-metalera de principios de milenio? Cuanto han sufrido algunos oídos! Pero es que con ese mismo planteamiento y cuatro detalles que hagan ver que no te crees tu propia historia hasta el punto de la ridiculización dan mejores resultados. Y a propósito de ello, hablemos de DREAM EVIL.

Muchos disgustos ha tenido últimamente el afamado productor Fredrik Nordström. Primero fue la marcha de Gus G., una de las principales armas de la banda a nivel musical. El griego prefirió centrarse en sus FIREWIND de toda la vida y prefirió dejar a DREAM EVIL en la estacada. Luego fue Snowy Shaw, quien salió de la banda hace unos meses, recalando posteriormente como vocalista de THERION en un sorprendente cambio de instrumento principal. Pero el sueco no se ha hundido y ha encontrado dignos sustitutos bajo los nombres de Mark Black (guitarra) y Pat Powers (batería). Y lo cierto es que el cambio apenas se nota, dejando a un lado que las guitarras son algo menos flashies y algo más pesadas. Como ejemplo de ésta última observación serviría una canción llamada “Let Me Out” que protagoniza la parte central del disco. Punteos y riffs pesados que se abren y dejando espacio para que el vocalista Niklas Isfeldt se explaye a gusto, aunque sin convertirse en uno de esos vocalistas chillones y pesados que tanto parecieron ponerse de moda hace poco menos de un lustro.

En lo que a canciones se refiere, “United” mantiene la linea de “The Book Of Heavy Metal”, el anterior disco de la banda. Temas relativamente breves (ya que ninguno pasa de los cuatro minutos y pico), cargados de metal ochentero, buenos coros, una voz poderosa y personal como la de Niklas protagonizando la mayoría de buenos momentos del disco. Si hay que elegir uno o dos como los más destacados, creo que por un lado habría que hacer mención a “Evilution” o el inicial “Fire! Battle! In Metal” como representantes del sonido del disco. Pero me temo que “My Number One” es otra de las canciones más destacadas del disco. Sin señores: es la canción que Helena Paparizou, una vocalista griega, utilizó para ganar el concurso de Eurovisión en el 2005. Menudo trallazo metálico, señores. Dejando a un lado lo anécdotico del asunto, el verdadero mérito es el modo en que éstos tipos han adaptado un tema NADA metálico a su propio estilo. Eso sí, prepárense para que el almíbar brote por los grifos de su casa, para que los lacasitos caigan del cielo y para que sus tabiques pasen a ser grandes bloques de gominola. El fin del mundo ya está aquí…